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La religión no es una exhibición

José M. Castillo S.

Hay gentes piadosas que amenazan con una "respuesta adecuada" a la presunta provocación de los moros, que en Granada son más de 7.000. Hablo de la religión, tal como la deberíamos entender y practicar los cristianos. Respeto, por tanto, la religión tal como la puedan entender y practicar en otras tradiciones religiosas.

Los cristianos, si es que somos cristianos de verdad, debemos tener siempre muy presente que Jesús repitió, hasta seis veces, que los cristianos cuidemos de no hacer nuestras obras de piedad delante de la gente para llamar la atención. Si otros lo hacen así, se les respeta. Porque seguramente están persuadidos de que deben proceder de esa manera.

El Evangelio ve este asunto de otra forma. En concreto, por lo que se refiere a la oración, Jesús es tajante: "Tú, cuando vayas a rezar, entra en tu cuarto y cierra la puerta, para orar a tu Padre que está allí, en lo secreto. Y tu Padre, que ve lo secreto, te recompensará" (Mt 6, 6).

Lo que Jesús quiere decir, cuando manda rezar "en lo secreto" ("en kryptó"), es dejar muy claro que la oración puede convertirse en un recurso para la propia ostentación. Nuestra vanidad y nuestro orgullo se disfrazan, con frecuencia, de piedad, devoción y religiosidad. Por eso, Jesús se iba, para orar, a lugares solitarios (Mc 1, 35; Lc 5, 6) o rezaba a solas (Mt 14, 23; Lc 9, 18; cf. Mc 14, 32-42).

Lo importante en la vida no es "aparecer" como buena persona, sino "ser" buena persona. Esto es lo primero, que todas las personas religiosas tendríamos que cuidar con esmero.

Y si los creyentes de otras religiones rezan en público, ¿nos vamos a escandalizar o indignar los católicos, que con tanta frecuencia paseamos a nuestros santos y nuestras imágenes por las calles y plazas de nuestras ciudades, con devoción, ostentación, arte y lujo, de forma que hasta los turistas lo disfrutan y las agencias de viajes hacen su negocio? Nunca tendremos todos, absolutamente todos, el suficiente respeto, que nos debemos tener unos a otros.

Y no olvidemos nunca que "la esencia del fanatismo reside en el deseo de obligar a los demás a cambiar" (Samuel Oz).

Reacción del alcalde de Granada

Ante el revuelo organizado a causa del acto del Ramadán frente a la Virgen del Triunfo, el alcalde de Granada, Francisco Cuenca (PSOE), ha señalado que el evento del pasado sábado a los pies de la Virgen del Triunfo para dar a conocer el Ramadán y celebrar la ruptura del ayuno fue una jornada de "convivencia" en la que participó "gente de todos los credos" y ha defendido la importancia de que en esta ciudad "prevalezca" la "tolerancia" y el "respeto" a otras culturas frente a "las polémicas partidistas".

Cuenca se ha pronunciado de este modo a preguntas de los periodistas tras la polémica suscitada entre algunos partidos y en las redes sociales por el lugar escogido para este evento, que se llevó a cabo junto a la Virgen del Triunfo e incluyó los tradicionales rezos musulmanes y el intercambio de comida tradicional. De hecho, el PP ha acusado este lunes al alcalde de "agraviar e insultar a miles de granadinos" por "amparar" la celebración de este rezo colectivo de musulmanes en un lugar "con un significado muy especial para los católicos".

El regidor ha explicado que la organización solicitó un espacio para llevar a cabo el evento, que ante todo fue "una invitación para conocer una cultura" y "generar espacios de convivencia" y en la que participaron personas que fueron a celebrar el fin del Ramadán, pero también "monjas" y gente que quería conocer estas tradiciones.

Ha descartado que los colectivos organizadores dieron ningún tipo de aportación económica al Ayuntamiento y ha rehusado entrar a valorar el lugar escogido, partidario de que "independientemente del sitio, lo más importante es que prevalezca esa mezcla de culturas, de conocimiento y de tolerancia" por la que "siempre" se ha caracterizado Granada.


Así, ha opinado que "no caben faltas de respeto" en este asunto y ha lamentado que determinados partidos, entre ellos el PP, "aproveche este acto para generar este tipo de polémicas", cuando Granada es una "ciudad tolerante, de convivencia y respetuosa con todos los credos".

Cómo quedó el mundo tras il circo Trump

Alberto Betancourt Posada

¿Qué efectos dejó la comparsa Trump a su paso por Arabia Saudita, Israel, Bélgica e Italia? Svi Schuldiner plantea en Il circo trumpiano che occulta la prossima guerra (Il Manifesto, 18/mayo/17) que el boato de sus recepciones en Riad y Jerusalén pretende ocultar con oropel la construcción de un frente pro estadunidense para una nueva guerra en Medio Oriente. En la víspera de la gira Donald Trump envió a su yerno Jared Kushner a negociar un tratado de venta de armas a Arabia Saudita. El esposo de Ivanka habló directamente con los fabricantes de armas para negociar un descuento que le permitiera cerrar el trato. El ambicioso joven logró un paquete comercial por 110 mil millones de dólares, cifra 11 veces mayor que el plan Marshall.

El paquete vendido incluye aviones, barcos, bombas guiadas de alta precisión y un sistema de radar antibalístico. Arabia Saudita reactivará la economía estadunidense con multimillonarias compras de aviones de guerra. Trump habla de combatir el terrorismo, pero le vendió un arsenal al país que, de acuerdo con profusa información de prensa en Medio Oriente, promueve ejércitos mercenarios en Siria. La misógina nobleza saudí contará con los instrumentos para seguir destruyendo Yemen y aniquilar a los hutis (chiítas), actualmente sumidos en una hambruna histórica y una mortífera pandemia de cólera que provoca intensos calambres musculares, náuseas y, finalmente, deshidratación mortal.

Trump fue recibido en Tel Aviv como si bajara del monte Sinaí, pero Avigdor Lieberman, ministro de Defensa israelí, no está contento. La estrategia de Trump obligó a Israel a aceptar a un vecino superpoderoso. Por lo pronto, estadunidenses, sauditas e israelíes decidieron que para ellos el demonio se llama Irán.

El 25 de mayo, a las 8:10 am, las hélices de los helicópteros agitaron los hábitos de las monjas en Ciudad del Vaticano. El Papa y Trump sostuvieron una gélida reunión de sólo 29 minutos. De acuerdo con Luca Coci (Il Manifesto, 35 de mayo), la frialdad de la reunión era previsible. El pontífice, Jorge Mario Bergoglio, bendijo a los migrantes en el muro de Trump, sentenció que quien quiere construir un muro no es cristiano y aseveró que la madre de todas las bombas era una vergüenza.

Sin embargo, ninguno de los dos podía rehusar el encuentro. Los católicos representan 25 por ciento de la población estadunidense y tienen mucho peso en la opinión pública. Tras el encuentro Trump siguió su viaje de buhonero vendedor de armas. El Papa viajó a Milán, a un encuentro con obreros metalúrgicos de la planta Ilva, donde un dirigente sindical expuso los problemas de los trabajadores, en esta cuarta revolución, bajo el régimen fabril de la industria 4.0.

Por cierto, en Taormina, Sicilia, el G-7 acordó relanzar la bancarización digital de la economía y promover la producción basada en inteligencia artificial. La tendencia principal consiste en usar la automatización para quebrantar los sectores en que los trabajadores están más organizados y ofrecen mayor resistencia. Viene en camino una generación de robots antisindicalistas y esquiroles.

