Fundador de Quórum Teológico
Este año 2020, las fiestas del
Carnaval en Panamá, se celebrarán desde la víspera del jueves “lardero” 20 hasta
el miércoles de cenizas 26 de febrero, con el tradicional entierro de la
sardina. En realidad, las “festividades de
la carne” son tan antiguas como el mismo mundo.
Originalmente se realizaban en honor al “dios Baco”, quien era el dios
del vino (los bacanales). Ya en el
antiguo Egipto se realizaban en honor al “dios Apis” representado en un Toro, aunque
tenemos que confesar que estas fiestas son datadas aún más antiguamente y se
nos referencia a las tradiciones Sumerias que desde hace más de cinco mil años
celebraban. Se comentan entre los
expertos del tema que estas fiestas se expandieron por toda Europa y ya en el
siglo XV, los colonizadores españoles y portugueses la hicieron presente en
nuestra América nativa.
Aquí en Panamá, se le conoce
normalmente como la fiesta del “dios Momo”. El “dios Momo” era hijo de “Nix, la
diosa de la noche”. Ya el antiguo poeta Hesíodo en los años 700 a.C. en su
escrito, mejor conocido como la “Teogonía de Hesíodo”, lo menciona señalando
que de la “diosa Nix” aparte de crear al “dios Momo”, de ella nació también “el
Caos”, ella tuvo un hermano llamado “Oscuridad” y concibió a “Éter”
(luminosidad), pero la madre del “dios Momo” “Nix”, también engendró otros “entes”
como el destino, la perdición, la muerte, el sueño, la vejez, el dolor, el
engaño, el castigo merecido, la discordia, la burla, los espíritus de
destrucción entre otros. Así lo percibía
la mitología griega de la antigüedad.
Estas fiestas eran profundamente enraizadas en la concepción religiosa
de su tiempo.
¿Qué celebramos los
panameños durante estos días de asueto y que llamamos la fiesta del dios Momo?
En mis sesenta años de vida, y de ellos 35
años en el ministerio de la Iglesia he visto de todo, pero sobre todo cómo una
festividad que estaba ligada originalmente a la práctica religiosa, sobre todo
desde el siglo XV d.C., se ha ido convirtiendo en una fiesta, donde las
personas se entregan totalmente al desenfreno y a las prácticas inmorales y
anti cívicas, atentando contra toda institucionalidad, como contra las buenas
costumbres y el respeto a la ley y a sus autoridades civiles y religiosas.
Muchos ven este tiempo como un
“tiempo de permisos para el desenfreno”, como “un tiempo donde se puede ser
como “uno verdaderamente es”, donde se puede sacar a fuera todas las
inhibiciones y donde “se puede hacer lo que me da la gana” sin importar las
consecuencias que ello pueda traer a la sociedad panameña. El estado por su parte, se convierte en
patrocinador de ello, aportando millones de dólares para que el pueblo se
divierta. Tenemos que señalar que esto tiene un costo, Imaginemos todo el
personal que se moviliza para salvaguardar a los conciudadanos que se movilizan
para estas fiestas, todo ello con nuestros impuestos, para que los mismos, “los
políticos” puedan canalizar esos votos de “los millones de desenfrenados” …
como si no hubiese otras necesidades más importantes.
Cuando termina el “Carnaval”, con
millones de “cristianos light” (perdonen el término), todos llenos de
sentimientos de culpabilidad (otros no), por todos los desórdenes y pecados cometidos,
entonces empieza la Cuaresma. Inicia la
imposición de las Cenizas en todas las Iglesias de tradición católica, a todos
los arrepentidos y atormentados de su conciencia, donde en los templos los
sacerdotes en los sermones les recuerdan a todos, que el Dios todopoderoso y
eterno, el Padre de Jesucristo, no aborrece nada de lo que ha creado, y que perdona
los pecados de todos los penitentes. Si
las personas se acercan a Dios con verdadera autenticidad e intencionalidad de
enmendar sus vidas de acuerdo a la voluntad de él, Dios creará y formará en
nosotros, corazones nuevos y contritos, para que, lamentando debidamente
nuestros pecados y reconociendo nuestra miseria, obtengamos de él, toda
misericordia, perfecta remisión y perdón; mediante nuestro Señor Jesucristo.
Ojalá, que estos “Carnavales” sean
un tiempo para descansar y divertirnos sí, pero sanamente en familia, y por
otro lado, para prepararnos para la celebración de una santa Cuaresma que
tienen como finalidad la auténtica celebración de la vida, pasión y
resurrección de nuestro Señor Jesucristo.
Sacerdote