Nazanín Armanian
www.publico.es / 240917
Washington pide al Gobierno
Autónomo de Kurdistán (GAK) de Irak que en vez de suspender el referéndum
previsto para el 25 de septiembre lo posponga, y eso a pesar de que los propios
kurdos no han puesto ninguna fecha para la independencia a pesar de contar con
una mayoría absoluta de la población a favor del ‘SÍ’.
Del mismo modo que la RAK nació por
la voluntad de EEUU y como una recompensa a los dirigentes derechistas y
feudales kurdos por su colaboración durante la agresión militar dirigida por
George Walker Bush al resto del pueblo iraquí en 1991, su independencia también
dependerá, no de su pueblo, sino de los intereses y la voluntad de la Casa
Blanca.
Durante las semanas pasadas, el
Secretario de Defensa de EEUU, Jim Mattis, el jefe del Comando Central de EEUU,
general Joseph L. Votel, y otros militares han visitado la RAK, exigiendo al
presidente Massoud Barzani aplazar el referéndum para dentro de tres años.
Aunque EEUU afirma que así pretende mantener la unidad de todos los iraquíes en
su guerra contra ISIS, sus propósitos reales son otras:
1° Consolidar el gobierno de Bagdad
dirigido por el chiita árabe Haider al-Abadi, el hombre de EEUU y de Arabia
Saudi, de cara a las elecciones parlamentarias previstas para el próximo año, y
neutralizar los intentos de Irán en forjar sus lazos con los diversos partidos
iraquíes, incluidos los kurdos. Washington al aplazar la salida de Kurdistán,
que mayoritariamente es sunnita, evita que aumente el peso de las fuerzas
chiitas pro-iraníes en Irak, cuyo régimen administra la segunda reserva mundial
del petróleo. Necesita que al-Abadi renueve el mandato, aunque, en realidad,
los chiitas árabes prefieren que los kurdos se marchen, siempre y cuando no se
lleven consigo la ciudad de Kirkuk, multiétnica, estratégica y empapada del Oro
Negro.
2° Ganar más tiempo para fortalecer
las estructuras políticas kurdas necesarias para crear un Estado propio: Los
conflictos entre los partidos kurdos (que son más de corte familiar-tribal que
político) han llagado a tal punto que Barzani suspendió en 2015 el parlamento y
sólo lo volvió a reunir la semana pasada para que legitimase el referéndum. La
guerra civil de los años noventa dejaron a miles de muertos en esta región: El
enemigo de la independencia kurda no sólo es la élite gobernante de Bagdad,
Ankara, Teherán o de Washington, también lo es la burguesía corrupta y
autoritaria.
3° Buscar una solución al problema
de falta de autonomía económica de Kurdistán, que carece de infraestructuras
capaces de gestionar la independencia: al no tener salida al mar, sólo podrá
vender su petróleo pasando los oleoductos por Irán, Turquía o Irak. Además, la
caída del precio del petróleo, un monumental saqueo de las arcas públicas (la
desaparición de 1.107 millones de dólares en 2016) y la aplicación de políticas
neoliberales han provocado una profunda crisis económica en el GAK.
4° Disuadir a Turquía que puede
aprovechar la formación del estado kurdo, y darse el derecho de apropiarse de
las tierras kurdas de Siria. A demás, preocupa a EEUU que los kurdos de esta
socia de la OTAN -que sufren una creciente represión-, intensifiquen su lucha
contra el régimen autoritario de Erdogan, desestabilizando este estratégico
país euroasiático.
5° Alargar el proceso hasta que
hubiese cambios en Irán y Turquía. EEUU está tomando muy en serio las
insinuaciones de ambos países en intervenir militarmente en la autonomía si el
GAK llega a declarar la independencia.
