Por: Rev. Pbro. Manning Maxie Suárez +
Este domingo 9 de abril,
celebramos una la fiesta más conmemorativa de la cultura de la fe cristiana, la
“festividad de la Pascua de Resurrección”. Y es por ello que en el rito de las muchas
denominaciones cristianas con tradición católica e inclusive protestantes, inicia
con esta antífona: ¡Aleluya! Cristo ha resucitado. Y las multitudes responden a la
misma: ¡Es verdad! El Señor ha resucitado. ¡Aleluya! ¡reafirmando la
comunidad cristiana: ¡Alegría y Fe de que la vida de nuestro Señor Jesucristo
no terminó en el Calvario y que ha Resucitado!
En el evangelio de Mateo, escrito
en el año 70 aproximadamente d.C., en su capítulo 28: versículo 6, nos encontramos
con una de las tantas narraciones sobre lo sucedido al maestro de Nazareth,
después de sufrir la penosa crucifixión y haber sido puesto en su tumba sellada
y custodiada por soldados romanos, gracias a la generosidad de José de
Arimatea, fariseo y miembro noble del Sanedrín judío de la época. “v. 6 No
está aquí, sino que ha resucitado, como dijo. Vengan a ver el lugar donde lo
pusieron.” Señala el evangelista Mateo.
Habían ya pasado más de 70 años
cuando se escribe está historia en el evangelio de Mateo. Ya el evangelista Marcos, en los años 60 d.C.
aproximadamente, había escrito con anterioridad como se puede constatar en el
capítulo 15 versículos 42 y siguientes… siendo así una de las fuentes de Mateo
para narrar el hecho a parte de otras más.
Lo cierto es que la vida de muchos fue impactada por la vida del maestro
Jesús de Nazareth, tomando parte del proyecto de este en establecer las bases
para que, un “Nuevo Reino” naciera en el corazón de todos los seres humanos.
Han pasado 2023 años y la Iglesia, que es el “Cuerpo Místico de Jesucristo”, como lo dictaminará el apóstol san Pablo de Tarso, continúa sin parar en la ardua tarea de la evangelización de los pueblos; pese a que la misma a través del tiempo, ha vivido como dice un antiguo himno cristiano: “con odio o desdén; con el error y con los cismas, siendo desgarrada en el vaivén, a través de sufrimientos, fatigas y dolor” de muchos hombre y mujeres entregados al compromiso de la Fe.
El pueblo cristiano en todas partes
sigue celebrando año tras año la semana santa, en medio de situaciones
verdaderamente vergonzosas para un mundo con sin fin de necesidades. No voy a señalar las mismas pues sería llover
sobre mojado, pero estoy seguro que todos las conocemos. Ahora se nos ha sumado las Pandemias Mundiales
por el Coronavirus COVID-19 y sus múltiples variantes, La Gripe Aviar, y otras. Los grandes líderes cristianos y de otras
religiones y filosofías seculares están constantemente haciéndonos un llamado a
“Ser Íntegros con nuestros valores y creencias”. Está de más señalar que, moralmente hablando
estamos comprometidos con la “Verdad” y la Verdad es la que nos
hará Libres como personas y pueblo.
2020 hasta la fecha, han sido años
de grandes retos, de preparación para grandes eventos que tienen las
características de convertirse en históricos para el mundo. Hacemos un llamado para que todos nos
dispongamos en alma, cuerpo y corazón a ser íntegros a conciencia
y con el llamado y la grandiosa oportunidad que Dios nos ha dado, a través del
maravillo sacrificio de su amado hijo Jesús, al que hoy día llamamos “Jesucristo.”
Que todos nuestros actos en la
vida estén marcados por ese “Espíritu de la Resurrección”, que no es
otra cosa que aquella verdad existencial de sabernos bendecidos por la gracia
que proviene del Padre y de su amado Hijo.
Resurrección significa COMPROMISO con todo lo bueno, con todo lo
que es bello, con todo lo que es mejor, con todo lo que beneficia a todos con
todo lo que es Justo. Compromiso para combatir la maldad, los antivalores, las
situaciones de muerte en que vive la humanidad hoy día. Les deseo a todos “Felices Pascuas de
Resurrección” y que, “Así alumbre vuestra luz”.
Rev.
Pbro. Manning Maxie Suárez +
San Francisco, Ciudad de Panamá, Panamá