Nazanin Armanian
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/ 130817
Con el fin de mantener su estatus
de la primera potencia militar, EEUU sigue intentando preservar sus zonas
de influencia y conquistar las más estratégicas del planeta controladas por sus
rivales, utilizando el clima bélico que él mismo crea como el bombero pirómano
que es. Entre los próximos candidatos amenazados de ser escenarios de la
próxima gran guerra -Siria, Irán, Venezuela y la República Popular de Corea
(RPDC)-, éste último es el más difícil y menos rentable para su hazaña.
Entonces ¿por qué lo ha elegido?
Para desmantelar su sistema
político semisocialista, unificar luego la península bajo el régimen
capitalista de Seúl, y crear en la región un nuevo equilibrio de poder con el
fin de garantizar sus intereses en el espacio de influencia China. En 1998, el
Pentágono diseñó el proyecto “Oplan 5027-98” para bombardear este país en
colaboración con Corea del Sur y Japón. O sea, que su actual beligerancia no se
debe a la prueba de misiles.
1) Impulsar un desorden
“controlado” en la frontera de China, como lo hizo en Ucrania, frontera de
Rusia.
2) Porque los misiles de la RPDC no
amenazan a EEUU, lo que hacen es cuestionar su hegemonía sobre la región.
3) Impedir que RPDC cuente con una
fuerza de disuasión nuclear eficaz, impidiendo un cambio en el balance de
fuerzas en aquella región. El motivo de que exista una Corea nuclearizada es
justamente las amenazas de guerra de EEUU. ¿Hubiera atacado EEUU a Irak o Libia
si hubieran tenido armas de destrucción masiva?
4) Aplicar la “pedagogía del
terror” aleccionando a los estados no “clientes” que se atrevan a seguir el
ejemplo de Corea del Norte y garantizar su propia seguridad de los depredadores
como EEUU. Para Trump, el hombre más peligroso y armado del mundo, y un
apasionado del “mito del excepcionalismo norteamericano”, hay dos clases
de países: los que tiene derecho a destruir a otros y los que deben ser
sometidos.
5) En caso de tener suerte y ganar
la guerra, acceder a los inmensos recursos minerales de la RPDC, como lo está haciendo en Afganistán, El Dorado de
Asia Central: hierro, oro, magnesita, cinc, cobre, grafito, tierras
raras, entre otras minerías, valorados entre 6 y 10.000 millones de dólares que
a falta de infraestructura y abandono no han sido explotadas.
Sin embargo, hay factores que
disuaden a EEUU a iniciar una guerra, aunque no se lo impedirían:
* El hecho de estar ambas partes
armadas con bombas nucleares.
* No poder realizar un ataque
quirúrgico sobre Corea del Norte, puesto que sus instalaciones nucleares están
ocultas y repartidas por el país.
* El presidente de Corea del Sur,
Moon Jae-in, apoya el diálogo con Pyongyang, marcando diferencia con respecto
al militarista jefe del gobierno japonés Shinzo Abe.
* La población de Corea del Sur se
opone a una guerra que sería devastadora; además tienen familiares en el otro
lado de la frontera.
* Pyongyang puede convertir a Seúl
en cenizas y destruir la provincia poblada de Gyeonggi, el corazón
político-económico del país, y paralizar las fábricas como Samsung o Hyundai,
golpeando incluso la propia economía de EEUU.
* EEUU desconoce cómo reaccionarían
los ciudadanos de la RPDC, cuya memoria histórica les recuerda hasta el olor de
los cadáveres carbonizados de sus padres, abuelos, de millones de compatriotas
asesinadas en los años cincuenta por 32.000 toneladas de napalm soltadas por
EEUU. “El hombre descalzo no teme al hombre que usa zapatos” dice el refranero
chino, advirtiéndole a Trump que tenga cuidado con aquel pueblo sufrido y lleno
de rabia.
* El Pentágono no puede realizar
una guerra relámpago a miles de kilómetros de EEUU en un escenario que no es
Irak, ni Afganistán.
* Es difícil que consiga financiar
esta nueva hazaña bélica. Aquí no puede pedir los jeques saudíes y qatarís,
como en las guerras contra Irak o Siria.
* ¿Será una guerra de la OTAN o el
mismo EEUU basta y sobra? De momento sólo se han apuntado Australia y Nueva
Zelanda, que tienen un acuerdo de defensa colectivo con EEUU dentro de la
alianza Anzus.
