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Parece que nos hemos olvidado de nuestra casa común.

 

Por: Rev. Manning Maxie Suárez +

Sacerdote y Eco Teólogo

El 24 de mayo del año 2015, Monseñor Jorge Mario Bergoglio, mejor conocido como el Papa Francisco, sorprendió al mundo entero cuando firmó su segunda encíclica papal llamada “Laudato Sí” (Alabado seas) dentro del marco de la Solemnidad de Pentecostés, y presentada al mundo el 18 de junio del mismo año.  La temática central de esta encíclica es el cuidado del Planeta Tierra o, mejor dicho, como él la denomina: “Nuestra Casa Común”. 

En esta encíclica el Papa nos dice: “El cambio climático es un problema global con graves dimensiones ambientales, sociales, económicas, distributivas y políticas, y plantea uno de los principales desafíos actuales para la humanidad. Los peores impactos probablemente recaerán en las próximas décadas sobre los países en desarrollo”.

Resumiendo, muchos pobres se verán afectados en las reservas naturales y de los servicios ecosistémicos, como la agricultura, la pesca y los recursos forestales. No podrán adaptarse a los impactos climáticos o hacer frente a situaciones catastróficas, pues poseen poco acceso a servicios sociales y a protección. Veremos por los cambios del clima, migraciones de animales y vegetales que no siempre pueden adaptarse, y esto a su vez afecta los recursos productivos de los más pobres, quienes también se ven obligados a migrar con gran incertidumbre por el futuro de sus vidas y de sus hijos. Habrá un aumento de los migrantes huyendo de la miseria empeorada por la degradación ambiental, que no son reconocidos como refugiados en las convenciones internacionales y llevan el peso de sus vidas abandonadas sin protección normativa alguna.

“Lamentablemente hay una general indiferencia ante estas tragedias, que suceden ahora mismo en distintas partes del mundo. La falta de reacciones ante estos dramas de nuestros hermanos y hermanas es un signo de la pérdida de aquel sentido de responsabilidad por nuestros semejantes sobre el cual se funda toda sociedad civil.” Laudato si # 25 (Alabado seas).

Unos amigos me decían de manera chistosa, cuando tocábamos el tema, que esas cosas pasarían, pero no ahora, tal vez en doscientos o trescientos años y no aquí, eso es en otros países como los países de Europa y los Estados Unidos y a manera de chiste me decían acuérdate que “Dios es panameño”, esta es una tierra bendecida.

Ante la gran indiferencia de parte de la gran mayoría de los ciudadanos del mundo estamos llegando a un punto de inflexión o como algunos científicos llaman el “Tipping point ahead”.  Hoy estamos viviendo el efecto ALBEDO, es decir cuando las sustancias blancas reflejan más radiación solar que las oscuras, y a medida que el calentamiento global derrite el hielo y la nieve, quedan atrás océanos y tierras que son más oscuros, absorbiendo el calor en vez de reflejarlo y así aumentan el calentamiento el cual, a su vez, derrite más hielo y más nieve, y así sin parar.  Al calentarse los océanos se da el vapor de agua que es un gas de efecto invernadero y es más importante que el CO2.  Aunque algunos científicos dicen que no estamos emitiendo directamente mucho vapor de agua, pero la verdad es que a medida que el planeta se calienta la evaporación aumenta, elevando la humedad y engrosando la cubierta térmica de la tierra, la cual eleva la temperatura que aumenta la evaporización, y esto se da una y otra vez.

Otra realidad, es lo que está sucediendo con la capacidad de la tierra y los océanos de absorber parte de nuestras emisiones de CO2.  Sabían ustedes que, normalmente la mitad del CO2 emitido cada año por la actividad humana es reabsorbido por una combinación de bosques, plankton y el océano mismo.  Pero la superficie de los océanos se está haciendo más y más ácida, a medida que la concentración de CO2 disuelto en ellos se eleva.  Al mismo tiempo la temperatura del agua en la superficie también aumenta formando una capa de agua ácida que se extiende sobre la superficie del océano, matando el plankton que fija el CO2 de la atmósfera.  Peor aún, el agua cálida retiene menos CO2 que el agua fría.  Así que cuando se calienta comienza a liberar parte del CO2 que había absorbido. 

Este como otros procesos que se están dando hoy, como la relación existente entre el gas metano, la criosfera terrestre y los océanos son temas que nos ponen los pelos de punta sobre lo que nos espera si no actuamos pronto en favor de nuestra “Casa Común”.  Si no actuamos rápido el problema de la Pandemia va a hacer un chiste ante estos problemas mayores que ya están aquí.  Los invito a ver el siguiente video que explica más profundamente el problema y de manera muy gráfica puede guiarnos hacía una posible solución.

 

El evangelio en el centro de la vida

Por: José M. Castillo S

religiondigital.org / 25.07.2020

Una de las cosas que más me dan que pensar, con ocasión del virus y la pandemia, es el desinterés por lo religioso propiamente tal. A casi todo el mundo le preocupa la enfermedad, los remedios para curarla, la vacuna para prevenirla, las graves consecuencias económicas que todo esto conlleva, el futuro que nos espera… ¡Qué sé yo!

Es verdad que de lo religioso también se habla. Pero, ¿por qué? Con bastante frecuencia, lo religioso se asocia con lo festivo: la Semana Santa, la Navidad, la festividad de la Patrona en parroquias y pueblos, las romerías y sus procesiones, los bautizos, las comuniones, las bodas y los entierros, etc., etc. Todo eso le interesa a mucha gente. Pero, ¿dónde y en qué está el interés? No hay que pensar mucho para caer en la cuenta de que la “religiosidad popular” les interesa, a muchas personas, más por lo festivo que por lo estrictamente religioso, tal como se vive y se celebra. Esto lo entiende todo el mundo y no necesita muchas explicaciones.

Ahora bien, supuesto lo que acabo de indicar, lo que a mí me llama la atención, en las condiciones de lo que nos está pasando, no es el rechazo de Dios y de la religión, sino el desinterés por todo cuanto se relaciona (o se puede relacionar) con Dios y, en general, con todo lo trascendente. Hoy es ya – me parece a mí – una evidencia lo que acertadamente supo indicar Th. Pröpper: el mensaje cristiano se ha convertido en una “oferta sin demanda”. Desde mi punto de vista de creyente en Dios, malo es negar o rechazar su existencia. Pero es peor desentenderse de Dios, y de todo lo de Dios, hasta tal extremo, que haya tanta gente a la que la importa un bledo lo que se piense, se diga o se haga porque Dios lo quiere o no lo quiere, porque Dios lo diga o deje de decirlo.



