Ángeles
Díez
www.atrio.org / 300717
Lo
que hoy pase en Venezuela (elección convocada de una Asamblea Nacional
Constituyente) no va ser la solución mágica a todos los problemas de ese país,
sino el principio de una solución: necesidad de reestructurar su economía
basada en las rentas derivadas del petróleo, el inicio de un diálogo verdadero
en la sociedad y corregir un excesivo liderazgo del sustituto de Chávez,
con menos carisma que él por mucha voluntad que ponga en imitarlo. Pero podría
saltar la violencia que muchos esperan para desencadenar el golpe. Nos preocupa
la posición colectiva de los obispos, apoyados muy fuertemente por el general
de los jesuitas. Y que el motivo sea “el peligro de comunismo”. ¿Lo iba a
provocar esta elección? ¿O es que lo que temen es un verdadero socialismo
bolivariano, por mucho que insisten en el pueblo y la justicia social? AD.
La política española se nos
presenta siempre llena de paradojas, simulacros y sobreactuaciones. Muchas de
ellas son puestas en escena para tratar de convencer a los súbditos españoles
de que además de utilizar las administraciones para lucrarse, se ejerce algo
parecido a lo que en otros sitios se conoce como ‘gestionar lo público y
defender los intereses nacionales’.
Pero cuando se analiza,
incluso superficialmente, la política exterior en relación a Venezuela, nos
encontramos con tal cantidad de incongruencias y sinsentidos que sólo cabe
pensar que hay un guión previo escrito y/o encargado desde fuera. O lo que viene
a ser lo mismo, que nuestra política exterior está subordinada a los intereses
del imperio estadounidense.
¿Cómo explicar si no que el
ministro de Asuntos Exteriores de validez a un plebiscito organizado por la
oposición venezolana sin ningún tipo de garantías, y sin respaldo del Consejo
Nacional Electoral, sin censo electoral, con la quema posterior de los votos,
con observadores que reconocen haber cobrado de los convocantes, etc., al mismo
tiempo que el gobierno español declara ilegal la consulta catalana?
¿Cómo explicar que, estando
el gobierno venezolano y su presidente ‘reconocidos como legítimos’ por el
Estado español, el Sr. Dastis, ministro de asuntos exteriores, declare que “no
es una democracia”?
¿Cómo interpretar que, tras
la entrevista con su homólogo estadounidense, Rex Tillerson, afirme que “hay
que seguir aumentando la presión para que Venezuela vuelva a ser una
democracia” 2 ?
Cualquier persona sensata
podría aplicar un sencillo cuestionario que le ayudara a entender que en
Venezuela se libra una de las batallas más importantes de una Guerra Mundo
liderada por EE.UU, y que el gobierno español no es sino un vasallo servil al
servicio de la lógica imperialista.
Sin duda, primero tendría
que hacer un esfuerzo de desintoxicación informativa para que lo evidente no
quedara neutralizado por la propaganda mediática que ingerimos diariamente.
Pero en realidad bastaría con aplicar a los medios de comunicación masivos los
mismos criterios y sospechas que tenemos sobre ellos, cuando dan noticias sobre
nuestro propio país.
Veamos cuál sería este
cuestionario:
1] ¿A qué se debe que la
potencia bélica más grande del mundo (800 bases militares distribuidas por todo
el mundo, el presupuesto militar más alto del planeta, 200.000 soldados
desplegados en 100 países) 3 declare con un decreto
ejecutivo que Venezuela, un país que no tiene bases militares fuera de su
territorio, y cuyo ejército ocupa el puesto 62 en el ranking mundial, es una
“amenaza inusual y extraordinaria”?
2] ¿Qué recursos naturales
y morales posee Venezuela que la convierten en una amenaza para el imperio y
sus socios?
3] Si Venezuela es una
dictadura, ¿cómo es que, desde que Chávez ganó la presidencia (1999), se han
celebrado más 20 elecciones? ¿Por qué el Centro estadounidense Carter, -que
actúa como observador en procesos electorales-, ha reconocido su sistema
electoral como uno de los más limpios y transparentes del mundo?, ¿Por qué el
gobierno bolivariano de Nicolás Maduro ocupa un puesto destacado en las principales
Comisiones de Naciones Unidas, donde se necesita ser elegido por votación?
