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GEORG WILHELM FRIEDRICH HEGEL: APORTES A LA FILOSOFÍA MORAL Y LA POLÍTICA.

 


Por: Rev. Pbro. Manning Maxie Suárez +
Docente Universitario
Email: manningsuarez@gmail.com     
Orcid: https://orcid.org/0000-0003-2740-5748           
Google Académico:
https://scholar.google.es/citations?hl=es&pli=1&user=uDe1ZEsAAAAJ

Resumen

Este ensayo examina los aportes centrales de Georg Wilhelm Friedrich Hegel al campo de la filosofía moral y política, haciendo foco en su concepción de la moralidad como crecimiento orgánico (y no simple pacto social), su doctrina de la “vida ética” (Sittlichkeit), su metodología dialéctica de la historia del Espíritu, y sus hipótesis sobre la reconciliación, la superación de la alienación y la autorrealización del espíritu en la vida ética. A partir de fuentes académicas especializadas (revistas arbitradas, editoriales universitarias), se analiza el significado teórico y práctico de sus ideas, y se considera su influencia contemporánea en la ética, la filosofía política y la madurez moral. En la conclusión se plantean algunas aplicaciones de su pensamiento para la vida moral de creyentes en la Iglesia del siglo XXI.

Palabras clave

Hegel; Sittlichkeit; ética objetiva; filosofía del derecho; dialéctica; reconocimiento; Historia mundial; reconciliación; alienación; vida ética.

Abstract

This essay investigates the central contributions of Georg Wilhelm Friedrich Hegel to moral and political philosophy, emphasizing his conception of morality as an organic growth (rather than as a social contract), his doctrine of “ethical life” (Sittlichkeit), his dialectical methodology of the history of Spirit, as well as his theories of reconciliation, the overcoming of alienation, and the self-realization of spirit in ethical life. Drawing from peer-reviewed sources and scholarly monographs, the text analyzes both the theoretical and practical significance of Hegel’s ideas and examines their enduring influence in contemporary ethics and political philosophy. The conclusion proposes some applications of Hegel’s thinking for the moral life of believers in the twenty-first-century Church.

Keywords

Hegel; ethical life; objective ethics; political philosophy; dialectic; recognition; world-historical spirit; reconciliation; alienation.

Metodología

Para este ensayo se emplea un método hermenéutico-comparativo, basado en el análisis de textos filosóficos primarios (obras de Hegel, como Elementos de la Filosofía del Derecho, Fenomenología del Espíritu, Enciclopedia de las ciencias filosóficas) y en literatura secundaria especializada (artículos y estudios en bases como Scopus, Google Académico, Dialnet, SciELO). Cada sección interpretará los textos hegelianos en su contexto sistemático, contrastándolos con críticas contemporáneas (por ejemplo, Pippin, Stern, estudios sobre reconocimiento, crítica posthegeliana). Asimismo, se realizará una lectura normativa: se extraen implicaciones teóricas y posibilidades de aplicación moral desde el pensamiento cristiano en la actualidad. (Hegel, 1821/1999).1

Objetivo general

Analizar los aportes fundamentales del pensamiento moral y político de Hegel y valorar su relevancia contemporánea para la vida ética, especialmente en el contexto de la Iglesia del siglo XXI.

Objetivos específicos

1.    Describiré la biografía intelectual de Hegel, con atención a su formación filosófica y política.

2.    Expondré las tesis hegelianas sobre moralidad, Estado y crecimiento ético (familia, sociedad, Estado).

3.    Analizaré críticamente su noción de Sittlichkeit (ética objetiva) y su distinción entre moral y ética.

4.    Examinaré su concepción dialéctica de la historia y de la realización del Espíritu.

5.    Evaluaré el impacto de sus ideas sobre la ética y filosofía política contemporánea.

6.    Propondré algunas implicaciones prácticas del pensamiento hegeliano para la vida moral cristiana en el siglo XXI.

Contenido

1. Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770-1831)

Es una figura clave del idealismo alemán, cuya filosofía ambicionó un sistema absoluto que uniera lógica, filosofía de la naturaleza y filosofía del espíritu. Nació en Stuttgart, Alemania. Estudió en el Seminario de Tübingen, donde conversó con Schelling y Hölderlin.

