Survival
International
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/ 17-04-2020
El Año Internacional de las Lenguas Indígenas,
el pasado 2019, es la celebración de la diversidad humana y un recordatorio del
ritmo a que está desapareciendo dicha diversidad. Con cada lengua que se
extingue perdemos una pieza fundamental del rompecabezas humano.
Las lenguas constituyen uno de los mayores
emblemas de la diversidad humana, pues revelan las sorprendentes diferencias
con las que los seres humanos sabemos percibir y relacionarnos con el mundo y
darle sentido. También son las exquisitas bibliotecas existentes, en las que
hallamos la historia colectiva, el conocimiento, la mitología y las
percepciones de todo un pueblo. Sin embargo, esta diversidad se está perdiendo
a un ritmo alarmante. Algunos expertos se atreven incluso a afirmar que el 90%
de las lenguas del mundo están en riesgo de extinción.
Pero ¿por qué preocupa la pérdida de lenguas
indígenas? Sigue leyendo para ver por qué las lenguas indígenas son
fundamentales para comprender el mundo en que vivimos, quiénes somos realmente
y de qué somos capaces los seres humanos…
Niños de la tribu kua, Kalahari, Bosuana. Que
los niños no hablen la lengua de sus padres es la causa fundamental de la
extinción de una lengua. © Forest Woodward / Survival, 2015
Las lenguas mueren porque la gente deja de
hablarlas debido a presiones sociales, cambios demográficos y fuerzas externas.
La colonización, y el capitalismo globalizado a que dio lugar posteriormente,
han sido tal vez la principal causa de la desaparición de lenguas en la
historia de la humanidad, y este legado sigue vivo y activo actualmente.
Survival International ha emprendido una
campaña contra las (internados) que contribuyen activamente a la muerte de
lenguas al enseñar a los niños indígenas en el dialecto dominante o el idioma
oficial del Estado y no en su lengua materna. Esta supresión cultural
sistemática es una amenaza para la vida de millones de niñas y niños, sus
familias, las comunidades indígenas y la supervivencia de lenguas en todo el
globo.
Aunque existen alrededor de 7.000 lenguas
habladas en la Tierra, más o menos la mitad de la población mundial habla 23
idiomas. Por otro lado, lo que significa que casi la mitad de la diversidad
lingüística actual del planeta está amenazada.
La zona lingüísticamente más diversa del
planeta es la isla de Nueva Guinea, dividida entre el Estado independiente de
y, que se halla bajo ocupación indonesia. En una extensión de 786.000 km² se
hablan unas mil lenguas. Compárese esto con Europa, ¡donde se hablan unas cien
lenguas en una zona de más de diez millones de km²!
Existe una estrecha correlación entre la
diversidad lingüística y la biodiversidad. Las lenguas están estrechamente
relacionadas con el entorno en que se hablan, de modo que en esas zonas existe
un conocimiento rico, detallado y técnico de la flora, la fauna y el hábitat de
las mismas.
Cuando los científicos “descubren” una nueva
especie, uno podría apostar hasta su último euro a que los indígenas que viven
en esa zona ya tienen un nombre para esa especie y un profundo conocimiento de
la misma. Estas lenguas son enciclopedias ecológicas y, puesto que en su mayor
parte no están escritas, cuando dejan de hablarse esa sabiduría y esa
comprensión únicas se pierden para siempre. La diversidad biológica y la
diversidad lingüística van de la mano; si una está amenazada, la otra también.
Alrededor de la mitad de las lenguas del mundo
carecen de forma escrita, pero esto no significa en modo alguno que carezcan de
cultura.
Las lenguas no escritas son ricas en
tradiciones orales; historias, canciones, poesía y rituales se transmiten de
una generación a otra y se mantienen notablemente coherentes y fiables en el
tiempo. Científicos hallan cada vez más pruebas de, transmitidos y preservados
de forma impresionante a través de cientos de generaciones.
Ningún
ser humano en la Tierra habla una lengua “primitiva”, porque tal cosa, sencillamente, no existe. Todos los idiomas tienen unas reglas
complejas y únicas de pronunciación, vocabulario y gramática que todos sus
hablantes conocen y comprenden intuitivamente.
De hecho, las lenguas indígenas suelen ser en general las más complejas, especializadas e idiosincráticas, sobre todo las que se hablan en zonas remotas por parte de pocos centenares de personas. A causa de esta singularidad, las lenguas más amenazadas son lógicamente las que más tienen que enseñarnos sobre la increíble amplitud y la variedad de la percepción y la experiencia humanas.
