Thierry Meyssan
www.voltairenet.org / 211117
Mientras los presidentes Putin y Trump avanzan sobre el tema sirio, los
altos funcionarios estadounidenses en la ONU se empeñan en seguir probando
fuerza con Rusia. Negándose a aceptar que se investigue un crimen cuyos
culpables ellos designan pruebas, los “diplomáticos” estadounidenses ya han
provocado no uno sino cuatro vetos en el Consejo de Seguridad. Para Thierry
Meyssan, el comportamiento esquizofrénico de Estados Unidos en la escena
internacional muestra tanto la división de la administración Trump como la
decadencia del imperialismo estadounidense.
Reeditando la postura de su
lejano predecesor en el cargo, Adlai Stevenson, durante la Crisis de los Misiles
del Caribe, la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, denuncia el
incidente de Khan Cheikhun mostrando imágenes escalofriantes, “pruebas” que el Mecanismo
de Investigación ONU-OPAQ se negó a autentificar. En esta foto aparece, junto a
la embajadora de Estados Unidos, el halcón estadounidense Jeffrey Feltman, jefe
del Departamento de Asuntos Políticos de la ONU.
Es imposible negar que las
cosas han cambiado mucho desde el 11 de septiembre de 2001. Estados Unidos
persiste en manipular la opinión pública internacional y los mecanismos de la ONU,
por razones diferentes, pero mostrando siempre el mismo desdén por la verdad.
En 2001, los representantes de
Estados Unidos y del Reino Unido, John Negroponte y Stewart Eldon, aseguraban
que sus dos países acababan de atacar Afganistán en legítima defensa después de
los atentados cometidos en Nueva York y Washington [1]. El secretario de Estado
Colin Powell prometía, claro está, distribuir al Consejo de Seguridad de
la ONU un completo dossier con las pruebas de la responsabilidad de Afganistán.
Hoy, 16 años después de aquella promesa, seguimos esperando por esas pruebas.
El secretario de Estado Colin
Powell miente al Consejo de Seguridad de la ONU. En plena sesión, Powell
muestra lo que presenta como una muestra de ántrax capaz de matar a toda la
población de Nueva York y acusa a Irak de haber preparado esa terrible arma
para atacar Estados Unidos. Ninguna de las administraciones estadounidenses
posteriores ha presentado excusas por aquella farsa.
En 2003, el mismo Colin Powell
se presentaba ante el Consejo de Seguridad
de la ONU para explicar a sus miembros, en una intervención difundida por las
televisiones del mundo entero, que Irak también estaba implicado en los
atentados del 11 de Septiembre y que ese país estaba preparando una nueva
agresión contra Estados Unidos, pero con armas de destrucción masiva [2]. Años después, cuando ya
había abandonado sus funciones en el seno de la administración estadounidense, Powell
reconoció ante las cámaras de una televisora de su país que las acusaciones que
contenía aquel discurso eran todas falsas [3]. Hoy, 14 años después de
aquel discurso, seguimos esperando que Estados Unidos se disculpe ante el Consejo
de Seguridad.
Todo el mundo ha olvidado las
acusaciones de Estados Unidos sobre la responsabilidad del presidente iraquí
Saddam Hussein en los atentados del 11 de septiembre (antes, Washington también
atribuyó aquellos atentados a Arabia Saudita y ahora los atribuye a Irán,
sin haber aportado nunca pruebas contra ninguno de esos países). Pero sí se recuerda
el debate, que se prolongó por meses, sobre las famosas armas de destrucción
masiva.
En aquella época, la Comisión
de Control, Verificación e Inspección de Naciones Unidas (UNMOVIC, siglas en inglés)
no encontró absolutamente ningún indicio de la existencia de aquellas armas. Se
produjo entonces un duro enfrentamiento entre el director de la UNMOVIC, el sueco
Hans Blix, y Estados Unidos, al principio, y posteriormente entre la ONU y, en definitiva,
todo el mundo occidental. Washington afirmaba que si Hans Blix no encontraba
las armas de destrucción masiva era porque hacía mal su trabajo. Pero Hans Blix
aseguraba que Irak nunca tuvo la capacidad necesaria para fabricar ese tipo de
armas. De todas maneras, Estados Unidos bombardeó Bagdad, invadió Irak, derrocó
al presidente Saddam Hussein y lo ahorcó, ocupó su país y lo saqueó.