Su formación fue influida por el idealismo de Kant y Fichte, así como por el romanticismo y el pensamiento metafísico alemán. Durante su carrera ocupó cátedras en Jena, Nuremberg, Heidelberg y finalmente en Berlín.

En el ámbito político, vivió en la era del estado prusiano post-napoleónico y fue funcionario del sistema educativo prusiano, participando en el debate político alemán de su tiempo. Filosóficamente, él desarrolló la dialéctica absoluta, la doctrina del Espíritu (Geist), y una teoría sistémica de la filosofía del derecho y del Estado. (Stanford Encyclopedia of Philosophy, 2021).5

2. La moral como crecimiento natural y no como contrato social

Una de las tesis distintivas de Hegel es su rechazo de concebir la moralidad como un pacto voluntario entre individuos (como en Hobbes, Rousseau o el contractualismo moderno). Para Hegel, la moralidad brota orgánicamente desde el seno de la vida familiar, se desarrolla en la sociedad civil y culmina en la realización histórica del Estado.

En su sistema, la moral individual (Moralität) es una etapa necesaria pero incompleta; su realización plena se da sólo cuando esa subjetividad moral se inserta en formas sociales objetivas (Sittlichkeit). (Stanford Encyclopedia of Philosophy, 2021).5

En Filosofía del Derecho, Hegel sostiene que la voluntad libre (subjetiva) sólo puede encontrarse consigo misma plenamente en instituciones sociales objetivas —el derecho, la familia, la sociedad civil, el Estado— de manera que la libertad no es un mero “derecho a hacer lo que quiera”, sino una realización efectiva en el mundo ético. (Hegel, 1821/1999).1

3. Dialéctica de la historia, voluntad y espíritu mundial

Una clave esencial del hegelianismo es que la historia no es un devenir caótico sino racional: el mundo-histórico es la manifestación del Espíritu (Geist) que va reconociéndose a sí mismo dialécticamente. En esta perspectiva, la “voluntad natural incontrolada” debe disciplinarse y elevarse hacia una obediencia a principio universal, mediante el trabajo ético y político. (Hegel, 1807/1977).2

Para Hegel, los acontecimientos mundiales no son meros efectos contingentes, sino etapas dialécticas de la conciencia y del poder. Cada época histórica resuelve contradicciones aún latentes en las anteriores y prepara su superación en momentos futuros. Este proceso culmina en la realización de la libertad objetiva. (Stanford Encyclopedia of Philosophy, 2021).5

La dialéctica hegeliana suele describirse (tesis, antítesis, síntesis), aunque Hegel en realidad habla de momentos de la idea que se despliegan según su necesidad interna. El conflicto, la negación y la superación (Aufhebung) son dinámicas esenciales. En esta dialéctica, el sujeto adquiere conciencia mediante la lucha y el reconocimiento mutuo (la célebre dialéctica del amo y el siervo en la Fenomenología del Espíritu). (Hegel, 1807/1977).2

4. Sittlichkeit (ética objetiva) y la realización del Espíritu en la vida ética

4.1. Distinción entre Moralität y Sittlichkeit

Hegel distingue entre la moralidad subjetiva (conciencia individual, intenciones) y la vida ética (Sittlichkeit), que es una esfera objetiva de normas institucionalizadas. La moralidad es necesaria, pero insuficiente si permanece aislada; su alienación puede llevar al conflicto o a la culpa sin reconciliación. (Wiley Online Library, 2020).9

Para Hegel, la moralidad subjetiva (Moralität) constituye el ámbito donde el individuo reflexiona sobre sus intenciones, deberes y responsabilidades personales. Es el espacio de la conciencia individual que busca obrar conforme al bien, pero corre el riesgo de quedarse en un plano meramente abstracto o incluso de volverse conflictivo cuando las exigencias internas del sujeto entran en choque con las realidades sociales. Por sí sola, la moralidad puede desembocar en aislamiento, culpa o en una ética de la intención que no logra concretarse en instituciones compartidas (Hegel, 1821/1999, 1; Wiley Online Library, 2020).9

