(documento
de Comando Sur): Operación Venezuela Freedom-2
*Creo que
este documento es la prueba como los desclasificados de Kissinger y el golpe a
Allende, señores estamos ante una manipulación a nivel continental, la masas
creen en los medios que siempre los manipularon, un ejemplo muy claro es Perú,
los medios que en los 90 apoyaron a Fujimori, en los últimos años no vieron a
Odebrecht, si ven a Venezuela, pero no ven a Paraguay, ni lo que pasa en
Argentina, pero si replican que en Siria supuestamente Bashar Al Assad atacó
con armas químicas a la población civil, repito estamos ante una manipulación a
nivel continental.
Este
documento del SouthCom (US Southern Command, conocido en Latinoamérica como
Comando Sur), fue revelado recientemente sin que el gobierno de Estados Unidos
haya desmentido su existencia.
Fase
precedente
Resumen
Ejecutivo
Tal como lo reseñó el general John
F. Kelly ante Comité Senatorial de Servicios Armados del Congreso de los EEUU,
el 12 de marzo del año 2015: “…Venezuela se enfrenta ahora a la inestabilidad
económica, social y política significativa debido a la rampante violencia, la
delincuencia y la pobreza, la inflación galopante, la grave escasez de
alimentos, medicinas y electricidad.
Violaciones de los derechos humanos
por las fuerzas de seguridad y continuada mala gestión del gobierno del país
están contribuyendo a un ambiente de incertidumbre, y grandes segmentos de la
población dice que el país va por el camino equivocado. Además, la caída de los
precios del petróleo y el deterioro económico generan condiciones que podrían
llevar al gobierno venezolano a recortar los programas de bienestar social y su
política exterior como el programa de subsidio de petróleo (Petrocaribe).
Más recortes a los programas de
bienestar social y la continua escasez que parecen inevitables, podría prever
un aumento de las tensiones y las protestas violentas, fomentando el presidente
Maduro y su partido una ola represiva adicional, como medidas contra los
manifestantes y la oposición…”.
Esta evaluación ha sido confirmada
por los últimos acontecimientos, situación que en el transcurso de 2015-2016 ha
empeorado ostensiblemente, debilitando aún más la administración de Maduro,
siendo uno de sus resultados la pérdida de apoyo electoral reflejado el 6 de
diciembre pasado.
La derrota en las elecciones y la
descomposición interna del régimen populista y anti-norteamericano recoge el impacto
exitoso de nuestras políticas impulsadas con fuerzas aliadas en la región en la
fase 1 de esta operación, entre las que destacan:
a) Poner en evidencia el carácter
autoritario y violador de los derechos humanos del gobierno de Maduro.
b) Empleo del mecanismo de la Orden
Ejecutiva (EXECUTIVE ORDER) como parte de una estrategia que puede justificar
el desarrollo de nuestra política, teniendo como justificativo legal la
Constitución y las leyes de Estados Unidos de América, incluida la Ley
Internacional de Poderes Económicos de Emergencia (50 USC 1701 y siguientes)
(IEEPA, por sus siglas en inglés), la Ley de Emergencia Nacional (50 USC 1601 y
siguientes) (NEA, por sus siglas en inglés), la Ley de Defensa de Derechos
Humanos y de la Sociedad Civil de Venezuela de 2014 (Ley Pública 113-278) (la
“ley de Defensa de Derechos Humanos de Venezuela”) (la “Ley”), la sección 212
(f) de la Ley de Inmigración y Nacionalidad de 1952 (8 USC 1182 (f)) (INA), y
la sección 301 del título 3 del Código de Estados Unidos, emitiendo nuestro
gobierno la “orden” donde se declara una emergencia nacional con respecto a la
amenaza inusual y extraordinaria para la seguridad nacional y la política
exterior de Estados Unidos, representada por la situación en Venezuela.
c) Aislamiento internacional y
descalificación como sistema democrático, ya que no respeta la autonomía y la
separación de poderes.
d) Generación de un clima propicio
para la aplicación de la Carta Democrática de la OEA.
e) Colocar en la agenda la premisa
de la crisis humanitaria que permita una intervención con apoyo de organismos
multilaterales, incluyendo la ONU.
Por otro lado, los factores
democráticos han aprovechado estas circunstancias para crecer como fuerza a
pesar de las rivalidades y desunión en sus filas, ya que se mueven en su seno
diferentes intereses y puntos de vista.
