Thierry Meyssan
www.voltairenet.org /
090118
La discusión en Francia sobre
dónde serían juzgados los yihadistas franceses capturados en Siria es un caso
evidente de falso debate, alimentado por una televisora y un periodista que
ocultan al público sus vínculos particulares. Y tras ese falso debate en realidad
se prepara la eliminación de los posibles testimonios sobre el papel militar de
Francia contra Siria. En espera de que lo acepten sus aliados, Francia prepara
el reconocimiento de un Estado de opereta, bajo el nombre de «Rojava» y siguiendo el esquema ya
utilizado en «Kosovo».
El 5 de enero de 2018, el presidente
francés Emmanuel Macron recibió en el palacio del Elíseo a su homólogo turco
Recep Tayyip Erdogan.
Desde la perspectiva de Ankara, ese
encuentro debía permitir a Turquía fortalecer sus contactos con la Unión
Europea, evitando pasar por su interlocutor tradicional –Alemania– en momentos
en que las relaciones germano-turcas han alcanzado un alto grado de tensión.
Lo más importante es que Ankara quería
ponerse de acuerdo con París sobre sus proyectos futuros. El Reino Unido ha
puesto en manos de Turquía el manejo del dispositivo de los yihadistas, ahora
financiados por Qatar. El presidente turco Erdogan está tratando de alcanzar
dos objetivos en materia de política exterior:
- En primer lugar, obtener el respaldo de los nacionalistas kemalistas aplicando el juramento nacional del antiguo Parlamento Otomano. Por eso, el ejército turco ocupa ilegalmente el norte de Chipre, el norte de Siria y el norte de Irak [1].
- Continuar las guerras a través de los yihadistas, desplazando los principales combates desde Siria hacia el Cuerno de África y la península arábiga. Por eso, durante los últimos 6 meses, Erdogan ha enviado discretamente 1,500 soldados a Somalia y otros 35,000 a Qatar. También está enviando tropas a Sudán y ya se dispone a desplegar fuerzas militares en Yibuti.
Desde el punto de vista de París, el
encuentro entre los presidentes Erdogan y Macron debía reactivar los
compromisos franco-turcos adoptados en secreto en 2011, con el consentimiento
del Reino Unido, por los entonces ministros de Exteriores Juppé y Davutoglu,
fundamentalmente para crear en el norte de Siria un nuevo Estado, hacia donde
Ankara pudiera expulsar a los kurdos de Turquía [2].
Aquel acuerdo franco-turco fue roto
unilateralmente por el predecesor del presidente Macron –Francois Hollande–
luego de la batalla de Ain al-Arab –la ciudad siria que la terminología de la OTAN
designa ahora como «Kobane». Aquel retroceso de Hollande provocó una
dura reacción turca, bajo la forma de atentados perpetrados por el Emirato
Islámico (Daesh) el 13 de noviembre de 2015 [3]. Ese proyecto
no contradice las opciones actuales del Reino Unido y Turquía.
Consciente de la reticencia del parlamento
francés ante esa aventura, el presidente Macron ha optado por hacer que todo
eso se haga inevitable… abriendo antes una cuestión secundaria.
El regreso de
los yihadistas
Al ser entrevistado en el programa del
periodista Jean-Jacques Bourdin para RMC y BFM-TV, el 4 de enero de 2018, el secretario
de Estado y vocero del gobierno francés, Benjamin Griveaux, declaró que los
yihadistas capturados en Siria por la coalición internacional contra Daesh –o sea,
por las fuerzas bajo las órdenes del Pentágono– podrán ser juzgados en el norte
de Siria «si las instituciones judiciales son capaces de garantizar un
juicio justo» con «respeto de los derechos de la defensa».
Benjamin Grivaux es un ex colaborador de
Dominique Strauss-Kahn [4].
Muy vinculado ahora a Emmanuel Macron, Benjamin Grivaux participó en toda la
campaña electoral del hoy presidente de Francia. Su esposa, que es abogada,
redactó la parte jurídica del programa electoral de Macron.
