El
siglo Lunes 27 de marzo de 2017
Miguel Antonio Bernal
Odebrecht
continua operando impunemente en Panamá y, sin duda, con sus sobrecostos y
coimeando como lo hicieron ininterumpidamente durante los últimos diez años. El
“acuerdo verbal formal” de la
Procuraduría, acordado para acordar con
Odebrecht para que no se realicen las investigaciones debidas, no se les multe ni
se les sancione por los sobornos y demás delitos perpetrados, está en marcha.
Procuraduría y Contraloría, fiscalías y auditores pisotean la Constitución, las
Convenciones contra la Corrupción, además de la dignidad nacional.
Coimeadores
y coimeados se pasean impunemente por el territorio nacional, sigue en sus
cargos públicos o privados, mientras a la fecha la autoridades panameñas hacen
todo tipo de malabarismos y maniobras políticas y diplomáticas, en Brasil y
Washington, a fin de evitar que en Panamá se pueda saber qué y cómo pasó.
La
atípica Fiscalía Especial Anticorrupción, sigue sin auditar e investigar como corresponde,
mientras la Contraloría tampoco audita ninguno de los proyectos ejecutados por
Odebrecht y el Órgano Judicial desempeña su papel de convidado de piedra y
muchos nos preguntamos: los más de dos mil millones en coimas y sobre costos.
¿dónde y en manos de quiénes están?
¿Volverán a las arcas nacionales?.
Eso es lo que buscan y quieren nuestras
autoridades: una población sumisa y genuflexa que “confie” en ellos y que
guarde silencio, mientras ellos pactan
con el delito y los delincuentes.