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Apuntes cronológicos sobre Vasco Núñez de Balboa

 Por Olmedo Beluche 


Ofrezco estos apuntes para ayudar a la comprensión histórica del acontecimiento del cual se conmemorarán pronto los 500 años, el "avistamiento" o "descubrimiento" para los europeos del Mar del Sur (océano Pacífico) y del hombre que fue su principal protagonista. De Vasco Núñez de Balboa hay varias biografías muy buenas, aunque aquí me he basado en la de Charles Anderson. También muchos historiadores reputados y cientistas sociales han analizado las implicaciones del suceso para la historia humana. Esta cronología apenas pretende ser un esquema que ayude a captar al hecho y al hombre en perspectiva. Advierto que es muy probable que haya incurrido en omisiones importantes, pero inconscientes. 

 1475. Nace en Jerez de los Caballeros, Extremadura. Sin embargo, todos los historiadores señalan que no hay datos fehacientes sobre su infancia y nacimiento. Fecha de nacimiento se establece, según Anderson, a partir de afirmación de Las Casas de que, en 1510, cuando huyó de La Española, tenía 35 años de edad. Según Anderson los primeros cronistas (P. Mártir, Oviedo, Las Casas y Gomara) atribuyen lugar de nacimiento a Badajoz. Felipe de la Gándara (1677) afirma que nació en Galicia y era natural de Badajoz (?).  Es en 1830 cuando Washington Irving (inglés) y Manuel José Quintana (español) aseguran que nació en Jerez. Sitio de nacimiento que es aceptado oficialmente a partir de 1913 en el cuarto centenario del “descubrimiento” del Mar del Sur. 

Entre 1475 y 1500. En su juventud, sirvió como paje del señor de Moguer, don Pedro de Portocarrero. 

Oct. 1492. Cristóbal Colón “descubre” América, llegando a la isla de Guanahaní (San Salvador). Recorre las Bahamas, Cuba y Haití. 

1493. Se establece una colonia española permanente en Haití (La Española). 

1 de agosto de 1498. Tercer viaje de Colón. Llega por primera vez al continente (Tierra Firme) en la zona de Paria (Venezuela), recorre la costa de Venezuela, isla Margarita, Trinidad. Descubriendo oro y perlas, lo que va a motivar las siguientes expediciones y la ambición de los españoles por viajar al Nuevo Mundo. 

1497-98. Juan Cabot y su hijo, Sebastián, recorren la costa de América del Norte. 

1496. Bartolomé Colón (hermano de Cristóbal) funda la ciudad de Nueva Isabela (Santo Domingo). 

1499. El rey Fernando, motivado por el descubrimiento de perlas del tercer viaje de Colón, rompe compromisos de derechos de éste adquiridos en las Capitulaciones de Santa Fe (Granada) en 1492 y autoriza expedición de Alonso de Ojeda a la región de Venezuela. Acompañan a Ojeda el piloto Juan de la Cosa y el cartógrafo Américo Vespucio.  Ojeda navegó el golfo de Venezuela, Cuquibacoa hasta el cabo de la Vela (La Guajira) y de allí retornó a La Española el 5 de sept. de 1499. Retorna a España en julio de 1500. 

1499. Casi inmediatamente a Ojeda se autoriza expedición de Pedro Alonso Niño, piloto de Colón en el tercer viaje, a emprender la misma ruta. Retornó a España, por Galicia, en mayo de 1500, antes que Ojeda (pues no paró en La Española) cargado de oro y perlas. Según Anderson es el primer viaje que deja amplios beneficios financieros. Lo cual le costo la cárcel a Niño pues los funcionarios de la Corona opinaban que escondía parte del tesoro para no pagar la totalidad del 1/5 que le correspondía al Estado. 

Octubre de 1500. Rodrigo de Bastidas, opulento notario del barrio de Triana, Sevilla, obtiene licencia para una expedición a la misma zona de Venezuela. Se le autoriza a adquirir bienes de todo tipo, incluyendo perlas, oro, joyas, metales, especies de animales, esclavos, etc. Deducidos los gastos de viaje, que corren por su cuenta, ¼ para el Soberano y el resto para él. En este viaje se embarca Vasco Núñez de Balboa. El piloto nuevamente es Juan de la Cosa. 

1500. Expedición de Bastidas sale de Cádiz, se dirige a Las Canarias y desde allí a la costa occidental de Venezuela. Llegan a una “isla verde”, que no se identifica. Al llegar al Cabo de la Vela (punto límite explorado por anteriores) siguen hacia occidente. Llegan a Río Hacha (Guajira), Santa Marta (donde los indios se adornaban con coronas). 

Marzo de 1501. Llegan a desembocadura de un gran río que llamó Magdalena. Bahía de Cartagena (nombrada así posteriormente), isla Barú, islas Arenas, y archipiélago de San Bernardo. Dsembocadura río Sinú. Isla de Tortuga (Tortuguilla actual). Punta Caribana, entraron al golfo de Urabá (Darién) pensando que era un estrecho y cuando echaron anclas a solo cuatro brazas de profundidad se dieron cuenta que era agua dulce, por ello denominaron inicialmente Golfo Dulce (g. de Urabá). Según Anderson todo este trayecto permitió a Balboa conocer las tribus de la región que luego le sería util, pues supo que los indios de la costa oriental del Urabá usaban flechas envenenadas y los de la costa occidental no.  

1501. Bastidas sale del g. de Urabá y se dirige a cabo Tiburón y explora la costa norte de Panamá y llega a donde luego seria fundada Nombre de Dios. De aquí zarpan hasta Jamaica (no colonizada aún) con problemas en los buques que hacían agua porque un molusco (teredo navalis) se comía el casco de las naves. De ahí hasta el islote de Contramaestre a una legua de La Española. zarpan, pero un vendaval les hace retornar al islote. Como los buques hacen mucha agua se dirigen al puerto de Jaragua (suroeste de la Española, hoy Haití). Lugar donde finalmente se hundieron los buques de Bastidas. Murieron muchos indios que traían encadenados y se perdió parte del botín de oro y perlas, pero la mayoría fue salvada. Bastidas dividió los hombres en tres grupos que por caminos distintos se dirigieron a pie hasta Santo Domingo. En esta ciudad, el gobernador Bobadilla (que había arrestado y deportado a España a los hermanos Colón), arresta a Bastidas y le decomisa el cargamento aduciendo que comerciaba ilegalmente y le deporta en 1502 arrestado a la Península. El hecho casual del hundimiento hizo que Balboa se quedara en La Española. 

