Noam Chomsky
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/ 120219
El concepto de ayuda humanitaria es casi
todo acto agresivo realizado por cualquier potencia que, desde el punto de
vista del agresor es una ayuda humanitaria, pero no desde el punto de vista de
las víctimas, explica el filósofo Noam Chomsky. Según el también lingüista y
politólogo, Estados Unidos lo reconoce públicamente y se entiende en el terreno
del imperio tradicional.
Primer ejemplo de ayuda humanitaria: El
bombardeo a Serbia en 1999
Fuerzas de Albania cometían ataques
terroristas en territorio serbio para provocar una respuesta de su Gobierno que
le sirviera como justificación a la OTAN (alianza militar intergubernamental Organización
del Tratado del Atlántico Norte), para entrar al país, es decir, una
intervención de Estados Unidos. Las pérdidas estimadas fueron altas en ambos
lados: dos mil víctimas.
Cuando asumieron la invasión, el general
estadounidense a cargo, Wesley Clark, le informó a Washington que el resultado
del ataque de EE.UU. intensificaría las atrocidades, porque Serbia no era capaz
de responder militarmente bombardeando a los EE.UU., Serbia respondió por
tierra, expulsando de Kosovo a los albaneses terroristas, justo después del
bombardeo de EE.UU.
Pero la gran cobertura mediática fue la de
Slobodan Milošević (expresidente serbio) llevado a la Corte Penal Internacional
por una acusación sobre crímenes masivos, todos con una sola excepción, fueron
después del bombardeo que ejecutó Estados Unidos contra su población.
Todo lo narrado anteriormente fue una
intervención humanitaria, apunta Chomsky.
¿Son legales las intervenciones por ayudas
humanitarias?
La Asamblea General de las Naciones Unidas
tiene una resolución sobre la responsabilidad de proteger, que dice
explícitamente que no puede ejecutarse un acto no militar a menos que esté
autorizado por el Consejo de Seguridad de la ONU. Se utiliza para asegurarse de
que los gobiernos no repriman a sus propias poblaciones.
No obstante, el activista estadounidense
explica que hubo otra comisión, presidida por el exprimer ministro australiano
Garreth Evans, que debatió sobre la “responsabilidad de proteger”, muy parecida
a la versión de la ONU, pero con una diferencia, “que así el Consejo de
Seguridad no esté de acuerdo en autorizar una intervención, agrupamientos
regionales pueden intervenir a la fuerza por su cuenta, ¿qué agrupamiento
regional es capaz de una intervención? Hay uno solo y se llama OTAN”.
La “responsablidad de proteger” es legal
porque la Asamblea General de la ONU lo autorizó, pero lo que rige actualmente
es la versión autorizada de Evans, un buen ejemplo de cómo funciona una
propaganda en un sistema poderoso, agrega Chomsky y que además se puede ver en
los medios de comunicación.
Otro ejemplo de ayuda humanitaria: El
bombardeo a Libia en 2011
Una resolución de la ONU en 2011 hizo un
llamado a la creación de una zona de exclusión aérea en Libia, a excepción de
aquellos cuyos fines sean “humanitarios”, que pasó a términos diplomáticos para
solucionar el problema, y que Muamar Gadafi aceptó, declarando un cese el fuego
contra fuerzas opositoras a su Gobierno.
Finalmente Washington optó por apoyar una
resolución mucha más amplia que la de la simple zona de exclusión aérea, y
apostó por una ocupación militar del país.
“Reino Unido, Francia y Estados Unidos se
convirtieron en la fuerza aérea de la oposición. Uno de sus ataques terminó
sepultando a Gadafi y matando a 10 mil personas, dejó a Libia en lo que es hoy
día, en manos de milicias”, recuerda Noam Chomsky.
A partir de ese momento, hubo un gran
flujo de yihadistas armados en Asia occidental y África occidental, lo que se
convirtió en la fuente principal de terrorismo radical en el mundo, “una
consecuencia de la mal llamada intervención humanitaria en Libia”.
El poder de EE.UU. ahora, con Donald Trump
como presidente
Chomsky también explicó que la sociedad
debe repensar lo que significa el poder. Estados Unidos, a su juicio, sigue
siendo supremo. Su poder es dañino, pero desde el punto de vista de la
oligarquía, ese poder les da todo lo que piden, asevera el filósofo. Solo en
términos militares, esta nación maneja el 25 por ciento de la economía mundial,
y también está mucho más avanzado en tecnología que el resto del mundo.
Agrega que, pese a que en economía han
estado en declive, sería un error pensar en que han perdido su dominio.
“Las multinacionales estadounidenses son
dueñas de la mitad del mundo, están integradas con el Estado, tienen todos los
sectores: industria, venta, comercio, finanzas”.
Explica que, desde su elección como
presidente, no solo es Trump quien representa el peligro, sino el liderazgo
republicano completo, que niegan el fenómeno del calentamiento global, por
mencionar solo un problema.
“El partido republicano es una de las
organizaciones más peligrosas en la historia de la humanidad, suena
escandaloso, pero pensemos al respecto por un momento, Hitler no quería
destruir el futuro de la existencia humana, nadie tenía la intención”, se
lamenta y agrega que no son personas ignorantes ni fundamentalistas religiosos,
sino las mejores educadas y apoyadas del mundo, quienes ponen a la sociedad en
peligro.
Según Chomsky, las políticas más
peligrosas apenas se discuten, son amenazas existenciales que enfrentamos, esta
generación tiene que decidir si la existencia humana continuará, no es un
chiste, es el calentamiento global o una guerra nuclear y las acciones de Trump
empeoran ambas.