Conoce la Vida de los Santos y Santas de la Iglesia.
Para el 27 de Febrero: Jorge Herbert (1633)
Es famoso por sus poemas y su obra en prosa: Un sacerdote en el templo, o El cura rural.
Su biógrafo, Izaak Walton, lo pinta como modelo del piadoso sacerdote de parroquia. Herbert describió los poemas como "un retrato de los muchos conflictos espirituales que he pasado entre Dios y mi alma, antes de que sometiera mi voluntad a la de Jesús, mi maestro; en cuyo servicio he hallado la libertad perfecta".
Herbert nació en 1593, miembro de una antigua familia, primo del conde de Pembroke, y conocido del rey Jaime I y del infante Carlos (más tarde rey). Gracias a su puesto oficial de Orador Público de Cambridge, entró en contacto con la corte. Sin embargo, las esperanzas que alimentara como cortesano se debilitaron por la asociación que mantuvo con personas no gratas al rey Carlos I, sobre todo con Juan Williams, obispo de Londres.
Herbert había comenzado el estudio de teología cuando tenía poco más de veinte años, y en 1626 fue ordenado de sacerdote. El rey Carlos le permitió ganarse la vida como rector de las parroquias de Fugglestone y Bemerton en 1630. Su colección de poemas: El templo, fue entregada a su amigo, Nicolás Ferrar, y publicada póstumamente. Dos de los poemas son himnos muy conocidos: "Teach me, my God and King", y "Let all the world in every corner sing". La gracia, fuerza e imaginación metafísica de los poemas influyó en poetas posteriores, como Henry Vaughan y Samuel Taylor Coleridge. Algunas líneas del poema sobre la oración han conmovido a muchos lectores.
Herbert era desprendido y dedicado al servicio a los demás. Izaak Walton escribe que muchos de los parroquianos "dejaban los arados cuando las campanas de la iglesia de Herbert sonaban para la oración y ofrecían también con él una devoción a Dios". Sus palabras, "nada es pequeño al servicio de Dios" han recordado a los cristianos, una y otra vez, que todo en la vida cotidiana, grande o pequeño, puede ser un medio para servir y adorar a Dios. (Se le conmemora el 27 de febrero).
Hymn: "Teach me, my God and King" - Washington National Cathedral
Para el 27 de Febrero: Jorge Herbert (1633)
Es famoso por sus poemas y su obra en prosa: Un sacerdote en el templo, o El cura rural.
Su biógrafo, Izaak Walton, lo pinta como modelo del piadoso sacerdote de parroquia. Herbert describió los poemas como "un retrato de los muchos conflictos espirituales que he pasado entre Dios y mi alma, antes de que sometiera mi voluntad a la de Jesús, mi maestro; en cuyo servicio he hallado la libertad perfecta".
Herbert nació en 1593, miembro de una antigua familia, primo del conde de Pembroke, y conocido del rey Jaime I y del infante Carlos (más tarde rey). Gracias a su puesto oficial de Orador Público de Cambridge, entró en contacto con la corte. Sin embargo, las esperanzas que alimentara como cortesano se debilitaron por la asociación que mantuvo con personas no gratas al rey Carlos I, sobre todo con Juan Williams, obispo de Londres.
Herbert había comenzado el estudio de teología cuando tenía poco más de veinte años, y en 1626 fue ordenado de sacerdote. El rey Carlos le permitió ganarse la vida como rector de las parroquias de Fugglestone y Bemerton en 1630. Su colección de poemas: El templo, fue entregada a su amigo, Nicolás Ferrar, y publicada póstumamente. Dos de los poemas son himnos muy conocidos: "Teach me, my God and King", y "Let all the world in every corner sing". La gracia, fuerza e imaginación metafísica de los poemas influyó en poetas posteriores, como Henry Vaughan y Samuel Taylor Coleridge. Algunas líneas del poema sobre la oración han conmovido a muchos lectores.
Herbert era desprendido y dedicado al servicio a los demás. Izaak Walton escribe que muchos de los parroquianos "dejaban los arados cuando las campanas de la iglesia de Herbert sonaban para la oración y ofrecían también con él una devoción a Dios". Sus palabras, "nada es pequeño al servicio de Dios" han recordado a los cristianos, una y otra vez, que todo en la vida cotidiana, grande o pequeño, puede ser un medio para servir y adorar a Dios. (Se le conmemora el 27 de febrero).
Hymn: "Teach me, my God and King" - Washington National Cathedral
Hymn: "Let all the world in every corner sing"