Y conste que, al hablar de este asunto, no me refiero solamente a Dios en sí mismo, sino, además de Dios, a quienes oficialmente lo representan: los hombres del clero. Lo que piensen o digan los clérigos, le interesa cada día menos a una importante mayoría de la población. A no ser que un clérigo haga o diga alguna extravagancia.

¿Por qué la religión interesa cada día menos? ¿por qué ha descendido, y sigue descendiendo imparable, la práctica religiosa? Este asunto es demasiado complejo y complicado. No es posible dar una respuesta adecuada y completa en una breve reflexión 

En todo caso, hay un hecho incuestionable: los problemas que nos amenazan y nos agobian van en aumento, hasta el extremo de ver cada día más dudoso y abrumador el futuro de la humanidad, de la tierra y la vida. Y, estando así las cosas, ¿qué aporta la religión y qué aportan los hombres de la religión, como respuesta a las muchas preguntas, que la gente siente en sus vidas y a las que no encuentra solución?

En esta breve reflexión, me atrevo a proponer un punto de partida, que nos puede abrir horizontes de luz. Quiero decir esto: el cristianismo, desde el s. III hasta el s. VIII, vivió y gestionó a la iglesia de manera que produjo una confusión no resuelta, después de tantos siglos. La confusión consistió en que mezcló y fundió el Evangelio de Jesús con la religión, procedente del judaísmo y tal como se vivía en el Imperio. Ahora bien, esta fusión de “religión” y “Evangelio” no se ha resuelto todavía. De ahí que la iglesia vive, con toda naturalidad, cantidad de cosas, que son muy fundamentales. Y son cosas que contradicen lo que Jesús, la Palabra de Dios y el Hijo de Dios, dijo e hizo. Dándoles tal importancia – a esas cosas – que eso fue lo que le costó la vida.

Concilio Vaticano I

¿A qué cosas me refiero? Al “poder” y la forma concreta de ejercerlo. Al “dinero” y las oscuras relaciones que la iglesia tiene con este asunto capital. Y a las “relaciones humanas”, que la iglesia permite y mantiene, que no son precisamente relaciones de “igualdad” y de “bondad” en amor mutuo, que la iglesia no resuelve.

Antes que las decisiones eclesiásticas, está el Evangelio, en el que se nos reveló Dios. Mientras la iglesia no ponga el Evangelio en el centro de la vida, el cristianismo no podrá aportar la solución que este mundo y en este momento necesita.

"El mundo está tratando los síntomas de la pandemia de covid-19, pero no las causas"

Por: Delia Grace

Entrevista: Alejandra Martins

bbc.com / 21-07-2020

Imagina que te enfermas una y otra vez. En cada ocasión vas al hospital, pero solo alivian un poco tu malestar. Nadie pregunta por el origen de tu enfermedad. Algo similar ocurre con la actual pandemia según la profesora Delia Grace, quien investiga hace tres décadas las llamadas "zoonosis", las enfermedades humanas que tienen origen en animales.

 Grace es la autora principal de un nuevo informe de Naciones Unidas titulado: "Previniendo la próxima pandemia: las zoonosis y cómo romper la cadena de transmisión". La epidemióloga y veterinaria es profesora del Instituto de Recursos Naturales de la Universidad de Greenwich en Londres, y miembro del Instituto Internacional de Investigaciones Pecuarias, ILRI, con sede en Kenia, que también participó en el estudio.

En BBC Mundo hablamos con Delia Grace sobre qué factores están causando la emergencia de enfermedades, cómo los gobiernos deben aplicar una estrategia clave llamada "Una Salud", y por qué, si no se toman medidas, la próxima pandemia podría ser aún peor que la del covid-19.

¿Por qué asegura que el mundo no está tratando las causas de la pandemia?

Soy veterinaria y me gustan las analogías médicas. Ha habido una gran respuesta a esta crisis tremenda. Pero ha sido como tener un paciente en el hospital y tratar sus síntomas, la temperatura, lo aparente. Otra respuesta ha sido intentar rehabilitar al paciente para que camine y trabaje otra vez.

Pero si no se mira de dónde viene el problema, tendrás al paciente otra vez en el hospital el mes que viene con los mismos síntomas.

En otras palabras, el mundo se enfocó correctamente en la respuesta médica y en reiniciar la economía, pero a menos que veamos cuáles son las fuentes de esta crisis vamos a tener más pandemias. Ese es el enfoque del nuevo informe de ONU Medio Ambiente y el ILRI.

¿Las zoonosis ya eran un problema creciente antes de la actual pandemia?

Sí. He trabajado en zoonosis durante 30 años, así que parte de mi apreciación viene de mi experiencia. Pero también hemos hecho estudios. Uno de los más citados lo hice con Kate Jones, de University College London. Ella buscó casos de enfermedades infecciosas emergentes en humanos desde 1934 a inicios de los 2000. Y luego juntas cubrimos otra década más, y la tendencia es clara.

Es imposible negar que en el último siglo han surgido cada vez más y más enfermedades infecciosas.

¿Puede darnos algunos ejemplos?

El 75% de esas enfermedades tuvieron como fuente animales salvajes. Pero algo muy importante que hay que destacar es que muchas de esas enfermedades llegaron a los humanos usando como "puentes" animales domésticos, especialmente pollos, cerdos y otros tipos de ganado. Hay muchos más animales domésticos en el planeta que animales salvajes, y no es sorprendente que algunas de las enfermedades de más impacto los hayan usado como puentes.

Algunos ejemplos son la enfermedad de la vaca loca, la influenza aviar, el VIH SIDA, y la gripe española, que se originó probablemente en aves y usó como puente pollos y cerdos y mató más gente que la Primera Guerra Mundial.

También hay enfermedades que no son emergentes, sino que se conocen hace tiempo como la brucelosis, que tienen un gran impacto sobre todo en las poblaciones más pobres.

Pasemos a las causas de la actual pandemia, a los factores que el informe llama "propulsores de enfermedad" o disease drivers. ¿Por qué se destaca especialmente al aumento en la demanda de proteína animal y la ganadería intensiva no sostenible?

