Manlio
Dinucci
www.voltairenet.com / 160518
Todo
el estruendo alrededor de la salida estadounidense del acuerdo nuclear con Irán
(JCPOA) viene a ocultar el hecho más importante: Israel tiene la bomba atómica, Irán no la tiene.
La
decisión de Estados Unidos de salir del acuerdo sobre el programa nuclear iraní
[1]
–acuerdo que Teherán firmó en 2015 con los 5 países miembros permanentes del
Consejo de Seguridad de la ONU más Alemania– da lugar a una situación
extremadamente peligrosa, y no sólo para el Medio Oriente.
Para
entender lo que implica esa decisión [de Estados Unidos], adoptada bajo la
presión de Israel –que califica el acuerdo de «rendición de Occidente ante el
Eje del Mal encabezado por Irán»–, es necesario partir de un hecho muy
concreto: no es Irán sino Israel quien tiene la bomba atómica.
Hace
más de 50 años que Israel fabrica armas nucleares en su instalación de
Dimona, construida con ayuda occidental, sobre todo de Francia y de Estados Unidos.
Nadie inspecciona la instalación israelí de Dimona porque Israel no ha firmado
el Tratado de No Proliferación de armas nucleares, tratado que –por el
contrario– Irán firmó hace 50 años.
Las
pruebas que demuestran que Israel fabrica armas nucleares fueron reveladas,
hace más de 30 años, por el técnico nuclear Mordechai Vanunu, quien había
trabajado en Dimona. Después de ser estrictamente verificadas por los más
importantes expertos en armas nucleares, las pruebas de Vanunu fueron
publicadas en el Sunday Times el 5 de octubre de 1986. Vanunu fue secuestrado
por el Mossad y trasladado clandestinamente a Israel, donde fue condenado a 18 años
de cárcel, que purgó bajo régimen de aislamiento. Después de cumplir la
condena, Vanunu fue liberado pero las autoridades israelíes lo mantuvieron
sometido a una serie de graves restricciones [2].
Hoy
en día Israel posee –aunque sigue sin admitirlo– un arsenal nuclear estimado en
entre 100 y 400 armas atómicas, entre las que se incluyen bombas nucleares
tácticas y bombas de neutrones de nueva generación. Israel produce además
plutonio y tritio en cantidades suficientes como para construir cientos de
armas atómicas. Las ojivas nucleares israelíes se encuentran listas para su uso,
al igual que sus misiles balísticos –como el Jericó 3. Para el uso de sus armas
nucleares, Israel también dispone de otros vectores, como los aviones de guerra
F-15 y F-16 proporcionados por Estados Unidos, a los que ahora se agregan los
F-35, igualmente Made in USA.
Mientras
tanto, las numerosas inspecciones de la Organización Internacional de la
Energía Atómica (OIEA) confirman que Irán no tiene armas atómicas y que
además está sometiéndose puntualmente a los controles internacionales previstos
en el JCPOA. Pero, como escribiera el 3 de marzo de 2015 el ex secretario de
Estado estadounidense Colin Powell en un correo electrónico revelado, «en Teherán
saben bien que Israel tiene 200 armas nucleares, que apuntan todas a Teherán, y
que nosotros [Estados Unidos] tenemos miles».
Los
aliados europeos de Estados Unidos, que formalmente siguen respaldando el
acuerdo con Irán, están sin embargo del lado de Israel. Alemania le ha
proporcionado 4 submarinos [de ataque] Dolphin, modificados precisamente para
poder lanzar misiles crucero con ojivas nucleares. Alemania, Francia, Italia,
Grecia y Polonia participaron recientemente, junto a Estados Unidos, al
mayor ejercicio internacional de guerra aérea de la historia de Israel, Blue
Flag 2017 [3].
Italia,
ligada a Israel por un acuerdo de cooperación militar (la Ley 94 de 2005),
participó en ese ejercito militar con varios aviones Tornado de 6 Stormo de Ghedi
(Italia), destinado a servir de vector a las bombas nucleares estadounidenses
B-61, que próximamente serán reemplazadas por las B61-12. Estados Unidos
participó con aviones F-16 del 31st Fighter Wing desplegado en Aviano (Italia),
destinados a la misma misión.
Las
fuerzas nucleares de Israel están integradas al sistema electrónico de la OTAN,
en el marco del «Programa de Cooperación Individual» con Israel, país que, sin ser
miembro de la alianza atlántica, dispone de una oficina permanente en el
cuartel general de la OTAN en Bruselas.
Según
el plan que se puso a prueba el ejercicio israelo-estadounidense Juniper Cobra
2018, fuerzas de Estados Unidos y de la OTAN llegarían desde Europa
–principalmente desde las bases situadas en Italia– para prestar apoyo a Israel
en una guerra contra Irán [4].
Esa
guerra pudiera comenzar con un ataque israelí contra las instalaciones
nucleares iraníes, como el de 1981 contra la instalación de Osirak, en Irak. En
caso de represalias iraníes, Israel podría utilizar un arma nuclear, iniciando
así una reacción en cadena de imprevisibles consecuencias.
[1]
Se trata del llamado Acuerdo 5+1 o JCPOA. Nota de la Red Voltaire.
[2]
Ver nuestro dossier Vanunu, Mordechai.
[3]
«Israel, Italia y la
“diplomacia de los cazas”», por Manlio Dinucci, Il Manifesto
(Italia), Red Voltaire, 22 de diciembre de 2017.
[4]
«Bajo el dominio de
Estados Unidos y la OTAN», por Manlio Dinucci, Il Manifesto
(Italia) , Red Voltaire, 15 de marzo de 2018, «Derecho de respuesta de
la OTAN, réplica de Manlio Dinucci y comentario de Red Voltaire»,
17 de marzo de 2018.