Sin embargo, nuestra intervención
oportuna ha permitido delinear un camino para una salida rápida del régimen. Si
bien se está enarbolando el camino pacífico, legal y electoral, ha crecido la
convicción de que es necesario presionar con movilizaciones de calle, buscando
fijar y paralizar a importantes contingentes militares que tendrán que ser
dedicados a mantener el orden interno y seguridad del gobierno, situación que
se hará insostenible en la medida en que se desaten múltiples conflictos y
presiones de todo tipo. Inscrita en esa perspectiva, planteo examinar un conjunto
de recomendaciones para la segunda fase de la Operación Venezuela Freedom-2.
Desarrollo
de la Fase-2
Considerando los diversos aspectos
reseñados en el resumen anterior, esta Junta Evaluativa y nuestro componente de
operaciones especiales común (Componentes Operacionales del U.S. Southern Command:
Comando de Operaciones Especiales Sur, Joint Task Force-Bravo, Fuerza de Tarea
Conjunta Interagencial Sur – Jiatfs) involucrados en esta operación, debe
elevar un conjunto de recomendaciones que permita una planeación efectiva de
nuestra intervención en Venezuela, concebida como una operación de amplio
espectro, conjunta y combinada dentro del área de responsabilidad, priorizando
los conceptos estratégicos: fuerza decisiva, proyección de poder, presencia en
ultramar y agilidad estratégica (Joint Vision 2020, como un proceso de
actualización permanente de la doctrina militar) (que) continuarán rigiendo
nuestros esfuerzos donde se incorpore todos los instrumentos de autoridad
nacional, entre ellos, recursos diplomáticos, de información, militares, económicos,
financieros, de inteligencia y jurídicos.
Con esa dirección estratégica, los
aspectos que debemos evaluar a partir de los soportes informativos previos y
sus proyecciones, son el resultado de la labor conjunta entre la Agencia de
Inteligencia para la Defensa (DIA, que es nuestro organismo de adscripción) en
estrecha colaboración con otros entes de la Comunidad de Inteligencia (IC, por
sus siglas en inglés). Con estos fundamentos, traigo una agenda resumida (anexo
tienen ustedes los soportes documentales) para el análisis de una serie de
políticas que nos permitan abordar los diversos ámbitos (político y militar)
siendo necesario su desagregación en acciones específicas:
a) Con los factores políticos de la
MUD hemos venido acordando una agenda común, que incluye un escenario abrupto que puede combinar acciones callejeras y
el empleo dosificado de la violencia armada. Por supuesto, hay que seguir
impulsando como cobertura el referéndum o la enmienda que se apoya en el texto
constitucional y que sirve para censar, movilizar y organizar una masa crítica
para la confrontación. Por eso, también hay que enarbolar los artículos 333 y
al 350 que legitiman la rebelión.
Es indispensable destacar que la
responsabilidad en la elaboración, planeación y ejecución parcial (sobre todo
en esta fase-2) de la Operación Venezuela Freedom-2 en los actuales momentos
descansa en nuestro comando, pero el impulso de los conflictos y la generación
de los diferentes escenarios es tarea de las fuerzas aliadas de la MUD
involucradas en el Plan, por eso nosotros no asumiremos el costo de una
intervención armada en Venezuela, sino que emplearemos los diversos recursos y
medios para que la oposición pueda llevar adelante las políticas para salir de
Maduro.
b) Bajo un enfoque de “cerco y
asfixia”, también hemos acordado con los socios más cercanos de la MUD,
utilizar la Asamblea Nacional como tenaza para obstruir la gobernanza: convocar
eventos y movilizaciones, interpelar a los gobernantes, negar créditos, derogar
leyes.
c) También en el plano político
interno hay que insistir en el gobierno de transición y las medidas a tomar
después de la caída del régimen, incluyendo la conformación de un gabinete de
emergencia, donde puedan incluirse sectores empresariales, jerarquía eclesial,
sindicatos, Ongs, Universidades.
d) Para arribar a esta fase
terminal, se contempla impulsar un plan de acción de corto plazo (6 meses con
un cierre de la 2 fase hacia julio-agosto de 2016), como señalamos, hemos
propuesto en estos momentos aplicar las tenazas para asfixiar y paralizar,
impidiendo que las fuerzas chavistas se pueden recomponer y reagruparse.
Hay que valorar adecuadamente el
poderío del gobierno y su base social, que cuenta con millones de adherentes
los cuales pueden ser cohesionados y expandirse políticamente. De allí nuestro
llamado a emplearnos a fondo ahora que se vienen dando las condiciones.