En contraste, la vida ética (Sittlichkeit) representa para Hegel la reconciliación de la libertad individual con el orden objetivo de la sociedad. Se trata de una ética encarnada en instituciones como la familia, la sociedad civil y el Estado, que permiten que la libertad no sea solo un proyecto interno, sino una experiencia concreta de participación comunitaria. La Sittlichkeit es, por tanto, la realización del Espíritu en la vida histórica: allí la libertad subjetiva encuentra estabilidad y reconocimiento en marcos sociales racionales, superando la alienación propia de una moralidad aislada (Pippin, 1997, 3; Stern, 2001).4

4.2. Familia, sociedad civil, Estado

Sobre la Familia: es la primera concreción de la vida ética, en donde los miembros se relacionan con mutua confianza y afecto. (Helsinki Research Portal, 2020).6

Para Hegel, la familia constituye la base inmediata de la vida ética porque en ella la libertad no se vive como independencia individual, sino como unidad afectiva en la cual los miembros se reconocen y se afirman mutuamente.

En este ámbito primario, el amor y la confianza reemplazan al cálculo racional o contractual propio de la sociedad civil. La familia, en este sentido, no es un agregado de individuos, sino una totalidad orgánica en la que cada miembro encuentra su identidad y dignidad en relación con los demás (Hegel, 1821/1999).1; Cf. (Helsinki Research Portal, 2020).6

Sin embargo, Hegel también subraya que la familia no es un fin en sí misma, sino una etapa transitoria en el desarrollo del Espíritu. La disolución natural de la familia —cuando los hijos alcanzan su autonomía y se integran en la sociedad civil— permite que la libertad avance hacia formas más amplias de institucionalidad.

Así, la familia ofrece el fundamento afectivo indispensable, pero la vida ética alcanza su plenitud cuando se proyecta hacia instituciones sociales y políticas más complejas. En este proceso, la familia no pierde su valor, sino que se convierte en el punto de partida de una ética comunitaria que culmina en el Estado como encarnación de la libertad objetiva (Stern, 2001).4; Cf. (Pippin, 1997).3

Sobre la sociedad civil: es la esfera de las relaciones económicas, donde emergen desigualdad y conflicto, pero también asociaciones que median las tensiones. (Hegel, 1821/1999).1

En la filosofía de Hegel, la sociedad civil representa la segunda esfera de la vida ética, posterior a la familia. Se caracteriza por la multiplicidad de intereses individuales que se entrecruzan en el terreno económico, donde cada persona busca su beneficio particular.

Esta esfera es necesaria porque impulsa la autonomía del sujeto y el desarrollo de sus capacidades productivas; sin embargo, al mismo tiempo genera desigualdades, tensiones y el riesgo de que la libertad quede reducida a competencia y utilitarismo (Hegel, 1821/1999).1

Frente a estos peligros, Hegel considera que la sociedad civil no puede sostenerse únicamente en el mercado o la competencia individual, sino que requiere de instituciones mediadoras, como los gremios, corporaciones y asociaciones, que organizan los intereses particulares y los orientan hacia un bien común.

Estas mediaciones permiten que los individuos experimenten formas de pertenencia y solidaridad que trascienden el egoísmo económico, preparando así el camino para el Estado como la instancia superior de reconciliación entre libertad subjetiva y universal (Pippin, 1997).3; Cf. (Stern, 2001).4

Sobre el tema del Estado: es la culminación de la vida ética. El Estado no es mera máquina de poder sino la realización concreta de la libertad. (Stanford Encyclopedia of Philosophy, 2021).5

Para Hegel, el Estado constituye la forma suprema de la Sittlichkeit porque es allí donde la libertad individual y la libertad universal encuentran su reconciliación más plena. A diferencia de la sociedad civil, en la que predomina la búsqueda de intereses particulares, el Estado encarna la racionalidad objetiva que organiza y orienta esos intereses hacia el bien común.

