Nazanin Armanian
www.publico.es / 161119
Iraq sigue viviendo unas jornadas de protestas
sociales mortales y una tensión política sin precedentes desde 2003.
La incompetencia de los gobernantes y la injerencia de las potencias regionales
en esta colonia de EEUU le está empujando hacia dos nuevas amenazas:
1) un golpe de estado “sunnita”, auspiciado
por la coalición anti-iraní formada por EEUU, Israel, Reino de Arabia Saudí
(RAS), Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Turquía, contra el régimen chiita de
Bagdad y en complicidad con parte de las autoridades, o
2) una guerra “civil” delegada y
patrocinada por los estados involucrados.
El incendio del consulado de Irán en
Karbala (y el de EEUU en Basora el año pasado) manifiesta la interrelación del
actual malestar social con la geopolítica del país.
Las
4 decisiones de Bush
La lucha encarnizada entre los países de
la zona para dominar Iraq se debe a los cambios que produjo EEUU en este país
tras 2003:
+ Destruyó
el estado de corte “nacionalista árabe sunnita” de Bagdad e instaló en su
lugar una teocracia chiita (obviamente de derechas), provocando la ira de los
países sunnitas y de Israel por “haber entregado el país a Irán”, afirman.
+ Rompió el país en la línea
étnico-religiosa, creando una Región Autónoma Kurda (RAK), enfrentándola a sus
hermanos árabes, además de poner la base de un futuro país kurdo, si consigue
minar también a Siria, Turquía e Irán.
+ Dividió el nuevo Iraq, en “chiitas,
sunnitas y kurdos”, mezclando las identidades religiosas con otra étnica,
cuando los kurdos iraquíes en su mayoría son sunnitas.
+ Insistió en que el nuevo sistema
político sería democrático porque entregaba el poder a la mayoría, los chiitas,
cuando 1) Los iraquíes, que nunca habían vivido bajo una teocracia, y 2) los
chiitas no son la mayoría: la suma de los árabes y kurdos sunnitas les supera:
éste fue el motivo de
la oposición de Obama a la independencia kurda en 2017.
Desde entonces, los rivales de Irán han
decidido corregir a Bush y devolver el poder a los no-chiitas, aislando a la
República Islámica de Irán (RII).
El 30 de octubre, el primer ministro Abdul
Mahdi -acusado por los indignados iraquíes de estar al servicio de la RII-,
planteó la posible dimisión y adelantar las elecciones parlamentarias. Cambió
de idea en menos de dos días, tras recibir la visita de un equipo de los
Guardianes Islámicos de Irán: resistirá ante las presiones del “enemigo”,
-declaró-, aunque siguió prometiendo reformas, que son tan imposibles por un
gobierno burgués y sectario instalado por tropas imperialistas, como esperar
peras del olmo.
El Ayatolá Jamenei, caudillo de la RII,
recomendó al gobierno iraquí emplear mano dura contra los manifestantes,
similar a la que él usó en las protestas de los indignados iraníes en el junio
del 2009 (contra el fraude electoral)
y enero del 2018 (contra las
políticas neoliberales), que sacudieron unas 160 ciudades del país.
Sin embargo, Iraq no es Irán, país donde los partidos y sindicatos “no
islámicos” están en clandestinidad, y hasta las protestas pacíficas gremiales
son perseguidas por “entrar en guerra contra Alá”. El régimen iraquí perderá la
poca legitimidad que le queda si provoca un baño de sangre, y colocará a su patrocinador
EEUU en un grave aprieto.
Irán
en Iraq
Cierto que EEUU ostenta el poder militar
en Iraq con cientos de miles de efectivos, 12 bases “declaradas” y unos 400
acuerdos, pero es lrán, el país que comparte 1.458 kilómetros de frontera con
su vecino, el que cuenta con una mayor influencia política, social, económica y
religiosa. Por lo que, los intentos del primer ministro, –que curiosamente no
tiene un partido político propio y, por ende, carece de una conexión
organizativa con los ciudadanos-, de crear una relación equilibrada con todos
sus vecinos y presentarse neutral en las disputas regionales, no ha dado
frutos. Pues el territorio que, durante ocho siglos fue parte del impero persa,
ha entrado en su esfera de influencia gracias justamente del derrocamiento de
Saddam Husein por EEUU.