Insistir en debilitar
doctrinariamente a Maduro, colocando su filiación castrista y comunista
(dependencia de los cubanos) como eje propagandístico, opuesta a la libertad y
la democracia, contraria a la propiedad privada y al libre mercado. También
doctrinariamente hay que responsabilizar al Estado y su política contralora
como causal del estancamiento económico, la inflación y la escasez.
e) Mantener la campaña ofensiva en
el terreno propagandístico, fomentando un clima de desconfianza, incitando
temores, haciendo ingobernable la situación.
En esto es importante destacar todo
lo que tiene que ver con desgobierno: las fallas administrativas, la afectación
con los altos índices de criminalidad y la inseguridad personal. En este
terreno el gobierno está a la defensiva y muestra signo de agotamiento, con un
discurso que cada día tiene menos credibilidad. Los análisis evidencian que se
ha conformado una corriente de opinión incrédula y apática en torno a las
promesas del llamado “Socialismo del siglo XXI”, existiendo en los jóvenes,
fundamentalmente, una creciente identidad con nuestra forma de vida e ideales.
De esta manera contamos con un piso
sólido para nuestra seguridad e intereses económicos y nuestros valores
políticos. EEUU quiere una Venezuela próspera para todos, asentada sobre una
base de valores compartidos, con un gobierno eficiente, una democracia
representativa y una economía abierta de mercado. Estos avances en los actuales
momentos son el resultado de nuestras campañas propagandísticas, pero no
podemos obviar el peso de la crisis como dato empírico que la detona y
refuerza.
f) Por esto, particular importancia
tiene la explotación de los temas como la escasez de agua, de alimentos y de
electricidad, teniendo este último aspecto un carácter grave para el gobierno,
ya que la sequía ha generado una amenaza de colapso de los embalses y debemos
prepararnos para explotarlo al máximo desde el punto de vista político,
reforzando la matriz mediática que ubica la crisis eléctrica como
responsabilidad exclusiva de Maduro.
g) Especial interés adquiere, en
las actuales circunstancias, posicionar la matriz de que Venezuela entra en una
etapa de CRISIS HUMANITARIA por falta de alimentos, agua y medicamentos, hay
que continuar con el manejo del escenario donde Venezuela está “cerca del
colapso y de implosionar” demandando de la comunidad internacional una
intervención humanitaria para mantener la paz y salvar vidas.
h) Al mismo tiempo, en el plano
internacional hay que insistir en la aplicación de la Carta Democrática, tal
como lo hemos convenido con Luis Almagro Lemes, Secretario General de la OEA y
los ex-presidentes, encabezado por el ex-secretario de la OEA, César Gaviria
Trujillo, pudiendo contar con algunos nexos con la Alianza Parlamentaria
Democrática de América a quienes hemos sumado a la compaña en desarrollo.
Conjugar estas iniciativas con la citada figura de las “emergencias
humanitarias” que permita construir alianzas con otros países que están en el
área de influencia del Comando Sur. Más adelante nos referiremos a este
aspecto.
Aquí se hace relevante la
coordinación entre organismos de la Comunidad de Inteligencia (IC) y otras
agencias como las organizaciones no gubernamentales (ONGs), corporaciones
privadas de comunicación como la SIP y diversos medios privados (TV, Prensa,
Redes, circuitos radiales). En esto juega un rol preponderante el enlace en
Venezuela Tenney Smith, de la Agencia de Inteligencia para la Defensa (DIA),
quien con Rita Buck Rico de la sección de asuntos políticos, tienen una
cubierta en la Embajada de Caracas y deben ser apoyados con un contingente de
inteligencia mayor.
i) No se puede dejar a un lado el
esfuerzo que hemos venido haciendo para vincular al gobierno de Maduro en la
corrupción y el lavado de dinero. En esto debemos apoyarnos en el trabajo que
vienen haciendo las Unidades de Inteligencia Financiera (Grupo Egmont), el
Grupo de Acción Financiera (GAFI) y el Comité de Expertos sobre la Evaluación
de medidas contra el blanqueo de dinero y la financiación del terrorismo
(MONEYVAL).
