Por: Dr. Miguel Antonio Bernal
Durante los diez últimos
años, la frustración y la decepción ciudadana, no han dejado de aumentar. Las
autoridades rectoras de los distintos órganos del Estado no escatiman esfuerzos
en sus cotidianas acciones anticiudadanas. Pero esta situación,
lejos de producir resignación o desmesura, nos debe llevar a que renovemos la
esperanza y actuar más contundentemente sin vacilaciones,contra las manzanas
podridas.
Los corruptos y crematísticos
discípulos locales de Odebrecht continuan, desde sus posiciones de poder
político y económico, tratando de convencernos que todos somos corruptos
igual que ellos ellos. Así, entonces, pueden continuar haciendo de las suyas
como hasta ahora, doblegándonos para que cunda entre nosotros la impresión de
que no podemos hacer nada y que, no va a pasar nada.
Pero, si lejos de cruzarnos
de brazos y ser simples espectadores, hoy día, resituamos y revaloramos
nuestras acciones y con ellas nuestra ardiente esperanza y dignidad ciudadana,
podremos alcanzar que muchas cosas se modifiquen, se mejoren, se controlen o
cambien de verdad, como debe ser.
Ello conlleva un repudio más
activo y decidido a los abusos de poder perpetrados por ministros, magistrados
de la CSJ y del TE, procuradora, por los diputados, jueces y fiscales, cuyo plan
de gobierno es el saqueo y la manipulación de los Órganos del Estado para
satisfacer sus insaciables y voraces intereses.
Si no renovamos -de
manera firme y decidida-nuestra voluntad de acción política ciudadana y
no logramos cambios profundos, en lugar de reformas superficiales y
demagógicas, la impunidad, la corrupción y los corruptos ganarán aún más
terreno, dando lugar a lo que algunos llaman "procesos de
re-corrupción".
No posterguemos más el momento de
asumir nuestra responsabilidad frente a los impostores y mediocres y bajocres,
o seguirán destruyendo nuestro presente y violando nuestras esperanzas.
Abramos camino al
entusiasmo, a la prudencia, a la responsabilidad esperanzadora para recuperar
nuestro Panamá, nuestros valores humanos y humanistas. Asi vamos a construir
las avenidas para mejorarnos y mejorar las instituciones. Un proceso
constituyente democrático, participativo, pacific es el instrument más adecuado
para dar el salto cualitativo, como nación, como país, como Estado, como república
, como Sociedad.