Nazanin Armanian
www.publico.es
/ 20 Agosto 2017
“¿Qué es lo más importante para la
historia del mundo? ¿El Talibán o el colapso del imperio soviético?” Es
la respuesta de quién fue el asesor de seguridad del presidente Jimmy Carter,
Zbigniew Brzezinski, a la pregunta de la revista francesa Le Nouvel Observateur
(del 21 de enero de 1998) sobre las atrocidades que cometen los yihadistas de
Al Qaeda. Una escalofriante falta de ética de individuos como él que destruyen
la vida de millones de personas para alcanzar sus objetivos.
En esta entrevista, Brzezinski
confiesa otra realidad: que los yihadistas no entraron desde Pakistán para
liberar su patria de los ocupantes infieles soviéticos, sino que seis meses
antes de la entrada del Ejército Rojo a Afganistán, EEUU puso en marcha la
Operación Ciclón el 3 de julio de 1979, enviando a 30.000 mercenarios armados
incluso con misiles Tomahawk a
Afganistán para arrasar el país, difundir el terror, derrocar el gobierno
marxista del doctor Nayibolá y tender una trampa a la URSS: convertirlo en su
Vietnam. Y lo consiguieron. A su paso, violaron a miles de mujeres, decapitaron
a miles de hombres y provocaron la huida de cerca de 18 millones de personas de
sus hogares, casi nada. Caos que
continúa hasta hoy.
Esta ha sido la piedra angular
sobre la que se levanta el terrorismo “yihadista” y al que Samuel Huntington
dio cobertura teórica con su Choque de Civilizaciones. Así, consiguieron
dividir a los pobres y desheredados de occidente y de oriente, haciendo que se
mataran en Afganistán, Irak, Yugoslavia, Yemen, Libia y Siria, confirmando la
sentencia de Paul Valéry: “La guerra es una masacre entre gentes que no se
conocen, para el provecho de gentes que sí se conocen pero que no se masacran”.
Consiguieron neutralizar la oposición
de millones de personas a las guerras y convertir en odio la empatía. Con el
método nazi de «una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad»:
1] El atentado del 11S no lo
cometieron los talibanes afganos. La CIA en 2001 había implicado al gobierno de
Arabia Saudi en la masacre. ¿Por qué,
entonces, EEUU invadió y ocupó Afganistán?
2] Las armas de destrucción masiva
no las tenía Irak. El único país en Oriente Próximo que las posee, y de forma ilegal, es Israel y gracias a
EEUU y Francia.
3] Tampoco EEUU necesitaba invadir
a Irak para hacerse con su petróleo. Demoler el estado iraquí tenía varios motivos, como eliminar un
potencial enemigo de Israel y ocupar militarmente el corazón de Oriente
Próximo, convirtiéndose en el vecino de Irán, Arabia Saudi y Turquía.
4] Las cartas con ántrax que en
EEUU mataron a 5 personas en 2001, no las enviaba Saddam Husein como juraba
Kolin Powell, sino Bruce Ivins, biólogo de los laboratorios militares de Fort
Derrick, Maryland, quien “se suicidó” en 2008.
5] Ocultaron la (posible) muerte de
Bin Laden (agente de la CIA), hasta
la pantomima organizada el 1 de mayo del 2011 por Obama, en el asalto
hollywoodiense de los SEAL a un domicilio en Abottabad, a pesar de que la ex
primera ministra de Pakistán, Benazir Bhutto, ya había afirmado el 2 de noviembre del 2007 que el saudí había sido
asesinado, por un posible agente de MI6 (quizás en 2002). Benazir
fue asesinada casi un mes después de esta revelación. Mantener “vivo” al Laden
durante 8-9 años le sirvió a EEUU aumentar el presupuesto del Pentágono (de
301.000 millones de dólares en 2001 a 720.000 en 2011), incrementar los
contratos de armas de Boeing, Lockheed Martin, Raytheon, etc. y vender millones
aparatos de seguridad y cámaras de video vigilancia, montar cárceles ilegales
por el mundo, legitimar y legalizar el uso de la tortura, practicar asesinatos
selectivos y colectivos (llamados “daños colaterales”) y concederse el derecho
exclusivo de invadir y bombardear al país que desee.
6] Una vez probados en Afganistán,
la OTAN envió a estos “yihadistas” a
Yugoslavia con el nombre del Ejército de Liberación de Kosovo; luego
a Libia y les puso el nombre de “Ansar
al-Sharia, y a Siria, donde primero les denominó “rebeldes” y luego
les dio otros 5-6 nombres diferentes. En esta corporación terrorista
internacional, la CIA se encarga del entrenamiento, Arabia Saudi y Qatar de
“cajero automático” como dijo el ministro alemán de Desarrollo, Gerd Mueller, y
Turquía, miembro de la OTAN, acoge,
entrena y cura a los hombres del EI. ¡Son los mismos países que
forman la “coalición anti –terrorista!
¿Cómo decenas de servicios de
inteligencia y los ejércitos de cerca de 50 países, medio millón de efectivos
de la OTAN instalados en Irak y Afganistán, que han gastado miles de millones
de dólares y euros en la “guerra mundial contra el terrorismo” durante 15
largos años, no han podido acabar con unos miles de hombres armados con espada
y daga de al Qaeda?