En general, los costos de un Estado
Kurdistán son mayores para Washington que los beneficios: un estado kurdo no es
viable, por lo que su prioridad es proteger las cinco bases militares que ha
construido en Kurdistán (la última en el distrito de Zummar, a 60 kilómetros al
noroeste de Mosul, con el fin de controlar desde la orilla occidental del río
Tigris hasta unos kilómetros de Mosul) e impedir que choque con los países
vecinos y perder la estabilidad y el estatus que tiene actualmente.
Las
quejas de la autonomía
Liberarse de los interminables
conflictos religiosos de la zona árabe de Irak en los que se ha visto envuelto
es uno de las principales razones presentadas por el GAK para demandar el
divorcio a Bagdad, consciente de que sus vecinos árabes, turcos e iraníes le
declararían la guerra.
El GAK le acusa a Bagdad de
incumplir la Constitución del 2005 que exige un acuerdo sobre la disputada
ciudad de Kirkuk, del impago del 17% del presupuesto general del estado, de marginar
a los kurdos en las instituciones gubernamentales, de no equipar a su ejército
Peshmargas, y bloquearle el suministro de armas extranjeras. Por lo que ha dado
por fracasado el federalismo iraquí.
¿Qué
pasará?
En realidad, el objetivo de Barzani
al convocar el referéndum (que aún puede ser desconvocado) no es la
independencia a corto plazo sino:
+ Forzar a Bagdad a iniciar el
proceso de la independencia para un futuro indeterminado. De hecho Francia,
EEUU y la ONU ya están diseñando planes para salvar la cara de Barzani,
trabajando con Bagdad para que acepte la negociación de la separación de
Kurdistán en los próximos años, pero con garantías internacionales sobre las
fronteras del nuevo estado y mientras las tropas kurdas permanezcan en Kirkuk. Sabe
que el hecho de que el referéndum no incluya las importantes zonas en disputa
con Bagdad, estas se quedaran fuera de su dominio quizás para siempre. Por lo
que preferirá congelarlo de momento.
+ Desviar la atención de sus
ciudadanos de la incapacidad de su “familia” (en el sentido don corleonista del
término) de gobernar sobre cinco millones de personas (la mitad, jóvenes
nacidos en la autonomía que no se consideran iraquíes) cuyas expectativas de
una vida mejor no se han cumplido después de 26 años de gozar de
semi-independencia de la región. Cerca de 70.000 kurdos viven en la pobreza, y
el gobierno no sube los salarios según la inflación y encarcela y tortura a los
detenidos. Un etnocentrismo insolidario y con aires de superioridad es incapaz
de entender la lucha de clases.
Y ¿cómo no? la ambición de querer
ser “cabeza de ratón, que no la cola de león”.
La lucha actual de los kurdos
iraquíes no es una romántica batalla por la liberación nacional: no puede
conseguirlo si su único apoyo es Israel que niega este derecho a los
palestinos. Los que dirigen este escenario no buscan una solución sensata a la
cuestión kurda, sino utilizarla.
Washington avanza en su Proyecto de
Nuevo Oriente Próximo, que incluye romper estados poderosos de la zona y
convertirlos en mini estados y si no lo consigue los dejará como “estados
fallidos” para poder controlarlos y ocuparlos militarmente. Aquí, los kurdos no
son jugadores de su propio destino, sino peones de los intereses de otros.
Lamentablemente, hace décadas que
el derecho de autodeterminación de los pueblos se ha convertido en el derecho
exclusivo de un solo estado con derecho al veto del Consejo de Seguridad de la
ONU, aunque haya sido por la mayoría absoluta de los estados del mundo: El 31
de diciembre del 2014, EEUU vetó en el Consejo de la Seguridad de la ONU el
reconocimiento de Palestina como Estado, a pesar de la gran aprobación de la
Asamblea general. Salvo Rusia que votó en positivo, otros miembros del Consejo
se abstuvieron, mientras votaron en favor de romper a Sudán, convirtiéndole en
el último estado reconocido del mundo.