Lo que está impulsando la emergencia de enfermedades es el comportamiento humano. Y uno de los factores más importantes es la demanda de proteína de origen animal, sea carne vacuna, huevos, peces, pollos. Esto está llevando a un aumento de la ganadería de escala industrial, porque las pequeñas granjas familiares con animales que crecen al aire libre no pueden responder a esta demanda.

En muchos de estos establecimientos los animales están hacinados, los seleccionan para que crezcan lo más rápido posible y son todos del mismo tipo genético. En Irlanda, donde yo crecí, solías ver en el campo decenas de razas diferentes de ovejas y de cerdos. Pero ahora la industria está dominada por unos pocos tipos genéticos similares.

Estamos creando un hervidero de problemas, con animales hacinados y estresados. Y cuando los animales están estresados su sistema inmunológico se debilita.

Por otra parte, en muchos países las medidas de bioseguridad no son buenas y esos pollos o cerdos entran en contacto con animales como ratas o incluso personas enfermas. Si hay un derrame de patógenos a humanos, el llamado spillover, puede crearse un problema alrededor del mundo.

Eso en cuanto a la ganadería. ¿Pero cuán grave es el problema del consumo de animales salvajes?

Es aún más arriesgado. Lo que estamos viendo es una enorme presión en los ecosistemas, impulsada por el aumento en la población, con un enorme incremento de industrias extractivas en sitios como la Amazonía y África Central. Y para sacar la madera y los minerales se construyen carreteras y caminos.

En el pasado, si había un derrame de algún patógeno animal a humanos tal vez moría el cazador que había comido un animal salvaje, y alguien en su familia, y se acababa allí la enfermedad. Pero ahora con carreteras hay más movimiento, más contacto, y más salida de animales silvestres para satisfacer la demanda de minorías élites en ciudades de África y Asia que pagan por estos animales exóticos porque los ven como símbolo de estatus o creen que comerlos mejora el vigor o la salud.

¿Qué medidas pueden tomarse ante el aumento en la demanda de proteína animal?

Es un problema complejo.

Algunas personas comen demasiada carne, más de 100k por año, algo que no es bueno ni para su salud ni para el medio ambiente. En este caso puede haber incentivos para una dieta más balanceada. Pero muchas de las cerca de 4.000 millones de personas que viven en países de ingreso mediano bajo comen demasiada poca carne. Sabemos que el 30% de los niños allí tiene problemas de crecimiento y la proteína animal es rica en micronutrientes.

Así que algunos grupos deberían consumir más proteína animal, la cuestión es de qué origen, carne vacuna, huevos, o peces, o insectos.

Siempre hay un tema de contrapartidas o tradeoffs. Por ejemplo, si la gente deja de comer carne vacuna, pero come más pollos, esto también puede ser un problema. Uno de los mayores problemas en el planeta en este momento en términos de sanidad animal son los pollos criados específicamente para producción de carne. Cerca del 30% viven una vida de un dolor agonizante, porque los hacen crecer tan rápido que tienen lesiones en las piernas y patas, y están tan hacinados que hay una oportunidad mucho mayor de emergencia de enfermedades.

Debemos mirar al mismo tiempo todo lo que importa, bienestar animal, nutrición, sostenibilidad, gases de invernadero.

Otro de los propulsores de enfermedad que menciona el informe es el cambio climático. ¿Qué papel juega?

El cambio climático no está tan asociado a la emergencia de enfermedades sino a su expansión. Cuando hablamos de enfermedades emergentes no necesariamente hablamos de enfermedades nuevas, puede tratarse de enfermedades que cambian su patrón geográfico de distribución.

El zika, por ejemplo, probablemente existió durante siglos en animales en Uganda. Pero luego emergió y se esparció por el mundo.

Algunas enfermedades se transmiten por vectores como mosquitos, y su supervivencia está vinculada al clima. Si no hay heladas esos insectos no mueren durante el invierno. Y áreas que antes eran secas, pero ahora son más húmedas porque llueve más van a ser territorios de expansión para esos vectores.

Una de las recomendaciones del informe es implementar el principio "Una Salud" (One Health), y por ejemplo en Uruguay se acaba de inaugurar con ese enfoque el Centro de Innovación Epidemiológica o CIVI. ¿Qué significa "Una Salud" en esencia?

Que expertos de los diferentes sectores, es decir, de la salud humana, animal y del medio ambiente, trabajen juntos. Esto es importante para tratar las causas en lugar de los síntomas.

¿Puede darnos algunos ejemplos de cómo poner Una Salud en práctica?

Un ejemplo es el caso de la rabia, una de las zoonosis más serias, que mata cerca de 70.000 personas por día en el mundo. En lugar de tratar a una persona mordida por un perro es más efectivo y barato vacunar a los perros.

La gripe aviar es otro ejemplo. El mundo despertó a esta epidemia cuando comenzó a morir gente, pero hacía meses que había muertes de aves. Solo que en muchos países no se había comunicado esto a las autoridades de la salud humana.

"Una Salud" también significa compartir instalaciones. Durante la actual pandemia, en Kenia, donde yo trabajo, no existía la capacidad de hacer tests de covid-19 a gran escala. Por ello en Kenia, al igual que en Noruega y otros países, laboratorios veterinarios abrieron sus puertas para realizar esos tests. Porque cuando analizas ADN en una máquina no importa si es animal o humano.

El informe dice que el monitoreo de indicadores ambientales es otro ejemplo de Una Salud. ¿Qué significa esto?

Tomemos como ejemplo una enfermedad llamada fiebre del valle del Rift. Vemos que es producto de toda una secuencia. Primero tienes el fenómeno de El Niño en Sudamérica que acaba afectando las corrientes oceánicas en la costa de África, causando más lluvias. Esas lluvias causan inundaciones que llevan a un aumento de mosquitos que infectan con la fiebre a las ovejas, y de las ovejas la enfermedad pasa a las personas.

Podemos determinar cuánto debe llover para que aumenten considerablemente los mosquitos, y de acuerdo a esos indicadores establecer categorías de riesgo para dar alertas. Así que los entomólogos que estudian insectos, los científicos del clima, los veterinarios y los expertos en salud humana deben trabajar juntos.

El concepto Una Salud es novedoso para muchos de nosotros. ¿Cuándo surgió?

