El Cristo Negro de Portobelo es la imagen
de cristo con tez morena ubicado en Portobelo, provincia de Colón, Panamá. La
fe y devoción que manifiesta el pueblo panameño hacia la imagen de este Cristo
puede ser evidenciada anualmente cuando, a partir del 15 de octubre, se inician
a las expresiones devocionales de los peregrinos que se dirigen a Portobelo a
rendirle culto a la imagen del Nazareno.
Por
lo que se ha observado, esta devoción ha trascendido los límites del país. Así
lo ha constatado la presencia de algunas personalidades, del ámbito
internacional, tales como Ismael
Rivera, Celia
Cruz, Pete "El Conde" Rodríguez, Cheo
Feliciano y Gilberto Santa Rosa, entre otros,
quienes han sido testigos de la devoción. Razón por la que se ha llamado, al
Cristo Negro, el santo de los cantantes de música salsa. Uno de estos
cantantes, quien mayormente se sintió agradecido con el Nazareno, fue Ismael
Rivera, quien le dedicó la canción titulada El Nazareno. Esta
canción goza de cierta popularidad entre muchos latinoamericanos.
Los orígenes de la presencia de
esta imagen, en Portobelo, aún siguen siendo desconocidas históricamente. No
obstante, los habitantes del lugar relatan tres leyendas que sostienen las
razones de dicha presencia:
La caja y la tormenta: Algunos
cuentan que un barco que se dirigía a Cartagena de Indias, cada vez que
intentaba zarpar de Portobelo se desataba una violenta tormenta, obligándoles a
regresar al puerto. En el quinto intento, la tripulación estuvo a punto de
naufragar, por lo que decidieron aligerar la carga tirando por la borda una
enorme y pesada caja que llevaban en su bodega. Luego de esto el barco pudo
navegar sin problema. Seguidamente unos pescadores encontraron la caja y cuando
la abrieron vieron que era una imagen del Nazareno, llevándola luego al pueblo,
la colocaron en la iglesia.
La caja y la epidemia: Otra de
las leyendas cuenta que unos pescadores encontraron una caja flotando en el mar
durante una epidemia de cólera, dentro estaba el Cristo y lo colocaron en la
iglesia. Casi inmediatamente la epidemia se acabó y los enfermos se recuperaron
rápidamente.
La equivocación de imágenes: Una
tercera leyenda asegura que la Iglesia de Taboga (una isla del Pacífico),
ordenó la imagen de un Jesús Nazareno a un proveedor en España. Por otra parte,
la Iglesia de Portobelo le solicitó al mismo artesano una imagen de San Pedro.
Se produjo una equivocación al enviar las imágenes, y el San Pedro terminó en
la Iglesia de Taboga y el Nazareno en Portobelo. Todos los esfuerzos que se
hicieron para tratar de subsanar la equivocación resultaron infructuosos, pues
siempre ocurría algo que impedía al Nazareno abandonar el pueblo. De esta
manera la comunidad interpretó las dificultades como un mensaje divino y
desistió de la idea de intercambiar las imágenes. Incluso en los gozos
dedicados a la devoción cantan:"...En Portobelo te quedaste, como signo de
tu amor..." Es lógico que todas estas devociones estén acompañadas de
ciertos mitos, que para la gente es como norma de vida, de tal manera que en
las conferencias episcopales, los obispos de cada diócesis y en casos más
concretos, los párrocos deben permanecer en silencio, frente a los mitos de la
gente con respecto a las devociones, que como tales son aceptadas por la
iglesia
·
El Nazareno de Portobelo pose una gran cantidad de túnicas, trajes que
le han regalado los fieles en agradecimiento a este moreno de la costa
colonense.
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El Cristo Negro posee una enorme cantidad de joyas y de prendas, es el
Cristo con más riqueza de todo Panamá y quizás de Centroamérica y el Caribe.
·
En la procesión que se da cada 21 de octubre en las calles de Portobelo,
el ritmo de la misma es de lado a lado con 3 pasos para atrás y 4 para adelante
según el ritmo de la música que se le interpreta al nazareno.
·
Parte de las mandas que los fieles le realizan a este cristo esta en
arrastrarse desde la entrada del pueblo hasta llegar a la iglesia y por
consiguiente a las plantas de la imagen de Jesús nazareno.
·
las flores con las que pasea el nazareno por las calles de su pueblo
están hechas con cera de vela lo que permite que estas estén enganchadas a unas
velas largas que alumbran a la imagen durante su procesión.