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07/05/14
Estas tres semillas
además de poseer cualidades nutricionales excepcionales, ser increíblemente
ricas en proteínas y aportar casi todos los aminoácidos que el cuerpo necesita,
también están envueltas de historias de un pasado incaico de veneraciones y una
actualidad combativa que las ha puesto como estandarte en las luchas contra el
agrogenocidio que está en marcha.
AMARANTO O KIWICHA
La “kiwicha” o amaranto, científicamente
llamado Amaranthus caudatus, (que en griego significa “Lo que nunca muere” o
“valiente luchadora”) es la planta que desafía a la multicriminal Monsanto y a sus semillas
transgénicas.
En Estados Unidos
los agricultores han tenido que abandonar cinco mil hectáreas de soja transgénica
y otras cincuenta mil están gravemente amenazadas porque esta supuesta ‘mala
hierba’, el amaranto (conocida en el Perú como kiwicha), es resistente al
poderoso herbicida Roundup.
Según un grupo de
científicos británicos del Centro para la Ecología y la Hidrología, se ha
producido una transferencia de genes entre la planta modificada genéticamente y
algunas hierbas como el amaranto. Esta
constatación contradice las afirmaciones de los defensores de los organismos
modificados genéticamente (OMG): que sostienen que ‘una hibridación entre una
planta modificada genéticamente y una planta no modificada es simplemente
imposible.
Según el genetista
británico Brian Johnson, basta con un solo cruce logrado entre varios millones
de posibilidades. Una vez creada, la nueva planta posee una enorme ventaja
selectiva y se multiplica rápidamente. El potente herbicida que se utiliza
aquí, Roundup, a base de glifosfato de amonio, ha ejercido una presión enorme
sobre las plantas, las cuales han aumentado aún más la velocidad de la
adaptación. Así, al parecer un gen de resistencia a los herbicidas ha dado
nacimiento a una planta híbrida surgida de un salto entre el grano que se
supone protege y el humilde Amaranto, que se vuelve imposible de eliminar. La
única solución es arrancar a mano las malas hierbas, como se hacía antes.
“La Reina del calcio”
La kiwicha o amaranto fue el alimento
del Imperio Inca (y del azteca), es
una planta que sorprende al mundo por su gran cantidad de propiedades
benéficas. Se le puede considerar como la "Reina del calcio", pues 100 gramos de kiwicha contienen el doble de
calcio que el mismo volumen de leche. Las semillas contienen entre un 13% y un 18% de proteínas y un alto nivel
de lisina (aminoácido esencial para la nutrición). Además de calcio,
fósforo, hierro, potasio, zinc, vitamina E y complejo de vitamina B. Su fibra es fina y suave.
La kiwicha se adapta
fácilmente a distintos ambientes, tiene un tipo eficiente de fotosíntesis,
crece rápidamente y no requiere de mucho mantenimiento ni fungicidas o
fertilizantes. Para los niños, incluir estos cereales en su alimentación
es ideal, pues debido a que los componentes de fósforo, potasio y magnesio que
contienen estos granos ayudan directamente en la formación de los huesos,
tendones y músculos.
Semilla de los Dioses
Los aztecas de
México cultivaban esta planta que era muy apreciada por sus cualidades
nutritivas. Era tan apreciada que hacían uso de ella en ceremonias religiosas.
Se cree que fabricaban ídolos con su harina mezclada con miel y en ocasiones
con sangre humana y que ofrecían estos ídolos a los dioses como tributo.
En la época del
emperador Moctezuma, era junto con el huauzontle, el cuarto cultivo en
importancia, después del maíz, el frijol y la chía. Cuando los conquistadores
españoles del siglo XVI consiguieron dominar el Imperio azteca, prohibieron
estos rituales y el cultivo del amaranto. En la actualidad la planta continúa
cultivándose después de un largo periodo de abandono y es muy apreciada por sus
propiedades nutricionales, además posee la particularidad de no contener gluten.