La RII está presente en Iraq a través de:
1+ Un importante sector de un millón de
iraquíes de origen iraní que fueron expulsados por Iraq en 1970 y enviados con
lo puesto a Irán, y de otros tres millones que entre 1991 y 2003 se refugiaron
en este país, huyendo de las bombas, y que al regresar a su patria mantienen su
simpatía al vecino que les acogió.
2+ “Una política para Iraq”: La RII, al
contrario de las demás potencias regionales, que han establecido conexiones
sólo con los centros del poder y operan promovidos por su política “anti iraní”,
ha tejido una compleja ingeniería de influencias verticales y horizontales (en
la sociedad civil), -menos contra otros, y más en favor de sí misma-, ganando
una amplia ventaja sobre sus rivales.
3+ El poder religioso: además de (re)construir
decenas de mezquitas, la RII es la principal proveedora del negocio del
“turismo religioso” para los iraquíes: acaba de enviar, por ejemplo, a 2
millones de peregrinos iraníes en 15.000 autocares, y con los gastos pagados a
las ciudades santas chiitas de Nayaf y Karbala.
Presentarse como la “alternativa benigna”
a la hegemonía de EEUU: este ha sido uno de los motivos por el que la mayoría
de los partidos políticos iraquíes han tolerado las injerencias de Irán.
Para la RII, Iraq representa:
1* Un terreno donde disuadir a Israel y
EEUU en su tentación de atacar a Irán; cuenta con media docena de milicias,
compuesta por decenas de miles de hombres armados iraquíes, entre ellas Badr,
Asa’ib Ahl ul-Haq o Hashad al Shaabi (Fuerzas de Movilización Popular, FMP),
grupo creado para luchar contra ISIS y aspirante a ser como el Hizbolá libanés.
El mes pasado, Mike Pompeo, en su visita a Bagdad, exigió al gobierno su
inmediata disolución en el ejército. Sin embargo, una facción de FMP se negó,
mientras el resto lo aceptaba encantado: ¡Era una gran oportunidad para
aprender a manejar las armas y equipamientos militares avanzados “made in USA”
vendidos a Iraq!
2* Para la RII, Iraq forma parte –junto
con Siria y el Líbano-, de un cinturón de seguridad amortiguador que ha
construido a su alrededor. La duda es si este expansionismo del islamismo iraní
es uno de los motivos de las amenazas a su seguridad o es lo que le han
salvado, hasta hoy, de una agresión militar extranjera.
3* Un mercado donde puede neutralizar las
sanciones impuestas por Trump: Iraq es
el mayor socio comercial de Irán: exhibe en los supermercados del país sus
productos, -desde frutas y verduras, hasta la pasta y zapatos-, como una
demostración de poder. También ha puesto en marcha el proyecto de la
construcción de un oleoducto entre ambos países.
4* Un aliado en una OPEP dirigida por su
archienemigo Arabia Saudí.
5* Una ruta para acceder a Siria, y desde
allí al Líbano.
Arabia
Saudí en Iraq
Riad no sólo cortó sus relaciones con
Bagdad en 1991 sino que financió parte de la guerra liderada por EEUU en 2003
para desmantelar el Estado iraquí (aunque fue percibida como “desmantelar a
Saddam”). Fruto de las presiones de EEUU, en 2016, RAS reanudó con
sus relaciones con Iraq, para hacer contrapeso a Irán. Un año después, el ex
primer ministro Haider al-Abadi, fue llevado a Riad (casi arrastras) por el
entonces secretario de Estado de EEUU Rex Tillerson al encuentro con el rey
Salman, con el fin de coordinar sus políticas en el estratégico país. En julio
del 2017, fue el clérigo chiita Moqtada al-Sadr, quien viajó a la tierra de
Mahoma para proponerle a los saudíes si dejan de repudiar el chiismo y lo
consideran una escuela más del islam, eso ayudaría a RAS abrir un consulado en
Nayáf, y así elevar la categoría religiosa de esta urbe frente a la ciudad
iraní de Qom, el “Vaticano del chiismo”.
Riad
necesita:
*Coordinar su estrategia petrolífera con
este rival, que hoy exporta 5 millones de barriles de petróleo al día y mañana
puede robarle los clientes. Además, juntos, podrán impedir el regreso de Irán a
los mercados mundiales.