1502. Cuarto y último viaje de Colón. En sentido contrario a Bastidas recorre la costa caribeña de Centroamérica hacia el oriente, llegando hasta inmediaciones de Nombre de Dios, donde se entera por los indios que Bastidas estuvo antes. 

15 de abril de 1502. Llega a La Española una gran flota con nuevo gobernador que reemplaza a Bobadilla, el comendador Nicolás de Ovando. 

29 de junio de 1502. Colón en cuarto viaje retorna a Santo Domingo, pero Ovando no le permite atracar, pese a que el Almirante avisa de la llegada de un huracán. Ovando no hace caso y permite el zarpe de la flota con destino a España, 30/6/1502. Se perdieron más de 20 buques y 500 personas, entre ellas el exgobernador Bobadilla (y otros enemigos de Colón), doscientos mil castellanos en oro, incluida la mayor pepita encontrada en La Española. Sólo se salvó el pequeño buque “Aguja” (considerado el peor) con 4000 pesos oro y bienes confiscados a Colón. Las Casas consideró el ciclón como un castigo divino. El buque de Colón se salvó porque se refugió en una caleta. También se salvó el buque en que viajaba deportado Bastidas con su botín incautado porque volvió a Santo Domingo. Cuando llegó a España finalmente le levantaron los cargos. 

1502-1509. No consta que Balboa recibiera pago por botín de Bastidas. Pero el gobernador Ovando le otorgó tierras y un repartimiento de indios, en Salvatierra de la Sabana, al suroeste de La Española. No hay relatos (según Anderson) de cómo fue la vida de Balboa en La Española. 

9 de junio de 1508. La Corona española divide mediante un “asiento” Tierra Firme en dos zonas administrativas: Veragua y Nueva Andalucía, divididas por una línea imaginaria así: desde la costa occidental del golfo de Urabá hacia el poniente, Veragua, cuyo gobernador sería Rodrigo de Nicuesa, con asiento en Nombre de Dios (Panamá al este de Portobelo); y desde la margen oriental del g. de Urabá hacia el oriente, Nueva Anadalucía, cuyo gobernador sería Alonso de Ojeda, con asiento en San Sebastián (al oeste del g. de Urabá). Ambos asentamientos van a tener problemas desde el principio por la resistencia de los indígenas y ambos gobernadores van a resultar heridos por las flechas.  

Noviembre de 1509. Zarpan para el continente, con una diferencia de 8 días (entre el 14 y el 22 de noviembre). La peor parte la llevó Ojeda que primero entró en la bahía de Calamar (Cartagena) atacó a los indios (Calamari) y obsesionado por el oro, entró varios kilómetros (contra el consejo de Juan de la Cosa, que le acompañaba). Entraron a una gran población (Turbaco) que estaba vacía y empezaron a saquear, hasta que los indios volvieron y les atacaron estando dispersos. Solo se salvó Ojeda y otro acompañante, muriendo el resto de los españoles incluido la Cosa. Vuelve al barco y se mudan a Urabá (San Sebastián) donde siguen bajo ataque indígena, e incluso es herido el propio Ojeda. En mayo de 1510, desesperado, Ojeda retorna por refuerzos a La Española, pero va a dar a Cuba, que no estaba colonizada. No volvería más a este continente.  Deja a cargo del poblado a Francisco Pizarro. Este dato es importante porque el papel de Balboa para instalar un asentamiento seguro va a ser decisivo posteriormente. Se cre que Balboa intentó partir con Ojeda y no se le permitió, en noviembre de 1509, cuando parten ambas expediciones. 

A Nicuesa no le fue mejor. Guiado por el piloto Ribero y por las descripciones del Cuarto Viaje de Colón, buscó el río Veragua viajando de este a oeste. Lo paso y llegó hasta la laguna de Chiriquí y sus islas, donde intentando caminar por tierra fueron atacados por los indios. Se mueven luego hacia el este e intentan fundar el pueblo Nuestra Señora de Belén en la desembocadura del río Belén, pocos kilómetros al este del río Veraguas. Los indios huían llevándose consigo los alimentos. Muchos españoles morían enfermos o por los indios. Se retiran de Belén. Más hacia el este llegan a la bahía de Porto Bello (bautizada así por Colón). Nuevas penalidades, los indios matan a unos 20 españoles, y se mudan a otra bahía que conocía uno de los marineros que estuvo antes con Colón, que llamaban puerto de Bastimentos. Se dice que Nicuesa, cansado y hambriento dijo: “Paremos aquí en el nombre de Dios!” (Anderson, p. 61) y se quedó con ese nombre, el 9 de noviembre de 1510. La mayoría de los hombres moría porque no aguantaban el clima tropical. Según Las Casas (citado por Anderson), nadie moría sino cuando bajaba la marea. Al final sólo le quedan 200 de los 580 hombres que habían zarpado de La Española. Pero, aunque al principio Nombre de Dios fue abandonada por Sta. María, en unos años los españoles retornarían a ella abandonando Acla y Sta. María. Y esta se convertiría en ciudad colonial junto con Panamá en el Pacífico. 

Septiembre de 1510. El bachiller Martín Fernández de Enciso, alcalde mayor de Ojeda, parte de Santo Domingo para llevarle ayuda. Parte con un buque y un bergantín, 150 hombre armados, yeguas, cerdos y demás provisiones. Allí va escondido Balboa, unos dicen que en una vela y otros que en un barril. Anderson opina que ambas cosas pueden ser ciertas porque paso de la vela al tonel. Le escondió su leal amigo Bartolomé Hurtado (al que premiará bien posteriormente). Descubierto por Enciso, éste amenaza con dejarle en una isla desierta, pero Balboa alega a su favor la experiencia en la expedición de Bastidas (otros le apoyan). Se salva. “Dios tenía determinado de hacer otra cosa dél, por su mal” (dictaminará años después sobre este incidente el Obispo de Chiapa).  

