Por:
Rev. Manning Maxie Suárez
El sufrimiento del pueblo
panameño por la pandemia del covid-19 me recuerda al sufrimiento de los hijos
de Israel en Egipto, al final vino la liberación de todo. La historia del sufrimiento del pueblo hebreo
en Egipto, es una historia que va más allá de los años 1,250 a.C. Pero el inicio de este sufrimiento
deshumanizante de este pueblo errante, se remonta a la historia de los hijos de
José (en hebreo: יוֹסֵף) hijo de Jacob y de Raquel, en el antiguo Egipto donde
el mismo José fue un esclavo de un funcionario egipcio llamado Potifar. La
historia se expresa con más detalles al final del libro del Génesis (c.50)
y el inicio del libro del Éxodo c.1 y 2.
En el escenario de la historia
del gran libertador Moisés, los mismos fueron esclavizados por un sistema monárquico
y déspota, duro e implacable con sus políticas hacía aquellos que ellos
consideraban como “no confiables” por el Faraón (Éx. 1,
9-10). Las razones políticas expresadas
en estos versículos llevó a endurecer su posición para con ellos: 1).- Endurecer
el trabajo, 2).- Trato cruel a toda la población (v.13), 3).- Asesinato de los
nacidos con sexo masculino (v. 16 y 22), 4).- Maltrato de la fuerza laboral
(c.2, 11), y así se sumaban las injusticias contra el pueblo hebrero.
Sin embargo, Dios (Yhwh), no
se olvidó de las promesas realizadas a los patriarcas de su pueblo Abraham, de
Isaac y de Jacob y llamó al libertador, a Moisés (Éx.3). y le dijo: “Claramente
he visto cómo sufre mi pueblo que está en Egipto”. (Éx.3,7b). Lo
que establece que Dios observa desde los cielos y juzga nuestras acciones aquí
en la tierra. Asigna a Moisés la gran
tarea de la liberación del pueblo hebreo de la opresión (Éx.3,10).
Sin embargo, el corazón del
ser humano, es duro y nuestra prepotencia no nos permite muchas veces ver la
verdad que Dios desea para nosotros. Los
hebreos tuvieron que sufrir con los egipcios, pruebas duras para lograr doblar
la voluntad del Faraón (Éx.3,20). 10 Plagas fueron enviadas para doblar la
voluntad de los mismos: I – La conversión
del agua en sangre (Éx. 7,14-24), II - La Invasión de las ranas (Éx. 8,1-15), III
– Los Piojos (Éx. 8,16-19), IV - Las Moscas (Éx. 8,20-32), V - La Peste del
ganado (Éx. 9,1-7), VI - La de las Úlceras (Éx. 9,8-12), VII - La de la Lluvia
de fuego y granizo (Éx. 9,13-35), VIII - La de las Langostas (Éx. 10,1-20) IX -
La de las Tinieblas (Éx. 10,21-29) y La de la Muerte de los primogénitos (Éx.
11,1-10; 12,29-36). Al final de todas
estas intervenciones de Dios en la historia de Egipto e Israel el resultado fue
la liberación del pueblo de la esclavitud por más de 430 años (Éx.12,40-42). Ese fue el inicio de la Pascua (Pésaj), un
día de alegría y gozo para el pueblo hebreo, un día de liberación.
La gran mayoría del pueblo
panameño es creyente en Dios, en el Dios de Jesucristo. La fe, que es don del
Espíritu Santo, nos permite no perder la esperanza de un mundo mejor, un mundo
con justicia y equidad que es lo que adolecemos hoy día en Panamá. Somos un
pueblo desigual y con muy poca justicia social.
Como pueblo creyente, podemos
aprender mucho de la experiencia del pueblo hebreo y del liderazgo de Moisés el
gran libertador de este pueblo.
La Pandemia del Covid-19 en
Panamá, así como las plagas de Egipto hace miles de años atrás, que han dejado
más de “430” muertos pero que seguramente serán muchos más. La plaga nos ha permitido
revalorizar nuestra relación con Dios, con el Mundo y con los hombres y mujeres
que lo habitan. Es hora de tomar
decisiones serias que impacten la vida de todos, no solo para Panamá sino para
el Mundo que nos rodea, y no seguir más con ese concepto de “MÁS DE LO MISMO”. Un “NO ROTUNDO” al pasado injusto, sin equidad
y un “SI ROTUNDO” con el Dios de la historia y de la Vida que nos puede ayudar
a construir un mundo más justo y equitativo.
¿Vamos a continuar con esas
prácticas viejas de corrupción y anti éticas?, ¿De tratos injustos a todos
nuestros conciudadanos y residentes extranjeros en el campo laboral?, ¿Vamos a
mantener este sistema económico injusto que ahoga a nuestras familias,
sacrificándolas? O vamos a tomar en serio la “NUEVA NORMALIDAD”, que debe ser
una vida más cónsona con la Vida como nos la dio Dios mismo a través de su hijo
Jesucristo y que nos permite sentirnos parte de un pueblo escogido y bendecido. Temas estos para la reflexión diaria.
Sacerdote.
Publicado en el Panamá América: https://www.panamaamerica.com.pa/opinion/el-sufrimiento-y-la-desesperanza-por-la-pandemia-de-la-covid-19-1166502