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/ 050220
Una mujer palestina se
abraza a un olivo en Cisjordania.
“Dime de qué presumes y te diré de qué careces”
dice la sabiduría española. El llamado “Acuerdo del siglo” murió 10 segundos
después de nacer: la parte palestina, que debería haberlo firmado para
cumplirlo, y ni siquiera había sido consultada, lo mandó al cubo de basura de
la historia. También las fuerzas progresistas israelíes, como el Partido
Comunista y B’Tselem, una organización de derechos humanos, han rechazado la
“bofetada del siglo”, como lo definió Mahmud Abbas.
El 28 de enero del 2020, el mismo día que
Netanyahu fue acusado de cargos criminales (fraude, soborno y corrupción) por
el fiscal general de Israel, y un Trump acusado de abuso de poder y chantajear
al presidente de país aliado preparaba su defensa ante el Senado, lanzaron su
plan de asalto a mano armada a una nación histórica, para secuestrarla,
desvalijarla, exterminarla, y de paso desviando la atención pública de su
situación personal. Un día antes ambos intentaron monopolizar a beneficio
propio el 73 aniversario la Liberación de Auschwitz por el Ejército Rojo, campo
en el que decenas de miles de judíos, comunistas, socialistas, masones,
gitanos, homosexuales, indigentes, personas con discapacidad, entre otros
“subhumanos” fueron exterminados.
¡Por eso cuando Trump llamaba al acuerdo
“ganar-ganar”, no se refería a los palestinos e israelíes: quería decir “gano
yo-gana Netanyahu”!
Ahora, la pregunta del millón es: ¿A qué venía,
en estos momentos, proponer un plan a los palestinos, a sabiendas que no sólo
lo iban a rechazar, sino que iba a incendiar el fuego de su ira acumulada
durante décadas de injusticia y humillación?
Así es el
plan orwelliano de Trumpyahu
+ Para empezar, elimina la estructura
tradicional de las negociaciones que contemplaba la existencia de dos estados,
ceder el control de la gran parte de Cisjordania y la Franja de Gaza a los
palestinos y la retirada de Israel de las fronteras reconocidas por la ONU.
+ Permite la ocupación permanente de las
tierras palestinas; pues, al contrario de los anteriores planes de paz éste no
propone el fin de la ocupación militar israelí de Cisjordania: todo lo
contrario, le otorga el control sobre la totalidad de su geografía.
+ Es un importante paso hacia el Gran Israel:
a) que anexionará cerca del 30% de los territorios fértiles palestinos de
Cisjordania, y b) legalizará no sólo unos 140 asentamientos ilegales levantados
en tierras palestinas y ocupados por unos 600.000 judíos en vez de
desmantelarlos, sino que los somete a la soberanía israelí. El plan promete
congelar más construcciones durante cuatro años para seguir negociando (no se
sabe qué) con los palestinos y en caso
de que se nieguen a someterse, Israel anexionará lo que queda de Palestina.
Trump ha hecho un trato semejante con Turquía en Siria: le regala parte del
territorio sirio para que crease unos asentamientos donde alojar los refugiados
árabes-sirios convirtiéndoles en un escudo ante los “terroristas kurdos”.
+ Establece la farsa de un “Estado Palestino”,
la suma de unos guetos desconectados y “reservas” al estilo de los bantustanes
sudafricanos -como una de las
implicaciones de instaurar la República Judía de Israel-, y sin
fronteras externas, en el seno de Israel y vigilado por él.
+ Establece un control absoluto sobre la
seguridad de Cisjordania y la Franja de Gaza, y se apodera del cielo, las
costas y las aguas territoriales (¡obviamente, de sus recursos
gasíferos en el Mediterráneo) palestinos.
+ Desarma a Palestina, prohibiendo a su
“Estado” tener ejército o fuerzas paramilitares (¡Trumpyahu no saben en qué
consiste un estado!).
+ El “Estado Palestino” no tendrá frontera con
otro país, salvo los 12 kilómetros de tierra que le unirá a Egipto, mientras
los militares israelíes ocuparán la frontera oriental de Cisjordania con
Jordania, por lo que, los palestinos para ir a este país deberán cruzar el
territorio israelí.
+ Prohíbe a los palestinos formar alianzas o
unirse a las organizaciones internacionales sin el permiso de Israel.
+ Israel se hará con el dominio total
de Jerusalén, aunque en una de las contradicciones del texto (por
las prisas) se prevé permitir que en las afueras del Jerusalén Oriental (Kafr
Aqab y Abu Dis) Palestina instale la capital de su estado.
+ Propone asentamientos palestinos en el desierto
de Negev en la frontera con Egipto, que serán conectados por carretera a Gaza,
y esta franja a su vez se comunicaría con Cisjordania palestina por un túnel de
90 kilómetros, que jamás se construirá.
+ Abole el estatus de «refugiado palestino» y
da un carpetazo al derecho del retorno de los expulsados, la mayoría en
Jordania y Líbano.