Por lo que Trump utiliza los
tambores de guerra para:
+ Desviar la opinión pública en
EEUU del escándalo de “Rusia–Gate” que está poniendo en peligro su permanencia
en el poder.
+ Vender más armas, fabricando
enemigos y “amenazas”. Japón planea gastar miles de millones en la compra de
vehículos de asalto anfibios, aviones y drones estadounidenses. Trump hizo lo
mismo con agitar la “amenaza” de Irán: consiguió sacar de los jeques saudíes
110.000 millones de dólares en armas y de los qataríes, 12.000 millones en
menos de dos meses.
+ Apuntarse un gol histórico
haciendo que China y Rusia votaran en favor de la resolución que presentó el
día seis de agosto en el Consejo de Seguridad para imponer nuevas sanciones sobre
las exportaciones de la RPDC. Así reducirán sus ingresos hasta en 1.000
millones de dólares al año, obtenidos de la venta de carbón, hierro y plomo o
pescados y mariscos. Hay que ver cómo la actitud irracional de Pyongyang (entre
otros motivos) colocó a China y Rusia al lado de EEUU. La RPDC es el único país
sancionado por la ONU por probar los mismos tipos de misiles que prueban EEUU,
India o Francia. No hace mucho que la India lanzó los misiles balísticos de
Agni-V, y Pakistán al misil balístico Ababeel, capaz de entregar varias cabezas
nucleares, y el propio EEUU (con un arsenal de 7.000 cabezas nucleares) disparó
los misiles Minuteman 3 y Trident, sin que escandalizara a otros amos del
mundo. Washington reconocería a la RPDC como un estado nuclear si fuera su
“vasallo”. ¿No “blanqueó” las ojivas nucleares ilegales de la India, con el fin
de atraerla a su órbita e impedir la formación de “Chindia”? De hecho,
expertos en la tecnología militar como Markus Schiller afirman que RPDC
puede tardar hasta diez años en desarrollar un misil balístico intercontinental
(ICBM) plenamente operativo, siempre y cuando realice al menos una docena más
de lanzamientos de prueba.
+ Aumentar sus bases militares en
la región. En Guam, la población de la isla convertida en la colonia de EEUU se
opone a la ampliación de la base que ya contaba con 6.000 efectivos. En Corea
del Sur, la empresa estadounidense Gilbane Federal de Concord ha recibido 133,4
millones de dólares para construir dos nuevas bases militares.
¡Es que hasta una guerra aún no
hecha es un negocio redondo!
¿Qué
dicen China y Rusia?
1] En una declaración conjunta, Moscú
y Pekín han pedido a la RPDC suspender sus pruebas de misiles y a EEUU, la
retirada del sistema de misiles THAAD (capaz de lanzar 48 misiles de forma
simultánea) que ha instalado en Corea del Sur, socavando el equilibrio
estratégico regional y que en realidad apunta a China.
2] Pekín, que no tiene tanta
influencia sobre Pyongyang como se cree, permanecería neutral si es Kim el que
empiece la guerra, pero defendería a su viejo aliado si EEUU ataca primero o
intenta derrocar al presidente del país. China evitará una Corea unificada bajo
el control de Washington.
3] A Rusia y China, que consideran
a la RPDC un estado de “tapón” entre sus países y Corea del Sur (con 30.000
soldados de EEUU en su suelo) les interesa una península coreana
desnuclearizada con un Sr. Kim aunque “controlada” mediante lazos económicos:
China construye infraestructuras en este país y Rusia amplía el programa de
invitación de trabajadores norcoreanos a Rusia.
4] Ni Rusia ni China irían a una
guerra con EEUU por Corea del Norte. O sea, que este país, su pueblo están
solos.
Lo que puede poner en jaque al poderío
de EEUU no son los misiles del Sr. Kim, sino una alianza cada día más sólida
entre Pekín y Moscú.
De modo que, por la relación
costo-beneficio, una guerra entre EEUU y
Corea del Norte no interesa a ninguno.
La Casa Blanca ha dividido el
trabajo: Trump será el señor de guerra afirmando que la muerte de miles de
coreanos puede hacer “más grande a América“, mientras Rex Tillerson le
rescatará proponiendo más diálogo con Kim Jong-un.