Por: Rev. Pbro. Manning Maxie Suárez +
Docente Universitario
Email: manningsuarez@gmail.com
Orcid: www.orcid.org/0000-0003-2740-5748
Google Académico:
https://scholar.google.es/citations?hl=es&pli=1&user=uDe1ZEsAAAAJ
Resumen
Este
ensayo examina el reinado de Eduardo VI (1547–1553) como un período decisivo en
la configuración protestante de la Iglesia de Inglaterra, con especial atención
a la transformación litúrgica, las Instrucciones Reales al clero (Royal
Injunctions, 1547), el “Order of the Communion” (1548) y la primera edición del
Book of Common Prayer (1549). Se argumenta que, bajo la tutela de Thomas
Cranmer y otros reformadores, el régimen eduardino impulsó un viraje doctrinal
y ritual desde un imaginario tardo‑medieval
hacia una teología reformada centrada en la predicación, la inteligibilidad
vernácula, la comunión en las dos especies y una comprensión sacramental más
cercana a la soteriología agustiniano‑reformada.
El estudio integra fuentes primarias y la mejor historiografía reciente para
evaluar el alcance teológico, pastoral y político de dichas innovaciones, y
concluye con implicaciones prácticas para la vida eclesial del siglo XXI.
Palabras
claves: Eduardo VI;
Reforma inglesa; Book of Common Prayer (1549); Injunctions de 1547; Thomas
Cranmer; liturgia; eclesiología; teología sacramental. (MacCulloch, 1996)
Abstract
This
essay analyzes the reign of Edward VI (1547–1553) as a pivotal stage in shaping
the Protestant character of the Church of England, focusing on the 1547 Royal
Injunctions, the 1548 Order of Communion, and the 1549 Book of Common Prayer.
It argues that, under Thomas Cranmer’s leadership, the Edwardian regime
advanced doctrinal and ritual reforms toward a vernacular, preaching‑centered ministry, communion in both
kinds, and a sacramental theology aligned with Augustinian‑Reformed soteriology. Primary sources
and leading scholarship are brought together to assess theological, pastoral,
and political impact, concluding with practical implications for twenty‑first‑century ecclesial life.
Keywords: Edward VI; English Reformation; Book of Common Prayer (1549); Royal Injunctions (1547); Thomas Cranmer; liturgy; ecclesiology; sacramental theology.
Metodología
Se
adopta una metodología histórica‑teológica:
(a)
análisis documental de fuentes normativas (Injunctions de 1547; Homilías de
1547; Order of Communion de 1548; Book of Common Prayer de 1549) en ediciones
críticas;
(b)
contextualización historiográfica comparada con obras de referencia (Loades,
Marshall, MacCulloch, Duffy);
(c)
evaluación teológica‑litúrgica
de los cambios, especialmente en eucaristía, ministerio ordenado y uso del vernáculo.
Cuando
la paginación varía entre ediciones, se citan rúbricas, secciones o capítulos
estandarizados y, cuando es posible, se indica el rango de páginas de las
ediciones utilizadas. (Bray, 2004) [3], pp. xiii–xxi; (Marshall, 2017) [7], pp.
1–20.
Objetivo
general:
Analizar
el alcance y la lógica teológico‑pastoral
de las reformas eduardinas que introdujeron una liturgia más protestante y
promovieron enseñanzas reformadas en la Iglesia de Inglaterra, con foco en el
Book of Common Prayer (1549) y las Instrucciones al clero.
Objetivos
específicos:
1) Describir el contenido y los fundamentos
teológicos de las Injunctions de 1547 y su implementación parroquial.
2) Evaluar la transición del “Order of the
Communion” (1548) al Book of Common Prayer (1549) en materia eucarística, de
calendario y de ritos.
3) Determinar el papel de Cranmer y de la
autoridad regia en la normalización litúrgica y doctrinal.
4) Extraer principios aplicables a la praxis
eclesial del siglo XXI: centralidad de la Palabra, catequesis, participación
laical y unidad en la diversidad.
Contenido
1)
Contexto político‑eclesial del reinado de Eduardo VI
La
minoría de Eduardo VI situó el poder efectivo en el Consejo de Regencia
(Somerset, luego Northumberland), ofreciendo una ventana de oportunidad para
acelerar reformas que, bajo Enrique VIII, habían sido más jurisdiccionales que
doctrinales.
La
supresión de cofradías y capellanías de ánimas (Chantries Act, 1547), junto con
el impulso a la predicación oficial controlada por el Estado, preparó el
terreno para una reconfiguración del culto y la catequesis orientada a la
teología reformada. (Loades, 2014) [1], pp. 55–85; (Marshall, 2017) [7], pp.
