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Tras la masacre en Gaza esta semana, ¿cuánto tiempo vamos a seguir simulando que los palestinos no son personas?





Monstruoso. Espantoso. Malvado. Es extraño cómo las palabras simplemente se agotan en día en el Oriente Próximo actual. Sesenta palestinos muertos. En un día. Dos mil cuatrocientos heridos, más de la mitad de bala. En un día. Las cifras son un escándalo, inmorales, una vergüenza para todo ejército que las provoque.



¿Y se supone que tenemos que creer que el ejército israelí es un ejército que sigue el código de la “pureza de las armas”*? Y tenemos que hacer otra pregunta. Si esta semana son 60 los palestinos muertos en un día, ¿qué pasa si la semana que viene mueren 600?, ¿o 6.000 el mes que viene? Las funestas excusas de Israel (y la cruda respuesta de Estados Unidos) suscitan esta pregunta. Si ahora podemos aceptar una masacre de estas dimensiones, ¿cuánto más va a aceptar nuestro sistema inmunológico en los próximos días, semanas y meses?



Sí, conocemos todas las excusas. Hamas (corrupto, cínico, carente de “pureza”...) estaba detrás de las manifestaciones. Algunos de los manifestantes eran violentos, lanzaron cometas ardiendo (¡cometas, por todos los cielos!) al otro lado de la frontera, otros arrojaron piedras, aunque, ¿desde cuándo arrojar piedras ha sido un crimen sancionado con la pena de muerte en algún país civilizado? Si una bebé de ocho meses muere tras inhalar gases lacrimógenos, ¿qué hacían sus padres llevando a esta bebé a la frontera de Gaza? Y así sucesivamente. ¿Por qué quejarnos por los palestinos muertos cuando tenemos a los Sissis en Egipto, los Assads en Siria y a los saudíes en Yemen con los que lidiar? Pero no, los palestinos siempre tienen que ser culpables.



Las propias víctimas son los culpables. Eso es exactamente lo que los palestinos han tenido que soportar durante 70 años. Recuerden que fueron culpables de su propio éxodo hace siete décadas porque siguieron las instrucciones que daban las emisoras de radio de abandonar sus hogares hasta que los judíos “fueran arrojados al mar”. Solo que, por supuesto, nunca existieron esos programas de radio. Todavía tenemos que agradecer a los “nuevos historiadores” de Israel el haberlo demostrado. Los programas de radio fueron un mito, parte de la historia fundacional nacional de Israel inventada para garantizar que ese nuevo Estado, lejos de haberse fundado sobre los hogares de otras personas, lo había hecho una tierra sin pueblo.



Y fue increíble contemplar cómo la misma vieja cobardía informativa de siempre empezaba a infectar el relato de los medios de comunicación sobre lo que ocurría en Gaza. La CNN llamó “medidas enérgicas” a los asesinatos israelíes.



En muchos medios de comunicación las referencias a la tragedia de los palestinos aludían a su “desplazamiento” hace 70 años, como si diera la casualidad de que estuvieran de vacaciones cuando ocurrió la “Nakba” (la catástrofe, como se la conoce) y simplemente no pudieran volver a casa. La palabra utilizada debería haber sido absolutamente clara: desposesión. Porque eso es lo que les ocurrió a los palestinos hace todos esos años y es lo que todavía ocurre en Cisjordania hoy, mientras usted lee estas líneas, gracias a hombres como Jared Kushner, el yerno de Donald Trump, un defensor de esas execrables e ilegales colonias construidas en tierra árabe quitada a los árabes que han sido los propietarios de estas tierras y han vivido en ellas durante generaciones.

Y así llegamos al más espantoso de todos los acontecimientos aciagos de la semana pasada: el hecho de que se produjeran simultáneamente la masacre en Gaza y la espléndida inauguración de la nueva embajada estadounidense en Jerusalén.



“Es un gran día para la paz”, anunció el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu. Cuando lo oí, me pregunté si había oído bien. ¿Realmente dijo esas palabras? Desgraciadamente, las dijo. En momentos como este es un inmenso alivio ver que periódicos como el diario israelí Haaretz conservan su sentido del honor. Y el reportaje más destacado se publicó en The New York Times donde Michelle Goldberg captó perfectamente el horror tanto de Gaza como de la inauguración de la embajada en Jerusalén.



La inauguración, escribió la periodista, fue “grotesca […] una consumación de la cínica alianza entre halcones judíos y evangelistas sionistas que creen que la vuelta de los judíos a Israel marcará el comienzo del apocalipsis y la vuelta de Cristo, tras lo cual los judíos que no se conviertan arderán para siempre”. Goldberg indicó que Robert Jeffress, un pastor de Dallas, había oficiado la oración de apertura en la ceremonia de la embajada.



Y Jeffress es quien una vez afirmó que religiones como el “mormonismo, el islam, el judaísmo y el hinduismo” llevan a la gente “a estar separados de Dios toda una eternidad en el infierno”. La bendición final la pronunció de John Hagee, un predicador mesiánico que, lo recordó Goldberg, afirmó una vez que Hitler había sido enviado por Dios para conducir a los judíos a su patria ancestral.



