Artículo de
Javier Touron
Publicado por CAEU el
febrero 8, 2018 a las 10:17am
Artículo de Javier Touron
Este es un asunto
controvertido (quizá) que se entiende de modos diversos y ello conduce a que
muchos autores pongan en tela de juicio la misma existencia de los estilos de aprendizaje.
¿Existen realmente los estilos de aprendizaje? ¿Hay evidencias que lo prueben?
Os traduzco un interesante artículo sobre el particular al que se refiere el
enlace anterior.
"Existe un interés generalizado entre los profesores en el uso de
los resultados de la investigación neurocientífica en la práctica educativa.
Sin embargo, también hay conceptos erróneos y mitos que supuestamente se basan
en la neurociencia sólida que prevalecen en nuestras escuelas. Deseamos llamar
la atención sobre este problema centrándonos en una práctica educativa,
supuestamente basada en la neurociencia, que carece de evidencia suficiente y,
por lo tanto, creemos que no debe promoverse ni apoyarse.
Generalmente, conocido como
"estilos de aprendizaje", es la creencia de que los individuos pueden
beneficiarse de recibir información en su formato preferido, basados en un
cuestionario de auto-informe. Esta creencia tiene un atractivo muy intuitivo,
porque las personas son mejores en algunas cosas que en otras y, en última
instancia, puede haber una base cerebral para estas diferencias. Los estilos de
aprendizaje prometen optimizar la educación al adaptar los materiales para que
coincidan con el modo preferido de procesamiento de la información sensorial
del individuo.
Sin embargo, hay una serie de
problemas con el enfoque de los estilos de aprendizaje.
Primero, no existe un marco
coherente de estilos de aprendizaje preferidos. Por lo general, los individuos
se clasifican en uno de los tres estilos preferidos de aprendices auditivos,
visuales o quinestésicos, basados en autoinformes. Un estudio encontró que
había más de 70 modelos diferentes de estilos de aprendizaje que incluían,
entre otros, "left v right brain", "holistic v serialists",
"verbalisers v visualisers", y así sucesivamente. El segundo problema
es que la categorización de individuos puede conducir a la suposición de un
estilo de aprendizaje rígido o fijo, que puede perjudicar la motivación para
aplicarse o adaptarse.
Finalmente, y lo más duro, es
que ha habido estudios sistemáticos de la efectividad de los estilos de
aprendizaje que, constantemente, no han encontrado evidencia o
evidencia débil para apoyar la hipótesis de que el material coincidente con en
el formato apropiado para el estilo de aprendizaje de un individuo es
selectivamente más efectivo para el logro educativo.
Los estudiantes mejorarán si
piensan en cómo aprenden, pero no porque el material se corresponde con su
supuesto estilo de aprendizaje. La Educational Endowment Foundation en el Reino
Unido ha concluido que los estilos de aprendizaje son de "bajo impacto a
muy bajo costo, sobre la base de pruebas limitadas".
Estos neuromitos pueden ser
ineficaces, pero no son de bajo costo. Consideramos que cualquier actividad que
se base en recursos de tiempo y dinero que podrían dirigirse mejor a las
prácticas basadas en la evidencia es costosa y debe ser expuesta y rechazada.
Tales neuromitos crean una falsa impresión de las habilidades de los
individuos, lo que lleva a expectativas y excusas que son perjudiciales para el
aprendizaje en general, lo que es un costo a largo plazo.
Una forma de avanzar es llamar
la atención sobre las prácticas que no están basadas en la evidencia y alentar
a los neurocientíficos y educadores a promover la necesidad del pensamiento
crítico al evaluar los reclamos de beneficios educativos supuestamente basados
en la neurociencia (...).
Puede interesaros ver este vídeo sobre el particular:
El profesor Jason Burns
realiza una serie de reflexiones sobre la existencia, o no, de los estilos de
aprendizaje que se puede acceder desde aquí.
También os recomiendo
leer este artículo breve sobre el tema, elaborado por el Center for Teaching de
la Universidad Vanderbilt.
Finalmente os incluyo un
infográfico muy ilustrativo sobre el particular. Traduzco las ocho razones por
las que este "concepto" debe ser desbancado a la luz de la evidencia
científica:
No hay evidencias
convincentes que prueben que cuando un instructor cambia el modo de
presentación de una materia, para adaptarse al estilo de aprendizaje del
alumno, esto le ayude a aprender.
No hay un estilo
"mejor" o más "rápido" como resultado de implantar en una
materia las preferencias individuales. Se trata de un estilo que no produce
diferencias en el aprendizaje.
Los instructores no
deberían tener en cuenta solo el estilo de aprendizaje de sus alumnos, sino su
background e intereses.
El contenido es el
parámetro que debería afectar al modo de presentación y no el estilo de
aprendizaje de los alumnos.
Definitivamente es más
eficiente crear un curso basado en las características motivacionales de los
estudiantes que en sus estilos de aprendizaje, y siempre estar preparados para
ajustar los métodos y las técnicas de aprendizaje para implicar a varios
sentidos y no uno solo.
El aprendizaje perceptivo
tiene que ver con los sentidos y no hay nada restrictivo en esto. Pero ello no
prueba que alguien sea un tipo de aprendiz dado. Simplemente sugiere que las
personas tienen estilos preferidos para aprender.
No todo el aprendizaje se
produce del mismo modo, como no debe hacerlo la enseñanza. Lo que es crucial es
decidir qué técnica es mejor para qué resultado de aprendizaje y no diseñar un
curso basado en los estilos de aprendizaje.
La mayoría pensamos en
los estilos de aprendizaje, de facto, sin cuestionarnos su auténtico valor,
propósito o relevancia. Y la verdad es que no hay correlación entre los estilos
y el aprendizaje exitoso.
P.D. Por cierto, los
estilos de aprendizaje tampoco tienen nada que ver con las inteligencias
múltiples, según Howard Gadner. Te recomiendo leer este artículo suyo. ¡Cuantos
mitos en la educación! ¿Nos imaginamos que la Medicina funcionase también así?