*Proteger los 800 kilómetros de su
frontera con Iraq, desde donde las milicias chiitas o los grupos sunnitas anti
saudíes pueden infiltrarse en su territorio.
*Participar en el desabastecido mercado
iraquí: Riad ha abierto la frontera terrestre con Iraq y ha reanudado los
vuelos comerciales a Bagdad, negocia los aranceles para sus exportaciones, y
también facilidades para “importar” trabajadores iraquíes.
*Para alcanzar dichos objetivos, RAS tras
las amargas aventuras por Siria
y Yemen,
prefiere utilizar el poder blando, y:
*Participar en la reconstrucción de Iraq:
organizó una gran conferencia con este fin en Kuwait (2018). También ha
ofrecido los puertos saudíes en el Mar Rojo para las exportaciones iraquíes, y
un crédito de 1000 millones de dólares para la reconstrucción.
*Acercarse a los kurdos -el sector
Barezani-, incluso defendiendo su independencia, desando romper Iraq: ha
seguido la misma política con los kurdos sirios,
*Utilizar la Liga Mundial Musulmana, y la
Universidad al-Azhar de El Cairo, ofreciendo becas a los “seminaristas”
islámicos, como medios para propagar su versión del islam en Iraq.
Turquía
en Iraq
Los imperios turco y persa, al igual que
en el siglo XVI, luchan por el dominio de la región. La posición turca en Iraq
no es la mejor: Ankara se opuso en 2003 al uso de su suelo por EEUU para
invadir Iraq, mientras soñaba con hacerse algún día con el control de la ciudad
petrolífera Kirkuk, y de la “Perla del Norte” Mosul.
Luego, criticó la nueva Constitución
iraquí por asignar el 20% de los escaños del parlamento a los kurdos, y sobre
todo por crear una Región Autónoma Kurda. Sin embargo, con habilidad y astucia,
Tayyeb Erdogan ha sacado un gran provecho de esta situación, utilizando a los
kurdos para sacar ventajas a Bagdad.
Las empresas turcas no han sido
bienvenidas en Iraq. Decenas han tenido que cerrar después de que el gobierno
prohibiese numerosos artículos turcos, proporcionados por Irán, aunque bajo el
pretexto de “proteger la producción nacional”.
La Turquía neo otomana prefiere abrirse el
camino en Iraq vía diálogo, consciente de que Teherán puede volver a jugar a “la
carta PKK”
en el mismísimo corazón de Turquía. Pero, Ankara también utiliza a los
kurdos iraquíes para debilitar al régimen chiita proiraní-estadounidense de
Bagdad: le compra petróleo a espaldas de Bagdad, e invierte en el oleoducto
kurdo, eso sí, también envía tropas (junto con Irán) a la RAK abortando la
declaración de independencia kurda en septiembre de 2017. La
RKI es el tercer mayor mercado de exportación de Turquía y un buen proveedor de
petróleo y gas. El Oleoducto Irak-Turquía (ITP) transporta el crudo de Kirkuk
al puerto turco Ceyhan en el Mediterráneo, desde donde es transportado a
Israel, ante la impotencia de Bagdad que lo ha denunciado ante los organismos internacionales por
el robo de su petróleo.
Israel
en Iraq
«Kerry recuerda al Congreso que Netanyahu
aconsejó a los EEUU invadir Irak», fue el titular de The New York Times del 25
de febrero del 2015. Aquella devastadora agresión contra la nación iraquí,
basada en 7 mentiras al
servicio de 10 objetivos, sucedía en el marco de la doctrina de Doble
Contención de Henry Kissinger con el objetivo de impedir el
desarrollo económico, político, social y militar de Irán e Iraq, a beneficio de
Israel. El desmantelamiento del estado sirio también
perseguía el mismo objetivo.
Pompeo también señaló a Iraq como el lugar
desde donde los drones que bombardearon
las instalaciones petrolíferas de RAS despegaron. Los actuales
ataques militares de la aviación israelí a las posiciones de FMP iraquí
disparan todos los temores: que en este juego de suma cero, Iraq ya es otro de los escenarios de la
guerra con Irán.