(Venezuela tiene el mandato simultáneo de siete Comisiones, incluida la
presidencia del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, hasta el 2018).
4] Sólo en enero de 2017 se
registraron en México 1.938 homicidios 4; de marzo de 2016 a marzo del 2017
fueron asesinados en Colombia un total de 156 líderes sociales y defensores de
derechos humanos 5. ¿A qué se debe entonces que los
medios masivos sólo hablen de la violencia en Venezuela, y que el ministro de
asuntos exteriores español diga que ‘la situación en Venezuela es
insostenible’?
Si la situación en
Venezuela es tan “insostenible”,
*¿Cómo es que su tasa de emigrantes es la más baja
de América latina (0,4% frente al 11,8% de México por ejemplo)?
*¿Que la tasa de desempleo esté en el 6% (en España es del
20,9%), y
que junto con Cuba,
Venezuela sea el país menos desigual del continente (España es el país más
desigual de la OCDE)?
*¿Que no haya personas desnutridas (En España la población en riesgo de
pobreza es del 28,3%)?
*¿Que la mortalidad infantil se encuentre por debajo de la media
regional, y que no haya periodistas asesinados, ni desapariciones
forzosas? 6
Cuando intentamos responder
a estas cinco preguntas la primera conclusión es que los ataques actuales del
gobierno español a Venezuela tienen otras razones distintas a las esgrimidas
públicamente, y que dichas razones están lejos de cualquier interés por la paz,
o la mejora de las condiciones de vida del pueblo venezolano.
Hasta hace poco, el tema
venezolano había formado parte de la política interna nacional. El show
electoral español ha condicionado la agenda de todos los partidos políticos del
espectro, tanto de derechas como de izquierdas.
Así, una vez consolidada la
criminalización mediática, Venezuela ha sido un arma arrojadiza para acusar de
‘populistas, radicales y autoritarios’ a Podemos. Pero también para éstos ha
sido un lastre incómodo del que tratar de zafarse continuamente, en aras de una
razón instrumental de dudoso calado moral. La mayoría de partidos políticos de
ámbito nacional, con opciones electorales, se han posicionado abierta o
tímidamente, por activa o por pasiva, en la lógica de la guerra sucia contra el
gobierno bolivariano.
El doble papel de servir a
las campañas electorales al tiempo que se hacía el servicio a Estados Unidos,
irradiando la imagen negativa de Venezuela, ha sido la tónica dominante en la
política española.
Pero en estos momentos hay
elementos que indican que el gobierno español ha asumido un papel mucho más
activo en la guerra sucia contra Venezuela y, especialmente, -como ya hizo en
su día con Cuba-para influir en los gobiernos europeos.
Ha aumentado la frecuencia
de los pronunciamientos contra el gobierno bolivariano. Ha subido el tono, y se
ha convertido en el ‘portavoz’ de las tesis golpistas de la oposición
venezolana. Los medios de comunicación españoles han radicalizado su campaña
tóxica y, en general, unos y otros están reproduciendo, punto por punto, la
propaganda estadounidense.
Todo apunta a que los
principales actores políticos españoles están cumpliendo el ‘encargo’ de crear
las condiciones para que, tanto la opinión pública española como la europea,
sean favorables a una intervención armada. Baste como ejemplo las declaraciones
del dudosamente democrático ex-presidente Felipe González afirmando que ‘no se
debe celebrar una Asamblea Constituyente en Venezuela’. Un ex-mandatario que no
puede ocultar sus excelentes relaciones, e intereses compartidos con la
oligarquía venezolana, y que no ha dudado en hacer causa común con el
ex-presidente Aznar en contra del gobierno bolivariano 7.
En el caso de Estados
Unidos es evidente que en la actual escalada bélica, doblegar a Venezuela es un
objetivo priorizado si se valora uno de los posibles escenarios previstos por
los ‘think tank’: una conflagración
con otras potencias con equivalente potencia militar, como Rusia. Para este
escenario se presenta como necesario recuperar ‘zonas de influencia y control
de fuentes de energía y abastecimiento’, a saber, el considerado por los
políticos estadounidenses “patio trasero latinoamericano”.
Venezuela es una pieza
clave desde esta perspectiva, ya que la propia página oficial de la CIA
señalaba, en el año 2015, que Venezuela era el país con más reservas de
petróleo comprobadas en el mundo (18 % del total), y por supuesto, con grandes
reservas de gas, recursos hídricos y minerales raros.
