Fue
un explorador, gobernante y conquistador Español. Fue el primer europeo en divisar el Océano Pacífico desde su costa oriental y el
primer europeo en fundar una ciudad permanente en tierras continentales americanas.
Núñez de Balboa obtuvo el cargo
de gobernador después de la expulsión y posterior desaparición de Diego de
Nicuesa, y con ello el mando absoluto de Santa María y Veragua.
Mientras, Núñez de Balboa
comenzó a mostrar su faceta de conquistador embarcándose al oeste y recorriendo
el istmo de Panamá,
sometiendo a varias tribus indígenas y fortaleció su amistad con otras,
intentando remontar ríos, montañas y pantanos malsanos en busca de oro esclavos y tratando de ampliar sus dominios. También pudo aplacar
revueltas de varios españoles que desafiaban su autoridad; su poder de fuerza,
diplomacia y poder de concilio logró cierto respeto y temor entre los
indígenas.
La noticia inesperada de un
nuevo mar rico en oro fue tomada muy en cuenta por Núñez de Balboa. Decidió
regresar a Santa María a comienzos de 1513 para disponer de más hombres
provenientes de La Española ,
y fue ahí cuando se enteró que Fernández de Enciso había persuadido a las
autoridades coloniales de lo ocurrido en Santa María; así, Núñez de Balboa
envió a Enrique de Colmenares directamente a España para buscar ayuda.
Mientras en Santa María se
organizaban expediciones en busca del famoso mar. Algunos recorrieron el río Atrato hasta diez leguas hacia
el interior, sin ningún éxito. La respuesta de más hombres y suministros en España fue negada, porque el caso de
Fernández de Enciso ya era conocido por la Corte española. A Núñez de Balboa no le quedaba más
remedio que emplear los pocos recursos que tenía en la ciudad para realizar el
descubrimiento.
Usando varios informes
dados por caciques indígenas amigos, Núñez de Balboa emprendió el viaje desde
Santa María a través del istmo de Panamá el 1 de septiembre de 1513, junto con 190 españoles,
algunos guías indígenas y una jauría de perros. Usando un pequeño bergantín y diez canoas indígenas recorrieron
por mar y llegaron a las tierras del cacique Careta y el día 6 se internaron junto con un
contingente de mil indígenas de Careta hacia las tierras de Ponca, que se había
reorganizado; pero fue vencido, sometido e hizo alianza con Núñez de Balboa.
Luego de varios días y uniéndose varios hombres de Ponca se remontaron a la
espesa selva el día 20 y pasando con algunas dificultades llegaron el día 24 a las tierras del cacique
Torecha, que dominaba el poblado de Cuarecuá. En este poblado se desencadenó
una férrea y persistente batalla; Torecha fue vencido y muerto en combate. Así,
los hombres de Torecha decidieron aliarse con Núñez de Balboa, aunque gran
parte de la expedición estaba exhausta y malherida por el combate y muchos de
éstos decidieron hacer descanso en Cuarecuá.
Los pocos que siguieron
a Núñez de Balboa se internaron a las cordilleras del río Chucunaque el día 25. Según informes de los
indígenas, en la cima de esta cordillera se podía ver el mar, así que Núñez de
Balboa se adelantó al resto de los expedicionarios, y antes del mediodía logró
llegar a la cima y contemplar, lejos en el horizonte, las aguas del mar
desconocido. La emoción fue tal que los demás se apresuraron a demostrar su
alegría y felicidad por el descubrimiento logrado por Núñez de Balboa. El capellán de la expedición, el clérigo Andrés
de Vera, logró entonar el Te Deum Laudamus, mientras que el
resto de los hombres erigieron pirámides de piedras e intentaron con las
espadas, grabar cruces e iniciales sobre la corteza de los árboles del lugar,
dando fe que en ese sitio se había realizado el descubrimiento. Todo eso
ocurrió el 25 de septiembre de 1513.