Poco después, el mismo periodista,
Jean-Jacques Bourdin, entrevistaba a Khaled Issa, representante de «Rojava»
en París, quien confirmaba que su «gobierno» está dispuesto a juzgar a
los yihadistas de nacionalidad francesa. Pero decía de pasada que la decisión
de juzgarlos allí o de «extraditarlos» no sería de Francia sino que la tomaría
la «coalición internacional», de manera global, para todos los
yihadistas en general, independientemente de sus nacionalidades.
Al día siguiente, 5 de enero, el mismo
Jean-Jacques Bourdin entrevistaba a la ministra de Justicia de Francia, Nicole
Belloubet, quien declara entonces, refiriéndose al mismo asunto, que «no hay
Estado reconocido pero hay autoridades locales y podemos admitir que
estas puedan proceder a la realización de juicios».
En ninguna de esas tres entrevistas, el
periodista Jean-Jacques Bourdin hizo el menor esfuerzo por precisar si los
veredictos que se pronunciaran en «Rojava» contarían con el
reconocimiento de la justicia francesa (Non bis in idem), sin el cual
los acusados serían procesados nuevamente y pudieran ser condenados por segunda
vez por los mismos hechos y volver a ser encarcelados –también por los mismos
hechos– si volviesen a Francia.
Cuando entrevistó a la ministra de
Justicia, Bourdin la interrogó sobre otras cuestiones y sorprendió al público
mencionando asuntos sobre los que el gobierno nunca se había pronunciado, sin precisar
cómo había tenido acceso a esa información confidencial.
El periodista Jean-Jacques Bourdin está
casado con Anne Nivat, corresponsal de guerra, furiosamente anti-rusa y
notoriamente vinculada a la DGSE francesa (Dirección General de la Inteligencia
Exterior, siglas en francés). BFM TV es propiedad de una firma que pertenece a
los hombres de negocios Patrick Drahi y Bruno Ledoux. Este último es además
propietario del local que sirve de sede a la representación de «Rojava»
en París.
En sus respuestas a Bourdin, Benjamin
Griveaux y Nicole Belloubet evitaron cuidadosamente el uso de palabras como «kurdo»,
«Kurdistán» y «Rojava», hablando simplemente de las «autoridades»
(sic) del norte de Siria.
Allanando el
camino hacia una violación flagrante del derecho
Si finalmente se decidiese que los
ciudadanos franceses pueden ser juzgados en «Rojava», esa decisión
violaría:
- el Tratado franco-sirio que reconoce las jurisdicciones de la República Árabe Siria como las únicas legítimas en suelo sirio;
- la Convención Europea de Derechos Humanos, o Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos y de las Libertades Fundamentales.
- Su artículo 6 precisa que, para que un juicio sea equitativo, tiene que existir un tribunal establecido por ley y sus decisiones deben carácter ejecutorio. Al no disponer «Rojava» de prisiones, sólo dos veredictos serían realmente aplicables: la excarcelación del acusado o su condena a muerte. Por supuesto, nada impedirá que se pronuncien otros veredictos y que los condenados sean discretamente “reciclados” enviándolos a luchar en otros teatros de operaciones.
- Su artículo 7 plantea como principio que no hay pena sin ley (Nullum crimen, nulla poena sine lege [5]). Hoy por hoy no existe un código penal kurdo.
- la Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789, que figura en el Preámbulo de la Constitución de Francia, cuyo Artículo 7 estipula que quienes soliciten, impartan y ejecuten o hagan ejecutar órdenes arbitrarias deben ser castigados.
- la Constitution francesa actualmente en vigor.
- Su artículo 55 estipula que los tratados bilaterales regularmente aplicados por las otras partes firmantes, siguen siendo de obligatorio cumplimiento para Francia, lo cual es el caso de los Tratados entre Francia y Siria.
- Su artículo 68 plantea la responsabilidad penal de los miembros del gobierno y del presidente de la República Francesa por todo «incumplimiento de sus deberes manifiestamente incompatible con el ejercicio de su mandato».