De este modo, no es un aparato coercitivo ni una simple máquina de poder, sino la expresión concreta del Espíritu en la historia, la encarnación de una libertad que se hace efectiva en leyes, instituciones y prácticas compartidas (Hegel, 1821/1999).1; Cf. (Stanford Encyclopedia of Philosophy, 2021).5

Además, Hegel subraya que el Estado debe entenderse como una comunidad ética y racional en la que los ciudadanos se reconocen mutuamente como libres en virtud de la ley y la institucionalidad. Esta visión contrasta con los modelos contractualistas que reducen al Estado a un pacto de voluntades individuales; en cambio, para Hegel el Estado tiene un valor positivo en sí mismo como realización histórica del Espíritu.

Así, la participación política, la obediencia a la ley y el reconocimiento de la autoridad no son restricciones de la libertad, sino su condición de posibilidad, pues aseguran la integración de la subjetividad en un orden objetivo que trasciende la mera arbitrariedad individual (Stern, 2001).4; Cf. (Pippin, 1997).3

4.3. Reconciliación y superación de la alienación

Un elemento central del pensamiento hegeliano es la idea de reconocimiento: los sujetos sólo son libres cuando se reconocen mutuamente. Esto se realiza mediante derecho, ciudadanía y educación. (Pippin, 1997).3

La alienación, en este marco, no es mera pérdida de conciencia subjetiva, sino dislocación entre la subjetividad y las instituciones objetivas. La reconciliación requiere que la subjetividad se reintegre con la universalidad. (Stern, 2001).4

Para Hegel, la alienación (Entfremdung) surge cuando existe una ruptura entre la conciencia subjetiva y las formas objetivas de la vida social, es decir, cuando el individuo no logra reconocerse en las instituciones que deberían garantizar su libertad.

Este desajuste provoca que la persona perciba al orden social como algo extraño o impuesto, en lugar de experimentarlo como una mediación de su propia libertad. En este sentido, la alienación no es simplemente un problema psicológico o individual, sino una condición estructural en la que el sujeto queda desvinculado de las esferas de derecho, moralidad y vida ética (Stern, 2001).4

La reconciliación, por su parte, implica restaurar la unidad entre subjetividad e institucionalidad. Para que esto ocurra, las instituciones deben ser racionales y permitir que los individuos se reconozcan en ellas, viendo reflejados sus valores y su libertad.

La ciudadanía, el derecho y la educación juegan un papel decisivo en este proceso: son los canales que facilitan el tránsito del individuo desde una libertad meramente interior a una libertad objetiva y compartida. Así, el reconocimiento mutuo no es solo un acto interpersonal, sino un principio estructurador de toda la vida social y política (Pippin, 1997).3

Este horizonte de reconciliación también contiene un carácter dinámico y dialéctico: no se trata de un estado fijo alcanzado de una vez por todas, sino de un proceso continuo en el que la libertad se amplía al superar contradicciones históricas.

Hegel muestra que los conflictos, las crisis y hasta las experiencias de alienación cumplen una función pedagógica, pues obligan a revisar y transformar las instituciones en dirección a mayores niveles de racionalidad y justicia. De este modo, la reconciliación no significa negar los conflictos, sino integrarlos como momentos necesarios en el despliegue histórico del Espíritu hacia formas más plenas de libertad (Hegel, 1807/1977).2; Cf. (Stern, 2001).4

5. Impacto y recepción contemporánea

El legado de Hegel en la filosofía contemporánea es vasto. Su énfasis en intersubjetividad, reconocimiento e instituciones ha dado origen a corrientes como la teoría del reconocimiento (Honneth). Su crítica al liberalismo ha nutrido debates sobre justicia y pluralismo. (NDPR Review, 2007).8

Hegel ha sido acusado de legitimar el autoritarismo prusiano (Russell; Popper). Sin embargo, estudios recientes lo interpretan como defensor de un Estado racional, no despótico. (Cambridge University Press, 2019).10

En la filosofía actual, el legado de Hegel se ha revitalizado especialmente a través de la teoría del reconocimiento, desarrollada por pensadores como Axel Honneth. Esta corriente sostiene que la justicia y la libertad solo pueden comprenderse a partir de relaciones intersubjetivas en las que los individuos se reconocen recíprocamente en su dignidad.