La página de Refundazione comunista señaló que a la orilla del mar, en el que mueren cada día cientos de migrantes, los reyes del siglo XXI celebraron un cónclave para lanzar nuevas exclusiones, construir nuevos muros y edificar nuevas cárceles. Trump se propone detener con barricadas a quienes tratan de huir de la guerra y el hambre. El padre-padrone impuso su ley y pareció preguntar: ¿quién osa imaginar un mundo donde los países gocen de autodeterminación?, ¿a quién se le ocurre vivir sin polución?, ¿en qué cabeza cabe terminar con la especulación financiera?, y ¿qué alma nostálgica cree que los trabajadores tienen derechos?

Según el editorial de Il Manifesto, Trump impuso su voluntad y los otros seis acataron seguirlo. La flota de las naciones más poderosas del mundo se hizo a la mar, la nave va, pero nadie sabe hacia dónde.

Estados Unidos abandonó los acuerdos de París. Trump habló de la cattiva Alemania. Al terminar la cumbre, Angela Merkel expresó: Europa tendrá que acostumbrarse a vivir sin los anglosajones. ¡Mama mía! Parece que viene una sucesión de guerras comerciales, afirma el diario fundado por Rossana Rossanda. Trump quiere extender su muro a los litorales del Mediterráneo: los tecnócratas del G7- calculan cuánto alambre de púas se necesita para contener la oleada migratoria, pero son incapaces de escuchar los lamentos del Egipto de Sisi, del turbulento Túnez, de la trágica guerra civil en Libia o a los sedientos campos de concentración de migrantes en Níger y Chad.


Tal vez no hubo el sometimiento total del que habla el cotidiano comunista. La declaración final de la cumbre del G-7 muestra grietas considerables en ese espacio patronal-multinacional de negociación de los conflictos interimperialistas e intercapitalistas. En Taormina la izquierda italiana congregó una multitud que sitió la cumbre. Nadia Furnari (Assoziasione Antimafiosa Rita Atria) declaró: no es posible que siete estadistas decidan la vida de 7 mil millones de personas.

¿QUÉ PASA CON MATUSAGARATÍ?

Alfons Bech
050617-Panamá

El 20 de enero de 2017 se declaró el área protegida del humedal Matusagaratí como “Refugio de vida de silvestre”. Aparentemente era un gran paso adelante, una respuesta a la lucha que habían librado los campesinos que siempre habían vivido en armonía con el humedal y a la lucha de los ambientalistas de AMEDAR que iniciaron su pelea con las primeras denuncias allá en el 2007. Eso es lo que dijo el gobierno, por medio de la Ministra Mirei Endara, y se encargaron de difundir los grandes medios de comunicación. Pero, ¿qué ha pasado en esos cuatro meses? Hagamos un breve repaso.

Se dice que se protege Matusagaratí, ¿pero, por qué a la vez se tiene que exiliar su principal defensora, Ligia Arreaga?, ¿por qué dimitió Samuel Valdés, director de áreas protegidas?, ¿por qué dimitió la ministra de Ambiente, Mirei Endara?, ¿por qué recientemente han sacado al director del ministerio de Ambiente en Darién, Hermel López? ¿Son hechos sin conexión entre sí, o son todos ellos consecuencia de algo muy grave que está pasando en Darién y en Panamá?

Dimisiones en serie y salida de Ligia Arreaga

El asunto va en serio: miles y miles de hectáreas y actividades ilegales dependen de que se investigue y sancione las ventas ilegales de tierras que se dieron desde 2007, la construcción de canales enormes para desagüar el humedal y la plantación de arroz y palma aceitera en régimen de monocultivo en miles de hectáreas, que implica el uso intensivo de plaguicidas que acaban con el ecosistema y toda la vida, entre ellos el criadero de peces del golfo de San Miguel.

En 2009 Ligia Arreaga escapó de un plan para asesinarla. Y ahora, en pleno proceso de debate y concreción del tipo de protección que se pedía al humedal Matusagaratí, la persona más conocedora y ligada a las comunidades campesinas e indígenas de Darién, tuvo que salir pitando sin que ni procuradoría, ni gobierno ni policía hayan hecho nada por investigar sus denuncias de amenazas repetidas en 2015 y 2016.

En abril de 2016 se había hecho un foro de participación ciudadana en la Universidad ISAE de Metetí donde el ministerio de Ambiente expuso su propuesta de creación de área protegida para Matusagaratí. Para resumir digamos que el ministerio partía de que ya una parte del humedal estaba protegido dentro de la Reserva Forestal Filo del Tallo-Canglón y que era consciente de que un día debería unificarse todo este ecosistema interconectado en una sola área protegida. La propuesta que presentó fue crear una nueva área basada en los estudios científicos encargados a CREHO-ACD-CEASPA en un Estudio Socio-Ambiental hecho público en mayo de 2015.

Esa área propuesta abarcaba 37.000 hectáreas. En ella estaban incluidas tierras adquiridas ilegalmente diez años atrás por capital colombiano ligado al narcotráfico, uno de cuyos compradores, Javier Daza Pretelt, está perseguido por la justicia colombiana acusado de masacres humanas entre campesinos del Chocó. Pretelt fue preso en Panamá, pero no se le extraditó a Colombia, se le dió una medida de libertad cautelar y parece que está actualmente en paradero desconocido.

La propuesta inicial del ministerio resolvía pues uno de los principales problemas para salvar el humedal: la incorporación de las tierras de la empresa colombiana AGSE y, con ello, el cierre de los canales de desagüe, las fumigaciones y plantaciones de monocultivos. El Ministerio la echó para atrás bajo presión de la empresa quien usó a fondo sus contactos con los políticos y medios de comunicación para aparecer como “víctimas de una persecución” por parte de AMEDAR y para amenazar al gobierno que estaba preparando la creación del área protegida.

En la Asamblea Nacional, el lobby de la palma aceitera apretó a fondo a la ministra Endara y al Gobierno. Justo antes de crear Matusagaratí como área protegida, el director de Áreas Protegidas, Samuel Valdés, dimitía de su cargo.

El ministerio de Ambiente rebajó la propuesta de creación de área de 37.000 a 26.000 hectáreas y, finalmente, a 24.000. Con ello la creación de tal “área protegida” rompió toda conectividad biológica entre la sierra Filo del Tallo-Canglón y el río Tuira. Dejó que continúe el desagüe del humedal a través de canales y dejó el arroz, la palma y los agroquímicos. La presión de los empresarios colombianos y sus socios políticos panameños doblegó al Gobierno. Poco después de dejar esta “área protegida” en tales condiciones, la ministra Endara dimitió.

¿Era necesario crear un “área protegida” de esta manera, que dejaba desaguando el humedal? De ninguna manera. Según director de ACD, Osvaldo Jordán, en una entrevista realizada por Ligia Arreaga afirmaba que el Estado podía ordenar directamente, sin ningún decreto previo, cerrar y prohibir los desagües. El abogado ambientalista, Harley Mitchell, en otra entrevista, afirmó que esa declaratoria era una “maniobra distractoria” de los verdaderos problemas que debían resolverse urgentemente, como el cierre de los canales de desagüe y recuperar la interconectividad del humedal.

El recurso legal contra las propiedades malhabidas

Mientras que con la declaración de área protegida se concedía a la empresa AGSE que siguiera con las tierras y sus actividades, el abogado Félix Wing, secretario del ministerio de Ambiente, presentaba una denuncia muy bien argumentada y firmada por la ministra Mirei Endara cuyo objetivo aparente era recuperar las tierras del humedal Matusagaratí.

