www.publico.es / 07/02/2019
En estos tiempos de dictadura de la
coyuntura, afloran los expertos sabelotodo. Sin embargo, la mayoría de ellos no
aprobaría el más mínimo test de conocimiento del objeto en cuestión. Con
salvadas excepciones, de aquellos que escriben o hablan sobre Venezuela,
ninguno tiene la más remota idea si Lara es una ciudad o un Estado, y mucho
menos dónde queda geográficamente. O sea, falta un poco de base para
aventurarse a dar lecciones.
En aras de subsanar ciertos errores de
bulto que condicionan los análisis y comentarios, si me lo permiten, he aquí
algunos datos “desconocidos” para contribuir a la mejor salud del debate global
sobre Venezuela:
1+ Juan Guaidó fue electo por el mismo
órgano electoral con el cual se eligió al Presidente Maduro. Guaidó obtuvo
97.492 votos en Estado de Vargas en el año 2015.
2+ La Organización de los Estados
Americanos no ha reconocido a Guaidó como presidente de nada. Lo ha hecho su
secretario general por su cuenta y riesgo, pero no sus estados miembros como
bloque. Naciones Unidas tampoco ha reconocido a Guaidó; y así lo ha dejado
saber claramente en una carta publicada su secretario general António Guterres,
que dio su visto bueno a dar ayudar humanitaria en tanto fuera solicitado por
el actual gobierno. El Papa Francisco tampoco se sumó a lo propuesto por Trump
sobre Guaidó ante una pregunta explicita por una periodista en el vuelo de
vuelta de Panamá. Países de cierta importancia geopolítica, tales como China,
Rusia, Turquía, Irán, México y Sudáfrica, tampoco validan la opción de otro
presidente que no sea Maduro. No todos los países de la Unión Europea (UE) se
suman al desconocimiento de Maduro. Hasta el momento no lo han hecho Italia,
Grecia, Rumanía, Irlanda, Bulgaria, Chipre, Malta y Eslovaquia. Otro dato: la
jefa de la diplomacia europea, la italiana Federica Mogherini ha aceptado estar
en Montevideo el próximo 7 de febrero para iniciar el dialogo en el seno del
grupo de contacto internacional sobre Venezuela. Por su parte, el Parlasur, el
parlamento del Mercosur, tampoco ha considerado de ninguna manera la existencia
de otro Presidente que no sea Maduro.
3+ Con reservas probadas, Venezuela es el
octavo país del mundo con mayor cantidad de reservas de gas; el primero en
petróleo; en oro, el valor sus reservas supera el PIB de Chile o Dinamarca; en
hierro, el valor supera al PIB de México o España; en diamantes, la cifra es
mayor al PIB de Paraguay o Bolivia; y para colmo, recientemente se ha
demostrado que hay mucho coltán en su territorio.
4+ En términos de propiedad, el 98,5% de
las empresas constituidas en Venezuela son privadas; 0,5% son mixtas y 1%
completamente públicas. Y otro dato: el 80% de los medios de comunicación en
Venezuela son privados.
5+ Según un artículo en The New York
Times, de acuerdo con los estimados del gobierno de Trump, las nuevas sanciones
le costarán a la economía venezolana 11.000 millones de dólares en ingresos
perdidos del petróleo. Y esto se suma a los efectos ya consumados de decretos
previos. El primero fue el de Obama, aprobado el 9 de marzo de 2015, donde se
anunciaron las primeras sanciones contra Venezuela en base al “riesgo extraordinario”
para la seguridad de EEUU. Luego vinieron muchos más, ya con la
administración Trump en marcha.
6+ En el siglo XXI, Venezuela ha
diversificado sus relaciones económicas y política. Y China se convierte en uno
de sus principales socios. Por ejemplo, Venezuela representa el 40% de la
financiación que Pekín concede a toda América Latina. Rusia y Turquía también
son claves en estas nuevas alianzas.
7+ A veces se nos olvida que Venezuela
tiene frontera con Estados Unidos regulado por el Tratado de Límites marítimos
de 1978, que fija los límites marítimos entre las islas de Venezuela en el Mar
Caribe y los territorios dependientes de Estados Unidos (Puerto Rico e Islas
Vírgenes).
Son algunos elementos significativos que
debemos considerar a la hora de enjuiciar lo que está pasando sobre Venezuela.
A partir de ahí, hacer análisis hacia delante se convierte en un ejercicio
altamente complejo. Lo único cierto es
que cada vez que Estados Unidos habla de ayuda humanitaria, la cosa no termina
bien.
Ojalá esta vez todo se quede en la misma
guerra que Trump declaró contra Corea del Norte, en el muro que jamás se pudo
construir en la frontera mexicana. Veremos.