Eliminación de
testimonios
Antes de emprender un camino del que sabe
perfectamente que contradice a fondo el Derecho, el gobierno francés ha
utilizado los medios de prensa para crear un profundo rechazo al «regreso de
los yihadistas». Ningún otro país afectado por ese fenómeno ha abierto este
tipo de debate sobre ese tema. Nada diferencia a esos individuos de los demás
asesinos que comparecen ante los tribunales ya existentes y que purgan
normalmente las condenas pronunciadas contra ellos.
Luego de haber cegado a la opinión
pública, el gobierno de Francia trata de ocultar su responsabilidad y la de sus
predecesores. Al verse acusados, algunos de los yihadistas franceses
seguramente mencionarían, en plena audiencia pública ante los tribunales
franceses, sus vínculos con la DGSE francesa y el papel del ministerio de los
Ejércitos (antiguo ministerio francés de Defensa) en esta guerra.
El gobierno del presidente Emmanuel Macron
y del primer ministro Edouard Philippe sigue así los pasos de sus predecesores [6]. Aún se recuerda,
por ejemplo, cómo el gobierno del presidente Sarkozy y de su primer ministro Francois
Fillon hizo desaparecer los testimonios de los soldados franceses que Siria
capturó y posteriormente liberó al aplicar el acuerdo de paz que aquel gobierno
francés concluyó con Damasco a raíz de la derrota del emirato islámico
instaurado en Baba Amro. Ningún medio de la prensa francesa publicó esa
información, a pesar de que la prensa árabe desbordaba de artículos sobre ese
tema en marzo de 2012, cuando los militares franceses capturados por las tropas
sirias fueron entregados al almirante francés Edouard Guillaud en la frontera
sirio-libanesa.
Hacia el
reconocimiento de «Rojava»
El principio jurídico de la «cosa
juzgada» (res iudicata) hará automático el reconocimiento de «Rojava»
como Estado soberano e independiente.
Fuente: Archives de
l’armée de Terre française.
Históricamente, los kurdos son un pueblo
nómada, como una versión guerrera de los gitanos de Europa. Circulaban por el
valle del Éufrates y eventualmente cruzaban el norte de Siria [7].
Al final del Imperio Otomano, grupos kurdos fueron reclutados para participar
en el exterminio de los cristianos en general, principalmente contra los
armenios [8].
Como pago por sus crímenes, recibieron las tierras de los armenios que habían
masacrado y se volvieron sedentarios. Bajo la colonización francesa en Siria,
kurdos de la tribu millis fueron reclutados para tratar de aplastar el
nacionalismo árabe en Raqqa y Alepo y salieron de Siria al proclamarse la
independencia.
La región que los medios han comenzado a
designar en los últimos años como «Rojava» abarca tierras árabes donde
los kurdos han estado presentes sólo desde la represión desatada contra ellos
como etnia en Turquía, durante la guerra civil turca de los años 1980. Las poblaciones
árabes musulmanas y cristianas que vivían en esa región fueron expulsadas de
allí recientemente, durante la guerra desatada contra Siria, y los kurdos
impiden ahora su regreso como ciudadanos sirios.
«Rojava» fue puesta en manos del
PYD, un partido kurdo que fue marxista-leninista y prosoviético, súbitamente
convertido en anarquista y proestadounidense [9]. A pesar de lo que
afirman sus comunicadores, el PYD mantiene una organización jerárquica
extremadamente estructurada, un culto totalitario a su fundador y una
disciplina férrea. Lo mejor que puede decirse es que aplica la paridad de
género para los cargos de responsabilidad, ocupados simultáneamente por un hombre
y una mujer. Esa paridad se aplica también a su estado mayor, a pesar de que no
abundan las mujeres entre los combatientes del PYD, en todo caso son mucho
menos numerosas que en otros ejércitos mixtos de la región, como las fuerzas
armadas de Israel y el ejército de la República Árabe Siria.
