Alejandrópolis,
nueva base de Estados Unidos contra Rusia
Manlio Dinucci
www.voltairenet.org
/ 270919
Geoffrey R. Pyatt fue embajador de Estados
Unidos en Ucrania desde 2013 hasta 2016. Allí organizó, junto con Victoria
Nuland, el golpe de Estado de Euromaidan. En 2016, Barack Obama lo nombró
embajador en Grecia, desde donde organizó un cisma en el seno de la iglesia
ortodoxa. Actualmente su misión consiste en hacer poner fin al aprovisionamiento
de gas ruso a la Unión Europea.
«Acabo de regresar de Alejandrópolis,
visita estratégica importante que afina a la vez las excepcionales relaciones
militares entre Estados Unidos y Grecia y la inversión estratégica que el gobierno
de Estados Unidos está haciendo en Alejandrópolis», Geoffrey Pyatt, embajador
de Estados Unidos en Grecia, 16 de septiembre de 2019.
El puerto de Alejandrópolis, en la Grecia
nororiental fronteriza con Turquía y Bulgaria, se halla frente al Mar Egeo, al
borde del Estrecho de los Dardanelos, que, conectando en territorio turco el
Mediterráneo con el Mar Negro, constituye una vía fundamental del tránsito marítimo,
sobre todo para Rusia.
La importancia estratégica de ese puerto,
que el embajador Pyatt visitó acompañado del ministro de Defensa de Grecia,
Nikolaos Panagiotopoulos, ha sido tema de una explicación proporcionada precisamente
por la embajada de Estados Unidos en Atenas:
«Debido a su estratégico emplazamiento y
su infraestructura, el puerto de Alejandrópolis, está bien situado para
garantizar apoyo a ejercicios militares en la región, como quedó demostrado en
el reciente Saber Guardian 2019.»
La «inversión estratégica» que Washington
ya está haciendo en varios puertos apunta a convertir Alejandrópolis en una de
las bases militares más importantes de Estados Unidos en la región, con capacidad
para bloquear el acceso de los navíos rusos al Mediterráneo. Eso es posible
gracias a las «excepcionales relaciones militares» con Grecia, que desde hace tiempo
ha puesto sus bases a la disposición de Estados Unidos –sobre todo la base de
Larissa, para los drones armados Reaper, la de Stefanovikeio para los aviones
de combate F-16 y los helicópteros Apache. Esta última base va a ser
privatizada y Estados Unidos ha decidido comprarla.
El embajador Pyatt no disimula el interés
de Estados Unidos por reforzar su presencia militar en Grecia, así como en
otros países de la región mediterránea. «Trabajamos con otros socios democráticos
en la región para rechazar a los actores maléficos como Rusia y China, con
intereses contrarios a los nuestros», explica el embajador estadounidense
antes de precisar que «Rusia utiliza la energía como instrumento de su
influencia maléfica». Después subraya la importancia que ha alcanzado la «geopolítica
de la energía», afirmando que «Alejandrópolis tiene un papel crucial como
enlace para la seguridad energética y la estabilidad de Europa». Tracia Occidental,
la región griega donde está el puerto de Alejandrópolis, es, en efecto, «una
encrucijada energética para Europa central y oriental».
Basta con mirar el mapa para entender lo que
quiere decir el embajador. Tracia Oriental es limítrofe con la pequeña parte
europea de Turquía adonde llega, después de atravesar el Mar Negro, el
gasoducto Turk Stream proveniente de Rusia, ya en fase de terminación. Desde allí,
a través de otro gasoducto, el gas ruso debería llegar a Bulgaria, Serbia y otros
países europeos. Esa es la respuesta rusa a la maniobra de Estados Unidos, que –con
la importante complicidad de la Unión Europea– bloqueó en 2014 el gasoducto
South-Stream, que habría llevado el gas ruso a Italia y a los demás países de
la Unión Europea.
Estados Unidos está tratando ahora de
bloquear también el Turk Stream, lo cual ya es más difícil debido al deterioro
de las relaciones entre Ankara y Washington. Así que Estados Unidos espera
ahora utilizar a Grecia, país al que ya están llegando grandes cantidades de
gas natural licuado estadounidense para sustituir el gas ruso.
Todavía no se sabe con claridad lo que
Estados Unidos está preparando en Grecia, incluso contra China, que planea
hacer del puerto griego del Pireo una escala importante de la nueva Ruta de la
Seda. Pero no sería sorprendente que tuviésemos próximamente en el Mar Egeo un «incidente
de Alejandrópolis», similar al «incidente de Tonkín».