La idea de Una Salud tiene una larga historia. Algunos la vinculan a un epidemiólogo estadounidense, Calvin Schwabe, que habló hace más de medio siglo de "Una Medicina", aunque incluía solo la salud humana y animal, no el medio ambiente. La idea se extendió sobre todo durante la gripe aviar y la epidemia de SARS (2002-2004) en el Sureste Asiático. Y se formalizó en el llamado Acuerdo Tripartito que firmaron la Organización Mundial de la Salud, la Organización Mundial de Sanidad Animal y la FAO, para cooperar en el contexto de Una Salud.

Pero quiero mencionar que Una Salud tiene un campo que es pariente cercano y surgió en Sudamérica. Me refiero a una idea llama Ecosalud, que comenzó en el contexto de la explotación de la Amazonía, y que abarca también las zoonosis y la degradación ambiental. La Ecosalud ya se investigaba en los 90, aunque no era muy conocida fuera de Latinoamérica. En realidad, deberíamos hablar de Una Salud/Ecosalud. Es básicamente lo mismo.

El ecólogo Thomas Gillespie comentó tras leer el informe que, si no se atacan las causas de las pandemias, vendrán otras mucho más graves que la del covid-19. ¿Usted está de acuerdo?

Sí. Estamos jugando a los dados y con muchas combinaciones posibles.

La epidemia del SARS mató a cerca de un 30% de las personas infectadas, pero no se transmitía fàcilmente. El covid se esparce fácilmente pero no es tan letal en comparación. Las mismas variaciones ocurren con las influenzas, pero de pronto apareció una como la gripe española que no sólo se transmitía con facilidad, sino que mató mucha gente.

Si miras al pasado, la viruela solía matar al 30% de la población cada año, la gripe española mató tal vez hasta 100 millones de personas, las estimaciones varían. Sucedió antes y puede volver a suceder.

¿Estamos ahora mejor preparados?

Nos gusta pensar que podemos dominar estos virus con tratamientos, pero hallarlos lleva tiempo. Piensa que, en el caso de virus como el VIH o la malaria, los científicos han estado buscando soluciones durante medio siglo, pero aún no han logrado vacunas efectivas. Así que no debemos asumir en forma automática que cuando venga un problema aún mayor, la superpandemia, podremos controlarla a tiempo.

El oprobioso final de Edén Pastora

 

Desde 1978, y tal vez hasta hoy, no hubo figura de la Revolución Sandinista con mayor proyección internacional que Edén Pastora. La noticia de su muerte, víctima de la pandemia del coronavirus, demostró la vigencia de este cuestionable mito. Pastora siempre fue un hombre de guerra, de armas, un firme creyente en el recurso a la violencia física y verbal. Mónica Baltodano tiene merecida autoridad para describir la biografía que merece este personaje.

Por: Mónica Baltodano

envio.org.ni / julio 2020

El 16 de junio, mientras la dictadura de Ortega y Murillo ocultaba las más de 1.398 muertes por la pandemia en nuestro pequeño país de 6 millones de habitantes, y no tomaba medidas ante la pandemia, la muerte por Covid-19 del comandante guerrillero Edén Pastora Gómez, conocido como comandante Cero, atrajo la atención de medios nacionales e internacionales.

¿QUÉ DIRÁ DE ÉL LA HISTORIA?

La figura de Edén es una de las más conocidas de la Revolución Popular Sandinista de 1979. Dos años antes del triunfo de esa revolución, este hombre de ideas conservadoras se incorporó a la denominada tendencia tercerista del FSLN. (Antes de su unificación en 1978 eran tres las tendencias: proletaria, tercerista y guerra popular prolongada).


En agosto de 1978 Edén estuvo al frente de una operación de gran audacia y resonancia: la toma del Palacio Nacional, mientras el parlamento sesionaba allí con todos sus diputados dentro. Esta intrépida acción consiguió la libertad de los presos políticos sandinistas detenidos por la dictadura de Somoza y supuso un golpe de efecto mediático para la lucha revolucionaria.

Posteriormente, Pastora estuvo a cargo del más publicitado de los frentes de lucha insurreccional, el Frente Sur, que operaba desde la vecina Costa Rica.


En junio de 1979 el Frente Sur consiguió empantanar a una parte de las fuerzas de élite de la Guardia Nacional somocista, mientras los guerrilleros del FSLN de los demás frentes de lucha lográbamos tomar las más importantes ciudades del país, hasta lograr finalmente avanzar hacia Managua, en julio de 1979.

Más allá de los episodios más publicitados de su vida, ¿cuál fue la verdadera trayectoria de Pastora? ¿Cuál fue realmente el final del Comandante Cero? ¿Qué es lo que la historia recogerá de él? ¿Sus acciones antisomocistas, la acción espectacular del Palacio, los intereses a los que sirvió, o su final como paramilitar orteguista y violador de derechos humanos?

UN LUCHADOR DE HISTORIA FRAGMENTADA

Sin duda, Pastora fue un luchador antisomocista. De historia fragmentada, es cierto. A la edad de 23 años, entre 1959 y 1960, fue parte del Frente Revolucionario Sandino (FRS). En 1962 apareció fugazmente en la unificación entre el naciente Frente de Liberación Nacional (FLN) y el FRS, pero no quiso participar en la organización que después se llamaría FSLN porque consideró a sus primeros integrantes como muy comunistas.

Acogido a la amnistía de 1963, se involucró después en la campaña presidencial de Fernando Agüero, candidato del Partido Conservador. En 1967 participó en la búsqueda de armas, cuando un sector de la dirigencia conservadora pensaba podría conseguir una fractura en el ejército y hacer renunciar a Somoza de sus aspiraciones presidenciales. Fue capturado en esa misión un día antes de que la Guardia somocista asesinara en Managua a 300 opositores que se manifestaban a favor de Agüero.

Liberado en marzo mediante otra amnistía, fue contactado nuevamente por el FSLN. Durante varios meses prestó su finca ‘El Pilón’ para entrenar a jóvenes reclutas. Descubiertos por la Guardia Nacional, Edén logró escaparse y asilarse en la embajada de Venezuela. Estuvo un tiempo en Suiza, y de allí partió hacia Guadalajara, México, donde había iniciado estudios de Medicina antes de 1959.

