Por: Dr. Miguel Antonio Bernal
Antes de ayer, 23 de octubre, se cumplieron exactamente 44 años que la dictadura militar reinante en Panamá, impuso, en ausencia absoluta de libertades democráticas, el llamado “plebiscito” para lograr el “respaldo” a los Tratados Carter Torrijos,
Con las libertades conculcadas y más de 300 panameños en el
exilio, la dictadura militar de Torrijos, todos los medios de comunicación
amordazados, la “aprobación” de los tratados canaleros, pasó más fácil que un
camello por el ojo de una aguja.
La Unión Patriótica Femenina, integrada por un grupo
de ciudadanas luchadoras contra el militarismo,
difundieron –clandestinamente, el siguiente texto que mantiene total
vigencia:
“Quizá porque no comprendo el poder, el mecanismo or el
cual unn hombre o una mujer se sienten investidos o se ven investidos del
derecho de mandar sobre los demás y de castigarles si no obedecen. Venga de
unsoberano despótico o de un presudente electo, de un general asesino o de un
líder venerado, veo el poder como un fenómeno inhumano y odioso,,,
Nunca se sabe dónde empieza y dónde termina el poder…la
única cosa es que no se le puede controlar y que mata tu libertad.
Creo también mi deber recordarle que, en la misma medida
que no comprendo el poder, comprendo a quien
se oone al poder, quien censura el poder, quien replica al poder,
sobre todo a quien se rebela contra el
poder impuesto por la brutalidad.
La desobediencia hacia los prepotentes la he considerado
siempre como el único modo de usar el milagro de haber nacido.
El silencio de los que no reaccionan e incluso aplauden, lo
he considerado siempre como la muerte verdadera de una mujer o de un hombre.
Y oídme: el más
bello monumento de la dignidad humana es el que ví sobre una colina del
Peloponeso. No era una estatua, no era
una bandera, sino tres letras que en griego significan NO. Hombres
sedientos de libertad las habían escrito entre los árboles durante la ocupación
nazifascista y, durante treinta años, aquel NO había estado allí, sin
desteñirse con la lluvia o el sol. Después los coroneles lo hicieron borrar con
una capa de cal. Pero, enseguida, cual por sortilegio, la lluvia y el sol
disolvieron la cal. Así que, día tras día, el NO reaparecía, terco,
desesperado, indeleble.
Este escrito no pretende ser nada más que lo que es” No
quiere prometer nada más que lo que promete.
Pero debeis leerlo teniendo presente ese NO que reaparece terco,
desesperado, indeleble, entre los árboles de una colina del Peloponeso”
(Tomado del libro ‘Entrevista con la Historia’ de Oriana
FALLACI)