Hay otro factor importante
que nunca veremos reflejado en ningún análisis de los ‘tanques pensantes’, y es
que también en Venezuela se encuentran hoy en día importantes recursos morales:
la defensa de su soberanía e independencia política, la integración regional basada
en criterios de cooperación, el apoyo a las causas justas como la de Palestina,
un proyecto de igualdad y justicia social de carácter socialista…
Podríamos decir que después
de la resistencia heroica de Cuba, el testigo ha sido tomado por los venezolanos.
Todos los datos objetivos
señalan que desde hace tiempo se ha puesto en marcha la guerra sucia contra
Venezuela, que con el presidente estadounidense B. Obama apretó el acelerador y
con Donald Trump continúa cumpliendo el plan trazado de la intervención.
En abril de este año el
almirante estadounidense, jefe del Comando Sur, Kurt Tidd dijo ante el Comité
de Servicios Militares del Senado de Estados Unidos que la situación en
Venezuela estaba empeorando, y que esto podría desencadenar una “crisis humanitaria
que requeriría una intervención a nivel regional”. Después tuvo que aclarar que
no estaba hablando de una ‘intervención militar’, pero no cabe duda de que sus
palabras avalan lo que la oposición denomina hora cero para Venezuela.
La resistencia del pueblo
venezolano, defendiendo su democracia a pesar de la guerra económica, el no
haber conseguido quebrar al ejército bolivariano, los repetidos intentos del
gobierno de Nicolás Maduro por abrir cauces de diálogo, y su propuesta de
Asamblea Constituyente como estrategia para derrotar pacíficamente a la
oposición golpista, han acelerado la hoja de ruta de la intervención, que, con
grandes similitudes a la que se dio en Chile previo al golpe de Pinochet,
responde a las siguientes pautas:
+Aumentar el nivel de
violencia y provocación tanto de la Asamblea Nacional en desacato como de los
grupos paramilitares que actúan en las calles,
+conformar un gobierno
paralelo legitimado por organismos internacionales controlados por EE.UU y por
países afines,
+conseguir una masa crítica
con el plebiscito fraudulento del 16 de julio,
+obstruir y sabotear la
administración pública para colapsar la prestación de bienes y servicios,
+aumentar la presión
económica y financiera hasta reventar definitivamente la economía,
+campañas sistemáticas de
desinformación, post-verdad y falsas noticias,
+preparar huelgas y paros
en servicios, transporte y sector petrolero,
+boicotear la entrada en el
país de alimentos y medicinas, paralizar las importaciones,
+incrementar las noticias
sobre violación de DDHH, crisis humanitaria etc.,
+crear un gobierno de
transición con el reconocimiento de la OEA y de algunos gobiernos europeos,
especialmente el español.
No se trata de una nueva
forma de guerra sucia. Tanto la secuencia de los acontecimientos como el tipo
de acciones ya se han aplicado repetidamente en el entorno latinoamericano:
golpes de Estado, intervenciones militares, financiación de paramilitares,
opositores y contra-insurgencia, guerra sicológica, golpes blandos,
intervención humanitaria…
El protocolo de aislar,
demonizar e intervenir sigue cumpliéndose, con distintos niveles de
complejidad. La diferencia reside en que la resistencia del pueblo venezolano
está obligando al imperialismo a complicar y diversificar las formas de intervención.
Si en el caso de EE.UU
aparecen claramente los intereses que están detrás, y el porqué se está
priorizando la agresión a Venezuela, ¿qué mueve al gobierno español a sumarse
tan activamente a este plan bélico?
Basten algunos datos para
argumentar que, dado que en estos momentos no hay elecciones a la vista, las
razones hay que buscarlas en otro lado.
Tras la incorporación de
España a la OTAN en 1982, se firmó el Convenio de Cooperación para la Defensa
(1988), con varias ratificaciones y enmiendas, que desembocaron en el impulso
de la Nueva Agenda Trasatlántica (1995), y el reforzamiento de las relaciones
bilaterales a partir del 2001, cuando se firmó con la Secretaria de Estado
norteamericana, Madeleine Albright, una Declaración Conjunta que supuso un
salto cualitativo en las relaciones bilaterales, profundizándose nuestra
dependencia de EE.UU no solo a nivel político, sino también en el ámbito de la
defensa y la seguridad, en materia de cooperación económica y financiera,
científica, industrial, tecnológica y cultural.