Así
fabricaron al Estado Islámico
Siria, finales del 2013. Los NeoCon
aumentan la presión sobre el presidente Obama para enviar tropas a Siria, y
necesitan una casus belli. El veto de
Rusia y China a una intervención militar en el Consejo de Seguridad, la
ausencia de una alternativa capaz de gobernar el país una vez derrocado o
asesinado el presidente Asad, el temor a una situación caótica en la frontera
de Israel, eran parte de a los motivos
de Obama a negarse. Sin embargo, el presidente y sus generales pierden la
batalla y los sectores más belicistas del Pentágono y la CIA, Qatar, Arabia Saudi, Turquía y los medios de
comunicación afines, asaltan la opinión pública con las imágenes de las
decapitaciones y violaciones cometidas por un tal Estado Islámico. Una vez que
el mundo acepta que “hay que hacer algo”, y al no tener el permiso de la ONU
para atacar Siria, el Pentágono, el bombero pirómano, diseña una especial
ingeniería militar:
Traslada en junio de 2014 a un
sector del EI de Siria a Irak, país bajo su control, dejando que ocupara
tranquilamente el 40% del país, aterrorizando a cerca de ocho millones de
personas, matando a miles de iraquíes, violando a las mujeres y niñas.
Organizó una fuerte campaña de
propaganda sobre la crueldad del EI, semejante a la que hicieron con las lapidaciones de los talibanes a las
mujeres afganas, y así poder “liberar” a aquel país. ¡Hasta la eurodiputada
Emma Bonino cayó en la trampa, encabezando la lucha contra el burka, mirando al
dedo en vez de la luna!
Afirmó que al ubicarse el cuartel
general de los terroristas en Siria, debían atacar Siria.
Obama cesó de forma fulminante al
primer ministro iraquí Nuri al Maliki, por oponerse al uso del territorio
iraquí para atacar a Siria.
Objetivo conseguido: EEUU por fin
pudo bombardear, ilegalmente, Siria el 23 de septiembre del 2014, sin tocar a
los “yihadistas” de Irak. Gracias al EI, hoy EEUU (y Francia, Gran Bretaña y
Alemania) cuentan con bases militares en Siria, por primera vez en su historia
desde donde podrán controlar toda Eurasia. Siria deja de ser (tras la caída de
Libia en 2001 por la OTAN) el único país
del Mediterráneo libre de bases militares de EEUU.
Y lo sorprendente: desde esta fecha
hasta julio del 2017, el EI mantiene ocupado el norte de Irak sin que decenas
de miles de soldados de EEUU hicieran absolutamente NADA. Al final, el ejército
iraquí y las milicias extranjeras chiítas liberan Mosul, eso sí, cometiendo
terribles crímenes de guerra contra los civiles.
El
terrorismo en la estrategia del “Imperio del Caos”
El
terrorismo “yihadista” cumple cuatro principales funciones para EEUU:
*militarizar la atmósfera en las
relaciones internacionales, en perjuicio de la diplomacia;
*arrebatar las conquistas sociales,
instalando estados policiales (los atentados
de Boston, de Paris e
incluso el de Orlando) y una
vigilancia a nivel mundial;
*ocultar las decisiones vitales a
los ciudadanos;
*hacer de ‘buldóser’, allanando el
camino de la invasión de sus tropas en determinados países, y provocar caos, y
no como medio sino como un objetivo en sí.
Si durante la guerra fría
Washington cambiaba los regímenes en Asia, África y América Latina mediante
golpes de estado, hoy para arrodillar a los pueblos indomables recurre a bombardeos, enviar escuadrones de muerte, y
sanciones económicas, para matarles, debilitarles dejarles sin
hospitales, agua potable y alimentos, con el fin de que no levanten cabeza
durante generaciones. Así, convierte a poderosos estados en fallidos para
moverse sin trabas por sus territorios sin gobierno.
EEUU, que desde 1991 es la única
superpotencia mundial, ha sido incapaz de hacerse con el control de los países
invadidos, debido al surgimiento de otros actores y alianzas regionales que
reivindican su lugar en el nuevo mundo. Y como el perro del hortelano, ha
decidido sabotear la creación de un orden multipolar que intenta gestarse,
provocando el caos: debilita BRICS conspirando contra Dilma Russef y Lula en
Brasil; impide una integración económica en Eurasia, propuesta por Rusia a
Alemania, archivada con la guerra en
Ucrania, y mina el proyecto chino de la nueva ruta de la seda y una
integración geoeconómica de Asia-Pacífico que cubriría dos tercios de la
población mundial, y en cambio crea alianzas militares como la “OTAN sunnita” y
organizaciones terroristas con el fin de hundir Oriente Próximo en largas
guerras religiosas.
Anunciar que ha diseñado un plan
para el “cambio de régimen” en Irán –un inmenso y poblado país-, ante la
dificultad de una agresión militar, significa que pondrá en marcha una política de desestabilización del país
mediante atentados y tensiones étnico-religiosas. La misma política que puede
aplicar Corea del Norte, Venezuela, o Bolivia, y otros de su lista del “eje del
mal”, y todo el servicio de perpetuar su absolutista hegemonía global: que intentase derrocar a su aliado Tayyeb Erdogan es
el colmo de la intolerancia.
Antes de los trágicos atentados en
Cataluña, el Estado Islámico atacó a la aldea afgana de Mirza Olang. Llenó
varias fosas comunes con al menos 54 cadáveres de mujeres y hombres y tres
niños decapitados, y se llevó a
unas 40 mujeres y niñas para violarlas.
Conclusión: que el “yihadismo” no es fruto de la exclusión de los
musulmanes, ni siquiera se trata de la lógica de los vasos
comunicantes y el regreso de los “terroristas que hemos criado en Oriente”.
“Vuestra causa es noble y Dios
está con vosotros”, dijo Zbigniew Brzezinski a sus criaturas, los yihadistas.