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El Director que necesitamos en la CSS

Jorge Prosperi R.

El director que necesitamos en la CSS, debe provenir de un proceso de selección transparente, que permita, que el mejor candidato, sin que exista favoritismo de índole alguna, sea escogido. El nuevo Director General debe ser un ciudadano ejemplar, tener la formación profesional, experiencia, capacidad, solvencia ética y moral, para concentrarse, sin amarres ni compromisos, en garantizar la ejecución efectiva y eficiente de las políticas y lineamientos estratégicos de la institución, teniendo como Norte los Principios y Valores Institucionales dados en la Ley Orgánica de la CSS.

Mi primer argumento es que los problemas de la CSS, no son el producto de una “excesiva carga de trabajo”, sino de los desaciertos cometidos, en este caso por el exdirector, y del estilo de gestión pública que define nuestras Administraciones de las últimas décadas, a lo que me referiré más adelante. De hecho sistemas de seguridad social de mayor complejidad que el nuestro, se gestionan exitosamente con una estructura organizacional similar. Veamos…

Los problemas que deberá enfrentar el director que necesitamos en la CSS

Los problemas de la CSS y de otras instituciones públicas, son el producto del “clientelismo político” y el tráfico de influencias que nos caracteriza, como lo sugiere el informe de la organización Panamá Transparente. Esta práctica ha favorecido el nombramiento de funcionarios que muchas veces no poseen las competencias necesarias para el cargo, por ende, no son capaces de gestionar con equidad y eficiencia la institución, ni de escuchar y satisfacer las demandas y necesidades de los asegurados; como lo demuestra la historia reciente. Esa persona NO es el director que queremos en la CSS.

Más preocupante son los reportajes mensuales que señalan la falta de transparencia del gobierno, y la corrupción en algunas de sus instancias (por ejemplo el nefasto asunto de las millonarias coimas cuyos beneficiados aún no conocemos). En ese ámbito, la propuesta de “dos nuevos Directores, aparte de generar una doble burocracia, genera preocupación, pues tiene el riesgo de representar una doble oportunidad para hacer negocios con nuestros recursos; como también lo ha demostrado la historia reciente. Como si fuera poco, la propia ANTAI señaló recientemente que la mayoría de las instituciones públicas incumplen la ley de transparencia. Estos argumentos deberían ser suficientes, pero avancemos en el tema.

La Junta Directiva y el director que necesitamos en la CSS

Antes de referirme a cómo debe ser el proceso de selección, es menester considerar la necesidad de garantizar que la Junta Directiva tenga la suficiente capacidad, autonomía y transparencia. Eso es un asunto complejo, pues la propia ley establece que “los directivos principales y suplentes de la Junta Directiva serán nombrados por el Órgano Ejecutivo de las ternas o nóminas presentadas…”. Además, establece que “de no existir consenso sobre la propuesta única en la Junta Directiva, el Órgano Ejecutivo podrá nombrar al Director General de entre los concursantes”. Como ocurrió en el último proceso de selección

En todo caso la Junta Directiva deberá cumplir con independencia y pureza su función de “Convocar, dentro de los términos y condiciones establecidos en la Ley, el concurso para la selección de la propuesta única de candidatos a la Dirección General”. Y una vez seleccionado el mejor candidato, “fijar las políticas para el funcionamiento, mejoramiento y modernización de la Caja de Seguro Social, así como de supervisar y vigilar su administración, de deliberar y decidir en lo que le corresponda, de acuerdo con lo dispuesto en la Ley y los reglamentos que se dicten en el desarrollo de ella, a fin de que la Caja de Seguro Social cumpla con sus objetivos de una manera segura, continua, eficiente, rentable y transparente”.

Por cierto, la Junta Directiva tiene una Comisión de Auditoría; encargada de “analizar y recomendar al Pleno sobre los asuntos relacionados con la información financiera contenida en los estados financieros de la Institución; el desempeño adecuado de la función de auditoría interna, la contratación y alcance de la auditoría externa y el cumplimiento de las políticas de control interno”.