En la denuncia se citan artículos de la Constitución, de leyes del Ambiente, de Ordenamiento Territorial, de Titulación de Costas e Islas y del Código Civil concluyendo: “Conceptuamos que cualquier derecho posesorio reconocido o título de propiedad adjudicado sobre las zonas inundables del Humedal Matusagaratí es nulo de nulidad absoluta”.

Más adelante el redactado de la denuncia dice: “Conceptuamos que el reconocimiento de derechos de propiedad o posesorios sobre zonas inundables del Humedal Matusagaratí no sólo vulneró la normativa expuesta en las secciones precedentes, sino que también incumplió con el debido proceso legal...”(los subrayados son de la propia denuncia).

Si el Estado es el encargado, según la Constitución, de adoptar todas las medidas necesarias para que en humedales como el de Matusagaratí “se evite su depredación y se asegure su preservación, renovación y permanencia”, si los títulos de propiedad adjudicados a la empresa AGSE son “nulos de nulidad absoluta”, entonces ¿por qué no actúa el Estado directamente? ¿Por qué se recurre a una maniobra tan complicada como la de aceptar una creación de área protegida tramposa, engañosa, que no protege realmente, que permite que sigan supuestos empresarios lavadores de dinero con actividades destructivas del humedal y luego presentar una denuncia para que un juez dictamine lo que ya se enuncia en el propio escrito de denuncia? ¿Es lógico que se actúe así sabiendo la corrupción que hay en los tribunales de Panamá?

Las denuncias de AMEDAR y de Ligia Arreaga

Lo más sencillo de todo, si se quisiera actuar para preservar realmente para salvar el humedal Matusagaratí, hubiera sido investigar las denuncias que interpuso AMEDAR y Ligia Arreaga. Desde el año 2007, en que Ligia Arreaga puso una de las primeras denuncias por compraventa ilegal de tierras, han pasado 10 años. Después dicha denuncia se amplió en 2009. Después se superpuso la denuncia por intento de asesinato en 2010. Después nueva denuncia de AMEDAR en 2014. Y después nuevas denuncias por amenazas de muerte en 2015 y 2016.

Todas esas denuncias han sido documentadas con cantidad de material probatorio: fotos, videos, documentos escritos y firmados, testimonios... Yo he sido testigo de la entrega de algunos de estos materiales a los abogados del CIAM y a la Fiscalía de Darién. Lo mismo que fui testigo de la primera propuesta de creación del área con 37.000 hectáreas en la Universidad ISAE de Metetí el 12 de abril de 2016, y que luego quedó en 24.000 sin ningún tipo de explicación. No sólo no se ha explicado jamás sino que este silencio ha venido acompañado del cese o dimisión de tres altos funcionarios implicados en la protección de Matusagaratí.


¿Qué pasa con Matusagaratí? ¿Qué pasa con las denuncias de compraventa ilegal de tierras que ha hecho AMEDAR desde 2007? ¿Qué pasa con las denuncias de amenazas a la vida de la periodista y ambientalista Ligia Arreaga desde 2010? ¿Algún día algún o alguna funcionaria del gobierno responderá?

Fin o mutación de la religión

Jose Arregi
www.religiondigital.com/260617

Es conocida la pintura egipcia de la tumba de Sennedyem, de hace 3.200 años aproximadamente: un campesino labra la tierra con un arado tirado por una yunta de vacas, o de una vaca y de un buey. Viví muy de cerca ese mundo tan próximo y lejano a la vez. Así se labraba la tierra en nuestro viejo caserío y en casi todos los demás hace 60 años, e incluso hace solamente 50. Era otro mundo.

Y como se labra la tierra se imagina el cosmos. Según cómo sea el sistema de producción de los bienes que consumimos, así serán en buena medida nuestra visión del mundo y nuestras relaciones sociales, nuestras filosofías y religiones, toda la cultura. “Cultura”, “cultivo” y “culto” tienen la misma raíz, las mismas raíces en la tierra en la que hemos brotado y que somos.

Digo todo ello para destacar la profunda mutación religiosa que exige de nosotros la radical mutación cultural que estamos viviendo. Todas las grandes tradiciones religiosas vivas de hoy –religiones de la India, budismo, judaísmo, cristianismo, islam…–  hunden sus raíces en culturas propias de hace milenios. Entonces tenía sentido –era “creíble”, coherente con la visión del mundo– hablar de cielo-tierra, de ángeles y demonios, de muchos dioses o de un único Dios Creador, de cuerpo y alma, reencarnación y resurrección, de tiempo y eternidad, de más acá y más allá, de culpa y perdón, de nacimientos virginales y otros milagros o sucesos “sobrenaturales”, de expiación y gracia, de salvación y condenación eterna, de dogmas revelados y ritos necesarios, de ministros sagrados, siempre varones…

Pero en los últimos 50 años, desde el mundo agrario hasta el mundo postindustrial de la información, del conocimiento y del cambio acelerado, la cultura en que vivimos ha cambiado más que en los últimos 5.000 años, o que incluso en los últimos 10.000, desde el inicio de la agricultura en Mesopotamia, Egipto, China…

En la cultura en que vivimos y que se extiende por doquier, las religiones con sus dogmas, creencias e imágenes milenarias, tocan a su fin. No es el fin de la espiritualidad o de la sabiduría o de la cualidad humana profunda, sino de los sistemas religiosos tradicionales. Y no nos engañemos: el fin de las religiones en su forma actual se dará más pronto que tarde en todos los continentes y países, allí donde se difundan la universidad y las ciencias. En lo que se refiere a la Iglesia católica, pensar que podrá bastar con cambios de estilo, reformas curiales y nuevos nombramientos episcopales me parece un engaño y una gran irresponsabilidad.

Está en juego la vida, la humanidad, la comunidad de los vivientes. La propia especie Homo Sapiens –aparecida, nos dicen ahora, hace 300.000 años en Marruecos– se encuentra en un momento crítico, pues ya se están diseñando una especie viva o unas máquinas inteligentes más poderosas que él. El hiper-humanismo o el transhumanismo están a la vuelta de la esquina. Las posibilidades son insospechadas y las amenazas, terribles. Si no es para bien de todos los vivientes, será para exterminio de todos.

Volvamos a la pintura de la tumba egipcia. Llama la atención la postura del campesino: ostensiblemente encorvado sobre su arado, levanta la fusta sobre las vacas en ademán de azotarlas. Encorvado, levanta la fusta. No sabemos cuál de los dos es más esclavo: el animal o el humano. O la tierra que labran. Es el precio de la agricultura. ¿Es el precio del desarrollo? Y lo malo es que, después de 3.000 años, seguimos en las mismas, e incluso vamos a peor: nunca hemos esclavizado tanto la tierra ni hemos sido tan esclavos los unos de los otros.


¿Tienen todavía las religiones algo que ofrecer? Solo a condición de que acierten a rescatar el tesoro de sabiduría que se oculta en sus viejas tradiciones y textos, despojándolos de ropajes y lenguajes ya inservibles. El Espíritu creador y liberador que movió a Jesús ha de ser liberado de las formas viejas que lo aprisionan, como brota la vida del grano que desaparece en el seno de la tierra.

Qatar: Motivos de una extraña crisis en la región

Nazanin Armanian
www.publico.es / 070617

¿Es posible que siete aliados de EEUU declaren una guerra, de momento diplomático-económica, contra Qatar, que es la sede del Comando de EEUU para Oriente Próximo (CENTOCOM), la más grande que posee el Pentágono en toda la región, sin la autorización de la Casa Blanca? Se trata de la primera consecuencia de la visita antiiraní de Donald Trump a Arabia Saudi, y puede ser una crisis trampa para arrastrar a Irán a una guerra regional, ahora que EEUU no se ve capaz de enfrentarse directamente a esta nación, y quedarse con la primera reserva mundial de gas y la tercera de petróleo.