Sept. 1510. Pizarro abandona San Sebastián con dos bergantines, uno de los cuales zozobra y todos perecen. Con los últimos 40 hombres retorna a Calamar, donde encuentra a Enciso. Enciso al principio desconfía de Pizarro, creyendo que se había amotinado y no cree que sea todo lo que queda de la expedición de Ojeda. Pizarro y sus hombres ofrecen todo el oro que tenían a cambio de que se les permita volver a La Española o irse a Veragua con Nicuesa. Pero Enciso no lo permite pues teme perder su inversión y cargo de alcalde. Vuelven a San Sebastián. La mala suerte acompañaba a Enciso, su buque choca contra un banco de arena y se hunde con todas las provisiones y caballos. Con los dos bergantines siguen a San Sebastián para encontrarlo quemado por los indios. Enciso con 100 hombres lanza un ataque en busca de oro y comida y resultan muchos heridos por los indios caribe, huyendo de vuelta al poblado. Se dice que, abatido, intentó irse con unos cuantos leales, abandonando a los demás, lo cual le hizo perder autoridad. Querían volver, pero no podían embarcar 180 hombre en dos bergantines. “Dejemos estas costas mortíferas de donde el mar, la tierra, el cielo y los hombres nos rechazan”, decían (Anderson p. 49). 

Sept. 1510. En el marco de esta crisis es cuando empieza a destacar el carácter y la experiencia de Balboa. Recordó que en el viaje de Bastidas habían encontrado en la otra orilla del g. de Urabá un pueblo “mui fresco i abundante de comida, i que la Gente no ponía Jerva (Yerba o veneno) en las Flechas”. Eran las tierras del cacique Cémaco (aunque la ciudad y los “indios” se denominaban Darién). Pero también la otra orilla (occidental) del Urabá era Veragua perteneciente a la jurisdicción de Nicuesa. Se encomendaron a la “Nuestra Señora de la Antigua” (venerada en Sevilla), Enciso hizo la invocación, y se enfrentaron a 500 indios a los cuales vencieron. Se enfrentaron las lanzas y flechas de madera de los darienes contra las espadas metálicas y mosquetes de los españoles. Allí mismo fundaron un poblado que denominaron Santa María la Antigua en agradecimiento a la virgen que les dio la victoria. El saqueo además produjo 10 000 castellanos en oro y prendas (103 libras de oro fino).  

Sept.-nov. 1510. Sta. María. Empiezan rápidamente los conflictos entre los propios españoles. Enciso exige que todos presenten ante él la cantidad de oro conquistado por cada uno, alegando que el derecho a controlar esos ingresos en nombre de la Corona y que se lo había dado Ojeda en el contrato. No pudiendo mostrarlo una asamblea (Cabildo) le retira el mando aduciendo que, al estar en el área de Nicuesa, carece de poder legítimo. En sustitución eligen dos alcaldes: Balboa y Martín de Zamudio. En noviembre entran al golfo dos buques comandados por Rodrigo Enrique de Colmenares, lugarteniente de Nicuesa, enviado a apoyarle desde La Española. Colmenares, Balboa y los cabecillas acuerdan que el primero busque a Nicuesa y le traiga a Sta María. El único que se opone es Enciso. Se designa a Diego Albítez y Diego del Corral para que sean portavoces de la ciudad ante Nicuesa. 

Dic. 1510 - marzo 1511. La comitiva de Colmenares llega a Nombre de Dios con las provisiones. Los emisarios hablan con Nicuesa la situación de Sta. María, pero éste comete el exabrupto de decir que decomisará el oro y destituirá a las autoridades cuando llegue. Albítez y del Corral adelantan la vuelta a Sta. María y advierten pretensiones del gobernador. El Cabildo decide no dejarle desembarcar y hacen un juramento colectivo, dirigidos por Balboa. Según Anderson, aquí hay dos versiones: A. La de Oviedo que dice que al llegar Nicuesa a Santa María (fines febrero) le admite Balboa en su casa por tres semanas hasta que le echan; B. la de Las Casas que dice que no se le permitió desembarcar. El gobernador Nicuesa fue aprehendido, puesto en un bergantín con pocas provisiones, 6 acompañantes y 7 marineros. Nunca se supo qué le sucedió. También hay debate histórico sobre el grado de responsabilidad de Balboa en la decisión. Anderson tiende a justificarle que diciendo que fue una decisión colectiva. 

Marzo a dic. 1511. Expulsado Nicuesa, Balboa dirige un juicio a Enciso, al cual se le expropian sus bienes y envía con cargos a España, acompañado por el alcalde Zamudio (que debía defender los argumentos de Balboa). Este logra su objetivo ante Diego Colón gobernador de La Española que escribe al rey Fernando que había nombrado a Balboa su lugarteniente y le enviaba ayuda. Hacia julio de 1511 todos lo españoles de Nombre de Dios habían sido trasladados a Santa María. En el viaje de búsqueda, Colmenares recoge a dos españoles fugados de la expedición de Nicuesa que habían convivido con la tribu del cacique Careta de la etnia Cueva, ubicada donde estaría Acla. Estos alegan que tienen oro y Balboa hace una expedición sometiéndolo, pero no es esclavizado a cambio de que produzcan la tierra para los españoles. El cacique entrega a su hija CARETITA (así la identifica Oviedo, NO ANAYANSI) como esposa de Balboa. El rey expide el 23 de diciembre de 1511 Real Cédula nombrando a Balboa gobernador interino del Darién. 

1512. Resuelto el conflicto de autoridad, Balboa se dedica a conocer y conquistar a las tribus de la zona, pactando con algunas de ellas. Logra establecer la siembra de maíz en Santa María y recibe refuerzos desde La Española y España. Pero en la Corte empieza la trama contra Balboa dirigida por Enciso. 

