“Vivimos pues, rodeados de mentiras, de gazmoñería y de de asqueante simulación. Y soslayamos con mixtificaciones artficiales y vergonzosos sofismas, los conceptos bizarros que enmarcan la realidadde la existencia social del hombre panameño” (Fito Aguilera/Rosca S.A.)
Mientras en el Instituto Nacional,
laureado centro educativo, hacen desaparecer sin explicación alguna, más de
diez mil libros de su biblioteca y, en la Universidad de Panamá la rectoría
abraza el culto a la personalidad, la autocracia y el más corrupto
autoritarismo, la enferma y desconfiada sociedad panameña ve emerger en su
entorno, nuevas roscas dispuestas a lograr que se admire la brutalidad y la
ignorancia y que, se evite aquello de “saber es poder”.
Los más recientes acontecimientos nos
confirman, por si falta hiciera, que el envilecimiento, el desasosiego, el secuestro
y la corrupta gestión de la cosa pública, se verán fortalecidos de manera
profunda y arraigada. La orfandad de alternativas es evidente y notoria: los
nuevos y viejos embaucadores, encantadores de serpientes, traen sus cantos de
sirena al desprestigiado escenario nacional de la politiquería.
La crisis de desconfianza imperante no
cesa de crecer. Los panameños trabajadores, honrados amantes de su Patria,
asisten impotentes al desplazamiento absoluto que son objeto de parte de las
nuevas roscas, con las viejas y nuevas prácticas que caracterizan su actuar
contra la dignidad y las libertades ciudadanas.
Es notorio que: ”Ni siquiera la familia,
bastión que supo aportar fuerzas y solidez en épocas pasadas, es capaz de
mitigar hoy los estragos.” La sociedad es desgarrada y descuadernada por las
nuevas roscas que, cual mafá, se abrazan para asfixiar los urgentes y
necesarias transformaciones que se requieren para poder ser una sociedad
moderna.
La utilización, por parte de los Órganos
del Estado, de la pandemia como excusa para utilizar el miedo en su provecho,
nos coloca a la gran mayoría de los ciudadanos en un estado de desconfianza y
de pérdida de valores. Ello lleva a que,
el clientelismo populista y los actos de corrupción -y de la impunidad que los
acompaña- aunque a veces desagradan a algunos, otros se sientan fascinados por
las nuevas roscas que “no se andan con miramientos y se atreven a todo”