El pretexto del conflicto son unas declaraciones del emir de Qatar Tamim Bin Hamad Al Thani, en las que afirma que una guerra contra Irán sería una locura, ya que desaparecerían todos los países árabes del Golfo Pérsico, o que Trump no iba a durar en el poder. Además, se le acusa a Tamim de financiar a los Hermanos Musulmanes (HM), a los que consideran terroristas, y desestabilizar a los países árabes. ¿No ha sido Arabia Saudí quien ha agredido militarmente a Irak, Bahréin, Yemen o Siria?

Cierto. Qatar, al igual que Arabia Saudí, EAU y EEUU, ha patrocinado el yihadismo sunnita que opera en Afganistán, Irak, Yemen, Siria, Libia, Chechenia, Rusia, China y Europa. Pero, ¿cómo es posible haber patrocinado el terrorismo mundial durante años sin que 11.000 soldados de EEUU instalados allí no se hayan enterado?



Castigo aleccionador para los traidores

De nada le ha servido a Doha alegar el ciberataque, falseando las palabras del emir, o pedir a los líderes de Hamas (filial palestina de HM) que abandonen el país. Los castigos, que incluyen el bloqueo aéreo, terrestre y marítimo de Qatar, así como la expulsión de miles de familias qataríes de Arabia Saudí y de Emiratos Árabes Unidos (EAU), pueden tener consecuencias imprevisibles para el país (como la falta de alimentos que importa de Arabia) y para la paz mundial.

Para Arabia Saudí, que tras la visita de Trump se siente fuerte para incendiar toda la región, los pecados de Qatar son:

1. Socavar la política de Trump-Salman-Netanyahu de contener a Irán y desmontar el frente árabe antiiraní. Qatar (del término persa Guadar: Puerto), junto con Omán y Kuwait, defiende la distensión en el Golfo Pérsico y mantiene relaciones cordiales con Teherán. Doha apoyó el acuerdo nuclear entre Irán y los 5+1, una espina clavada en el corazón de los saudíes. En 2013, Doha fue el único miembro del Consejo de Seguridad de la ONU que votó en contra de la Resolución 1696 que exigía a Irán suspender el enriquecimiento de uranio de su programa nuclear. Antes, había firmado con Teherán un acuerdo de seguridad y lucha antiterrorista y había abierto su mercado a las inversiones iraníes. Ahora, además, ha contactado con Ghasem Soleimani, comandante iraní de las Fuerzas de Qos, que lucha en Siria e Irak contra los yihadistas sunnitas. Para Doha, Irán no es sólo su socio a la hora de explotar el campo de gas más grande del mundo (North Dome/South Pars), sino que es el país que junto con la India y Rusia le está salvando de convertirse en una colonia de Arabia Saudí.

2. Negarse a formar parte de una OTAN sunnita contra los chiitas (Irán y Siria).
3. Financiar a los HM en Egipto y a otros países en perjuicio del wahabismo.

4. Criticar, desde el canal Al Jazzeera, a los reyes y presidentes árabes, salvo al emir de Qatar, y mientras ataca a Daesh (wahabita) legitima a Hizbolá, dejando de llamarle “partido de Satanás”.

5. Negociar la cesión de una base militar a Turquía, país resentido con EEUU por armar a los kurdos sirios, los segundos gobernado por los HM.

6. Impedir que su sistema político (¡que comparado con el absolutismo saudí, es una democracia!) se convierta en un modelo a seguir en la zona. Tamim permitió elecciones municipales en 1991, el derecho al voto de la mujer y en teoría reconoció, en la Constitución de 2003, la libertad de expresión y de asociación.

La postura de EEUU

Washington no acepta que en este mundo maniqueo Doha baile con todos: acoge una oficina diplomática israelí y otra de Hamas, financia a los yihadistas en Siria contra Bashar al Asad, mientras apoya el alto el fuego. Trump se opone a Qatar por:

a) La reticencia de Doha a utilizar su territorio contra Teherán, del que le separan sólo 1759 kilómetros de agua. En un vídeo de Daesh en distintas lenguas de Irán, los terroristas amenazan con atacar este país. Pueden contar con los grupos reaccionarios iraníes, como Muyahedines del Pueblo, colectivos de kurdos, baluches o árabes, descontentos por las políticas discriminatorias de Teherán respecto a las minorías étnicas que componen cerca del 60% de la población de Irán. De hecho, los dos recursos que tienen EEUU-Arabia-Israel para destruir la nación iraní son: por un lado, una guerra regional, y, por otro, provocar tensiones étnico-religiosas, sobre todo desde las fronteras de Pakistán, Afganistán, Turquía y el Golfo Pérsico. De hecho, el atentado en el parlamento iraní puede ser el inicio de este tipo de acciones para desestabilizar Irán.

b) Qatar fue la única monarquía de la zona que condenó la ley de inmigración de Trump. Al querer incluir a los HM (a los que Obama apoyaba) en la lista terrorista, Washington crea una nueva alineación en la región: fortalece su alianza con Arabia y Egipto, mientras que debilita a Turquía y a Qatar.

c) Profundizar aún más la brecha entre los regímenes árabes, provocando un conflicto interislámico que les debilita, beneficiando así a la incesante expansión israelí. Pero Irán no puede explotar esta fisura: mientras el presidente Hassan Rohani defiende la paz y cooperación con Qatar y Arabia Saudí, el jefe del Estado, Ayatolá Ali Jamenei, no cesa en sus ataques a la familia Al Saud.

d) Impedir que Qatar y Rusia (los dos gigantes del gas) amplíen sus relaciones energéticas. A pesar de que Qatar (junto con Arabia y EEUU) patrocinó el terrorismo checheno, o de que Rusia ordenó en 2004 matar en Doha a un líder separatista checheno, el emir Tamim visitó Rusia en 2016 buscando alternativas a su relación con Occidente: invirtió 2.500 millones de dólares en Rusia para conseguir influencia política sobre Moscú, sobre todo ahora que ha fracasado en derrocar a Bashar al Assad y en llevar adelante el proyecto del gasoducto sunnita cruzando Siria. Quizás pueda participar en la reconstrucción del país. Dejó mucho dinero en el aeropuerto de Pulkovo de San Petersburgo y firmó el mayor acuerdo de inversión extranjera directa en el sector energético a nivel mundial, quedándose con el 40% de Rosneft y de otras compañías energéticas privadas rusas.
e) Y, sobre todo, incrementar el estado de guerra en la zona para reconfigurar el mapa de Oriente Próximo y “hacer América más grande”. Para ello, ha introducido la táctica antiqatari en la estrategia de la lucha antiiraní.

Medidas de Trump

+ Lanzar una campaña contra Qatar en la prensa, acusándolo de financiar el terrorismo.

+ Airear el tema de la esclavitud de los inmigrantes.

+ Sabotear el Mundial de 2022, haciendo brillar los sobornos que pagó a la FIFA.

+ Llevar a cabo un golpe de Estado, como el lanzado desde la base turca de Incirlik contra Tayyeb Erdogan. Así, Tamim, de 36 años, puede ser derrocado por:
-Sus primos del clan de Ahmed bin Ali Al Thani, el primer emir del país tras su independencia de Gran Bretaña en 1971, que le consideran un “desastre” y se han ofrecido para sustituirle.
-Su medio hermano mayor, Mishaal, nacido de la primera esposa de Hamed al Thani.
-El propio Hamed, el emir padre, al que derrocó, en complicidad con su madre, la jequesa Moza bint Nasser.