20 de enero de 1513. Balboa escribe al rey Fernando su documento más importante, una larga carta en la que informa con detalle de la situación de Santa María, los diferendos con Enciso y Nicuesa, las tribus de la región, la geografía, etc. Describe la tribu de Careta, la de Comogre (hoy Ailigandí) colindante con éste, que tenía 10,000 súbditos y pactó pacíficamente con Balboa. Comogre obsequió a Balboa piezas de oro valoradas en 4,000 pesos y 7 esclavos. Al repartirse el botín los españoles, una vez sacado el “quinto” del rey, se armó un gran revuelo. Viendo esto Panquiaco, hijo de Comogre dijo: “Cristianos! Qué es esto? Por qué peleáis por semejantes bagatelas? Si amáis de tal suerte el oro que para obtenerlo abandonáis vuestros hogares y corriendo tantas fatigas y peligros venís a perturbar la tranquilidad de estas pacíficas regiones, voy a indicaros una provincia en donde podréis satisfacer vuestros apetitos; pero para hacer esto, es necesario que seáis un mayor número que ahora, pues tendréis que contender con grandes reyes que defenderán sus países con mucho valor y encarnizamiento. En primer lugar, váis a encontrar al rey de Tubanamá, que tiene en abundancia ese oro que tanto apreciáis, y cuyos dominios se encuentra a unos seis soles de nuestro país” (Anderson, p. 108).  Entonces, señalando con el dedo hacia el sur les habló de otro mar. 

31 de mayo de 1513. La respuesta del Rey Fernando a la carta de Balboa fue ordenar en esta fecha la organización de una gran Armada para viajar al Darién a cuyo mando él pondrá un miembro de la corte de su confianza. Se ordena que lleve entre 800 y 1000 hombres, suficientes provisiones, etc. Se autorizan gastos por 5 millones de maravedíes. Según Anderson, el Rey Fernando tuvo 3 objetivos: 1. Como no confiaba en Balboa iba a colocar al mando de Darién un hombre de su confianza; 2. Sospechaba que los portugueses querían disputarle Tierra Firme; 3. Ir en busca inmediata del otro mar. 

27 de julio de 1513. Rey Fernando en un decreto denomina Castilla del Oro a lo que hasta entonces se llamaba Darién y nombra a Pedrarias Dávila capitán general y gobernador. 

28 de julio de 1513. Rey Fernando ordena a Pedrarias investigar judicialmente actos de Balboa cuando llegase a Santa María. 

1 de septiembre de 1513. Embarca Balboa en Santa María en busca del Mar del Sur, con 190 españoles, algunos indios, una jauría, un bergantín y 10 canoas indígenas. 

6 de septiembre llega a tierras de Careta (hoy Punta Carreto, entre Puerto Escoces y Mulatupu), donde se fundó Acla. Suman 1,000 “indios” a la expedición y se internan a tierras de Ponca al cual vencen.  

Entre el 20 y 24 de septiembre viajan a través de la selva llegando a tierras de Toarecha (pueblo de Cuarecuá o Quarequá o Careca, que no eran de la etnia Cueva, según Cook, p. 55), donde exhaustos acampan.   

El 25 se sept. Balboa se interna al río Chucunaque con un grupo más pequeño (?). Allí ese día, adelantándose al resto sube la cumbre de un cerro los linderos de Cuarecuá Balboa donde avista el Mar del Sur. El cura de expedición, Andrés de Vera, realizó un Te Deum Laudamus y los hombres erigieron pirámides de piedra y marcaron cruces en los árboles para señalar el sitio. 

29 de septiembre. Bajan a tierras de Chiapes tras una breve escaramuza son vencidos. Aquí Balboa organiza 3 grupos para encontrar camino al mar. El grupo de Alonso Martín, luego de 2 días de caminata, llegan a la playa. Informado Balboa, con 26 hombre llega a la orilla el día 29/9/1513. Se interna en el mar hasta la rodilla, y alzando ambos brazos, en uno empuñando la espada y el otro un estandarte con la imagen de la Virgen María toma posesión para España del Mar del Sur. Había recorrido 110 kilómetros a pie. Llamó al golfo donde estaba Golfo de San Miguel por ser el santo de ese día. Estuvieron presentes 27 españoles como testigos del hecho de lo cual tomó acta el notario Valderrábano. 

El 7octubre de 1513, se dirige a tierras de los caciques Cocura o Coquera o Cuquera y Tumaco (Punta San Lorenzo). Tumaco confirma a Balboa la existencia de una gran nación al sur (Perú) que usaba barcos de vela y un animal de carga (llamas). Entre los presentes estaba Francisco Pizarro. Allí se entera de la pesquería de perlas en la isla de cacique Terarequí. Se embarca el 29 de octubre con 60 hombres y nueve canoas hacia ellas y llega a la que llamó Isla Rica (Isla del Rey) y bautizó el archipiélago como de Las Perlas.  

Noviembre de 1513. Balboa emprende el regreso a Santa María por un camino distinto y atraviesa las comarcas de Teoca, Pacra, Bugue Bugue, Bononaima y Chiorizo, negociando con unos y masacrando militarmente a otros. Luego Tubanamá, que opuso gran resistencia hasta llegar a tierras de Pocorosa (hoy Playón Chico) en el Caribe.  

19 de enero de 1514 retorna a Sta. María con más de 100 mil castellanos en oro, incontables perlas, prendas de algodón, etc. Designa a Pedro Arbolancha para que viaje a España a informar del “descubrimiento” y entregar el 1/5 de la Corona. 

El domingo de “carnestolendas” (de Carnaval, previo al miércoles de Ceniza) de 1514 la Armada zarpa hacia América, pero un vendaval le obliga a volver. ¿Presagio? 

11 de abril de 1514, martes santo, finalmente zarpa la Armada, con orden de dirigirse directamente a Santa María sin pasar por La Española, pues el rey Fernando no confiaba en el Virrey Diego Colón. Viajan por Las Canarias y el primer lugar al que llegan en el Continente es la isla de Martinica. Son 17 naves, con 1,500 hombres y varias mujeres españolas, entre ellas Isabel de Bobadilla, mujer de Pedrarias. Es la mayor flota que hasta ese momento ha zarpado al Nuevo Mundo. Acompañan otras autoridades a Pedrarias: Gaspar de Espinoza (Alcalde Mayor), Gonzalo Fernández de Oviedo (oficial real), Juan de Ayora (lugarteniente de Pedrarias), obispo Juan de Quevedo, el mayor enemigo de Balboa, Gonzalo Fernández de Enciso como Alguacil mayor. 