El método estadounidense
posterior al 2001 no tiene nada que ver con lo que Estados Unidos hacía antes.
En 1991, el presidente George Bush padre se aseguró de poner el Derecho
Internacional de su parte antes de atacar Irak. Lo hizo empujando Bagdad a
invadir Kuwait y estimulando a Saddam Hussein a persistir en su error. Así
obtuvo Bush el respaldo de casi todas las naciones del mundo. En 2003, por el
contrario, George Bush hijo se limitó a mentir y a seguir mintiendo una y otra vez.
Numerosos Estados se distanciaron entonces de Washington mientras que el mundo
asistía a una de las manifestaciones pacifistas más grandes de toda la Historia,
de París hasta Sydney y de Pekín a Ciudad México.
En 2012, el Departamento de
Asuntos Políticos de la ONU redactó para Siria un proyecto de capitulación
total e incondicional [4]. Su director, el
estadounidense Jeffrey Feltman, ex secretario de Estado adjunto de la secretaria
de Estado Hillary Clinton, utilizó todos los recursos a su disposición para
conformar la más amplia coalición internacional de la Historia y acusar a Siria
de todo tipo de crímenes, sin que ninguno haya podido probarse.
Si los países que tienen en su
poder el documento de Feltman han decidido no publicarlo es para proteger la ONU.
Es, en efecto, inaceptable que los recursos de la ONU hayan sido utilizados
para promover la guerra, tratándose de una organización creada precisamente
para preservar la paz. Como no me atan las obligaciones que tienen los Estados,
yo publico en mi libro Sous nos yeux [5] un estudio detallado de ese
abyecto documento.
En 2017, el Mecanismo Conjunto
de Investigación ONU-OPAQ [6], creado a pedido de la
República Árabe Siria para investigar el uso de armas químicas en su territorio
fue objeto de la misma oposición que ya había tenido que enfrentar Hans Blix de
parte de Washington. Pero esta vez, algunos contendientes habían cambiado de
bando: en 2003, la ONU defendía la paz. Ya no es así actualmente. El estadounidense
Jeffrey Feltman fue mantenido en sus funciones y sigue siendo el segundo
funcionario más poderoso en la jerarquía de la ONU. Ahora es Rusia la que se opone,
en nombre de la Carta de las Naciones Unidas, a una serie de funcionarios
internacionales pro-estadounidenses.
Los trabajos del Mecanismo de
Investigación se analizaron y fueron objeto de debates de manera normal durante
su primer periodo, o sea desde septiembre de 2015 hasta mayo de 2017. Pero se hicieron
sesgados cuando el guatemalteco Edmond Mulet reemplazó en su dirección a la
argentina Virginia Gamba. La nominación de Edmond Mulet fue impulsada por el
nuevo secretario general de la ONU, el portugués Antonio Guterres.
El Mecanismo de Investigación
reúne en su seno a funcionarios de la ONU y de la OPAQ. Esta última
organización internacional recibió en 2013 el Premio Nobel de la Paz,
principalmente por su trabajo en la supervisión de la destrucción –por Estados Unidos
y Rusia– del arsenal químico sirio. Pero su director, el turco Ahmet Uzumcu, ha
cambiado mucho. En junio de 2015, fue invitado a Telfs Buchen (Austria) para
asistir a la reunión anual del Grupo de Bilderberg, el restringido club de la OTAN.
La cuestión resulta
extremadamente grave. En 2003 el enfrentamiento era entre Hans Blix y Estados Unidos,
que amenazaba con intervenir militarmente contra Irak si la ONU comprobaba que
Bagdad tenía armas de destrucción masiva. Pero en 2017, Rusia se opone a Edmond
Mulet, quien podría avalar a posteriori la intervención estadounidense
contra Siria. Porque el hecho es que Washington ya decidió, sin investigación,
que Siria es responsable de un ataque con gas sarín en Khan Cheikhoun, y ya
bombardeó por eso la base aérea siria de Sheyrat [7].