El jefe del Comité de Relaciones Públicas de Arabia Saudí en EEUU, Salman al-Ansari, ha recomendado en un tuit al emir que aprenda del destino del expresidente egipcio Mohammad Mursi de los HM, derrocado en 2013 por el general Al Sisi, quien recibió como recompensa 160.000 millones de dólares del rey Salmán de Arabia. La misma amenaza la repite el diario saudí Al-Riad: “Cinco golpes en 46 años; el sexto no es improbable”.

El temor y las opciones de Qatar

Doha no quiere ser víctima del pulso entre Irán y Arabia por la hegemonía regional y busca un equilibrio en sus relaciones con dichas potencias. El emir de Qatar teme que Arabia, apoyada por EEUU, y bajo el pretexto de la amenaza iraní y la lucha antiterrorista, ocupe el país y sus inmensas reservas del gas, ahora que sus propios campos de petróleo se secan. Para evitarlo tiene las siguientes salidas:

-Acudir a Trump y comprarlo con un cheque con muchos ceros, como lo ha hecho Arabia Saudí, que ha pagado 110.000 millones de dólares por armas y ha conseguido que la prensa de EEUU ya no hable de su implicación en el terrorismo del 11-S; hizo lo mismo con Gran Bretaña: 4.200 millones de dólares en contratos de armas y Londres no publicará los resultados de la investigación sobre la financiación de los islamistas radicales.

-Retroceder en su política hacia Irán; acatar la tutela de los Al Saud.

-Unirse a la coalición de Irán-Irak-Siria y arriesgarse a morir como Saddam o Gadafi.

-Fortalecer su acuerdo militar con Turquía, país molesto con EEUU por armar a los kurdos sirios.

La tensión ha llegado a niveles de difícil retorno. Los presidentes de Turquía y de la India intentan mediar en el conflicto. A Nueva Delhi le preocupa un corte en el suministro de petróleo y la situación de miles de trabajadores indios que desde esta zona envían remesas por valor de 60.000 millones de dólares. El conflicto, además, puede dañar la economía qatarí y acabar con las inversiones extranjeras. Moody’s Investor Service redujo la calificación crediticia de Qatar a la cuarta categoría de inversión, señalando la incertidumbre de su modelo de crecimiento económico.

Le ha tocado a Qatar ser la próxima víctima de la farsa de la “guerra contra el terrorismo” de los principales patrocinadores mundiales del terrorismo. ¡Locos embusteros!



¿A quién beneficia una salida de Qatar del mercado de gas?

Nazanin Armanian
www.publico.es / 160617

Aunque Qatar, tras Irán y Rusia, es la tercera reserva mundial de gas y el primer exportador del gas natural licuado (GNL), se encuentra en la segunda posición en cuanto a la producción de este tipo de gas. Por encima de Qatar está nada menos que EEUU.

El pequeño país, antaño vendedor de perlas, exportó en 2016 unos 77 millones de toneladas de GNL, principalmente a Japón, India, Corea del Sur, Reino Unido y China. Aunque, EEUU debutaba en este mercado descargando tan sólo 84.95 millones de metros cúbicos de GNL en Brasil, el aumento de la capacidad de extracción y exportación de la superpotencia ha sido vertiginosa. Hace tres años, los bajos precios de gas, y el hecho de que Qatar tiene los menores costos de extracción del GNL del mundo obligaron a los inversores de este país a cerrar cientos de pozos y haciendo que las dos terminales de Kenai (Alaska) y Sabine Pass (entre Texas y Louisiana) no den abasto. EEUU tiene el proyecto de levantar otras 27 terminales (seis ya en construcción) que estarían operativas antes del 2024, exportando 300 millones de toneladas de GNL.

Fue en 2010 cuando el presidente Obama lanzaba con euforia la Iniciativa Global de Gas de Esquisto, afirmando que a partir de 2030 EEUU sería la ‘Arabia Saudita del gas’. Entonces, habían invertido 42.000 millones de dólares en la perforación de 7.000 pozos, a costa de la contaminación del agua, aire y suelo por el uso de sustancias tóxicas. Pero, el medio ambiente no era la única víctima de esta irracional ambición; también fueron Rusia, que sufrió en 2014 unas sanciones a su industria energética por la crisis de Ucrania impuestas por el Occidente, y sus clientes europeos, que debían renunciar a un proveedor seguro, pasando penurias energéticas. Entonces, Obama ofrecía a Europa muy ‘oportunamente’ comprar el GLN estadounidense, eso sí a partir del 2020,  mientras, tendrían que buscarse la vida.

Sería lo mismo que involucrar a Qatar en una tensión político-militar, inmovilizar los barcos que transportan el GNL qatarí desde el puerto de Fujairah de los Emiratos Árabes Unidos, o un eventual cierre del Canal de Suez por parte de Egipto beneficiaría doblemente a Washington: por el aumento del precio de gas y por presentarse como el único suministrador seguro, poderoso y estable. ¡EEUU es un perfecto bombero pirómano, robándole los clientes a Qatar! En lo que va de año, nueve de los doce buques cisternas estadounidenses tenían como destino Asia. El accidente nuclear en Fukushima y el aumento de la demanda de gas por parte de Japón fue otro salvavidas de la industria de esquisto estadounidense.

El gas también está en el centro de las discrepancias entre EEUU y la Unión Europea, que se niega a volver a aislar a Teherán por acusaciones absurdas como “apoyo al terrorismo”. Lo cierto es que las compañías europeas, rusas y chinas ya están trabajando en los campos de gas y petróleo iraní, mientras las leyes de EEUU prohíben a sus compañías trabajar en Irán: Trump hace como el “perro del hortelano: no come ni deja comer”.

El problema de Arabia Saudi

A Arabia se le agota el petróleo, un problema que amenaza con de devolverle a lo que fue en 1900: un montón de arena de desierto. De allí su insana tentación de apoderarse del petróleo y gas de su vecino Yemen, así como de sus estratégicos puertos, en el Golfo de Adán y Bab –al- Mandeb, y de los recursos fósiles del otro vecino, Qatar. No le perdona a Doha que se haya negado a vender el gas a los “hermanos” árabes del Golfo Pérsico con descuento. El reino wahabí ha puesto sus ojos en los yacimientos de gas petróleo en el Golfo Pérsico, donde además comparte con Irán el campo de Foruzan, de incalculables barriles de petróleo.

La agresión militar de EEUU-Arabia a Yemen desde 2015 ha provocado la mayor crisis humanitaria del mundo,  y mientras miles de niños y adultos mueren de hambre y sed, numerosos gobiernos se han cubierto la cara con la máscara de “solidaridad con Qatar” (el país más rico del planeta) llenando sus supermercados, a la espera de recibir suculentas recompensas del emir Al Thani.

El rey Salman y sus hijos están dispuestos a seguir utilizando las afiladas espadas para ampliar su poder; las mismas que han entregado a Daesh en Siria, que entre sus tareas estaba impedir la construcción del gaseoducto Irán-Irak- Siria-Mediterráneo, a favor del proyecto Qatar-Arabia-Jordania-Siria-Mediterráneo. La intervención de Qatar en la guerra contra Siria, patrocinando a Al Qaeda, coincide con la fecha en que EEUU (cliente de una cuarta parte del GNL qatarí) dejó de comprarle el gas en 2012.