CONSERVADOR, ANTICOMUNISTA Y DE FÁCIL PALABRA

En 1971 tomó contacto nuevamente con el FSLN y entró a Nicaragua para incorporarse a la guerrilla en la montaña, que para entonces ya estaba a cargo de Henry Ruiz, el comandante Modesto. Permaneció por corto período en la montaña porque entró en conflictos con el mando. Por eso, se retiró totalmente de la lucha antisomocista hasta que fue contactado nuevamente en 1977 por Sergio Ramírez Mercado.

La pragmática tendencia tercerista del FSLN, surgida en 1976 y de cuya dirección formaban parte los hermanos Humberto y Daniel Ortega, se propuso una audaz política de alianzas abriendo de par en par las puertas del FSLN para la incorporación de nuevos militantes. También consideraban era importante “descolorar” la imagen del FSLN, hasta entonces vista como una organización marxista, con la incorporación visible de figuras conservadoras, de empresarios, de declarados anticomunistas, entre otros.

En este panorama, la figura de Edén Pastora era ideal para la agrupación, no sólo por su reconocida historia conservadora y anticomunista, sino porque su llamativa personalidad y su facilidad de manejo con la prensa favorecerían la proyección que el FSLN necesitaba en el exterior, en momentos en que ya estaban creadas al interior del país las condiciones insurreccionales.

EN CONTACTOS CON LA CIA

Después del triunfo de la Revolución en 1979, Pastora ocupó el cargo de viceministro del Interior, después fue viceministro de Defensa y jefe nacional de las Milicias Populares Sandinistas.

Dos años después, en julio de 1981, renunció a sus cargos y migró hacia Panamá, expresando críticas a la conducción revolucionaria y afirmando que se iría a luchar por la liberación de otros pueblos. En abril de 1982 se manifestó abiertamente enemigo de la Revolución Popular Sandinista, e inició sus contactos y relaciones con la CIA, que desde 1981 impulsaba movimientos armados en contra de la Revolución.

Como parte de los planes reaccionarios de Ronald Reagan en toda la región, Edén Pastora organizó la Alianza Revolucionaria Democrática (ARDE), abriendo un frente armado en el sur de Nicaragua. Todo esto se enmarcó en la contrarrevolución, “la Contra”, como fue conocida.

El 6 de mayo del año 2000 entrevisté personalmente a Pastora para que hablara del asalto al Palacio Nacional de 1978, en un programa radial de rescate de la memoria histórica que dirigí varios años. Días después, madres de caídos sandinistas me reclamaron por haberlo llevado a nuestro programa. Estas madres no olvidaban las consecuencias de los ataques de ARDE, dirigidos por Pastora a lo largo de río San Juan.

De esta forma reportaba en 1982 la revista “Envío” las operaciones de Pastora en esa zona: “Pastora anunció que su lucha armada por la liberación de Nicaragua se iniciaría con toda su fuerza el 1 de mayo de 1982. Ese día ARDE secuestró y degolló a 10 campesinos -promotores de educación de adultos, líderes de la UNAG, delegados de la Palabra-, emboscó y mató a otros 32 cuando se dirigían a la celebración del día de los trabajadores y emboscó y mató a 2 miembros del ministerio del Interior en Río San Juan. La “guerra de liberación” tan anunciada tuvo así un comienzo muy cuestionable”.

CANDIDATO DE VARIOS PARTIDOS

La CIA presionaba a ARDE para que se uniera con la Fuerza Democrática Nicaragüense (FDN), la organización contra creada expresamente por los norteamericanos. Ante la negativa de Pastora, que no aceptaba ser un subordinado más de los exguardias somocistas, la CIA dejó de darle financiamiento. Entonces, en 1986 anunció su retiro de ARDE y pidió asilo en Costa Rica, donde se dedicó nuevamente a su pequeña empresa pesquera.

En mayo de 1987 Edén Pastora reconoció públicamente que la CIA le había suministrado material de guerra y acusó al teniente coronel Oliver North, directamente implicado en el escándalo Irán-Contras, de estar detrás del atentado que sufrió en La Penca en 1984 y que dejó 7 muertos y 22 heridos. Esa operación, ahora se sabe, fue orientada por Tomás Borge, miembro de la dirigencia sandinista.

En 1989 Pastora regresó a Nicaragua para apoyar al Partido Social Cristiano (PSC) en la campaña electoral de 1990. En 1996 se postuló como candidato presidencial del Movimiento de Acción Democrática, aunque fue inhabilitado por el Consejo Supremo Electoral. En el año 2000 fue candidato a la alcaldía de Managua y en 2006 se postuló nuevamente a la presidencia por la organización Alternativa por el Cambio (AC), dirigida por grupos evangélicos. Obtuvo un 0.27% por ciento de los votos y ningún diputado.

FUNCIONARIO DE DANIEL ORTEGA

En las elecciones de 2006 Daniel Ortega regresó a la presidencia de la República habiendo obtenido tan sólo el 37.8% de los votos. A raíz de eso, Pastora se puso de nuevo al servicio de Ortega. Asumió el cargo de delegado de la Presidencia para el dragado del río San Juan, tarea que según decía incrementaría el caudal de ese importante río limítrofe con Costa Rica. En 2010 dragó un caño en la zona de Harbour Head, provocando un conflicto con el gobierno vecino, quien demandó a Nicaragua ante la Corte Internacional de Justicia de La Haya. El tribunal dio la razón a Costa Rica y obligó a Nicaragua a pagar una millonaria indemnización por los daños causados.

Durante sus años de servicios a la dictadura de Ortega, Pastora se caracterizó por hacer de punta de lanza para atacar virulentamente, mentir descaradamente y desacreditar a los disidentes sandinistas, catalogándolos de traidores, vendidos al imperio, etc. Inescrupulosamente tergiversaba la historia, atribuyéndole a Daniel Ortega un protagonismo excepcional en la lucha contra la dictadura somocista. El dictador respondió a estos favores no sólo con cargos públicos y prebendas, sino otorgándole a Pastora en 2008 la orden Augusto C. Sandino, máxima condecoración en Nicaragua. Al mismo tiempo, Ortega reescribía la historia personal de Pastora, obviando sus servicios a la CIA, a la Contra, y su responsabilidad en los asesinatos de jóvenes reservistas en Río San Juan.

El regreso de Pastora al FSLN y su subordinación al caudillo no resultó extraña ni sorpresiva. Al llegar al poder, la esencia del orteguismo era, y sigue siendo, mantenerlo a cualquier precio. Esto implicó en su momento el abandono absoluto de los principios, valores y proyecto que había encarnado la Revolución de 1979, aun con sus grandes errores y desaciertos. La mutación del FSLN, de fuerza revolucionaria, emancipadora y transformadora, en un aparato represivo¬ y de poder al servicio de Ortega y su círculo íntimo, se inició en los años 90 y se consolidó al llegar al gobierno en 2007.