Si el Mecanismo de
Investigación se apartara de alguna manera del discurso de Washington, eso
pondría a Estados Unidos en la obligación de presentar excusas e incluso de
indemnizar a Siria. Los funcionarios internacionales pro-estadounidenses
consideran por tanto que su misión es determinar que Siria utilizó contra su
propia población gas sarín que aún mantendría ilegalmente en la base aérea
bombardeada de Sheyrat.
Desde el mes de octubre, el
intercambio ha ido subiendo de tono entre ciertos funcionarios de la ONU y
Rusia. Pero, la divergencia no tiene nada que ver –como pretende la prensa
occidental– con las conclusiones del Mecanismo Investigador sino sólo con sus
métodos ya que Moscú dio a conocer que rechaza toda conclusión obtenida
mediante métodos que no se ajusten a los principios internacionales establecidos
en el marco de la Convención sobre las Armas Químicas y de la OPAQ [8].
El gas sarín es un agente
neurotóxico extremadamente letal para el hombre. Existen variantes de ese
producto, como el clorosarín y el ciclosarín, y una versión aún más peligrosa:
el VX. Todos esos productos se absorben a través de la piel y pasan
directamente a la sangre. Luego de su dispersión en el entorno se degradan en semanas
o meses, no sin consecuencias para la fauna que puede entrar en contacto con ellos.
Cuando el sarín penetra en el suelo, a salvo de contacto con el oxígeno o la luz,
puede mantenerse activo durante mucho tiempo.
Basta con ver las fotos
divulgadas después del ataque de Khan Cheikhoun, que muestran varias personas
recogiendo muestras sólo horas después del ataque –sin ningún tipo de traje de
protección para evitar el contacto del sarín con su piel– para saber que si realmente
se usó allí algún tipo de agente químico no fue sarín ni ninguno de sus
derivados. Para más detalles, vale la pena ver el estudio del profesor Theodore
Postol, del Massachusetts Institute of Technology (MIT), que echa abajo uno a uno
todos los argumentos de los supuestos expertos de la CIA [9].
Sin embargo, contraviniendo
los principios de la Convención sobre las Armas Químicas, el Mecanismo
Investigador no fue al lugar para recoger muestras, analizarlas e identificar
el gas utilizado, si realmente ocurrió eso.
Al responder a las preguntas
de Rusia sobre ese asunto, en mayo y junio de 2017, la OPAQ respondió que
estaba estudiando las condiciones de seguridad para viajar al lugar. Pero
finalmente concluyó que no era necesario hacerlo porque «la utilización de
gas sarín está fuera de duda».
Por su parte, el Mecanismo
Investigador estuvo en la base aérea siria de Sheyrat, donde –según Washington–
estaba ilegalmente almacenado el gas sarín y donde fue cargado en los aviones
que supuestamente lo utilizaron. Pero, a pesar de la insistencia de Rusia, se negó
a recoger muestras.
El Mecanismo Investigador
también se negó a estudiar las revelaciones de Siria sobre las entregas de
gases de combate a los yihadistas por parte de las empresas Federal
Laboratories y NonLethal Technologies –de Estados Unidos– y Chemring Defence UK
–del Reino Unido [10].
Estados Unidos y sus aliados
incluso reconocen en el proyecto de resolución que presentaron el 16 de
noviembre que los funcionarios internacionales deberían realizar sus
investigaciones de «una manera apropiada para la realización de su mandato»
[11].
Rusia rechazó el informe del
Mecanismo Investigador debido al amateurismo de sus autores y rechazó en 3 ocasiones
la prolongación de su mandato. Utilizó el veto el 24 de octubre [12] y los días 16 [13] y 17 de noviembre, como ya
lo había hecho antes, el 12 de abril [14] cuando Estados Unidos y Francia
[15] trataron de condenar a Siria
por el supuesto ataque con gas sarín. Eran la octava, novena, décima y undécima
veces que Rusia utilizaba el veto sobre el tema sirio.