Fue entonces cuando el Emir al Thani buscó otro mercado en Europa. Y pensando que la vía recta era la más corta, decidió derrocar a Bashar al Assad, aliado de Irán y Rusia, invirtiendo unos 3.000 millones de dólares en mercenarios ‘rebeldes-yihadistas’. ¡Como si Rusia estuviera allí cruzada de brazos!  Estos ‘yihadistas’ pertenecen a la misma organización terrorista creada por la CIA, Arabia y Paquistán en 1978 contra la URSS y las fuerzas progresistas de la zona. Entonces, el presidente Reagan les invitó a la Casa Blanca, para negociar los detalles del gasoducto transafgano que conduciría el gas de Turkmenistán (la cuarta reserva mundial del gas) a los buques cisternas de EEUU en el mar Arábigo. Fiasco absoluto. EEUU ha renunciado al gaseoducto transafgano.

Por cierto, los dirigentes qataríes para salvarse de un golpe de estado o un ataque militar de EEUU-Arabia, eligieron la primera opción que barajamos: acaban de pagar al Pentágono 12.000 millones de dólares a cambio de 36 cazabombarderos y mantenerse en el poder. ¿No dijo Trump, hace una semana, que Qatar patrocinaba el terrorismo?

En paralelo a la crisis de Qatar, Irán sufría dos atentados terroristas y Rex Tillerson (ex director de ExxonMobil convertido en el Secretario de Estado) cuya misión era conquistar las fuentes y las rutas de tránsito de hidrocarburo para la élite gobernante de su país, revelaba que su gobierno ha decidido desestabilizar el país para un ‘cambio del régimen’, en vez de atacarlo. Aunque Teherán compre a la mafia instalada en la Casa Blanca con un cheque con decenas de ceros, difícilmente podrá salvarse a la alianza Saudi-Netanyahu que lucha por la hegemonía regional y sus mercados.

Este reequilibrio de poder en Oriente Próximo por los recursos fósiles ha destruido la vida de al menos 100 millones de personas en Afganistán, Irak, Libia, Yemen, Sudan y Siria. ¿Para cuándo un frente mundial anti-guerra?


La voluntad y el deseo: el dilema feminista


Voy a meterme de nuevo de cabeza en un avispero. Antes me gustaría, en todo caso, declarar que acepto como merecida cualquier reprimenda, por sumaria o poco argumentada que se presente. En condiciones de patriarcado, tan difícil es no “parecer un hombre” como pedir a lectoras feministas cargadas de razón -por la historia y la violencia machista- que no “tomen por un hombre” al que sólo pretende ser un aliado incómodo que se siente incómodo cada vez que mira a su alrededor o dentro de sí mismo. Si parezco “hombre”, pues, acepto de antemano el castigo, aunque sólo después de aventurarme a decir lo que pienso.

Ahora bien, pongamos que me llamo Marta. Podría llamarme Marta. La conozco bien porque está dentro de mi cabeza. Ha estudiado más que yo, es más sensible y sé que es también más inteligente porque, cada vez que discutimos, me reduce al silencio con sus datos y sus argumentos. Como también en este caso estoy de acuerdo con Marta, voy a dejar que sea ella la que hable.

Y dice así Marta: creo que los feminismos deberían tener más cuidado a la hora de distinguir entre voluntad y deseo. En su versión más activista –la que interviene en los medios y las redes, siempre alerta ante cualquier dislate o lapsus machista de personajes públicos y políticos– las feministas solemos cometer dos errores aparejados, fruto sin duda de la presión acumulada y de la precipitación militante.

El primero es el de considerar el deseo transparente y autoconsciente, matriz de toda decisión verdaderamente feminista y, por tanto, de toda intervención verdaderamente política; y ello en contraste con la voluntad que, siempre bajo sospecha, se juzga atravesada por clichés educativos, prejuicios heredados y construcciones patriarcales que, como en el viejo discurso de la izquierda, hay que desmontar y des-alienar para dejar la verdad, monda y lironda, a la vista de todos. El “querer” de una mujer, siempre oscuro, pertenece inevitablemente al hombre mientras que su deseo, siempre claro, es suyo.

El segundo error es el de imaginar, también como la vieja izquierda, un mundo futuro completamente emancipado en el que no habrá ninguna distancia entre la voluntad y el deseo y en el que, en consecuencia, el “querer” de una mujer será tan claro como su deseo, de tal manera que cuando digamos “quiero” estemos diciendo al mismo tiempo “deseo” y, al revés, cuando digamos “no quiero” estemos diciendo al mismo tiempo “no deseo”. De hecho buena parte de las denuncias feministas de acoso (o de la así llamada “cultura de la violación”) pretenden haber resuelto ya esta distancia, como si las mujeres, cada vez que decimos “no”, como cada vez que decimos “sí”, no tuviéramos que librar un combate con nosotras mismas en el que muy a menudo no tenemos claro ni nuestro deseo ni nuestra voluntad, reñidas además entre sí.

Esta diferencia entre la voluntad y el deseo, compleja y delicada, tiene a mi juicio una dimensión feminista que hay que reivindicar para evitar que, una vez más, los hombres, sujetos voluntariosos, nos juzguen a las mujeres por nuestros deseos.

A principios del siglo V, tras el saqueo de Roma por las tropas de Alarico, San Agustín defendía a las monjas violadas por los bárbaros frente a los curas que querían excomulgarlas por ese contacto sexual: con tal de que opusieran resistencia, dice San Agustín, incluso si gozaron (¡incluso si gozaron!) son víctimas inocentes y deben ser acogidas en el seno de la Iglesia. La idea de San Agustín es la de que tan criminal es infligir dolor como infligir placer y que ningún juez, ni divino ni humano, puede juzgar lo que siente un cuerpo si la voluntad se ha mantenido explícitamente en pie. San Agustín, con una sensibilidad e inteligencia que empequeñece a muchos de nuestros magistrados (que siguen auscultando signos desiderativos y consentimientos corporales en el cuerpo de la víctima que ha dicho “no”), comprendió muy bien dos cosas que las feministas no deberíamos olvidar.

Dos enseñanzas

La primera es que el deseo es mucho más oscuro que la voluntad. Después de Freud nadie puede negar que, si la voluntad puede ser engañada o manipulada, el deseo es desde el principio engaño y manipulación. Nada más paradójico que el hecho de que de todas las “locuras”, como decía Platón, sea ésa la “más excelsa” y la que “más nos acerca a la divinidad”, pero conviene no olvidar que se trata, sí, de una “locura”.

Podemos trabajar nuestra voluntad y ese trabajo es lo que llamamos educación, aprendizaje, conciencia; pero el deseo, recipiente de trabajos ajenos pre-conscientes, es siempre oscuridad. Reivindicar la libre sexualidad es reivindicar ese “amo loco y tiránico” del que se quejaba –y al que rendía homenaje– el viejo Sófocles en sus últimos días de vida. No hay nada transparente ni ortodoxo en el deseo; desde el punto de vista sexual tan oscura es la postura del misionero como la coprofilia y tan insensato un coito conyugal como una orgía homosexual.

La segunda enseñanza es que entre la voluntad y el deseo hay y siempre habrá una distancia y un potencial desacuerdo que, imposible de disolver de manera definitiva, tendrá que ser resuelto en cada caso con mucho cuidado, pero siempre a partir del presupuesto de que, allí donde no haya acuerdo, es la voluntad la que cuenta. Si yo digo “no”, me violan y consiguen infligirme placer, como en el caso de las monjas de San Agustín, mi placer es un problema mío y no un testimonio en contra de mi voluntad, o al menos no debería serlo a los ojos de la sociedad o delante de un tribunal.