Al regresar al Ejecutivo, el orteguismo se entendió rápidamente con el gran capital, con las transnacionales, con las políticas del Consenso de Washington, con sectores reaccionarios de la iglesia católica, en una política de intercambios de cuotas de poder que le permitió que diversos sectores cerraran los ojos, los oídos y la boca frente a la desenfrenada carrera por el control absoluto de todas las instituciones del Estado, las prácticas de corrupción, los fraudes electorales y la represión.

Para poner un solo ejemplo de esta política de alianzas, basta recordar que el vicepresidente de Ortega en la elección de 2006 fue Jaime Morales Carazo, quien había sido del directorio de la Contra y contacto privilegiado con la CIA. En 1995-96, Carazo había sido también jefe de campaña del partido hegemónico de la derecha nicaragüense, el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y amigo personal del que sería un reconocido presidente corrupto, Arnoldo Alemán. Ortega y Alemán se entendieron rápidamente en el tristemente célebre pacto de 1999, por el que se repartieron los poderes del Estado.

Como puede verse, los postulados, alianzas, y en general el proyecto de poder de Ortega en esta fase, no contradecían las concepciones de Pastora, quién se fue a la Contra en 1982 precisamente porque no le gustaba la Revolución de los años 80 y los valores que promulgaba.

AL SERVICIO DE LOS PARAMILITARES ORTEGUISTAS

El 18 de abril de 2018 estalló una sublevación cívica en Nicaragua. Después de once años de régimen orteguista, la población se alzó en las calles después que fuerzas de choque del régimen reprimieran con lujo de violencia, y en complicidad con la Policía, pequeñas manifestaciones en contra de una reforma al seguro social que afectaba especialmente a los adultos mayores.

Esa insurrección popular, esencialmente pacífica y autoconvocada, sorprendió al régimen de Ortega y fue respondida con asesinatos cometidos por fuerzas de choque, paramilitares y francotiradores. El 30 de mayo ya se contabilizaban 109 muertos, 1,400 heridos y 190 apresados, según el informe del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes que trabajó varios meses en Managua en 2018.

Frente a los asesinatos, y como medida de presión demandando la renuncia de Ortega, la población levantó barricadas y tranques en distintos puntos de la geografía nacional. Ortega ganó tiempo llamando a un diálogo nacional organizado por los obispos de la conferencia episcopal católica. Mientras tanto, entre junio y julio, el régimen llevó a cabo brutales “operaciones limpieza” para desmontar, a toda costa, las barricadas y tranques que los pobladores habían levantado en barrios y ciudades.

Esta infame labor fue realizada, ante la complacencia del Ejército, por fuerzas combinadas de la Policía y grupos paraestatales abastecidos de armas de todo calibre. Esto incrementó el número de muertos a 328, entre ellos 24 niños y adolescentes, miles de heridos y más de 76 mil exiliados, según informe de 2019 de la Misión Especial para Nicaragua que conformó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Edén Pastora se ufanó públicamente de haber sido uno de los organizadores y animadores de estos grupos paramilitares. Como él mismo confesó en varias entrevistas y programas de televisión de medios oficialistas, apoyó a Ortega para articular y movilizar a combatientes históricos para que atacaran a los pobladores desarmados en los tranques.

Sin la menor vergüenza, Pastora afirmó que debieron esperar 55 días para que Ortega les diera la ‘seña’ para atacar abiertamente a los ciudadanos, con armamento de guerra. “¡Vuelen pija y candela!”, fueron las órdenes de Ortega, según Pastora.

En esta misma línea, Pastora se convirtió en uno de los predilectos de los canales oficialistas para atacar la lucha del pueblo nicaragüense, calificando a todo el que protestaba como “golpista”. Su rol era importante para el aparato de comunicación del orteguismo, pues la gran mayoría de las figuras históricas de la Revolución sandinista había roto con Ortega desde muchos años antes. Entre las amenazas más recordadas de las muchas vertidas por Pastora se encuentra la que dirigió, en entrevista a la CNN en español y al Canal 10 nacional, a los obispos que apoyaban la insurrección de abril. Entre otras cosas les dijo: “Las balas atraviesan las sotanas”.

LA HISTORIA NO SE LO PERDONARÁ

Sirviendo a los intereses del orteguismo, Pastora escogió nuevamente, y hasta sus últimos días, el camino de las armas. Sin embargo, a diferencia de los años 70 y 80, cuando existía un escenario de lucha revolucionaria contra una dictadura primero, y una guerra entre dos bandos armados después, en esta ocasión su elección fue por apoyar y promover abiertamente la cruda represión armada de un gobierno contra una ciudadanía desarmada que demandaba -y sigue demandando- el fin de un régimen autoritario y cambios profundos en Nicaragua.

Sin lugar a dudas, esto será lo que la gran mayoría del pueblo nicaragüense recordará de Edén Pastora y lo que seguramente la historia no le perdonará.

COMANDANTE GUERRILLERA DE LA REVOLUCIÓN E HISTORIADORA. AUTORA DE “MEMORIAS DE LA LUCHA SANDINISTA” EN 4 VOLÚMENES.

Opus Dei, pederastia y silencio de los medios

 

Por: Bernardo Barranco V.

jornada.unam.mx / 080720

La Congregación para la Doctrina de la Fe ha procesado al sacerdote del Opus Dei Manuel Cociña Abella por abusos sexuales a varios adolescentes y jóvenes de ciudades españolas en los últimos 30 años. Lo ha sancionado a cinco años sin ejercer su ministerio sacerdotal en público, otros cinco años de atención espiritual únicamente en su centro, en Granada, España. El pederasta Cociña tiene 72 años, fue discípulo directo del fundador Escrivá de Balaguer y ha sido actor distinguido en la Obra.