269–290.
La
Ley de Supresión de Cofradías y Capellanías de Ánimas (Chantries Act) de 1547,
promulgada durante el reinado de Eduardo VI, fue mucho más que una medida
financiera para reponer las arcas de la Corona. Esta legislación representó un
instrumento clave en la reconfiguración teológica de Inglaterra, diseñada para
desmantelar las estructuras religiosas católicas tradicionales y consolidar la
orientación protestante de la Iglesia de Inglaterra.
La
ley resultó en la disolución de 2.374 cofradías y capillas gremiales, asestando
un golpe directo a la doctrina católica del purgatorio y a las prácticas
devocionales asociadas, como las misas por los difuntos, que habían sido
centrales en la piedad medieval.
El
impacto de esta ley en el culto fue transformador: eliminó las misas por los
difuntos, simplificó la liturgia hacia un modelo más centrado en la predicación
bíblica en lengua vernácula, y despojó a las iglesias de elementos visuales y
materiales considerados "supersticiosos" desde una perspectiva
reformada.
Paralelamente,
la supresión de las cofradías facilitó una reconfiguración de la catequesis
mediante el impulso a la predicación oficial controlada por el Estado y la
introducción del Libro de Oración Común en inglés, que se convirtieron en
herramientas fundamentales para difundir la teología protestante y asegurar la
uniformidad doctrinal en todo el reino.
En
conclusión, la Ley de Cofradías de 1547 no fue un evento aislado, sino una
pieza integral de la estrategia reformista de Eduardo VI para transformar
Inglaterra en una nación protestante. Sus efectos se sintieron en todos los
niveles de la sociedad, desde la reconfiguración de los espacios de culto hasta
la alteración de las prácticas devocionales y la instrucción religiosa,
sentando las bases para una Iglesia de Inglaterra con una identidad teológica
distintiva y marcando un paso decisivo hacia la consolidación de la Reforma
Protestante en el país.
2)
Las Instrucciones Reales de 1547: catequesis, imágenes y predicación
Las
Royal Injunctions (1547) ordenaron la eliminación de “abusos” asociados a imágenes
y reliquias, la colocación de una Biblia en inglés y el Libro de Homilías para
su lectura regular, y la exhortación al clero a instruir en el Credo, los
Mandamientos y el Padrenuestro en vernáculo.
Estas
disposiciones buscaron uniformar la enseñanza, incrementar la inteligibilidad y
desplazar prácticas devocionales consideradas supersticiosas, reforzando una
comprensión de la salvación y de la piedad centrada en la Palabra y en la fe.
(Bray, 2004) [3], “Royal Injunctions (1547)”, pp. 206–223; (Duffy, 2005) [5],
pp. 479–497.
Las
Royal Injunctions de 1547, emitidas bajo el reinado de Eduardo VI, fueron un
conjunto de directrices radicales que buscaron transformar la Iglesia de
Inglaterra hacia una orientación protestante más definida.
Estas
Injunctions, que se basaron en las de Cromwell de 1538 pero con un tono más
severo, ordenaron la eliminación de "abusos" asociados a imágenes y
reliquias, prohibieron las procesiones tradicionales y atacaron el uso de
sacramentales como el agua bendita.
Además,
condenaron la recitación del rosario y la iluminación de velas votivas ante
imágenes de santos, lo que desencadenó una ola de iconoclasia en el otoño de
1547, con la destrucción de vidrieras, santuarios y estatuas.
Estas
disposiciones tuvieron un impacto significativo en la uniformidad de la
enseñanza religiosa y la inteligibilidad del culto. Se exigió la colocación de
una Biblia en inglés y el Libro de Homilías en cada iglesia para su lectura
regular, promoviendo así la comprensión directa de las Escrituras por parte de
la población.
El
clero fue exhortado a instruir a los feligreses en el Credo, los Mandamientos y
el Padrenuestro en vernáculo, lo que buscaba desplazar las prácticas
devocionales consideradas supersticiosas y reforzar una comprensión de la
salvación y la piedad centrada en la Palabra y en la fe. Esto marcó un cambio
fundamental de una religión basada en rituales y mediación sacerdotal a una
centrada en la instrucción y la participación individual.
En
esencia, las Royal Injunctions de 1547 fueron un instrumento clave en la
estrategia de la Reforma Eduardiana para purgar la Iglesia de Inglaterra de
elementos católicos y establecer una identidad protestante clara.