Al final, antes de entrar de lleno en el tema de la publicación, vale preguntarnos si: ¿ha cumplido la Junta Directiva su función?, y si consideramos que no es el caso, recomendarle, con sumo respeto, a nuestro Presidente que la designación del Director General se optimice mediante la reestructuración de la Junta Directiva.

El Proceso de selección para el director que necesitamos en la CSS
Dicho eso, lo que necesitamos es un proceso de selección transparente, que permita, que el mejor candidato, sin que exista favoritismo de índole alguna, sea escogido. El nuevo Director General debe ser un ciudadano ejemplar, tener la formación profesional, experiencia, capacidad, solvencia ética y moral, para concentrarse, sin amarres ni compromisos, en garantizar la ejecución efectiva y eficiente de las políticas y lineamientos estratégicos de la institución, teniendo como Norte los Principios y Valores Institucionales dados en la Ley Orgánica de la CSS.

Para que el Director General sea capaz de evaluar los logros de la institución debe contar con un equipo competente, y con un sistema de indicadores de desempeño, que le permitan medir cambios en tiempo real, analizar los resultados, sobre las dificultades que puedan tener las Direcciones Ejecutivas en la ejecución de las actividades para alcanzar sus metas anuales. Abundan las experiencias sobre esta tecnología digital, que pueden valorarse para evitar errores y bajar costos.

Para ello deberá velar porque los Directores Ejecutivos, sean igualmente seleccionados mediante “concurso público de méritos y oposición”, que permita cubrir las posiciones de manera ágil, transparente, eficiente y eficaz. Necesitamos los mejores profesionales, altamente capacitados, con experiencia y estabilidad. Capaces de asumir la responsabilidad por la ejecución, con eficiencia, de la política pública. Son ellos los que tienen la responsabilidad directa por los programas. No hacen falta dos directores generales, basta con Directores Ejecutivos que cumplan.

Así mismo le corresponderá favorecer las condiciones para que los procesos de selección y nombramiento de los directores de hospitales y servicios ambulatorios, garanticen que éstos sean idóneos, capaces y comprometidos. Con la excelencia profesional y experiencia necesaria para “Humanizar los servicios de salud, mejorando la equidad y el acceso a la atención de calidad”, mediante el fortalecimiento de la capacidad efectiva de resolución de todos los niveles de la red de servicios.

Además, deberá hacer cumplir el mandato de la Ley, la cual establece para garantizar la continuidad de la excelencia necesaria que: “se realizarán periódicamente evaluaciones del desempeño, cuyo resultado será la base para la aplicación de incentivos, correctivos o sanciones establecidas en las leyes, normas y reglamentos vigentes. Los profesionales y técnicos de la salud presentarán cada cinco años, constancia de su recertificación de la competencia profesional, expedida por el organismo certificador correspondiente, de acuerdo con la ley respectiva…” Eso sí, lo mismo deberá ser válido para las condiciones de trabajo de los profesionales: Garantizar adecuadas infraestructuras, equipos, medicamentos e insumos médico-quierúrgicos. ¡Una condición no puede existir sin la otra!

El director que necesitamos en la CSS y la coordinación con el MINSA

Especial atención deberá prestar a la coordinación efectiva con el Ministerio de Salud, que facilite el abordaje conjunto de la segmentación del sistema y la fragmentación de los servicios de salud, principales causas del bajo desempeño de los servicios de salud. Para ello tendrá a su alcance el documento “Lineamientos propuestos para la Mejora y Fortalecimiento del Sistema Nacional Público de Salud integral, en el marco de una Política de estado”, formulado por la Mesa de Diálogo para la transformación del Sistema Nacional Público de Salud. También podrá contar con los productos que esperamos genere Comisión de Alto Nivel para la Transformación de la Salud. Este será, en mi opinión, uno de los principales retos que enfrentará el nuevo Director, quien deberá, junto con el Ministro de Salud, promover el abordaje del problema central que es la segmentación y fragmentación de nuestro sistema de salud.