Michelle Goldberg añadía respecto a Gaza: “Aunque se niegue totalmente el derecho palestino al retorno (lo cual me resulta más difícil de hacer ahora que Israel ha abandonado casi totalmente la posibilidad de un Estado palestino), eso no excusa la desproporcionada violencia del ejército israelí”. Con todo, no estoy tan seguro de que los demócratas estén más animados a hablar de la ocupación israelí, como ella cree. Pero me parece que tiene razón cuando afirma que mientras Trump sea presidente “es posible que Israel pueda matar palestinos, demoler sus casas y apropiarse de sus tierras con impunidad”.



Rara vez en la época moderna nos hemos encontrado con que se trata a todo un pueblo, los palestinos, como si no fueran personas. Entre la basura y las ratas de los campos de refugiados de Sabra y Chatila en Líbano (¡qué fatídicos siguen siendo estos nombres!) hay una casucha que sirve de museo y donde se exponen artículos llevados a Líbano desde Galilea por las primeras personas refugiadas de finales de la década de 1940: cafeteras y las llaves de la puerta principal de casas destruidas hace tiempo. Muchas de estas personas cerraron con llave sus casas pensando que iban a volver al cabo de unos días.



Pero esta generación va muriendo rápidamente, como los muertos de la Segunda Guerra Mundial. Incluso en los archivos orales de la expulsión palestina (se ha grabado a al menos 800 supervivientes) recopilados en la Universidad Americana de Beirut se está descubriendo que han muerto muchas de estas voces que fueron grabadas a finales de la década de 1990.



Así pues, ¿irán a casa?, ¿”retornarán”? Sospecho que ese es el mayor temor de Israel, no porque haya que “retornar” [devolver] las casas, sino porque son millones los palestinos que reivindican este derecho, sancionado por las resoluciones de la ONU, y que la próxima vez podrían aparecer por decenas de miles ante la valla fronteriza de Gaza.



¿Cuántos francotiradores necesitará entonces Israel? Y hay, por supuesto, ironías lamentables ya que en Gaza viven familias cuyos abuelos y abuelas fueron expulsados de sus casas situadas a menos de una milla de la propia Gaza, de dos pueblos que estaban exactamente donde está actualmente la ciudad israelí de Sderot, a la que Hamas lanza cohetes a menudo. Todavía pueden ver sus tierras. Y cuando puedes ver tu tierra quieres ir a casa.





*El código de “la pureza de las armas” es uno de los valores que se afirman en la doctrina ética oficial de las llamadas “Fuerzas Defensivas Israelíes”, el ejército israelí. Según este código: “El soldado hará uso de su armamento y de su poder sólo para cumplir la misión y únicamente en la medida necesaria; mantendrá su humanidad incluso en combate. El soldado no empleará su armamento ni su poder para herir a no combatientes o a prisioneros de guerra, y hará todo lo que esté en su mano para evitar dañar sus vidas, cuerpos, honores y propiedades”. (N. de la t.)





Carta abierta a mis compañeros en Cuba y Venezuela


www.confidencial.com.ni / 020518



Compañeros:



La situación que vive Nicaragua no nació el 16 de abril del 2018. Es una explosión y respuesta tardía, pero no inoportuna, a los más de 27 años de abusos de todo orden cometidos por Daniel Ortega, ahora aparejado con Rosario Murillo.



Los ha cometido a nombre de una revolución que junto a su grupo que forman una mafia, contribuyeron a sabotear y finalmente llevarla al fracaso en un proceso regresivo que, por lo visto, ustedes no han logrado conocer o no lo han querido investigar, como corresponde a todo periodista profesional.



Tengo 56 años de práctica en el periodismo, repartidos entre varios semanarios en tiempos de la dictadura somocista, dos diarios afines a la revolución: Barricada –ex diario oficial del ex FSLN—, y El Nuevo Diario –fundado por ex trabajadores del diario La Prensa en 1981, y mantenido dentro de la línea revolucionaria hasta el 2012—, y de esta fecha hasta hoy, en el diario digital CONFIDENCIAL.



Si creyeran que eso no me da ninguna autoridad, estaría de acuerdo con ustedes, pero tal vez podrían pensar en que alguna autoridad moral me da el dolor por haber perdido a dos hijos de los cuatro que participaron en la lucha insurreccional contra la dictadura somocista; y ese dolor revive en mí, con cada joven asesinado por las fuerzas represivas de Ortega. Además, mi mensaje a ustedes lo baso en mi propia conciencia y sentido de justicia como ciudadano nicaragüense y con 73 años de militancia socialista y sandinista.

