Por: Rev. Pbro. Manning Maxie Suárez+
Fundador de Quorum Teológico.
Nunca pensé que en estos años en que hemos vivido tantas situaciones no deseadas (pandemias, desempleo, inseguridad, seguridad alimentaria, corrupción y ahora la guerra en europa entre Croacia y Rusia), se han desarrollado con tantas situaciones hiper críticas y de total desaliento humano, como de grandes conflictos sociales en nuestro querido y amado Panamá.
Todos los medios nacionales e internacionales nos saturan a diario de malas noticias, nos encontramos como secuestrados por el miedo y el temor de saber que algo malo nos puede suceder si salimos de casa como les ha pasado ya a conocidos o vecinos. El miedo es real y se nos ha convertido, este sentimiento, como en una sombra que nos cubre a diario. Esto se ha convirtiendo en una Patología Social más ahora con la nueva pandemia del virus del mono anunciada por la Organización Mundial de la Salud, así que ahora debemos vivir con dos pandemias a la misma vez.
Los conflictos sociales que estamos viviendo, como el desempleo férreo y galopante, la mala remuneración a aquellos que tienen la dicha de tener un trabajo aunque sea de medio tiempo, la pésima atención que recibe nuestra población en materia de salud, la falta de calidad en la educación que reciben nuestros estudiantes y que no va de acuerdo a los tiempos que vivimos con la ciber tecnología y sumado a ello, la desnutrición real de nuestros estudiantes (1 de cada 3 estudiantes según un reciente informe), no ha permitido que exista en este país EQUIDAD.
Todo esto no es otra cosa que el resultado de una sociedad que va sin freno cuesta abajo a un total detrimento. Hablamos de un sistema socio político y económico que no funciona ya, y que sigue estresando, ahogando a todas las clases sociales de tal forma, que pone en peligro su propia subsistencia, sobre todo de aquellas clases más vulnerables y que sufren de extrema pobreza. El Estado Panameño debe repensarse, de manera que sea un Estado al servicio de la comunidad nacional y no al revés.
¿Cómo puede hacer y ser el pueblo panameño entonces un país más seguro, más amigable, más humano? ¿Se podrá ser con todo lo antes expresado en el párrafo anterior? La respuesta es obvia: No, no se puede ser una nación de paz, ni de provecho, ni de beneficio para todos como reza nuestro sagrado lema “Pro Mundi Beneficio” esculpido en nuestro hermoso escudo con tales situaciones actuales y reales. La verdad es que cada vez, vemos un distanciamiento entre el papel que realmente juega el Estado Panameño y sus actuales administradores y los deseos que Inspiran a nuestra nación. La corrupción institucionalizada en los órganos del estado que es un secreto a voces y que día a día está drenando la sangre de la Patria.
¿Qué hacer?, ¿Cómo podemos salir de estos atolladeros? Con la ayuda y el compromiso de los 4 millones de panameños y residentes extranjeros que viven en Panamá y que creen en los valores humanos, que creen que el hombre y la mujer deben ser íntegros en todos sus procederes, internos y externos, promoviendo y premiando las actitudes cívicas, morales y éticas de todos, garantizando con ello una nación más amigable para el mundo y para nosotros mismos.
Debemos en todas las aulas del país, fomentar los verdaderos valores de la convivencia pacífica, colaborativa, solidaria y sobre todo basada en los valores de una sociedad Democrática, donde existan verdaderas instituciones democráticas con verdaderas actitudes democráticas, “Que más que un sistema político entendamos que es un estilo de vida”. Donde se promueve y se respeta ante todo la libertad individual, como el derecho y la Pluralidad de Pensamiento; Donde exista la verdadera representatividad, la participación ciudadana garantizada, la libertad como pilar fundamental y que esta sea social, política y económica.
Se justifica citar en esta reflexión al célebre constitucionalista el Dr. Carlos Bolívar Pedreschi que en su libro “Una concepción diferente del Derecho Constitucional” en su selección de pensamientos del autor señala: “El Estado, ya está probado, no puede verse como un juguete que sirva para extemporáneos esparcimientos infantiles, ni para ilusorias genialidades. Los asuntos del Estado, ya está probado, más que fuerza, reclaman madurez, responsabilidad y, sobre todo, capacidad” [Carlos B. Pedreschi, 2021. Editora Novo Art, S.A. Panamá. Pág. 62].
Observemos los fenómenos sociales que estamos viviendo actualmente y reflexionemos con mucha calma el camino que debemos emprender como nación de manera que podamos juntos encontrar las soluciones a los diferentes problemas que encontramos (Educación, Salud, Seguridad Social, Seguridad Jurídica) entre otros y con voluntad y carácter tomemos decisiones para el cambio positivo de nuestra amada Patria.
Dios bendiga siempre a Panamá.