+ Elimina la Agencia de la ONU para refugiados
palestinos (UNRWA) que opera desde 1950. EEUU ya en 2018 cortó todos sus fondos
a los programas de UNRWA, dejando sin trabajo y pan a miles de palestinos.
+ Israel militarizará las zonas entre el río de
Jordan y el Mar Mediterráneo.
+ No se les otorgará a los palestinos el
control de Haram al-Sharif (Monte del Templo), hoy administrado por Jordania.
+ Israel consigue pisotear el consensuado
derecho internacional que contempla que: 1) una potencia ocupante no puede
trasladar a sus ciudadanos a tierras ocupadas, y 2) un Estado no puede retener
la tierra que conquistó en la guerra.
+ El Estado judío se beneficia de las ventajas
del controlar al pueblo palestino sin aceptar la responsabilidad de proteger
sus derechos.
Los
objetivos del complot
1) Provocar una nueva Intifada y así justificar
la ocupación militar relámpago del Valle del Jordán u otras partes de Cisjordania.
2) La necesidad de Netanyahu de volver a ser
relegido (aunque sea cometer más
crímenes de guerra, mientras los anteriores ya son investigados por
la fiscalía del Tribunal de la Haya) en las elecciones del 2 de marzo para así
obtener la inmunidad, salvándose de la cárcel. Y para conseguirlo, tras dos
fracasos en formar gobierno, debe atraer el voto de unos 300.000 electores indecisos
de derecha que votarían a la coalición Azul y Blanco del ex general Benny Gantz
si él no consigue cumplir con su promesa de anexionar Cisjordania. Gantz no
esperaba esta maniobra de Netanyahu, que así aumenta sus posibilidades de
triunfar.
3) Trump también busca el apoyo electoral y
financiero de los evangélicos sionistas –que creen que Dios le dio la tierra de
Israel al pueblo judío, y el san Trump ha
sido designado por el Todopoderoso-, para ganar las presidenciales
del noviembre.
4) Invalidar los Acuerdos de Oslo y establecer
un nuevo marco de tratar el conflicto, impidiendo a los futuros presidentes de
EEUU revertir el proyecto.
5) Mantener el papel de EEUU como el único
arbitro de los conflictos internacionales y así recuperar el unilateralismo
perdido, y de paso anular la ONU.
6) Al borrar “la causa palestina” de la agenda
internacional, facilitar la normalización de las relaciones entre Tel Aviv y
los estados árabes, que así estrecharán lazos para luchar contra el enemigo
común, Irán, mostrando hasta qué punto estas guerras no son nada religiosas.
7) Es posible que Trump, -el bufón más
peligroso de la política mundial, al que la industria
militar e Israel le presionan para una gran guerra contra Irán-,
está sacrificando a los palestinos en el altar de Israel para que éste deje de
presionarle a lanzar una agresión militar contra Irán.
8) Poner precio a las aspiraciones palestinas:
recibirían (del bolsillo de los traidores jeques árabes) unos 50.000 millones
de dólares para invertir en su “Estado Palestino” a cambio de renunciar a sus
derechos: es propio de esta clase de mercaderes mediocres pensar que todos y
todo tienen un precio.
Tel Aviv tiene mucha prisa en liquidar el
“Asunto de Irán” y la “Causa palestina” antes de las elecciones de
EEUU, por el temor a que Trump no fuese reelegido. Los demócratas tendrían otra
política respecto a ambos casos. Matar a Gahsem Soliemani tuvo el objetivo
de arrastrar a Irán a una guerra, el mismo objetivo de lanzar este acuerdo. De
este modo, Israel (¡que no Rusia!) interfiere abiertamente en unas elecciones
extranjeras. Las fuerzas proisraelíes gastan millones de dólares para comprar
la influencia de los políticos de EEUU (al igual que la Asociación Nacional del
Rifle, la industria petrolífera, etc.) con el objetivo de que priorice los
intereses del pequeño estado a los de la
propia superpotencia. En 2018 invirtieron unos 5 millones de dólares
en los comicios. ¿Se imaginan que la extrema derecha religiosa marroquí, por
ejemplo, pagara la campaña electoral de personajes afines en España?
El “Acuerdo del Siglo” se quedará en papel
mojado si: 1) Netanyahu no consigue formar gobierno, 2) Trump es expulsado del
poder.
Y algunas
consecuencias
*Proporciona un peligroso precedente para que
las grandes potencias puedan imponer su voluntad a las naciones débiles, sin
siquiera guardar las formas.
*Ofrece a Trump ser
presentado como candidato de Nobel de la Paz, aunque lo más probable
es que este presidente sea recordado por la historia como quien involucró a
Israel en una guerra de consecuencias inimaginables.
Israel, el único ganador aparente de las
guerras de Oriente Próximo (que ha conseguido convertir en cenizas a sus
rivales árabes -Iraq, Libia y Siria, gracias al Tío Sam) y ver cómo Irán es
estrangulado, está desatado: pero, desconoce la Lógica de los Vasos Comunicantes.