Sobre esta Comisión, hago votos porque mantengan la firmeza y albedrío que requiere su histórica función. No obstante, su único producto, hasta la fecha, ha sido coyuntural, limitándose, que se sepa, a proponer que “se conforme una fuerza de tarea conjunta con el fin de acabar con el desabastecimiento de medicamentos en Panamá”; la que, dados nuestros antecedentes, muy posiblemente contribuirá a favorecer las compras directas, la desregulación, y el debilitamiento del rol Rector del MINSA. Espero que, por lo menos aprovechemos mejor los espacios que nos ofrece COMISCA para la negociación y compra conjunta de medicamentos.

Pero el reto más importante que importante, que deberá enfrentar, será el de garantizar la sostenibilidad financiera para el cumplimiento de las obligaciones con los asegurados y sus dependientes, dentro de un contexto centrado en la justicia social. En ese contexto su primera tarea será la de contar con los estados financieros que de acuerdo a su predecesor no se elaboraron desde 2011-2014. Especial mención merece la mejor utilización de los recursos administrativos, técnicos, financieros y humanos disponibles para lograr los servicios y beneficios previstos, de forma adecuada y oportuna. Y en especial, la transparencia en la gestión de la Institución.

Ese es el director que necesitamos en la CSS. no es imposible encontrar a esa persona, solo hace falta el compromiso genuino con el bienestar de la población. ¡Tiene la palabra Presidente!


El Director que no queremos

Jorge Prosperi R.
www.elblogdejorgeprosperi.com / 140217

Consternado por la compleja crisis institucional que atravesamos, producto de la corrupción estructural que parece nos ha caracterizado desde tiempos inmemoriales, inicio esta entrega manifestando enérgicamente que el Director que no queremos, es aquel  que sea propenso a la corrupción. Se dice fácil, pero en nuestro Panamá es cada vez más difícil, encontrar esa persona. Sobre todo ahora que nos invade la incertidumbre y la desconfianza provocada por el caso de corrupción más grande de la historia de Panamá, que le ha costado a este pueblo (entre sobrecostos y coimas) un robo de no menos de 2,500 millones de balboas, que bien pudieron utilizarse en obras que necesitamos.

Los panameños no queremos un Director cuya principal credencial para ejercer un puesto público sea la influencia política basada en la amistad con el mandatario de turno, o porque pertenecen al mismo partido y por ello se sienta impune, protegido y propenso a hacer de nuestra CSS un filón para el beneficio propio y el de sus amigos, a base de engaños y de traiciones a la población asegurada. Y que conste que soy de la opinión de que la membresía a un partido político no descarta a un aspirante. Pero partido político debe fortalecer su formación de cuadros, pues lo que se busca en el Estado es gente capaz que pueda desempeñar cargos públicos de manera eficiente cuando les toque el turno….

Tampoco queremos un improvisado, cuya gestión sea calificada como mala o muy mala por la población, porque carece de la formación profesional, experiencia, capacidad, solvencia ética y moral, para concentrarse en garantizar la ejecución efectiva y eficiente de las políticas y lineamientos estratégicos de la institución. No es suficiente con tener un título universitario en “cualquier disciplina”, o haber sido gerente exitoso de alguna empresa privada. Debe tener formación y experiencia en el manejo de instituciones de servicios públicos de salud.

Nos preocupa mucho que la Junta Directiva de la CSS haya definido unos requisitos que se ajustan a muchos profesionales mayores de 35 años, sin que se requiera de una formación especializada en la materia, ni de la experiencia correspondiente. También es alarmante que se haya modificado el reglamento para concederle un valor de 50% a la entrevista. Este cambio en particular, nos hace pensar, ojalá erradamente, que buscan crear las condiciones para favorecer a algún aspirante, que posea los créditos profesionales exigidos, y obtenga el más alto puntaje en la entrevista, en perjuicio anticipado de los demás aspirantes.


