Por: Guillermo Castro H.
Como dijo algún economista inglés hace
siglo y medio, nunca se ha inventado nada para que las personas gente trabajen
menos, sino para que produzcan más. El incremento de la productividad de
entonces acá confirma aquel dicho: hoy, en promedio, “se produce entre 15 y 20
veces más por hora trabajada que a finales del siglo XIX”.
Ese aumento formidable ha tenido y tendrá importantes consecuencias sociales.
Una consiste en la eliminación de puestos de trabajo; otra, en el incremento
del trabajo por cuenta propia, sin las garantías de seguridad social y atención
sanitaria que ofrece el empleo formal, y otra más en la creciente
“inestabilidad social profunda” que el Foro Económico Mundial considera como un
factor clave de riesgo de nuestro tiempo.
Todo eso tiende a
incrementarse ahora con el uso masivo de robots en tareas que antes requerían
trabajo humano, sobre todo de calificación mediana o baja. Así, el Buró
Nacional de Investigaciones Económicas de los Estados Unidos estima que “por
cada robot industrial introducido en la estructura laboral, se eliminan seis
empleos.” Y además, “cuando alguien pierde su trabajo a
cierta edad, si encuentra uno nuevo, casi siempre tendrá una remuneración más
baja.”
En países
como Suecia, esta amenaza se ve compensada por políticas que disminuyen la
jornada de ocho horas a una de seis, y protegen la capacidad de consumo de los
trabajadores, garantizando un mercado interno para el incremento de la oferta
productiva. En Iberoamérica suele ocurrir al revés: el incremento de la
productividad se ve acompañado por el recorte de los puestos de trabajo, y el
aumento de las exportaciones hacia mercados de mayor poder adquisitivo.
Así, en España el futuro está en peligro “no por los robots sino más bien
porque el 24,2% de los jóvenes españoles de 20 a 34 años ni estudiaba ni
trabajaba en 2015.” Y añade el autor: “Por el contrario, si disminuyen las
horas de la jornada de trabajo y cambia la orientación de la política económica
la automatización y los robots podrían abrir una época de esplendor para el
planeta, con mayor bienestar, respeto al medio ambiente y satisfacción humana
generalizada.”
Así, el vínculo entre la innovación y el
cambio social puede ser virtuoso o vicioso, según las circunstancias. Lo
importante es recordar que esas circunstancias no son naturales, sino que están
determinadas por la calidad de la organización y la capacidad de negociación de
cada uno de los grupos sociales involucrados en este momento del desarrollo de
nuestra especie, tan prometedor como amenazante. De eso se trata también, cuando hablamos de
innovación para el cambio social.
Ciudad del Saber, Panamá, 2 de
marzo de 2018
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Savio, Roberto: “Despedidos por los robots” http://www.other-news.info/noticias/2018/02/despedidos-por-los-robots/#more-14555 . Por esa vía, en 2016 “Foxconn, el proveedor
de Apple, redujo su fuerza laboral el año pasado, de 110,000 a 50,000 en
Kunshan, gracias a la introducción de robots.”