30 de junio de 1514. Llega la Armada a Santa María.  El pueblo tenía entre 100 y 200 casas (Bohíos de paja, según Celestino Araúz) y contaba con 500 españoles, que tenían a su servicio 1,500 indios naboríes para trabajos domésticos. Pedrarias y Gaspar de Espinoza abren proceso a Balboa y le obligan a pagar indemnización a Enciso y otros, pero es absuelto de responsabilidad por muerte de Nicuesa. Queda libre.  

11 de septiembre de 1514. Pedrarias y sus oficiales realizan un consejo para ver situación crítica en Santa María. El invierno había hecho intransitables las calles, la hierba crecía por doquier, el oro estaba difícil de conseguir sin ir a laborarlo (sacar pepitas de los ríos). Cosa curiosa: intentan contratar 10 hombres dispuestos a trabajar (de 230 asalariados que llegaron), no se ofrece ninguno. “Los españoles no habían ido a Castilla del Oro a trabajar: habían venido para obtener oro” (Anderson, p. 405). Hambrientos jóvenes aristócratas mendigaban o comían hierbas y raíces igual que animales, 32 personas fallecían en promedio por día quedando los cuerpos insepultos (Anderson p. 406). Parte de la Armada decidió regresar unos a España, otros a La Española. Según Oviedo murieron más de 500 personas, según Andagoya “en un mes murieron 700 hombres de hambre y de enfermedad de modorra” (Anderson p. 407). En siete meses, más de la mitad de la expedición de Pedrarias o había muerto o había huido. 

23 de septiembre de 1514. El Rey Fernando expide el real Decreto que nombra a Balboa ADELANTADO DE LA COSTA DEL MAR DEL SUR Y DEL GOBIERNO DE LAS PROVINCIAS DE PANAMA Y COIBA.  

20 de marzo de 1515 llegan dos carabelas con provisiones a Sta María con los decretos a favor de Balboa, pero Pedrarias los retiene. Recién el entre el 21 y 23 de abril entrega Pedrarias los nombramientos a Balboa, después de que en una reunión de oficiales el Obispo Quevedo advirtiera que era delito no cumplir la voluntad del rey. La gobernatura para Balboa de la Tierra Nueva (Panamá y Coiba) no tenía límites precisos y fue motivo de controversia. 

16 de oct. de 1515. Carta de Balboa al Rey denunciando los abusos de Pedrarias. 

Enero de 1516. Pedrarias retorna a Santa María luego de una expedición de castigo a tribus del Panamá actual y encuentra que Balboa ha reunido un barco y decenas de soldados para una expedición sin su autorización. Le inicia juicio y mete preso. Hasta que el Obispo Quevedo les reconcilia y Pedrarias compromete a su hija Isabel que estaba en España. Balboa acepta y se hace formal compromiso. Pedrarias le llama “hijo”. A mediados de 1516 se traslada a reconstruir Acla. 

23 de enero de 1516. Muere rey Fernando el Católico y hereda el trono Carlos I, que tardó en llegar a España, la cual fue gobernada por el Cardenal Cisneros como regente. 

Entre 1517 y 1518. Balboa se traslada a Acla con 300 hombres, usa mano de obra indígena y esclavos africanos. Construye barcos, navega el Pacífico entre las islas de Las Perlas hasta Puerto Piña. 

Fines de 1518. Pedrarias y otros enemigos de Balboa, temerosos de que sus barcos y exploraciones por el Mar del Sur le lleven a descubrir las tierras del Perú, le arman una serie de acusaciones de traición, incluyendo las que ya habían sido ventiladas en el primer juicio (como la muerte de Nicuesa). Le detiene Francisco Pizarro por orden de Pedrarias y es conducido prisionero a Acla. 

12 de enero de 1519. En un juicio sumario, sin garantías y desoyendo su petición y la costumbre de ser enviado detenido a La española es condenado a muerte por Espinoza. Ese día se ejecuta la sentencia al caer la tarde (Pedrarias observa desde una casa cercana la ejecución). Balboa es condenado por traición junto a sus hombres de confianza: Valderrábano, Luis Botello, Fernán Muñoz y Hernando Arguello. Sube Balboa primero al patíbulo. El pregonero dice: “Esta es la Justicia que manda hacer el rei nuestro Señor, y Pedrarias, su Lugarteniente, en su Nombre, a este hombre, por Traidor, i Usurpador de las Tierras, sujetas a la Real Corona”. Balboa responde: “Es mentira, i falsedad, que se me levanta: i para el paso en que voi, que nunca por el pensamiento me pasó tal cosa, ni pensé, que de mi tal se imaginára: antes fue siempre mi deseo de servir al Rei, como fiel Vasallo, i aumentarle sus Señorías con todo mi poder, i fuerzas”. Luego puso sereno la cabeza en el cepo y el verdugo hizo su trabajo. Pedrarias ordenó que su cabeza permaneciera expuesta en un palo en la plaza del pueblo por varios días.  Según Anderson, Pedrarias demoró en notificar al Rey sobre la ejecución. 

 Bibliografía básica 

 1. Anderson, Charles L. G. Vida y Cartas de Vasco Núñez de Balboa. Emece Editores, S.A. Buenos Aires, 1944. 

2. Araúz, C. A. y Pizzurno, P. El Panamá Hispano (1501-1821). Tercera Edición. Diario La Prensa. Panamá, 1997. 

3. Cooke, Richard y Sánchez Herrera, Luis A. “Panamá Indígena: 1501-1550”. En: Historia General de Panamá. Vol. I, Tomo I. Comité Nacional del Centenario. Panamá, 2004. 

4. Oviedo, Gonzalo Fernández de. Sumario de la Natural historia de las Indias. Colección “Fabio Lozano y Lozano”. Santafé de Bogotá, 1995.




Existe un llamado para ser Instrumento de Dios

 Por: Rev. Padre Manning Maxie Suárez+

Muchas veces hemos escuchado, en los templos cristianos de todo el mundo, en nuestros hogares, en las escuelas sobre todo en las clases de religión que debemos ser instrumentos del Señor.  Pero, alguna vez se han puesto a pensar ¿qué verdaderamente significa profundamente ser un Instrumento de Dios? 