A partir de la presidencia
de Obama, y después de un pequeño enfriamiento por la retirada de las tropas
españolas de Irak, las relaciones bilaterales con Estados Unidos se volvieron a
intensificar. Se produce el encuentro de Rajoy y Obama en Washington (enero
2014), viajes continuos de distintos ministros, viaje oficial de los Reyes,
visita del secretario de Estado John Kerry y el secretario de Defensa Ashton
Carter a España, etc.
El propio ministerio de
Asuntos exteriores afirma en su página web que se trata de un aliado con el que
“pocos países en el mundo tienen unos vínculos históricos, culturales y
lingüísticos tan fuertes, y con el que compartimos los mismos valores
democráticos e intereses geoestratégicos” 8 .
Cualquiera que sepa leer
entre líneas verá que la relación entre un país como España, sin recursos
naturales significativos, con un endeudamiento exterior que sobrepasa el PIB,
con una alta dependencia de recursos energéticos, etc., no puede ser una
relación ‘entre iguales’ sino una relación subordinada y dependiente.
Para Estados Unidos, acabar
con el gobierno venezolano tiene rango de política de Estado, forma parte de la
guerra-mundo que la administración estadounidense explicita como “defender los
intereses norteamericanos en cualquier parte del mundo”.
Un imperio, por muy
decadente que sea, o por muy disminuido que esté su poder, no puede hacer otra
cosa que extender la guerra para mantener su hegemonía. Por otro lado, el
imperialismo no es sino la forma que adopta la expansión capitalista, y en
estos momentos Venezuela constituye uno de sus más importantes obstáculos. La
guerra que se libra contra Venezuela es pues una guerra que nos compete a
todos, ya que es sólo una de las partes más visibles de la tercera guerra
mundial que ya está en marcha.
En el caso del gobierno y
el Estado español, su posicionamiento activo y beligerante a favor de la hoja
de ruta estadounidense forma parte del servilismo, la incapacidad y la
subordinación de nuestra clase política.
En esta guerra contra el
pueblo venezolano y su gobierno no cabe la equidistancia, ni la neutralidad, ni
las buenas intenciones. Sólo cabe desenmascarar y denunciar el papel de España,
y apoyar los esfuerzos heroicos de un país por defender su independencia y
soberanía, que en estos momentos ha de ser la bandera que nos una a todos
contra el imperialismo.
__________________
1 Doctora en CC.
Políticas y Sociología, profesora de la Universidad Complutense de Madrid, miembro
del Foro Contra la Guerra imperialista y la OTAN. Julio 2017
2 El Mundo, 29/ 06/
2017 – http://www.elmundo.es/internacional/2017/06/29/5955388be5fdeada678b45d2.html
4 El animal político,
El 2017 tiene el arranque más violento del que haya registro,
http://www.animalpolitico.com/2017/02/2017-aumento-de-homicidios/
http://www.animalpolitico.com/2017/02/2017-aumento-de-homicidios/
5 El País.com.co, 156
líderes sociales fueron asesinados en 14 meses en Colombia:
Defensoría, <http://www.elpais.com.co/colombia/registran-156-asesinatos-de-lideres-sociales-en-colombia-en-los-ultimos-14-meses.html>
Defensoría, <http://www.elpais.com.co/colombia/registran-156-asesinatos-de-lideres-sociales-en-colombia-en-los-ultimos-14-meses.html>
6 Todos los datos,
tanto para España como para Venezuela, son del 2015 y de fuentes oficiales, del
INE, de la OCDE en el caso de España, y de la Comisión Económica para América
Latina (CEPAL) de Naciones Unidas para Venezuela.
7 El Mundo, Felipe
González y Aznar, unidos para pedir la liberación de los presos políticos en
Venezuela, 16/02/2017, <http://www.elmundo.es/internacional/2017/02/16/58a535e1e2704ef3418b45b0.html>
8 Ministerio de Asuntos
Exteriores y Cooperación, http://www.exteriores.gob.es/Portal/es/PoliticaExteriorCooperacion/Espa%C3%B1ayEEUU/Paginas/inicio.aspx