Se ignora por qué razón
Washington ha presentado 4 veces la misma alegación al Consejo de Seguridad por
vías diferentes. Ese tartamudeo ya se había producido antes, al principio de la
guerra contra Siria: el 4 de octubre de 2011, el 4 de febrero de 2012 y el
19 de julio del mismo año, cuando Francia y Estados Unidos trataron de que el
Consejo de Seguridad condenara lo que llamaron la represión de la primavera
siria. En aquel momento Rusia aseguraba, por el contrario, que no había en Siria
ninguna guerra civil sino una agresión externa. Y los occidentales siempre
replicaron que iban a «convencer» a su socio ruso.
Es interesante observar que la
leyenda que se repite en Occidente afirma que la guerra en Siria comenzó siendo
una revolución democrática que se desvió de su rumbo y acabó bajo la dirección
de los yihadistas. Pero, contrariamente a lo que se dijo entonces y a lo que
aún se dice, no existe ninguna prueba de que se haya producido en Siria la
menor manifestación en reclamo de democracia en 2011-2012. Todos los videos que
datan de aquella época muestran manifestaciones de apoyo al presidente Assad o
contra la República Árabe Siria, pero los manifestantes nunca reclaman
democracia. Ninguno de esos videos incluye consignas o pancartas en reclamo de
democracia. Todos los videos de supuestas «manifestaciones revolucionarias»
que corresponden a aquel periodo fueron grabados los viernes a la salida de
mezquitas sunnitas, ninguno se grabó otro día ni en otro lugar que no fuera una
mezquita sunnita.
Es cierto que en algunos de
esos videos se oyen consignas que incluyen la palabra «libertad». Pero
al prestar atención se comprueba que los manifestantes no reclaman «Libertad»,
en el sentido occidental, sino «la libertad de aplicar la sharia». Si usted,
estimado lector, encuentra un documento realmente fidedigno que me contradiga
mostrando una manifestación de más de 50 personas, le agradeceré que me lo envíe
y me comprometo a publicarlo.
La obstinación estadounidense
en manipular los hechos podría interpretarse como una forma de alineamiento de
la administración Trump con la política de los 4 últimos mandatos
presidenciales. Pero esa hipótesis está en contradicción con la firma en Amman
–el 8 de noviembre– de un Memorándum secreto entre Jordania [16], Rusia y Estados Unidos, y
con la Declaración común de los presidentes Putin y Trump, fechada el 11
de noviembre en Da Nang, y dada a conocer al margen de la Cumbre de la APEC [17].
El primero de estos documentos
no se ha publicado, pero varias indiscreciones ya han permitido saber que no tiene
en cuenta la exigencia israelí de crear una zona neutral –en territorio sirio–
que abarcaría 60 kilómetros más allá no de la frontera israelí sino de la línea
de alto al fuego de 1967. El gobierno británico, que no deja pasar la menor
ocasión de añadir leña al fuego, reaccionó haciendo publicar a través de la BBC
varias fotografías satelitales de la base militar iraní de Al-Kiswah (a 45 kilómetros
de la línea de alto al fuego) [18].
Como era de esperar, el primer
ministro israelí Benyamin Netanyahu rechazó de inmediato el acuerdo entre los dos
grandes y anunció que Israel se reserva el derecho a intervenir militarmente en
Siria para preservar su seguridad [19], comentario que constituye
una amenaza contra un Estado soberano y, por tanto, viola la Carta de las
Naciones Unidas. En todo caso, todos han podido comprobar en los últimos 7 años
que el pretexto de las armas destinadas al Hezbollah libanés está más que
gastado. Por ejemplo, el 1º de noviembre Israel bombardeó ilegalmente una zona
industrial en la región siria de Hassiyé… otra vez con el pretexto de destruir
armamento destinado al Hezbollah. En realidad, el blanco del ataque era una
fábrica de cobre indispensable en el restablecimiento de la red eléctrica siria
[20].
La Declaración de Da Nang
incluye avances bien definidos. Por ejemplo, deja establecido por primera vez
que todos los sirios podrán participar en la próxima elección presidencial. Hay
que recordar que los miembros de la coalición internacional violaron la
Convención de Viena impidiendo que los sirios residentes en el exterior votaran
en la última elección presidencial. Por su parte, la «Coalición Nacional de
Fuerzas de la Oposición y de la Revolución» boicoteaba las elecciones
porque estaba bajo control de la Hermandad Musulmana y esta proclama que «El
Corán es nuestra ley» y que no hay espacio para elecciones en un régimen
islamista.