Es la primera vez que un miembro distinguido del poderoso Opus Dei es inculpado en temas de abusos. Sin embargo, la noticia sólo ha levantado vuelo en las redes sociales. El portal Religión Digital, especializado en temas católicos, ha dado seguimiento a las denuncias y al proceso de Cociña, pero denuncia que tanto la prelatura del Opus Dei como la totalidad de medios de comunicación han silenciado la noticia. Jesús Bastante, de Religión Digital, reprocha: El Opus Dei sigue callado. Es la estrategia de siempre, la que tanto daño ha hecho a las víctimas de abusos. Porque el silencio victimiza doblemente al superviviente, lo ningunea, trata de anular su dolor, su historia, el horror sufrido. El silencio de quienes, durante años, miraron hacia otro lado, trasladando a Cociña de un lugar a otro y conminando a las víctimas a callar y guardar su dolor en un cajón es, si cabe, más ominoso que los abusos en sí. Porque el silencio es consciente y programado.

Las preguntas resultan innegables: ¿puede una congregación religiosa tan poderosa como el Opus Dei acallar y amortiguar un evento que perjudique su imagen? El portal se queja particularmente en España y Chile, donde la Obra es pujante, de la siguiente manera: ¿Dónde están Vida Nueva, Alfa y Omega y la prensa católica de nuestro país? ¿Tanto poder tiene la Obra sobre medios aparentemente alejados de la iglesia como El País? La respuesta es afirmativa.

Lo vivimos en México en 1997, cuando se anunció un programa de tv en CNI Canal 40. Las víctimas de Marcial Maciel denunciaban sus abusos. Hubo amenaza de boicot de anunciantes, silencio de las principales televisoras y, salvo La Jornada, callaron los periódicos del país. Fue un caso emblemático, pues desnudó los estrechos vínculos de poder entre la iglesia católica y las élites mexicanas. Hubo censura y coerción hacia los periodistas que se atrevieron a desenmascarar el reino de impunidad de Maciel. Es más, las plumas cercanas a los Legionarios de Cristo cuestionaron los relatos y autoridad moral de las víctimas. Sobresale, El Norte (Reforma) que se dedicó a calumniar sistemáticamente a las víctimas.

El tema requiere detenerse. Porque la denuncia a la pederastia clerical se debe a los medios seculares. Los medios de comunicación han tenido un papel clave en la denuncia de la pederastia clerical a escala internacional. Desde el comienzo de las revelaciones sobre el abuso, la iglesia católica, reaccionó con desacierto. Desde los años 50, niega los hechos y protege a los pederastas. En el siglo XXI, ante el alud de denuncias, cuyo epicentro se sitúa en The Boston Globe en Filadelfia en 2002, encontramos una iglesia que invierte sus energías haciéndose pasar por víctima. Acosada por supuestos intereses que la quieren desprestigiar.

El efecto es el contrario, hay un desmoronamiento institucional debido a la contundencia de los relatos de las víctimas, hechos y denuncias en países registrados por los medios. Al posicionarse como ciudadela asediada por enemigos que buscan destruirla, la iglesia, se refugia en teorías de la conspiración y olvida el drama de las víctimas. Las percibe como amenaza o instrumentos manipulados para alimentar la hostilidad internacional. La iglesia comete un grave error de comunicación que la desacredita. Pretendió promover la imagen del martirio y de persecución, durante la primera década del siglo XXI.

Sin duda, la estrategia también pretendió reforzar el frente interno. Es decir, cerrar filas como cuerpo social ante los supuestos embates de enemigos externos. Sectores de la curia desarrollan confabulaciones y complots en torno al funesto secretario de Estado de Juan Pablo II, el cardenal Angelo Sodano, quien encabeza la fallida estrategia. Desde Roma se levantan construcciones sobre conjuras internacionales, cuyos actores centrales son aquellos enemigos tradicionales: judíos, masones, comunistas, ateos y financieros de Wall Street.

En los relatos argumentativos, se minimiza el impacto de la opinión pública, ya que ha sido manipulada. Sin enfocarse en las víctimas, la estrategia, prendió cimentar un frente interno sólido capaz de repeler los ataques. La imagen del martirio, de hecho, se refiere a la memoria colectiva del cristianismo primitivo. Bajo esta estrategia, situamos el silencio y reprochable desentendimiento de los medios católicos. Más aún cuando grandes agencias internacionales, sus fundadores estaban involucrados, como Zenit con Maciel, de los legionarios o Aciprensa; Luis Fernando Figari, de Sodalicio de Vida Cristiana. La prensa cristiana y católica está en deuda con la verdad y con sus lectores.

Todo este episodio dramático entre medios y pederastia clerical conduce a una hipótesis: en un contexto cultural de secularización, en el declive de la estructura eclesial católica se opera un efectivo decaimiento simbólico. Es decir, la iglesia ya no ejerce ni tiene el monopolio de la moralidad. La crisis de pederastia y sus escándalos es también la crisis de credibilidad de la iglesia que en México había modelado los valores. El Opus Dei guarda este dilema, se abre a la transparencia o se refugia en el arte de ocultar la verdad.

Panamá consigo mismo

Guillermo Castro H.

Este país dialoga hoy como no lo había hecho en mucho, mucho tiempo. Surgen grupos de debate con nombres y orientaciones diversos – Repensar Panamá, Cuidemos a Panamá, Foro Social de Panamá, son algunos de ellos -, y se multiplican los foros que abordan los problemas que la vieja normalidad enmascaraba, y que la pandemia ha sacado a una luz cada vez más brillante.

         De tiempo atrás padecía Panamá de una combinación de problemas en la que el conjunto impedía encontrar soluciones para las partes. Se hacía evidente que el crecimiento económico de comienzos de la segunda década del siglo se tornaba cada vez más incierto; que la inequidad persistía en lo social; que el patrimonio natural del país estaba siendo devastado, y que la institucionalidad nacida del golpe de Estado de diciembre de 1989 había ingresado en un curso de deterioro que nada parecía capaz de detener.

         Por su parte, políticos, medios de comunicación y un grupo de organizaciones cívicas que se decían representantes de la sociedad civil – todos a coro con las otras democracias neoliberales de la región – achacaban el origen de todos esos males a la corrupción, al deterioro del sistema judicial, y a la complicidad pasiva de la variopinta multitud de pobres y no tan pobres de la ciudad y el campo. En lo político había un sólido consenso en culpar a cada gobierno anterior. En lo ideológico se organizaban eventos públicos con oradores invitados del calibre de Álvaro Uribe y el señor de la OEA, en los que se hacía una condena ritual del populismo. Y en lo económico se daba por entendido que cualquier cambio sería desastroso, y que entre aumentar impuestos a las grandes estructuras de acumulación o endeudar el país para atender los problemas sociales y de infraestructura, la segunda era sin duda la única opción razonable.

