Por: Rev. Manning Maxie
Suárez +
La República de Panamá,
amaneció el pasado 15 de enero con la triste noticia de que “Seis niños y una
mujer embarazada mueren a manos de secta religiosa en la comarca Ngäbe Buglé en
la república de Panamá”, noticia muy bien redactada por el periodista José
Alberto Chacón del diario el Panamá América. Los mismos, según el periodista,
fueron asfixiados y golpeados con madera y hasta con biblias... en nombre de “Dios”. Esta noticia, ha dejado desconcertado a millones
de residente en esta nación y en el mundo entero.
Nos preguntamos, ¿cómo una secta religiosa “La
Luz de Dios,” dirigida por un grupo de pseudos pastores, asesinaron en nombre
de “Dios” a niños y adultos, porque ellos señalaban que estaban “poseídos
demoniacamente”.
Esta es una acción totalmente
inaceptable y que merece el rechazo inmediato de todos los que creemos en el “Dios
de Amor y de Justicia” y debe ser inmediatamente tratado con dureza por la
Justicia panameña en todos sus aspectos.
Abriendo no solo una investigación sobre el crimen realizado contra
estas personas sino también contra toda la organización sea esta legalmente constituida
o ilegal para la suspensión inmediata de su licencia de operación.
El mundo entero, está lleno de
“pseudos pastores” de Iglesias fundadas por personas que no tienen el más
mínimo interés de realizar la tarea prioritaria número uno de la Iglesia, que
es la evangelización del mundo a través de la cultura del “Amor de Dios”, y que
en sus agendas personales están los intereses personales (económicos), convirtiéndose
estos “pseudos pastores” en “lobos feroces” que destruyen a los hijos de la
patria, que en principio deseaban ayudar con sus consejos y oraciones. Inaceptable desde cualquier prisma que se mire.
Es una buena oportunidad, por
otro lado, para el “buen gobierno” de poner orden en las leyes que rigen la
materia del libre culto en nuestra nación y que se establece en la Constitución
de la República de Panamá y las reglamentaciones que la rigen (ARTICULO 35). Ver el tema urgente de las Idoneidades de las
personas que desean estudiar para ser ministros de una Iglesia, o ejercer como
tales, llámense estas católicas o protestantes.
Porque la realidad es que tenemos cuantos pastores y ministros, que sin
la preparación debida toman responsabilidades que muchas veces perjudican con
sus mensajes y sus acciones a sus “discípulos” en las diferentes Iglesias del
país. No existirían periódicos para recoger
los miles y miles de testimonios de personas que han sido perjudicadas por
pastores y ministros en ambas tradiciones.
Otro tema que tiene que ver más,
con las Iglesias y sus instituciones que preparan a los ministros de las
diferentes Iglesias. ¿Se puede acaso ser
juez y parte a la vez? A las
Universidades del país la rige la ley 52 (DE 26 DE JUNIO DE 2015) y su
reglamentación N° 539 (De jueves 30 de agosto de 2018), que velan por una
calidad de la educación en pro de la preparación idónea de todos los que
estudian sus carreras para servir a la nación.
Pero quién rige, el “pensum académico” de los seminarios e instituciones
religiosas que hoy día preparan a esos pastores y ministros para servir al
pueblo de Dios de manera idónea. Algunos
dirán que eso es un asunto interno de las Iglesias, y es verdad hasta cierto
punto, pero cuando esa formación académica comienza a ser perjudicial a la
sociedad en general, sencillamente hay que revisarla.
Es un tema para la discusión,
debido a los grandes problemas que las Instituciones Religiosas de este país y
otros tienen, y que en su momento deberemos abordar ya sea a través del
Ministerio de Gobierno, el Comité Ecuménico de Panamá u otras instancias. Como dice la liturgia eucarística “es justo y
necesario” debido a los escándalos a que se han visto implicados la gran mayoría
de las Iglesias.
Mientras no se ponga cuidado a
estos temas, seguiremos escuchando por todo el país a ministros predicando
sobre “Dios, Ángeles y Posesiones Demoniacas” en todas las Iglesias,
infundiendo miedo y temores al fuego del infierno eterno, creando ansiedad a
las almas necesitadas de la paz de Dios.
Recordemos que Jesús de Nazareth vino por todos aquellos que necesitan
tener en sus vidas paz y libertad, y vino para traernos vida y vida abundante,
no muerte asfixiante ni golpes con madera y hasta con biblias... en nombre de “Dios”.
Sacerdote.