Estoy muy seguro, que un gran porcentaje de personas, creyentes y no creyentes no comprenden la magnitud de este llamado.  Este criterio lo tengo después de los treinta y ocho años de servicios cristiano desde mi ordenación al santo ministerio en la Iglesia.  

Vivimos en una época convulsionada y de cambios transcendentales en el desarrollo del pensamiento, de formas y estilos de vida en un siglo que está agobiado por tantos problemas tratando de subsistir en una sola casa común con más de 50 conflictos internacionales, con serios problemas ecológicos creados antropocéntricamente, y con posiciones encontradas en materia de valores y principios tradicionales versus los valores de una modernidad.

Para los hombres y mujeres que seguimos los valores cristianos que podemos llamar también tradicionales, la vida de los santos es de gran ejemplo a la hora de promover valores en una sociedad cuasi evangelizada.  Ellos, hombres y mujeres como nosotros que recibieron un llamado de vida especial y entregaron todo por esa misión de vida que nace de la reflexión y la espiritualidad personal sustentada en el Espíritu y que reconocen ese amor de Dios entendido desde la vida, pasión, muerte y resurrección de nuestro Señor Jesucristo.  El gran Maestro que nos enseñó lo más importante y qué da significación a toda nuestra existencia: Dios mismo en nosotros.

Los Santos de la Iglesia, entendieron que a Dios se le comprende desde la contemplación, desde el silencio, desde el escuchar, desde esa relación de amor profundo con el Señor.  Muchas veces ni siquiera hay que hablar, cantar, gritar, solo basta con estar quietos, solos, y contemplarlo.  Es esta acción de vida que se empodera en el Espíritu para asumir la Misión de Vida.  Aquí es donde nos nutrimos y nos llenamos de su presencia y es esta relación va develando el sentido de nuestra existencia.

Alban Butler (1709 - 1773), quien fue un sacerdote católico y hagiógrafo. Ordenado al presbiterado en 1735 y quien ejerció las cátedras de filosofía y teología. Es el creador de una de las obras clásicas de la Iglesia donde nos pone en contacto con la Vida de los Santos.  En esta obra uno queda maravillado de las vidas de miles de hombres y mujeres que al haber tenido una experiencia religiosa tomaron la decisión de dedicar sus vidas al servicio de Dios y los hombres convirtiéndose en Instrumentos de Dios.

Se nos habla de San Remigio, Obispo de Reims (c. 530 d.C.), de san Melorio, mártir.  De santa Teresita del Niño Jesús, virgen (1897 d.C.). De san Gerardo De Brogne, abad (959 d.C.). Del beato Domingo Spadafora (1521 d.C.). De san Francisco de Asís, fundador de los frailes menores (1226 d.C.). De san Petronio, Obispo de bolonia (c. 445 d.C.). De santo Tomás, Apóstol. Entre muchos otros que estoy seguro que, no conocemos o nunca hemos oídos pero que son parte del gran santoral de la Iglesia y donde Alban Butler da a conocer esa biografía de estos hombres y mujeres de Dios al servicio del hombre y del mundo.  Sumemos a estos nuestros santos latinoamericanos como San Héctor Valdivielso (Benito de Jesús) argentino, San Antonio de Santa Ana Galvao Brasileño, Santa Teresa de Los Andes Chilena, Santa Laura de Santa Catalina de Siena, Colombiana y nuestro querido y amado Beato Oscar Romero, Salvadoreño entre otros. Ejemplos no nos faltan,

Pero fue casualmente San Francisco de Asís, fundador de los frailes menores (1226 d.C.) quien nos ha hecho más concientes de esa frase ya famosa en su ya oración “Hazme un Instrumento de tu paz”, hoy día rezada por millones de personas alrededor del mundo y cantada en la liturgia cristiana como una plegaria, invocación y compromiso hacía Dios de brindarnos todos como “Embajadores de la Paz de Dios” en y para el mundo.  Seria bueno una lectura diaria, como se hacía en tiempos antiguos, de la vida y obra de estos servidores de Dios.

Estoy seguro que encontraremos ejemplos de vida a seguir como el modelo para la juventud (San Juan Bosco) y para todos hoy, en ellos encontraremos valores y principios como la Fe en Jesucristo; el Amor y la praxis de la caridad; Entenderemos que somos Comunidad y nuestra unidad es porque Jesús y el Padre son Uno; A practicar la Humildad y el perdón; Comprometernos con la Evangelización del mundo; Aceptar el Martirio como consecuencia de la evangelización, los mártires cristianos eran vistos como ejemplos de fe inquebrantable y valentía en la defensa de su creencia.  La Obediencia a la voluntad de Dios; Mantener esa fe en la Esperanza en la vida futura, La cristiandad primigenia enseñaba la esperanza en la vida después de la muerte y la resurrección final en la segunda venida de Cristo.  Y finalmente reconocer el bautismo y la participación en la comunión eucarística, que eran prácticas fundamentales para los creyentes, simbolizando la unión con Cristo y con la comunidad de fe.

Todo ello, aceptado por fe y puesto en práctica por la fuerza del Espíritu nos ayudará a ser Instrumentos de Dios, hacedores de la paz, Embajadores de la paz en un mundo confundido por sus pecados y por estar apartados de los principios y mandamientos de Dios.  Mi súplica para Panamá y el mundo hoy es: “Señor Haznos Instrumentos de tu Paz”.

Sacerdote y Académico.

Panamá: las contradicciones de la contradicción

Por: Dr. Guillermo Castro H.

 “El   moderno sistema mundial nació a lo largo del siglo XVI.  América -como entidad geosocial- nació a lo largo del siglo XVI. La creación de esta entidad geosocial, América, fue el acto constitutivo del moderno sistema mundial. América no se incorporó en una economía-mundo capitalista ya existente. Una economía-mundo capitalista no hubiera tenido lugar sin América.” Aníbal Quijano e Immanuel Wallerstein, 1999[1]

            

La sociedad panameña ingresó en un proceso de crisis política abierta desde julio de 2022. Comprender el desarrollo de ese proceso hasta el presente, y sus perspectivas de corto y mediano plazo, demanda distinguir entre la contradicción principal que afecta al país, y el aspecto principal de esa contradicción en las diversas etapas de ese proceso.