El deterioro general ya era visible en enero. De marzo en adelante, el impacto de la pandemia aceleró lo que la crisis económica y política venía anunciando. Dos factores han tenido especial incidencia en esto. El primero ha sido el empeño estatal de encarar la crisis sanitaria como un problema estrictamente técnico, sin entrar a considerar su dimensión social. El segundo ha sido priorizar lo económico sobre lo social, protegiendo a toda costa al sector financiero, y limitando la ayuda estatal a los sectores populares a 100 dólares al mes, cuando el propio gobierno estima en 350 el costo de la canasta básica de alimentos.

Nuestros mayores de la primera mitad del siglo pasado acostumbraban a relacionarse con sus conciudadanos a partir del sexo, edad y condición social de cada uno. La información que el Estado ofrece sobre la pandemia atiende a la edad y sexo de las víctimas, pero no a su condición social. Eso debe ser deducido de las áreas de mayor impacto de la enfermedad: barrios pobres poblados por trabajadores del sector informal - que constituyen el 47% de la fuerza de trabajo -, y por obreros y empleados asalariados.

De estas cosas tratan los diálogos que se multiplican en el país. Se empieza a entender, como lo advertía José Martí, que “en política lo real es lo que no se ve”, y se busca trascender las apariencias dominantes en la vida pública durante las últimas tres décadas. El deterioro acumulado desde la década de 1980 en el sistema educativo no ayuda a caracterizar los problemas que encara el país, pero eso estimula el creciente interés en escuchar lo que tienen para aportar los profesionales de las ciencias sociales, las naturales y las Humanidades, desplazados hasta anteayer por los especialistas en autoayuda y los predicadores del credo neoliberal.

Nuestra cultura, a mucha honra, tiene una impronta conservadora en lo social, y una liberal en lo político. Eso ayuda a entender que de los diálogos no surge tanto la demanda de grandes transformaciones inmediatas, sino ante todo la exigencia de que el Estado practique lo que predica, y preste la atención debida a las necesidades de las mayorías, agravadas por medidas de cuarentena especialmente severas.

Esto va implicando, cada vez más, demandas políticas. Una, por ejemplo, es la de que el Estado garantice y facilite el ejercicio del derecho ciudadano a la organización para la participación de todos en las cosas de todos como norma en la vida de la República. En la práctica, esto implica pasar de ser la continuidad de la República que nació con las limitaciones de un protectorado militar extranjero en 1903, a otra protegida por su propia ciudadanía.

Cambian las cosas, y cambiarán. El himno nacional de 1903 celebraba que liberales y conservadores habían logrado establecer alcanzar “por fin la victoria / en el campo feliz de la unión”, y pedían “cubrir con un velo / del pasado el calvario y la cruz”, para que alumbrara el azul del cielo patrio “de concordia la espléndida luz.”

Hoy hemos entrado a vivir de lleno circunstancias enteramente distintas, que demandan ya un himno renovado en sus tiempos verbales como en su sentido histórico. Y ese himno dirá la verdad que surge del diálogo en curso de Panamá consigo mismo: “Alcancemos por fin la victoria / en el campo feliz de la unión. / Con ardientes fulgores de gloria / se ilumine la nueva nación. / Es preciso quitar todo velo / del pasado, el calvario y la cruz / y que alumbre el azul de tu cielo / de justicia la espléndida luz.”

Alto Boquete, Panamá, 5 de agosto de 2020

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EL DESAHOGO DE CORTIZO

 

Miguel Antonio Bernal

En su carácter de jefe del Órgano del Ejecutivo del Estado panameño, el Presidente Laurentino Cortizo Cohen, ha venido acumulando a lo largo de su corto mandato una serie de declaraciones que producen más desaprobaciones que aplausos.

La llegada del COVID19, lejos de brindarle a los integrantes de su gobierno la diligencia, la sensatez, la humildad, la tolerancia, la voluntad         , la prudencia y la responsabilidad correspondiente a sus funciones, parece haberles abierto las puertas del poder político para un maratón dionisiaco, como si fuesen dueños de la vara de Moisés.

A lo largo de todo este tiempo, Cortizo y, lo que él denomina su “buen equipo”, nos han demostrado con creces cuánto les seduce el ejercicio, sin control ciudadano, del poder político, así como el disfrute de las ventajas, canongías, privilegios y prebendas que les brinda el administrar los inmensos recursos del erario.

El desgaste y deterioro de las estructuras e instituciones estatales, que viene arrastrando nuestro país, se han acelerado enormemente en este año de gobierno durante el  cual, el ultrapresidencialismo, ha pretendido afianzarse apoyándose en la retórica, la simbología nacionalista y populista, con técnicas carismáticas y manipulación mediática, autoritaria y clientelística.

Los discursos, conferencias de prensa, declaraciones, decretos, resoluciones son testigos vivos de la incoherencia, inconsecuencia, intolerancia e inconsistencia que predominan en la mente del inquilino Palacio de las Garzas. Recordemos que  se comprometió -ante todo el país- que en  su administración sería “prohibido mentir, prohibido robar, prohibido traicionar al pueblo panameño” y, de igual manera nos aseveró a todos que “no habrá intocables” y que “nadie estaría por encima de la Ley

La población entera es testigo de cómo lo que venimos y seguimos viviendo, es absolutamente lo contrario. Los esfuerzos cotidianos de la ciudadanía por alcanzar mejores días, chocan, más que nunca, con la rapacidad, la avaricia, la codicia y la usura del “buen equipo”, de “los intocables” que practican, y protegen simultáneamente,  la imparable corrupción y su impunidad como aliada.

Afirmar, en abierta amenaza, como lo expresó el Presidente en su discurso el pasado 31 de julio, que quienes critican a su gobierno “tienen agendas ocultas” es una confesión del lumpenpresidencialismo que busca desahogarse.

Pero también, nos obliga a los ciudadanos que combatimos por las libertades democráticas y los derechos humanos, económicos y sociales,  a tener presente que: “La diferencia entre un régimen simplemente autoritario y uno totalitario está en que el primero quiere que no se le ataque, y el segundo considera un ataque todo lo que no es un elogio. Al primero le basta con que no se le desfavorezca; el segundo pretende además que nada se haga que no le favorezca”.