Por: Jorge Sarsaneda del Cid / 8-161-364
Panamá, 210120
Si no fortalecemos nuestra humanidad, no
podremos ser verdaderos cristianos. Dios, nuestro Dios, para decirnos que nos
ama, que nos ofrece la salvación, se hizo ser humano en la persona de Jesús de
Nazaret.
Hemos sido testigos del despliegue
periodístico (algo amarillista) que se ha dado a un acontecimiento doloroso:
los asesinatos -supuestamente religiosos- en la comunidad bugle de Alto Terrón,
región Ñö Kribo, de la Comarca Ngäbe-Bugle. Han sido siete asesinatos que nos
han horrorizado y a los que no encontramos explicación y, de ninguna manera,
justificación.
Compartimos algunas reflexiones:
1) Este hecho ha sido la oportunidad para que algunos critiquen
“la ignorancia de los indios”, lo “absurdo de las comarcas”, la pobreza de esa
gente, la lejanía de las comunidades, etc. Más de uno, se ha “reafirmado” en la
“brutalidad del indio”. Todo esto es doloroso, vergonzoso y nada cristiano.
2) Exorcismo, diablo, posesión diabólica.
Supuestamente dijeron: “Los matamos porque Jehová quería”. Que quede bien claro:
Cada vez que Jesús se enfrentó al mal, éste fue derrotado. Los católicos no tenemos nada que hacer hablando del diablo, ni de
posesiones, ni de exorcismos. Tenemos
que hablar de Jesucristo y de cómo seguirlo. Esa es nuestra misión.
3) Una
cosa es libertad de culto y otra destrucción de culturas. El ngäbe y el
bugle son gente pacífica. El fanatismo no es parte de sus culturas. Las religiones están para hacernos más
humanos, más solidarios, más felices, si no, no deben existir, no sólo no
darles permiso para predicar, sean cristianos, católicos o de cualquier secta.
¿Quién regula esto?
4) ¿Qué Dios predicamos? ¿Tenemos claro que el Dios de Jesucristo es
un Dios que nos ama incondicionalmente? ¿O bien, predicamos un dios
colérico, castigador, celoso, que nos manda al infierno?
5) ¿Por qué existen comunidades con más de un 90% de pobreza? ¿Esos no son asesinatos a
largo plazo? ¿Qué han hecho -o dejado de hacer- los gobiernos, para llegar a la
situación actual?
6) Las culturas indígenas tienen valores milenarios que pueden ayudar en
esta y en otras situaciones. No se necesita a los siquiatras y sicólogos
occidentales para ir a darles “luz” a esos “pobres ignorantes”. La solidaridad,
la sabiduría sobre medicina tradicional, la escucha a los ancianos, el respeto
y manejo sostenible de la naturaleza, la importancia de la familia, son valores
que ya están en los pueblos indígenas. Sólo hay que volver la vista a ellos.
Ngöbö-Chube, nuestro Dios Padre y Madre,
nos dará la fuerza para seguir a Jesús responsablemente y superar este momento
de oscuridad.