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/ 18-03-2020
El 6 de marzo, Rusia sorprendió a la OPEP al
rechazar la propuesta del Reino de Arabia Saudí (RAS) de disminuir la
producción en millón y medio de barriles por día (mbd) ante la desaceleración
de la economía en Europa y EEUU y la brusca caída de la demanda en China, hasta
un 20%, agravadas por el brote del coronavirus. Como resultado, los precios se
derrumbaron en un 30%, la mayor caída desde la segunda
guerra del Golfo Pérsico en 1991, situándose en torno a los 32
dólares.
Los jeques saudíes enfadados reaccionaron de
modo aún más sorprendente, casi "antinatural": anunciaron inundar el
mercado, con más crudo y más barato, ofreciendo un descuento de 5 dólares a los
compradores asiáticos, 6 a los estadounidenses y 8 a los europeos, clientes
tradicionales de Rusia; anunciando además que, a partir del 1 de abril, los
miembros de la OPEP pueden producir la cantidad de petróleo que deseasen (¡otra
cosa es venderla!), a pesar de que el mercado está sobre abastecido y las
posibilidades de almacenar -conocido como "contango"- tampoco son
infinitas.
Así, Moscú puso fin (provisional) al juego de la "ruleta rusa" de cooperar con
la OPEP, iniciada en 2016, cuando pactaron recortar la producción
para subir los precios, que habían caído de unos 80 dólares a la mitad. Lo
cierto es que, aunque Moscú hubiera aceptado estos recortes, los precios no
habrían subido mucho.
Teniendo en cuenta que el precio del petróleo
lo determina la política, que no la ley de oferta y demanda del mercado, veamos
los motivos de las dos superpotencias energéticas que, juntos, producen 21 mbd
de crudo.
Los motivos
reales de los saudíes
1+ Arruinar la economía rusa, beneficiando, de
paso, al petróleo esquisto de su aliado estadounidense, que tuvo compasión con
RAS tras el vil asesinato de Khashoggie, y cumplió con su gran
petición que fue imponer sanciones de
su archienemigo Irán. Riad hizo lo mismo en noviembre del 1986,
bajando los precios en un 75%, ¡10 dólares el barril!, asestando un golpe
mortal a la economía soviética que en parte por ser planificado no puedo
reaccionar. Para ver hasta qué punto este mercado es político, el 5 de julio
del 2018, un Donald Trump preocupado por los votos en las elecciones
parlamentarias del noviembre y el precio del barril 85 dólares, ordenó al rey
Salman "¡Bajad el precio del petróleo ahora!", y ante la negativa de
Riad le amenazó: "Podría no
estar [en el trono] en dos semanas". Y su majestad tuvo que
bajarlo a 67 dólares.
2+ Ante la crisis económica actual y la
volatilidad del mercado, RAS pretende recuperar su liderazgo.
3+ Reducir el espacio del petróleo esquisto de
un EEUU, que ya produce 13.1 mbd de los que exporta 4.15 mbd.
4+ Hundir aún más a su archienemigo iraní, que
encima sufre una brutal sanciones de EEUU sobre su industria petrolífera.
Los motivos
de Rusia
*Mandar a la quiebra la industria del esquisto
bituminoso de EEUU, que con la actual tecnología no podrá sobrevivir con
precios por debajo de 45 dólares.
*Capturar los clientes de EEUU.
*Reducir la capacidad de Washington en imponer
sanciones a Rusia: la construcción casi terminada del gaseoducto Nord Stream 2,
que llevaría el gas ruso a Europa, sigue paralizada.
*Ampliar su clientela, tener en cuenta la
ausencia de Irán y Venezuela en el mercado, así como las interrupciones en los
suministros desde Nigeria y Libia.
Consecuencias de esta guerra de precios
1) Esta guerra de precios puede provocar la
quiebra y/o la fusión forzada de los productores del petróleo esquisto de EEUU,
y enviar al paro de miles de sus trabajadores en un año electoral para Donald
Trump, cuya política energética difiere de sus
antecesores. El presidente ha ordenado al Departamento de Tesoro
comprar abundantes cantidades del petróleo barato para la Reserva Estratégica
de Petróleo con el fin de asegurarse el apoyo de los multimillonarios Chevron y
ExxonMobil, que no a cientos de pequeños y medianos inversores de esquisto
altamente endeudada o en bancarrota sólo en Texas. Para más inri, lo ha hecho
cuando el coronavirus está atacando y una mayoría de la población de su país
carece de un seguro médico. Según Greenpeace esta compra podría costar los 2.6
mil millones de dólares cuando la ayuda para las familias trabajadoras que
serán afectadas por el COVID-19 serían unos 1.7 mil millones.
2) Un mayor déficit presupuestario en el RAS:
Aunque el coste de la producción del petróleo del país ronda sobre 3 dólares por barril, el reino -que ya sufre un déficit
fiscal de 50.000 millones de dólares-, necesita un precio de crudo de al menos
80 dólares no sólo para equilibrar su presupuesto, sino también para continuar con
la matanza de los yemeníes. Es más, tendrá que enfrentarse con un
descontento social que va en aumento. La detención de la semana pasada de unas
300 personas, entre príncipes, militares y funcionarios, muestra la frágil
poder de los jeques.
3) La caída libre de las acciones de Saudí Aramco (que el año pasado sufrió un extraño atentado) en un 9%, situándose por
debajo de su precio de oferta pública inicial. Entre sus efectos: a) el
descontento de miles de ciudadanos, un 20% de la población, que compraron las
acciones, algunos pidiendo incluso préstamo para convertirse en el inversor de
la empresa; b) tener que prolongar las medidas de austeridad en los salarios de
los trabajadores; c) golpe al prestigio, si lo tuvo alguna vez, del heredero
Mohammad Bin Salman, promotor de la ambiciosa Vision 2030, proyecto de grandes
infraestructuras que iba a reducir la dependencia del país al petróleo y ahora
se queda sin ingresos suficientes para su financiación. Este movimiento promovido
por un príncipe gafe y perdedor, que destruye todo lo que toca, contra un
veterano y astuto ajedrecista como V. Putin ha sido una estrategia demasiada
arriesgada: a ver si sobrevive a ello.
4) A pesar de que Rusia ha reducido parte de su
dependencia a la renta del petróleo, y desde el 2018 basa su presupuesto en los
45 dólares el barril (RAS lo había hecho sobre los 65 dólares), los precios
bajos no sólo perjudicarán a su economía sino a la propia persona del
presidente Putin; fue gracias al auge del precio del petróleo en la década de
2000 que consiguió importantes reformas económicas y el apoyo de su pueblo. Ahora
que aspira gobernar hasta 2036 necesita un barril por encima de 60 dólares.
5) Perjudica
enormemente a Irán, que sufre unas brutales sanciones de EEUU sobre
su industria petrolífera. Ha solicitado 5.000 millones de dólares al FMI para
luchar contra el coronavirus que, si los obtiene, serán parte de la maldita
deuda de un país inmensamente rico, a las instituciones financieras.
6) Asesina directamente a la OPEP, por tres
razones: a) Ahora, cada miembro podrá ir por libre, b) sus miembros perderán
miles de millones de beneficio y c) Separa a Rusia del cartel.
7) Beneficia a China, que consume 13% de los
barriles de petróleo que produce el mundo, y tiene tanto a Rusia como a RAS
entre sus proveedores.
La guerra de Arabia Saudí contra Rusia, y la de
Rusia contra EEUU pueden intensificarse provocando nuevos cambios en el mapa
geopolítico de energía hasta establecer un "nuevo orden petrolero"
que se presenta lleno de incógnitas.