Rechazamos una persona que no sea transparente, y carezca de la necesaria solvencia moral y ética. Queremos que sea capaz de romper la tendencia a la falta de transparencia que ha caracterizado la gestión de este gobierno desde su inicio, como lo demuestran todas las encuestas. Para poner en perspectiva estas preocupaciones, observemos en el siguiente cuadro el comprotamiento del presupuesto de gastos e inversiones que manejó el anterior director y manejará su relevo.


Es evidente que las dificultades de nuestra CSS no han sido por falta de dinero, y no existe justificación alguna para las falencias, salvo la ineficiencia y el uso indebido de nuestros fondos. El anterior Director manejó 11,983.6 millones de balboas en tres años, monto equivalente acerca del 60% de nuestra deuda pública, y aún así fueron frecuentes las quejas de toda índole por parte de los asegurados. El nuevo nuevo Director va a manejar un presupuesto de ingresos, gastos e inversiones para el año 2017, por el monto de 5,115.7 millones de balboas, cifra similar al costo de la ampliación del Canal, y muy atractiva para hacer negocios. Esperemos que, sea quien sea, capitalice la experiencia, llene las expectativas de la población y no cometa los errores de su antecesor.

Entonces exigimos que el nuevo Director ejecute este presupuesto con total transparencia, honradez y efectividad. Que no quiera privatizar nuestra institución porque viene con compromisos y amarres con las principales empresas aseguradoras, o las proveedoras de los medicamentos e insumos. Que no exista desabastecimiento de ninguna clase, porque tendrá a su alcance suficientes recursos para garantizar la atención de calidad que se merecen los asegurados. Que no nos encontremos con órdenes de compra engavetadas, obviamente para promover el desabastecimiento y facilitar las compras directas posteriores, lo que es un crimen y debe castigarse ejemplarmente.

Rechazamos que se mantenga la contratación de nuevos recursos humanos, inflando la planilla de la CSS atendiendo al clientelismo político, mientras que los pacientes reclaman una mejor atención. En poco más de dos años, la actual administración llevó a cabo unos 1,575 nombramientos nuevos. Esto no puede continuar. Exigimos que todos los nombramientos, antiguos y nuevos, sean acompañados de la evaluación y de la rendición de cuentas necesaria, garantizando que los recursos sean realmente necesarios, y tengan las competencias suficientes para las posiciones.

Nos oponemos a que se continúen las inversiones previamente planificadas, sin que antes una auditoría independiente evalúe la pertinencia, necesidad, costos y sobrecostos de estas obras. ¿Necesitamos que se sigan abriendo nuevas instalaciones, para descubrir luego que no hay acceso, o no llega el agua ni la energía eléctrica, o que faltan los equipos y los recursos humanos? Y no digo que no hagan falta, lo que digo es que se valore la pertinencia antes de seguir adelante, porque se ha demostrado la falta de transparencia previa, y por mas ingenuos que seamos, no podemos tenerle confianza a una planificación llevada a cabo por las anteriores autoridades. ¡Debe ser auditada!

Nos preocupa que el nuevo Director, por ignorancia o conveniencia, resulte indiferente a la necesaria coordinación con el Ministerio de Salud, despreocupado ante la segmentación del sistema y la fragmentación de los servicios de salud, principales causas de su bajo desempeño y de las quejas de los usuarios. Queremos que se documente y busque el respaldo político y financiero para poner en práctica las recomendaciones que surjan de la Comisión de Alto Nivel para la Transformación de la Salud, las cuales, dicho sea de paso, las conoce el Ejecutivo desde hace un año.

Finalmente, los panameños rechazamos una Junta Directiva carente de la suficiente autonomía y transparencia para cumplir con independencia y pureza de su función de convocar el concurso para la selección del Director General y posteriormente velar por el óptimo desempeño de éste y su equipo, a fin de que la Caja de Seguro Social cumpla con sus objetivos de una manera segura, continua, eficiente, rentable y transparente. Confiamos en que este no sea el caso, ¡no nos defrauden!

No es imposible encontrar a esas personas, solo hace falta el compromiso genuino con el bienestar de la población. ¡Tiene la palabra Presidente!