La cuestión es que en cada uno de los dos polos (la voluntad y el deseo) y en la distancia que los separa -y también en los raros momentos de sutura divina- está incrustada la historia, la de nuestra cultura y la de nuestra familia, lo que implica que todo “sí” y todo “no” son el resultado de un trabajo y una discusión en la que caben muchos más matices y luchas que en la simple disyuntiva afirmación/negación en la que se resuelven las coyunturas sexuales.

Las posibilidades, en todo caso, son tres.

Puede ocurrir raramente que no haya ningún desacuerdo y mi “quiero” y mi “deseo” coincidan sin fisuras; es decir, que mi voluntad sucumba voluntariamente a mi deseo. Cuando esto ocurre (para lo que hace falta, del otro lado, una coincidencia equivalente) nos da igual la historia y podemos hablar por eso de “locura” si es que preferimos no hablar de amor. Este doble acuerdo (dentro de mi cuerpo y con otro cuerpo) aclara sin borrarla toda la oscuridad del deseo. Mi deseo es oscuro porque nunca es mío; es claro porque esta vez lo quiero yo y porque lo quiere también esa otra voluntad que nunca podrá ser mía: la del otro cuerpo.

Puede ocurrir también, al revés, que mi deseo se imponga a mi voluntad y además a la voluntad de otro. Eso es lo contrario del amor y lo contrario del amor puede ser de hecho un delito: el acoso, la violación o la pederastia iluminan precisamente casos de deseos –tan oscuros como los de un matrimonio burgués bienavenido en su cópula sabatina– que, sin embargo, hay que reprimir.
Supongamos con fatalismo freudiano que todos los hombres sienten deseos de violar y todas las mujeres sentimos deseos de ser violadas. La voluntad civilizadora debe intervenir para que ese deseo, tan oscuro como todos los demás, no abandone jamás el terreno de la fantasía (donde tiene todo el derecho de campar a sus anchas hasta que los hombres dejen de pensar en su falo como en un cuchillo).

Ahora bien. Es cierto que la voluntad no ha sido siempre civilizadora. Si abordamos la tercera posibilidad –la de que la voluntad se imponga al deseo– las dificultades se multiplican. El caso de las monjas violadas a las que defiende San Agustín debería ser evidente a estas alturas: aquí la voluntad, cualquiera que sea su contenido (Dios o la soberanía subjetiva), manda sobre el deseo. Pero la “voluntad monjil” (que es precisamente la religioso-patriarcal) ha reprimido de tal manera el deseo a lo largo de la historia de la humanidad que muy justamente el feminismo ha insistido en la deconstrucción de la voluntad en favor de la liberación del deseo: el cristianismo, en efecto, ha perseguido el placer sexual mismo y, frente a él, tenemos que defender los derechos y la belleza de los deseos.

La voluntad que se había impuesto -y se sigue imponiendo en buena parte- es tan represiva, tan coercitiva, tan “masculina”, que la liberación feminista, por lógica reacción, se acaba interpretando básicamente como una liberación sexual contra la voluntad en general.

Sobre los peligros de que esta liberación del deseo contra la voluntad patriarcal sea en realidad otra victoria de la voluntad masculina “libertina” ha alertado muy atinadamente Celia Amorós. Este peligro sólo puede conjurarse construyendo una voluntad ilustrada feminista que, aceptando la oscuridad del deseo, civilice las relaciones entre los cuerpos.

Culpabilizar a las mujeres

Pero aquí tropezamos enseguida con otro peligro de signo contrapuesto, y es el de dejarse arrastrar por la ilusión de que habría una “verdadera voluntad”, emancipada de la construcción patriarcal, capaz de imponer claridad feminista a los deseos; la ilusión de que el deseo se puede reformatear, moldear desde la razón, someter a directrices políticamente correctas, de manera que habría un criterio racional para distinguir deseos buenos y deseos malos, deseos feministas y deseos machistas, con la consecuencia inevitable de reproducir en el cuerpo de las mujeres la represión y la culpa propias de la “voluntad monjil”.

Tiene mucha razón Clara Serra cuando –sobre todo en el contexto sexualmente conservador de nuestras mujeres de mediana edad y de clase media– denuncia el puritanismo de esta pretendida ortodoxia que acaba culpabilizando a las mujeres, acusadas de no desear como se debe, y que se alejan del feminismo por las mismas razones por las que se alejan de la iglesia: porque les hace sentir que algo no funciona bien en sus cuerpos.

Creo, por tanto, que es muy importante distinguir entre voluntad y deseo, no confundir una y otro, como hacen a menudo nuestros magistrados y nuestros políticos machistas, pero también algunos feminismos no agustinianos, y abordar esa distancia y ese desacuerdo con mucho cuidado y mucho juicio, por citar la lectura que hace de Kant nuestro gran amigo Luis Alegre Zahonero en sus dos últimos libros: “El lugar de los poetas” y “Elogio de la homosexualidad”.

La contundente y necesaria divisa “no es no”, interpela a la voluntad, no al deseo: si yo te digo “no” con la palabra no importa nada si mi cuerpo se está muriendo de ganas con todos sus poros y papilas. Somos adultas y dueñas de nuestro cuerpo. Hay muchas razones por las que puedo desearte y no querer acostarme contigo: que me pones pero no me caes bien, que te conozco y sé que lo interpretarías mal, que estás enamorado y yo no, etc. Pero también puede ocurrir, al revés, que no te desee y quiera acostarme contigo. Eso es lo que ocurre, por ejemplo, en ciertas formas de prostitución o en el cine porno, fenómenos cuya ambigüedad hace muy difícil y muy necesaria la incansable deliberación del juicio.

Ahora bien, esa disonancia se produce también cotidianamente en las relaciones de pareja estables. No he entendido, la verdad, la reacción sumarísima y furibunda a un artículo muy liviano de una revista muy frívola que nos sugería a las mujeres formas cómodas de practicar el sexo con el compañero cuando no tenemos ganas. ¡Se le ha reprochado fomentar la “cultura de la violación”! Yo al artículo le reprocharía más bien esa banalización del sexo tan característica de nuestra sociedad mercantil, pero no me gustaría que, a cambio, lo solemnicemos de tal manera –el sexo– que acabemos considerando cada polvo en pareja como un acontecimiento divino.

Dentro de una pareja bienavenida se hacen constantemente concesiones por respeto y por cariño: te acompaño a dar un paseo aunque no tenga ganas, veo esa película que no me apetece demasiado, comemos hoy pescado aunque preferiría unas legumbres. Hombres y mujeres, en ciertas circunstancias, tienen el derecho y –aún más– la obligación cortés de decir sí sin ganas, de afirmar un “quiero” sin deseo, de someter su voluntad a otros deseos. ¿Por qué tendría que sentirme “violada” si quiero, contra mi deseo, satisfacer el deseo de mi chico? De hecho yo le pido que haga lo mismo conmigo y se esfuerce por excitarse y complacerme –ocultándome su desgana– cada vez que me meto en la cama excitada y él preferiría dormirse.

El artículo citado, además de frívolo, es infame y machista no porque defienda la violación, sino porque no propone fórmulas equivalentes, de sexo sin ganas, para los hombres. Pero lo cierto es que a través del sexo, como de cualquier otro gesto, pueden expresarse muchas cosas, según el contexto y la relación establecida entre los cuerpos. El acuerdo entre dos deseos y dos voluntades, imprescindible entre dos desconocidos que se tocan, o en un flechazo amoroso, no puede convertirse en la ley de una convivencia estable sin dañarla.