Algunas lenguas indígenas demuestran que la expresión
humana no se limita a la palabra hablada. Las más famosas son tal vez las lenguas de
tambor africanas, que permiten transmitir mensajes entre comunidades
a una velocidad de más de 160 kilómetros por hora.
No es como silbar la melodía de una canción,
sino que se silban palabras y frases con la misma flexibilidad que el habla
normal. Esto permite a la gente comunicarse efectivamente en terrenos
montañosos, en el mar o en un bosque tupido. Va muy bien para cazar, porque
suena como el trino de un ave y por tanto no ahuyenta a las presas.
El conocimiento, los puntos de vista y las
ideas contenidas en las lenguas indígenas tienen un valor inconmensurable para
la humanidad.
© Survival International
La lengua que hablas determina tu manera de
relacionarte con el mundo, pero no
limita tu capacidad de pensar y entender. Mientras que nosotros
ordenaríamos una secuencia de acontecimientos o imágenes de izquierda a
derecha, empezando por la izquierda y terminando en la derecha, como el curso
del sol a lo largo del día. Esto significa que el orden en que colocarían, por
ejemplo, una secuencia de fotos que muestran a una persona que envejece
cambiaría en función de la posición en que se hallen en un momento dado.
La mayoría de nosotros carecemos de esta
capacidad para orientarnos instintivamente entre este y oeste, de modo que
seríamos incapaces de colocar las fotos en el orden “correcto” para los
hablantes de esta lengua. Sin embargo, el hecho de que veamos el mundo de un
modo distinto no implica que no comprendamos su lógica.
Sea cual sea la lengua que se habla, las
personas son personas, incluidas algunas variantes como “tata”, “dada” y
“nana”. ¿Es esto una prueba de que existe alguna profunda relación histórica
entre todas las lenguas?
No. Lo que demuestra en realidad es que la boca
de todos los bebés tiene la misma estructura. Sonidos como “ma”, “pa”, “da”,
“ta” y “ga” son los más fáciles de pronunciar, de modo que son los primeros que
aprenden los bebés. Todos los progenitores cariñosos consideran que su hijo o
hija ha de dirigirse a ellos personalmente, de manera que “mamá” y “papá” pasan
a formar parte del vocabulario.
Las lenguas son la prueba de que todos los
seres humanos son básicamente parecidos, pero al mismo tiempo diversos,
innovadores y únicos de un modo fascinante. No solo revelan la deslumbrante
variedad de la cultura y la experiencia humanas, sino que también nos
proporcionan, mejor que ningún otro fenómeno, la noción de lo que significa ser
humanos, además de los límites y posibilidades de nuestras mentes.
Cosas que podríamos suponer que son comunes a
todos los humanos, como que el pasado está detrás y el futuro delante de
nosotros, que lo que sigue al 1 es el 2 y que el azul y el verde son colores
diferentes, resultan no
ser el caso para todo el mundo; otras lenguas lo hacen de modo
distinto. Incluso hay pruebas de que la lengua que
uno habla cambia realmente la estructura de su cerebro.
Se calcula que ya el 97% de las lenguas humanas
que han existido históricamente se han extinguido. Esto representa un vacío
enorme en nuestro conocimiento y nuestra comprensión de nosotros mismos como
seres humanos. Cuando muere una sola lengua, desaparece para siempre una pieza
fundamental del puzle humano.
A los niños wanniyala-aettos se les enseña la
lengua y religión de la población mayoritaria cingalesa. © Survival
International
La causa fundamental de la muerte de una lengua
se da cuando los niños dejan de hablar la lengua de sus progenitores. Esto
puede ocurrir por una serie de razones, pero un factor clave es cuando a los
niños se les hace sentir vergüenza por hablar la lengua de su familia. Survival
impulsa una campaña contra la “reprogramación” de niños indígenas en “Escuelas
Fábrica” (internados) de todo el mundo.
Además de acelerar la extinción de cientos de
lenguas indígenas, el trauma infligido a las víctimas y comunidades se
transmite de una generación a otra y todavía causa sufrimiento en la
actualidad.
Una mujer y su bebé se bañan en un arroyo cerca
de su comunidad. Sean cuales sean nuestras diferencias, la lengua demuestra que
los padres y madres de todo el mundo se relacionan con sus hijas e hijos de un
modo similar.