Esa contradicción principal radica en el agotamiento de lo que cabría llamar el modelo transitista de desarrollo, que desde el siglo XVI ha concentrado lo fundamental de la actividad económica y del poder político en los grupos sociales que controlan el tránsito interoceánico por el Istmo. Por su parte, el aspecto principal de esa contradicción se expresa en la creciente incapacidad de los sectores dominantes en ese modelo para comprender y atender a los problemas que lo afectan.

Para el siglo XX, esa función vino a quedar a quedar en manos de los Estados Unidos, que lo ejerción para adelantar sus aspiraciones a la hegemonía global que vendría a alcanzar tras la Gran Guerra de 1914-1945. Estados Unidos ejerció ese control al amparo de un régimen de protectorado militar establecido en el Tratado Hay-Bunau Varilla de 1903 - y ampliado después por la Asamblea Constituyente de 1904. Ese protectorado fue organizado mediante la creación de un enclave colonial conocido como Zona del Canal.

Aquel enclave extranjero vino a desintegrarse entre 1979 y 1999 según lo acordado en el Tratado Torrijos-Carter. A partir de allí, pasó a reconstituirse después, a escala ampliada, como una Plataforma de Servicios Transnacionales para la circulación del capital, que genera el 80 por ciento de los ingresos del país. La creación de ese enclave ampliado recibió un impulso decisivo tras el golpe de Estado de diciembre de 1989, que liquidó un régimen militar ya destrozado por sus conflictos internos, y lo sustituyó por una versión renovada de la democracia oligárquica que había imperado en país entre 1903 y 1968.

Para ese entonces, el transitismo nacionalizado gozaba de un prestigio y una credibilidad – expresada por ejemplo en la gestión exitosa de la vía interoceánica bajo administración panameña. Hoy, sin embargo, el transitismo enfrenta una situación de descrédito en la que se combinan factores como una grave situación de inequidad en el acceso a los frutos del crecimiento económico, el descrédito del sistema político-partidista restablecido a partir de enero de 1990, y la acumulación de grandes problemas que el Estado no está en capacidad de encarar con el país al que debe servir.

En efecto, los grandes beneficiarios de la ampliación del enclave de servicios transnacionales no se han mostrado interés por la integración del Canal a la economía interna, ni por la de esa economía en el mercado global a partir por ejemplo del fomento de nuevas ventajas competitivas en sectores como la producción agropecuaria y la de servicios ambientales. Con ello, no solo han privado al país de nuevas modalidades de desarrollo, sino que han contribuido en la práctica al agravamiento de los problemas que el modelo de desarrollo vigente no está en capacidad de resolver.

En lo más visible, esos problemas van desde el grave deterioro de los servicios públicos de seguridad social, educación y salud hasta los que presenta la sostenibilidad del Canal debido a las crecientes limitaciones en la oferta de agua dulce que requiere su funcionamiento. A ello ha venido a sumarse la metástasis de la economía de enclave, ahora en la forma de una explotación  minera de cobre a cielo abierto que viene operando en la región centro-Occidental de la vertiente atlántica del Istmo desde fines de la década 1990.

La legitimación de dicho enclave minero mediante un contrato con el Estado, que muchos consideran lesivo a los intereses del país y de graves consecuencias ambientales, ha pasado a convertirse ahora en el aspecto principal del deterioro del modelo de desarrollo transitista. En la práctica, el Estado ha perdido la capacidad para procesar y encauzar hacia objetivos comunes los conflictos derivados de ese deterioro, que no permite garantizar una prosperidad equitativa, sostenible y democrática en el país.

En julio de 2022 la crisis que encaramos hoy tuvo su primera manifestación en movilizaciones sociales que paralizaron el país en reclamo de atención a los problemas derivados de la inflación, el desempleo y del deterioro de los servicios de salud, seguridad social y educación. Esa ha venido operando desde entonces, parafraseando al general Omar Torrijos, como un serrucho, que avanza y retrocede, pero cortando siempre.

Interesa, en todo caso, observar que de ese ir y venir participan todos los sectores de la vida nacional. En el caso de la minería, por ejemplo, unos rechazan el contrato, pero no a la mina en explotación; otros demandan el cierre de la empresa; otros, la prohibición de la minería en el país, y otros más piden combinar la aprobación del contrato con la declaración de una moratoria de la actividad minera.

Y emergen ahora – en la mejor tradición de maniobra política criolla – quienes recomiendan suspender el proceso de aprobación parlamentaria para volver a la mesa de negociación mientras se diluyen las tensiones. Esto, sin embargo, equivale a remitirle el problema al gobierno que surja de las elecciones de mayo de 2024, agregándolo a los de la Caja de Seguridad Social, y a los de las inversiones que demandará garantizar el abastecimiento de agua para el Canal mediante el trasvase de ríos colindantes con la explotación minera en curso.

Alguien dijo alguna vez que la solución de grandes problemas genera siempre problemas nuevos y más complejos. Estamos en las vísperas de aprender los problemas nuevos y más complejos que resulten de la incapacidad para encarar y resolver, con la sociedad y no simplemente para ella, las contradicciones que surgen del agotamiento del modelo de desarrollo imperante en la sociedad panameña desde los orígenes mismos del mercado mundial.

Alto Boquete, Panamá, 22 de septiembre de 2023

[1] “La americanidad como concepto, o América en el moderno sistema mundial”

https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000092840_spa

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Reseña del artículo“ LA JUVENTUD PANAMEÑA Y LA GESTA DEL 9 DE ENERO” Marco A. Gandásegui, h. (2016)

 Reseña del artículo“ LA JUVENTUD PANAMEÑA Y LA GESTA DEL 9 DE ENERO”  - 24 pag. 24 del autor Marco A. Gandásegui, h. (2016)

Para entender los sucesos del 9 de enero de 1964, hay que ser panameño. Tal es el efecto de prácticamente un siglo de enclave colonial norteamericano sobre nuestro territorio, aunado a innumerables intervenciones armadas en nuestro país, que a su vez cobraron muchas victimas, en un país bajo la permanente tutela de los EE.UU. y en una situación de vasallaje nacional y racial, que sumado a una pertinaz determinación de varias generaciones de panameños de distintas posiciones políticas para lograr nuestra liberación nacional plena, nos permitió consolidar nuestra Soberanía Nacional tal como se logro en el año 2000, con la salida de las tropas norteamericanas y la devolución del Canal de Panamá. Gandásegui nos recalca el respeto y admiración que sentimos muchos panameños por esa juventud que enmarcó el camino a una soberanía y dominio pleno. Con un solo propósito los mismos se esparcieron por calles y caminos específicos en la ciudad de Panamá con el único objetivo de mostrar nuestra bandera como único símbolo en el territorio istmeño, con el objetivo de buscar nuestra hegemonía. 