Frente al patriarcado, que siempre ha imaginado a las mujeres puramente desiderativas –y nunca volitivas– tenemos que reivindicar la voluntad, con todas sus peligrosas trampas sociales, pero también con todos sus bellos albedríos amorosos. Una mujer que dice voluntariamente “quiero” contra su deseo no es una mujer violada ni una esclava sexual; puede ser una trabajadora sexual (y ahí empiezan nuevas dificultades sin resolver) pero puede ser también, sencillamente, una compañera cortés y generosa.

Banalización y sacralización del sexo

El verdadero desafío es el de saber moverse con juicio entre la banalización y la sacralización del sexo, dos tentaciones que el patriarcado –y ahora el mercado– siempre ha explotado contra nosotras. Hace unos días veía una película graciosa y sin pretensiones, Kiki, el amor se hace, de Paco León, cuya ironía traviesa da toda la medida, en todo caso, de una época que ha sustituido los abismos de las perversiones por un catálogo comercial de “parafilias” normalizadas. Es una película mucho menos excitante que –no sé– las primeras películas de Almodóvar, cuyo tono irreverente comparte; en ella la sexualidad está tan normalizada que en algún sentido se presenta completamente desexualizada y, desde luego, sin sombra de tragedia, mansamente integrada en el ancho y plural mercado parafílico.

Estoy seguro de que en los últimos cuarenta años se han hecho enormes avances en la normalización saludable de la sexualidad; en Almodóvar, de hecho, hay más de Kierkegaard que de Paco León, y nadie defendería la sexualidad de Kierkegaard, aunque sí quizás sus obras (las de Almodóvar y Kierkegaard). Pero tampoco estoy seguro de que la travesura de Paco León describa otra cosa que una utopía de mercado en virtud de la cual, sin pugna y sin trabajo, sin distancia entre voluntad y deseo, la sexualidad misma desaparecería como problema. Llamamos parafilias a lo que antes llamábamos perversiones cuando sería más excitante tal vez, y más exacto, llamar perversiones también a los besos con lengua y al sexo genital.

La otra tentación es la sacralización del sexo, estrategia patriarcal contra la que el feminismo se rebeló venturosamente y que de pronto parece regresar por la vía del propio feminismo o de algunas de sus expresiones militantes, que dedican poco tiempo y esfuerzo a explorar las diferencias entre voluntad y deseo y que, por eso mismo, acaban por dar más importancia al deseo que a la voluntad o por considerar más puro y decisivo el deseo que la voluntad o por no reconocer sus desacuerdos. Con el paradójico resultado de dejarnos sin recursos para distinguir entre violación, esclavitud sexual, prostitución y simple compañerismo. Creo que el feminismo se juega buena parte de su destino emancipatorio universal en laboriosas disquisiciones de este tipo.

Acabo. Me temo que nunca podremos estar seguras de qué es lo que verdaderamente queremos y qué es lo que verdaderamente deseamos; ni de cuál es la frontera entre una cosa y la otra. Poder elegir no implica que sepamos elegir y todos nuestros dilemas morales se derivan y seguirán derivando de esta confusión. En cualquier otro mundo posible nos arrepentiremos alguna vez de haber dicho no cuando queríamos decir sí y también al revés; y la distancia entre la voluntad y el deseo, y su desacuerdo, nos seguirán atormentando. Incluso sin capitalismo y sin patriarcado, la muerte y el sexo siempre introducirán algo de tragedia en nuestras vidas; seguiremos entendiendo a Shakespeare y a Dostoievski y doliéndonos –hasta la desesperación– de que la coincidencia entre mi voluntad y mi deseo no encuentre un equivalente, en el tiempo y en el espacio, en otro cuerpo.

Hasta aquí ha hablado Marta. Ahora hablo yo. Estoy completamente de acuerdo con lo que ha dicho y sólo tendría que añadir, si acaso, una precisión: a mi juicio uno de los obstáculos internos que el patriarcado opone a la igualdad feminista (es decir, a la aplicación universal de los Derechos Humanos) tiene que ver con la dificultad de los hombres, que ellos proyectan sobre las mujeres, a la hora de distinguir entre voluntad y deseo, y entre fantasía y realidad. Son los hombres los que han levantado un más que dudoso entramado ético sobre su deseo, sublimado en ley moral y contradicho en voluntad de acción, y los que, carentes de imaginación concreta en el cuerpo a cuerpo, se sienten una y otra vez acometidos, como el espíritu hegeliano, a hacer realidad sus fantasías, la mayor parte de las cuales serían mucho más inocuas si permanecieran encerradas en sus cabezas como limitados estímulos masturbatorios.

Los hombres nos controlamos mal y, apenas nos descuidamos, nos dejamos llevar por nuestras fantasías e invadimos Polonia. Cuando hablo de “hombres” y “mujeres” no hablo, obviamente, ni de destinos genitales ni de destinos ontológicos, sino de marcos de percepción e intervención; y de la posibilidad de transformarlos entre todas con coraje y con cuidado.



Conexiones Cerebrales

I saw this on the BBC and thought you should see it: Cómo es la imagen de las conexiones cerebrales más detallada hasta el momento y para qué sirve - http://www.bbc.co.uk/mundo/media-40496810

Conferencia Las Consecuencias del Populismo


EL DESTAPE

Miguel Antonio Bernal V.

El destape durante la sesión de la Asamblea de Diputados el pasado 1 de Julio, no puede pasarse por alto. Fue un acto de despotismo coimeado para satisfacer la voracidad del apetito de la cleptocracia gobernante.

Ninguno de los presentes durante la farsa, puede presentar excusa alguna que justfique su comportamiento, ya sea por acción u omisión. El país politiquero terminó de mostrar su verdadero rostro, por encima de cualquier consideración, personal o partidaria.
Las numerosas similitudes entre la relación esclavista y la de los gobernantes con los gobernados, descrita por Aristóteles (384-322 aC), en su obra La Política, emergió con renovado esplendor en el hemiciclo legislativo.

Desde su adulterado presidencialismo, Varela hizo dedespotés para con los integrantes del legislativo. Estos, a su vez, más que mostrar el cobre que ya se les conoce, confirmaron su adicción a la escolástica y su aversion a la soberanía de la razón. Sin mayor esfuerzo, se hiieron acreedores con su actuar, de la aversión ciudadana y de la no reelección.

Embriagados, más por el poder que por el seco que producen en familia, los varelistas y sus familiares, parientes politicos, copartidarios, allegados, coimeados, arrimados, fanáticos y demás, nos brindaron en vivo y a todo color su desfachatez, arrogancia y soberbia abusadora.

Lo hicieron pero no solos. El destape fue colectivo pues, toda la partidocracia se tomó de la mano para asegurarse el “uno para todos y el todos para uno”, que requerirán las nuevas sesiones de ineptocracia y cleptocracia que nos brindarán hasta diciembre, Mientras tanto, desprovistos de mecanismos de control, los ciudadanos incuban -más y más- resentimientos, decepciones y frustraciones, sin saber qué hacer: altísimo costo de la vida, falta de medicinas, creciente inseguridad juridica, delincuencia organizada, atraco impune de Odebrecht, falta de transporte, educación mediocre, altos servidores públicos coimeadores y nepotismo. Todos alineados para que el despotismo no ilustrado avance en su tarea de destrucción ética, moral, política y social, con tal de poder deleitarse, ellos y solo ellos, con las mieles del poder.