Estos son organismos intergubernamentales
cuyo propósito es el desarrollo y la promoción de políticas nacionales e
internacionales para combatir el lavado de dinero y la financiación del
terrorismo. El GAFI, por ejemplo, actualmente cuenta con 36 miembros que
comprende 34 países, quienes pueden aportar datos y proporcionan información
para demostrar la vinculación de los personeros del gobierno de Maduro
sumariados en la Orden Ejecutiva. En estas coordenadas, hay que desarrollar
campañas mediáticas con los testigos protegidos que colaboran con la aplicación
del decreto del 9 de marzo de 2015.
j) En otro ámbito, tenemos que prestarle
atención a la cuestión militar. Si bien hasta ahora ha resultado exitosa la
campaña que hemos impulsado para disuadir y ganar adeptos en sectores institucionalistas
(Generales apegados a la ley, quienes han garantizado el reconocimiento de la
oposición y han trazado una línea de no emplear la represión contra
manifestaciones) existe una alta probabilidad que los mandos identificados con
el chavismo duro ofrezcan resistencia, sobre todo en unidades élites que
históricamente se han alineado con el régimen. Por eso, hay que sostener el
trabajo de debilitar ese liderazgo y anular su capacidad de mando.
k) Lectura similar es necesario
hacer en relación al empleo que va a hacer el gobierno de las llamadas milicias
y colectivos armados. La presencia de este personal combatiente y fanatizado en
las ciudades priorizadas en el plan, se convierten en obstáculos para las
movilizaciones de calle de fuerzas aliadas y grupos opositores, siendo también
un impedimento para el control efectivo de instalaciones estratégicas. De allí
la demanda de su neutralización operativa en esta fase decisiva.
l) Si bien en este terreno foco de
la situación militar no podemos actuar ahora abiertamente, con las fuerzas
especiales aquí presente hay que concretar lo ya anteriormente planificado para
la fase 2° (tenaza) de la operación. Los entrenamientos y aprestos
operacionales de los últimos meses, con la Fuerza de Tarea Conjunto Bravo en la
base de Palmerola, en Comayagua, Honduras, la Fuerza de Tarea Conjunta
Interagencial Sur –Jiatfs, permite colocar tales componentes en condiciones de
actuar rápidamente en un arco geo-estratégico apoyado en las bases militares de
“control y monitoreo” en las islas antillanas de Aruba (Reina Beatriz) y
Curazao (Hato Rey); en Arauca, Larandia, Tres Esquinas, Puerto Leguízamo,
Florencia y Leticia en Colombia; todo ello como Lugar de Operaciones de
Avanzada (FOL con proyecciones sobre la región central de Venezuela donde se
concentra el poderío político-militar).
En este aspecto debemos mantener la
vigilancia electrónica sobre esta zona de influencia, sobre todo en la fachada
atlántica, manteniendo las incursiones de los RC-135 COMBAT equipados con
sistemas electrónicos que han permitido recientemente recolectar inteligencia,
interceptar y bloquear comunicaciones, tanto del gobierno como de contingentes
militares (Ver informe confidencial respectivo). También se debe poner OK el
Primer Batallón 228 del Regimiento del Aire con sus 18 aviones y los
helicópteros UH-60 Blackhawk y CH-47, aproximándolos al terreno,
preferiblemente las instalaciones de Hato Rey en Curazao. Ya hemos establecido
las directivas y órdenes vinculantes.
En estas 12 recomendaciones están involucrados
aspectos políticos, económicos y militares que son parte de planes estratégicos
de nuestro gobierno, las cuales vienen siendo impulsados por múltiples agencias
y a los que se apega el U.S. Southern Command.
En correspondencia con esa guía de
planeamiento, he enfocado mis esfuerzos en cuatro áreas principales: garantizar
que seguimos siendo el primer socio de seguridad de elección en este
hemisferio; profundizar en la colaboración entre las agencias generando
confianza, plataforma de innovación para el Departamento de Defensa y
planificación de operaciones críticas y transregionales como esta Operacion
Venezuela Freedom-2 donde se involucran comandos combativos y socios
interagenciales.
Vamos a seguir construyendo
alianzas que protegen nuestros intereses, defender nuestro territorio, defender
el bien común mundial, y avanzar la seguridad, el buen gobierno, frente a las
amenazas como las que presenta el régimen opresivo de Venezuela. Por esto en la
planificación hay cuestiones particulares que nos atañen, donde debemos
elaborar planes específicos que operacionalicen las recomendaciones, tal como
se reseñan en los apartados y documentos anexos, siendo la tarea del día de
esta Junta Evaluativa, por lo que ordeno la mayor atención y esfuerzo en la
reunión.
Almirante
Kurt W. Tidd
Comandante U.S.
Southern Command (SouthCom)
25 de febrero de 2016