Debemos aclarar que la Gesta del 9 de enero de 1964, encabezada inicialmente por estudiantes, pero seguidos por el pueblo en general, y que contó con la solidaridad de la clase política del país (llevo a la ruptura diplomática momentánea con los EE.UU.) es un hecho histórico relevante en la conciencia colectiva panameña, determinante para nuestra identidad nacional y que contribuyo a la consolidación del Estado Nacional, al imponerle negociaciones a los EE.UU. Marcos A Gandásegui acierta en algo y es lo que hace que esta gesta patriota suene como de superhéroes “Quién se hubiera imaginado que una juventud rebelde pondría fin a esa absurda pretensión de Washington de convertir a Panamá en su colonia a perpetuidad?”

Valorando las certeras palabras de este autor, me es necesario aclarar que después de todo el recorrido de aquellos jóvenes con el objetivo de izar nuestra bella bandera nacional se abrieron caminos los cuales determinaron los Tratados del Canal de 1977, y la  devolución del Canal a Panamá con la salida de las bases militares norteamericanas el 31 de diciembre de 1999, al iniciar el presente siglo.

Explicar detalle a detalle como ocurrió todo exactamente es un paso grande para valorar nuestra cultura. Desde el momento en el que la policía Zoneita impidió el paso de la manifestación, permitiendo el acceso al plantel de una delegación de solo seis estudiantes panameños para dar paso a la colocación de la bandera  Nacional y que no cumplieran con su palabra dio inicio a esta gran revolución, así es, como lo mencioné, la delegación panameña fue reprimida por la policía norteamericana, lo cual generó la reacción inmediata del resto de los Estudiantes que habían Marchado pacíficamente al territorio Zoneita,  como si Panamá le hubiera declarado la guerra…entre hechos no mencionados por el autor y que me parece de carácter importante para comprender mejor que aquella gesta no fueron solo actos de rebeldía, hubieron actos como el cierre del puente de las Américas que motivo aún más aquella generación, aquel 9 de enero, se apoderaron del corredor a la ciudad de Colon, incluso la toma de la ciudad misma, y no está de más mencionar nuevamente  el uso de fuego armado  a las zonas adyacentes, lastimosamente desencadenó consecuencias ya conocidas: 21 muertos y 500 heridos por parte de la Población Panameña. Los primeros disturbios, son pruebas irrefutables de que, en esos días, la tropa agredió a la población Panameña cumpliendo órdenes emanadas de las más altas autoridades norteamericanas.

Los hechos acontecidos antes del año 1964 dieron partida a lo que ya conocemos como el “Dia de los mártires”  Gandásegui lo detalla perfectamente y esto fue el aprovechamiento indebido que hizo Estados Unidos de las circunstancias angustiosas o precarias que dieron origen a la independencia de Panamá. Ese aprovechamiento se concretó en el leonino tratado general de 1903 que lesionaba profundamente la soberanía nacional. Aún fresca la tinta que dibujó la firma de Felipe Bunau-Varilla al suscribir el 18 de noviembre de 1903 el nefasto documento (pág. 10)

El 10 de enero de 1964, el presidente de Panamá Roberto Chiari decide romper relaciones diplomáticas con los Estados Unidos como respuesta a la ofensiva del ejército estadounidense contra el pueblo panameño, exactamente así lo menciono en una carta enviada justo a las 3:00 Pm al encargado de negocios Wallace Stuart:

“Finalmente cumplo con informar a Vuestra Excelencia que, debido a los sucesos a que antes me he referido, el Gobierno de Panamá considera rotas las relaciones diplomáticas con su ilustrado Gobierno, y en consecuencia, ha impartido instrucciones a Su Excelencia el Embajador Augusto G. Arango, para que regrese cuanto antes a la Patria.”

 Tal vez en mi escrito suene sentimental, pero imaginar cada suceso es un poco agridulce, sobre todo al conocer palabras de muchos de aquellos autores de esta gesta: Seguiré soportando el dolor porque la lucha que hicimos fue de alma y corazón por ver a mi Panamá libre”, dijo al diario La Estrella de Panamá en 2017 Claudio Márquez, panameño herido en aquella jornada y que conserva una bala alojada en su cuerpo. ¿Cómo no sonar sentimental o enorgullecerme de aquellos jóvenes? Gracias a ellos hoy camino por una ciudad hermosa, plena y soberana, igual que muchos de mis familiares y 4 millones panameños más.

La historia panameña tiene un sinfín de sacrificios y luchas que a medida que se fueron dando, indicaron el camino para una soberanía plena. Pero la fecha para recordar y que enmarcó una gran diferencia fue aquel “9 de enero de 1964”

 Marcos A Gandásegui nos deja claro su mensaje en su escrito, el cual es no olvidar lo sucedido aquel dia y en los días posteriores para que los demás jóvenes sepan como sucedió todo. Sobra decir que estos eventos marcaron un antes y después en nuestra historia. El objetivo de los Mártires se logró. La memoria histórica de estos hechos deja una huella imborrable en el corazón de nuestra nación, aprendamos del pasado, no olvidemos el legado de tantos caídos y héroes que expusieron sus vidas en beneficio de todas las generaciones que vendrían, recordémoslos y honrémoslos con respeto, sus nombres quedarán escritos para siempre en el alma de la patria.  (Portugal, 2021)

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Autora: Kristell Prado

Estudiante de Licenciatura de la Universidad Cristiana de Panamá