Publicado por Robin Wright 9 meses
antes de la ofensiva del Emirato Islámico (Daesh) en Irak y Siria, este mapa
presenta las fronteras de “Rojava” y del “Califato”. Según la investigadora del
Pentágono, este mapa corrige el que Ralf Peters había publicado en 2005 para
ilustrar el rediseño del Medio Oriente ampliado.
En 2013, el Pentágono tenía previsto
apoyar el plan franco-turco en el marco del rediseño del Gran Medio Oriente, o
Medio Oriente ampliado. Para ese rediseño, habría organizado simultáneamente la
creación de un «Sunnistán», que abarcaría territorios de Irak y Siria,
conforme al mapa publicado por Robin Wright. Pero el Pentágono abandonó ambos
proyectos cuando el presidente Trump decidió acabar con Daesh, y ahora sólo ve
el tema kurdo como una justificación para la presencia de soldados
estadounidenses en Siria. Sería por tanto conveniente tratar de lograr que
Estados Unidos volviese también al plan inicial.
Por otro lado, dado el fracaso, en 2017,
de la creación de otro Estado kurdo, en el norte de Irak y con apoyo de Israel [10], París y
Ankara están obligados a anticipar la oposición de Irán, Irak y Siria, e
incluso una oposición generalizada de prácticamente todo el mundo árabe.
Ankara, que en 2011 realmente deseaba la
creación de un seudo Estado kurdo en el norte de Siria, se opone si la nueva
entidad se halla bajo la influencia de Estados Unidos –que ya trató de asesinar
al presidente turco Erdogan en 3 ocasiones y que se tomó el trabajo de
financiar un partido kurdo para hacerle perder la mayoría en el parlamento
turco.
En su conferencia de prensa común con el
presidente francés Macron, el presidente Erdogan trazó claramente su línea roja:
impedir a toda costa que el PKK, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán
que tanto Turquía como Francia mantienen clasificado como «organización
terrorista», logre crear un corredor que le permita importar armas desde el
Mediterráneo hacia el sudeste de Anatolia. Se trata entonces de lograr que los
conflictos entre el PKK y «Rojava» provoquen una ruptura definitiva y
que el nuevo Estado no tenga acceso al Mediterráneo, que era lo previsto en el
plan inicial.
[1]
«La estrategia militar
de la nueva Turquía», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 13 de
octubre de 2017.
[2]
«El inconfesable
proyecto de creación de un seudo Kurdistán», por Thierry Meyssan, Red Voltaire,
7 de diciembre de 2015.
[3]
«El móvil de los
atentados de París y Bruselas», por Thierry Meyssan, Red Voltaire,
28 de marzo de 2016.
[4]
Dominique Strauss-Kahn, ministro de varios gobiernos socialistas en Francia, es
el ex director general del FMI que tuvo que abandonar ese cargo en mayo de 2011
después de ser encarcelado en Estados Unidos bajo la acusación de haber
agredido sexualmente a una camarera en un hotel de Nueva York. Nota de la Red Voltaire.
[5]
Para explicarlo de forma rápida, este es el llamado «principio de legalidad»
en virtud del cual al no existir ley no puede decretarse que hay crimen ni puede
imponerse castigo. Nota del Traductor.
[6]
«Militares franceses se
entrenan para dirigir Daesh», Red Voltaire, 25 de octubre de 2016.
[7]
Sobre los kurdos, ver en nuestro sitio web la investigación (la tercera parte
está pendiente de publicación en español) de la autora Sarah Abed.
[8]
«La Turquía de hoy
continúa el genocidio armenio», por Thierry Meyssan, Red Voltaire,
30 de abril de 2015.
[9]
«Las brigadas
anarquistas de la OTAN», por Thierry Meyssan, Red Voltaire, 12 de
septiembre de 2017.
[10]
«Kurdistán, lo que se
esconde tras el referéndum», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria) ,
Red Voltaire, 26 de septiembre de 2017.