Al atacar las prácticas tradicionales y promover la instrucción en vernáculo, estas Injunctions no solo buscaron una uniformidad doctrinal, sino que también sentaron las bases para una sociedad más alfabetizada religiosamente y una Iglesia donde la autoridad de la Biblia y la predicación se convirtieron en pilares fundamentales, redefiniendo la relación entre el individuo y la fe.
3)
El “Order of the Communion” (1548): transición hacia una mesa reformada
Antes
del Prayer Book, el “Order of the Communion” introdujo la comunión bajo las dos
especies para los laicos, con exhortaciones doctrinales en inglés y la inserción
de fórmulas en el canon de la misa latina.
Esta
pieza transicional evidenció la estrategia gradual de Cranmer: conservar
estructuras conocidas mientras se reorientaban el lenguaje y la teología
sacramental hacia un realismo eucarístico sin definición transubstanciadora.
(Bray, 2004) [3], “Order of the Communion (1548)”, pp. 224–231; (MacCulloch,
1996) [2], pp. 538–552.
El
"Order of the Communion" de 1548 fue una pieza litúrgica fundamental
en la Reforma Inglesa, marcando el primer servicio de comunión en inglés bajo
el reinado de Eduardo VI.
Su
principal innovación fue la administración de la comunión bajo ambas especies
(pan y vino) a los laicos, una ruptura significativa con la práctica católica.
Aunque diseñado como un inserto en la Misa Latina existente, este
"Orden" incluyó exhortaciones y confesiones en inglés, buscando hacer
el sacramento más comprensible y accesible para el pueblo.
Este
documento reflejó la estrategia gradual del Arzobispo Thomas Cranmer de
introducir reformas sin generar una oposición radical. Al mantener parte de la
estructura conocida de la Misa Latina, Cranmer reorientó sutilmente el lenguaje
y la teología sacramental. Promovió un "realismo eucarístico" que
afirmaba la presencia de Cristo en el sacramento, pero evitaba la doctrina
católica de la transubstanciación, permitiendo una interpretación más flexible
y protestante de la Eucaristía.
El
"Order of the Communion" fue un paso transicional crucial que sentó
las bases para el posterior Libro de Oración Común de 1549. Su importancia
radica en que fue el primer movimiento oficial hacia la anglicanización del
culto, haciendo la comunión más accesible y preparando el terreno para reformas
litúrgicas más amplias.
Fue
una estrategia inteligente para introducir cambios doctrinales y litúrgicos de
manera progresiva, facilitando la aceptación de la Reforma en la vida religiosa
cotidiana de Inglaterra.
4)
El Book of Common Prayer (1549): arquitectura, lengua y teología
El
Prayer Book de 1549 unificó en un solo volumen el oficio diario, el
leccionario, los sacramentos y los ritos pastorales, todo en inglés. La
eucaristía mostró una cuidadosa ambigüedad: su liturgia retuvo elementos
tradicionales (p. ej., el ofertorio y ciertos gestos), pero desplazó el énfasis
hacia la comunión de todo el pueblo, con plegarias que subrayaban la
memorialidad eficaz y la recepción fiel.
Asimismo,
la unción, la confirmación y el matrimonio se reordenaron con catequesis explícita;
los funerales cambiaron el foco desde sufragios por las almas a la proclamación
de la esperanza en Cristo. (Cummings, 2011) [4], 1549 BCP: The Supper of the
Lord, rúbricas iniciales y oración de acceso, pp. 61–92; (Jeanes, 2008) [6],
pp. 95–128.
El
Libro de Oración Común (Prayer Book) de 1549 representó un hito fundamental en
la Reforma inglesa, unificando por primera vez en un solo volumen los
principales servicios litúrgicos de la Iglesia de Inglaterra.
En
lugar de tener múltiples libros para diferentes propósitos (como los
breviarios, misales, y manuales), este libro consolidó el oficio diario, el
leccionario, los sacramentos y los ritos pastorales.
Lo
más revolucionario fue que todo el contenido estaba en inglés, lo que permitía
a los feligreses participar y comprender la liturgia de una manera que no era
posible con el latín. Esta accesibilidad lingüística fue una herramienta
poderosa para la difusión de las ideas de la Reforma, promoviendo una
espiritualidad más personal y directa entre la población.