El contraste entre, por un
lado, el avance de las negociación ruso-estadounidense sobre Siria y, por otro
lado, el empecinamiento del mismo Estados Unidos en negar los hechos ante el
Consejo de Seguridad de la ONU resulta realmente sorprendente.
Es interesante observar el
desconcierto de la prensa europea, tanto ante el trabajo de los presidentes
Putin y Trump como frente a la terquedad infantil de la delegación de Estados Unidos
en el Consejo de Seguridad. Casi ningún medio de difusión ha mencionado el Memorándum
de Amman y todos comentaron la Declaración Común Putin-Trump antes de su
publicación, basándose sólo una Nota de la Casa Blanca. En cuanto a las niñerías
de la embajadora estadounidense Nikki Haley en el Consejo de Seguridad, los medios
europeos se limitaron a señalar unánimemente que los dos grandes no pudieron
llegar a un acuerdo… pero sin mencionar los argumentos rusos, a pesar de que
Moscú los expuso extensa y detalladamente.
Lo que puede verse es que mientras
el presidente Trump trata de separarse de la política imperialista de sus
predecesores, los funcionarios internacionales pro-estadounidenses de la ONU
son incapaces de adaptarse a la realidad. Después de 16 años de mentiras
sistemáticas, ya no logran pensar en función de los hechos sino sólo de sus obsesiones.
Ya no logran dejar de creer que la realidad corresponde a lo que ellos quieren.
Es el comportamiento característico de los imperios en decadencia.
[2] «Discours de M. Powell au Conseil de
sécurité de l’ONU», por Colin L. Powell, Réseau Voltaire, 11
de febrero de 2003.
[4] «Alemania y la ONU contra Siria», por Thierry Meyssan, Al-Watan
(Siria), Red Voltaire, 28 de enero de 2016.
[7] «¿Y por qué Trump bombardeó
Sheyrat?», por Thierry Meyssan, Al-Watan (Siria) , Red Voltaire,
2 de mayo de 2017.
[8] «Observations émises par le Ministère russe
des Affaires étrangères au sujet du dossier chimique syrien», Réseau
Voltaire, 23 de octubre de 2017.
[9] «El informe de la CIA sobre el
“ataque químico” de Khan Shaykhun es una burda falsificación», Red Voltaire,
15 de abril de 2017.
[10] «Londres y Washington entregaron armas
químicas a los yihadistas», Red Voltaire, 16 de agosto de 2017.
[11] «Projet de résolution sur le Mécanisme
d’enquête conjoint Onu-OIAC (Véto russe) », Réseau Voltaire,
16 de noviembre de 2017.
[12] «Projet de résolution sur le
renouvellement du Mécanisme d’enquête conjoint (Veto russe)», «Utilisation d’armes chimiques en
Syrie (Veto russe)», Réseau Voltaire, 24 de octubre
de 2017.
[13] «Projet de résolution sur le Mécanisme
d’enquête conjoint Onu-OIAC (Véto russe)», Réseau Voltaire,
16 de noviembre de 2017.
[14] «Debate sobre el presunto incidente
químico de Khan Cheikhun (veto ruso)», Red Voltaire,
12 de abril de 2017.
[15] «Évaluation française de l’attaque
chimique de Khan Cheikhoun», Red Voltaire, 26 de abril
de 2017.
[17] «Declaración de los Presidentes de
Rusia y Estados Unidos sobre Siria», Red Voltaire, 11 de
noviembre de 2017.
[18] “Iran building
permanent military base in Syria – claim”, Gordon Corera, BBC, 10 de
noviembre de 2017.
[19] «Israel rechaza el plan
ruso-estadounidense para la paz en Siria», Red Voltaire, 15
de noviembre de 2017.
[20] «Israel bombardea una fábrica de cobre
en Siria», por Mounzer Mounzer, Red Voltaire, 3 de noviembre de 2017.