En este sentido, la reflexión hegeliana sobre el reconocimiento, la vida ética y las instituciones continúa siendo una fuente fértil para debates contemporáneos en torno a derechos humanos, inclusión social y políticas de identidad (NDPR Review, 2007),8

Al mismo tiempo, el pensamiento hegeliano ha generado polémica. Críticos como Bertrand Russell o Karl Popper lo acusaron de justificar el autoritarismo prusiano y de poner la filosofía al servicio del poder político.

Sin embargo, estudios más recientes lo interpretan como un defensor de un Estado racional y ético, en el que la libertad individual no se suprime, sino que se realiza en un marco institucional universal. Esta relectura permite rescatar en Hegel no un ideólogo del despotismo, sino un pensador que buscaba superar los límites del liberalismo individualista sin caer en colectivismos opresivos (Cambridge University Press, 2019).10

Finalmente, el impacto de Hegel también se extiende a debates contemporáneos sobre la democracia, el pluralismo y la globalización. Su idea de que la historia es un proceso dialéctico hacia mayores formas de libertad inspira una visión crítica y transformadora de la política, que no se resigna a aceptar las desigualdades como inevitables.

En el siglo XXI, su filosofía invita a pensar la tensión entre individuo y comunidad, tradición y crítica, particularismo y universalidad, mostrando que la libertad auténtica solo puede ser comprendida y vivida en clave relacional y social. De este modo, la recepción de Hegel no es meramente académica, sino que sigue iluminando las preguntas centrales de nuestra convivencia política y ética (Stern, 2001).4; Cf. (Pippin, 1997).3

Conclusiones

Las reflexiones de Hegel muestran que la libertad no puede entenderse de manera individualista, sino como un logro comunitario. Para los creyentes, esto significa que la libertad cristiana se vive en comunión fraterna y en el seno de la Iglesia, que actúa como espacio ético de reconocimiento mutuo. En otras palabras, la libertad se realiza plenamente cuando está orientada hacia los otros y no solo hacia el propio beneficio.

Asimismo, Hegel subraya que la moral no debe quedarse únicamente en la conciencia interior. Esta debe expresarse en instituciones concretas como la familia, la comunidad eclesial y la sociedad en su conjunto. Para la Iglesia de hoy, esta enseñanza es clave: la vida espiritual auténtica debe ir acompañada de una responsabilidad social y comunitaria que dé testimonio en lo público.

Otro aporte central de Hegel es su noción de reconocimiento. Cada persona alcanza su dignidad en la medida en que es reconocida por los demás como sujeto valioso. Este principio se conecta con la visión cristiana de que todos somos imagen de Dios. En un mundo marcado por desigualdades e injusticias, la Iglesia puede nutrirse de esta idea para promover una ética del respeto, la igualdad y la defensa de la dignidad humana.

Finalmente, la visión dialéctica de la historia que propone Hegel invita a comprender la realidad como un proceso de superación de contradicciones hacia mayores formas de libertad. Para los creyentes, esto puede inspirar una mirada esperanzada: aun en medio de conflictos y crisis, la historia no está cerrada al mal, sino abierta a la reconciliación y a la transformación. Así, la filosofía hegeliana ofrece claves valiosas para que la Iglesia del siglo XXI viva su misión con mayor compromiso ético, comunitario y abierto al diálogo con el mundo.

Referencias bibliográficas

1.    Hegel, G. W. F. (1820/1821). Grundlinien der Philosophie des Rechts [Elementos de la Filosofía del Derecho]. (Traducción española).

2.    Hegel, G. W. F. Phenomenology of Spirit.

3.    Pippin, R. (1997). Hegel’s Practical Philosophy: Rational Agency as Ethical Life.

4.    Stern, R. (ed.). Hegel’s Ethical Thought.

5.    “Hegel’s Social and Political Philosophy.” Stanford Encyclopedia of Philosophy. plato.stanford.edu

6.    “Hegel’s political and social theory: ethical life (Sittlichkeit).” University of Helsinki

7.    “Hegel’s Philosophy of Right” (texto completo). marxists.org

8.    “Hegel: Social and Political Thought.” iep.utm.edu

9.    “Once again: On the relationship between morality and ethical life.” Wiley Online Library

10. “Ethical objectivity (Chapter 11).”