Una
de las secciones más destacadas y complejas del Prayer Book fue la Eucaristía,
conocida como la "Cena del Señor". Su redacción reflejó una cuidadosa
ambigüedad teológica para apaciguar tanto a los reformadores protestantes como
a los tradicionalistas católicos. Por un lado, la liturgia retuvo elementos
tradicionales como el ofertorio y ciertos gestos rituales.
Por
otro lado, la reforma se hizo patente en el desplazamiento del énfasis: se pasó
de un enfoque en el sacrificio del sacerdote a la comunión de todo el pueblo.
Las plegarias subrayaban la memorialidad eficaz de la Cena del Señor, entendida
como un recuerdo activo de la muerte de Cristo, y la recepción fiel por parte
de los comulgantes, quienes se unían a Cristo por la fe, no solo por el rito.
Esta
dualidad permitió que la liturgia fuera interpretada de diferentes maneras, lo
que ayudó a mantener una precaria unidad en la Iglesia de Inglaterra durante un
período de intensa polarización.
Además
de la Eucaristía, el Prayer Book de 1549 reorganizó otros ritos clave con una
catequesis explícita. Por ejemplo, sacramentos como la unción y la
confirmación, así como el matrimonio, se reordenaron con instrucciones y
oraciones claras que enfatizaban su significado teológico.
Los
funerales experimentaron un cambio radical: el foco se desplazó de los
sufragios y las oraciones por las almas de los difuntos (una práctica católica)
a la proclamación de la esperanza en Cristo y la consolación de los vivos.
Este
cambio teológico reflejaba la visión protestante de la salvación por gracia y
la fe, alejándose de la idea de que los rezos de los vivos podían alterar el
destino de los muertos en el purgatorio.
5)
El ministerio de la Palabra: Homilías y leccionario
Las
Homilías autorizadas (1547) y el leccionario del 1549 establecieron un régimen
de predicación y lectura bíblica sistemática que buscaba formar la imaginación
cristiana en clave reformada.
La
insistencia en la justificación por la fe, la suficiencia de la Escritura y la
necesidad de la conversión moral se integró en la praxis dominical,
sustituyendo la multiplicidad de devociones privadas por un ciclo común de
oración y enseñanza. (Bray, 2004) [3], “Book of Homilies (1547)”, pp. 232–260;
(Duffy, 2005) [5], pp. 498–514.
Las
Homilías autorizadas de 1547 y el leccionario de 1549 fueron herramientas
esenciales para la Reforma inglesa, estableciendo un nuevo régimen de
predicación y lectura bíblica sistemática. Su objetivo principal era educar a
los feligreses y moldear la imaginación cristiana con las ideas protestantes.
En una época donde la mayoría de la población era analfabeta, las homilías
(sermones prediseñados y obligatorios) garantizaban que la enseñanza doctrinal
fuera uniforme en todas las iglesias, sin importar la capacidad teológica del
párroco local. Esto fue crucial para consolidar la doctrina reformada,
especialmente la justificación por la fe, en el corazón de la vida
eclesiástica.
Este
nuevo sistema de enseñanza sustituyó el enfoque anterior, que se caracterizaba
por una gran variedad de devociones privadas y prácticas locales. Las homilías
y el leccionario crearon un ciclo común de oración y enseñanza para toda la
iglesia. La justificación por la fe, la suficiencia de la Escritura y la
necesidad de una conversión moral no solo se predicaban, sino que se integraban
de manera práctica en la liturgia dominical. Cada domingo, los feligreses
escuchaban lecturas de la Biblia y sermones que reforzaban estos principios.
Este enfoque sistemático buscaba reemplazar la multiplicidad de creencias
populares y rituales católicos con una comprensión unificada y reformada de la
fe cristiana.
La
insistencia en la suficiencia de la Escritura significó que la Biblia, en
inglés, se convirtió en la fuente primordial de autoridad, superando a la
tradición eclesiástica. El leccionario, con su lectura continua de las
Escrituras, animaba a los feligreses a familiarizarse con el texto sagrado.
Este cambio no solo buscaba una comprensión teológica, sino que también
promovía un cambio moral y de comportamiento. La conversión moral, entendida
como la transformación de la vida personal en respuesta a la gracia de Dios, se
presentó como el fruto natural de la fe. Así, las Homilías y el leccionario de
1549 no solo informaron la mente, sino que buscaban reformar la vida completa
de los creyentes.
6)
Cranmer como arquitecto teológico: continuidad y ruptura
La
figura de Cranmer permitió negociar continuidad formal e innovación sustantiva.
Su soteriología agustiniana, su lectura de Bucero y Vermigli, y su sensibilidad
pastoral confluyeron en una liturgia que pretendía conducir a la participación
consciente, alejando la comprensión sacrificial de la misa y apostando por la
comunión frecuente y la catequesis parroquial.
El
1549 se sitúa así entre el horizonte tradicional y la clarificación más nítida
del 1552. (MacCulloch, 1996) [2], pp. 553–590; (Marshall, 2017) [7], pp. 291–305.
7)
Recepción, tensiones y revisiones
La
recepción del 1549 fue desigual: mientras comunidades urbanas abrazaron las
novedades, áreas rurales manifestaron resistencias que desembocaron, entre
otros factores, en el Levantamiento del Oeste (1549).
Tales
tensiones mostraron tanto la eficacia como los límites de la reforma “desde
arriba” y motivaron una clarificación posterior más marcadamente reformada en
1552. (Loades, 2014) [1], pp. 86–112; (Duffy, 2005) [5], pp. 514–535.
8)
Aportes específicos del 1549 y de las Instrucciones al clero
Sintéticamente,
los aportes eduardinos incluyen:
(a)
normatividad vernácula común para toda la nación;
(b)
centralidad de la Escritura y de la predicación;
(c)
comunión en ambas especies;
(d)
redefinición catequética de los ritos pastorales;
(e)
disciplina del uso de imágenes y bienes eclesiásticos;
(f)
autoridad sinodal‑regia
para la uniformidad litúrgica.
Estos
elementos redefinieron la identidad eclesial anglicana en clave reformada, sin
renunciar al ideal de catolicidad reformada. (Cummings, 2011) [4], índice del
1549 y rúbricas generales, pp. 1–15; (Bray, 2004) [3], “Royal Injunctions
(1547)”, pp. 206–223.
Conclusiones
para la vida de la Iglesia del siglo XXI
-
Centralidad de la Palabra y la inteligibilidad: la reforma eduardina recuerda que la
lengua y la claridad doctrinal son medios de gracia pastoral; hoy implica
liturgias comprensibles que formen la fe en diálogo con la cultura. (Bray,
2004) [3], pp. xiii–xxi.
-
Unidad mediante formas comunes:
un “libro común” no sofoca la diversidad, sino que ofrece una gramática de
oración compartida que sostiene la comunión en contextos plurales. (Cummings,
2011) [4], pp. vii–xii.
-
Catequesis y participación:
la reforma no fue meramente ritual, sino pedagógica; urge re‑centrar la iniciación cristiana, la
predicación bíblica sustantiva y la comunión frecuente con preparación
adecuada. (Jeanes, 2008) [6], pp. 185–210.
-
Reforma gradual, no improvisada:
la transición 1547–1549 ilustra el valor de procesos escalonados, pruebas
pastorales y evaluación continua, lección aplicable a cualquier renovación litúrgica
contemporánea. (Loades, 2014) [1], pp. 112–125.
-
Discernimiento sobre símbolos:
el manejo de imágenes y prácticas devocionales exige discernir su función
catequética y su transparencia cristológica, evitando tanto iconoclasia
indiscriminada como acrítica acumulación ritual. (Duffy, 2005) [5], pp. 535–548.
Referencias
bibliográficas
[1]
Loades, D. (2014). The Reign of Edward VI: An Interpretative Study (2.ª ed.).
London: Routledge. pp. 1–125.
[2]
MacCulloch, D. (1996). Thomas Cranmer: A Life. New Haven: Yale University
Press. pp. 513–590.
[3]
Bray, G. (Ed.). (2004). Documents of the English Reformation (2nd ed.).
Cambridge: James Clarke & Co. “Royal Injunctions (1547)”, pp. 206–223; “Order
of the Communion (1548)”, pp. 224–231; “Book of Homilies (1547)”, pp. 232–260;
Intro., pp. xiii–xxi.
[4]
Cummings, B. (Ed.). (2011). The Book of Common Prayer: The Texts of 1549, 1559,
and 1662. Oxford: Oxford University Press. 1549 texts and general rubrics, pp.
1–92; Preface, pp. vii–xii.
[5]
Duffy, E. (2005). The Stripping of the Altars: Traditional Religion in England,
1400–1580 (2nd ed.). New Haven: Yale University Press. pp. 479–548.
[6]
Jeanes, G. (2008). Signs of God’s Promise: Thomas Cranmer’s Sacramental
Theology and the Book of Common Prayer. London: T&T Clark. pp. 95–210.
[7] Marshall, P. (2017). Heretics and Believers: A History of the English Reformation. New Haven: Yale University Press. pp. 1–20; 269–315.