Ustedes le están fallando a la verdad, que es igual a fallarle a este su hermano pueblo nicaragüense, y a sus propios pueblos. Los sucesos violentos y trágicos que están ocurriendo en Nicaragua, son causados por el cúmulo de atropellos a los derechos de nuestro pueblo por las ambiciones de poder y riqueza de elementos salidos de la lucha revolucionaria, pero absorbidos por sus propios vicios en la práctica del poder. Se los resumo:



*El pacto con políticos corruptos, rescoldos del liberalismo somocista, para repartirse cuotas de poder en todos los órganos del Estado;



*Las reformas a la Constitución Política de 1987 para permitirse su reelección presidencial que, si bien no es mala cuando se respetan los derechos del pueblo a elegir, se vuelve delictiva cuando la reelección es fraudulenta y busca la permanencia en el gobierno de políticos corruptos. Durante nuestra historia hemos tenido reelecciones y fraudes electorales, intervenciones armadas norteamericanas, dictaduras, robos al erario y violaciones de los derechos políticos y humanos;



*El orteguismo es la continuidad de esta tragedia; tras el objetivo del control autoritarios del poder, Ortega fue autor, junto al ex presidente corrupto Arnoldo Alemán, de las reformas a la Ley Electoral para eliminar la inscripción de candidatos a elecciones por medio de la figura jurídica de la Suscripción Popular, cuya intención era, además de lograr una participación más democrática, liberar a los ciudadanos de la dependencia de los partidos políticos tradicionales de las oligarquías;



*Después de deshacerse de la colaboración de Alemán, por conflictos entre mafias, Ortega se quedó dominando solo todos los órganos del Estado, con lo que se ha permitido la impunidad para toda clase de abusos, desde la ilegal eliminación del artículo constitucional que prohíbe la reelección por más de dos períodos para dejar la reelección indefinida, hasta pagar favores con la impunidad a políticos corruptos;



*Un caso concreto: el gobierno Ortega-Murillo ha tolerado comprobados actos de corrupción y enriquecimiento ilícito de Roberto Rivas –de origen somocista—, por ser su principal ejecutor de los fraudes electorales como presidente del Consejo Supremo Electoral (después del último escándalo, lo tiene retirado de la vida pública, pero no del cargo, con todos sus privilegios).



*Desde la “piñata” con los bienes del Estado desde 1990, se ha observado el enriquecimiento ilícito de miembros del orteguismo, y Ortega ha hecho ostensible la adquisición de bienes para toda su familia; incluso la colaboración venezolana, la maneja a discreción, fuera del Presupuesto General de la República.



*Su familia posee propiedades, negocios y varios canales de televisión que forman un duopolio con un millonario mexicano, y al mismo tiempo restringe y pone trabas a libertad de prensa y expresión;



*Ortega encabezó en 2006 al clero católico, pastores de iglesias evangélicas, partidos políticos de derechas y otras fuerzas reaccionarias contra la vida de las mujeres, cuando prohibieron su derecho al aborto terapéutico;



*Hay derroche de recursos públicos en la construcción de obras de fachada, como los árboles de lata, en detrimento del medioambiente y de obras sociales necesarias;



*Con la concesión canalera a Wang Jing (2013), Ortega superó la enajenación de la soberanía nacional del tratado Chamorro-Bryan de 1914, firmado bajo la ocupación militar de los Estados Unidos, y contra el cual lucharon el Héroe Nacional Augusto C. Sandino, y otros patriotas.



*La dictadura de los Somoza ha sido superada en crímenes por Daniel Ortega, contra estudiantes: la anterior masacre estudiantil ocurrió en julio de 1959, en León, cuando fueron asesinados cuatro estudiantes, y ahora se registran entre 38 y 63 asesinados y una indeterminada cantidad de desaparecidos; Ortega, ya aventajó a los Somoza, y los superó en cinismo, pues dice que los estudiantes se mataron entre sí.



*Hace ocho días, Ortega habló de un diálogo que aún no se inicia, pero ustedes hablan como si estuviera en marcha; y no comienza, porque Ortega se niega a reconocer la autoría intelectual de la masacre y el castigo de los ejecutores, y sin esas condiciones, nadie quiere dialogar con él; además, Ortega no sabe dialogar: si no ha dado entrevistas al periodismo durante sus últimos once años en el poder, menos que quiera entrevistarse con representantes de todo el pueblo, sintiéndose culpable.



Lo señalado no es todo, pero refleja algo de la descomposición que viene arrastrando el orteguismo, lo que complementa con los vicios personales del gobernante que trascienden en perjuicio de la sociedad, junto con la complicidad de los mandos superiores de la Policía y del Ejército.



Les recuerdo que, si ustedes continúan repitiendo las mentiras oficiales de este gobierno, estarán siendo cómplices de los enemigos de la libertad de nuestro pueblo, y junto a Ortega ya les están dando oportunidad al gobierno estadounidense y a sus agentes políticos, y ex gobernantes miembros de las clases pro yanquis en sus países, de aparecer como nobles defensores del pueblo nicaragüense. Pero su fin ulterior, es establecer un gobierno que acepte abiertamente la injerencia de los Estados Unidos y sea fiel a su política exterior hegemónica y agresiva, de la que históricamente Nicaragua ha sido su víctima.



Elementos como el español Aznar, cómplice de la agresión a Iraq; de los colombianos Pastrana y Uribe, responsables del Plan Colombia y de las nueve bases militares norteamericanas en su territorio, cómplices del narcotráfico y de los crímenes del paramilitarismo, junto a otros agentes pro yanquis en deudas con sus pueblos y la OEA, ya comenzaron a meter sus narices en Nicaragua. (Acaba de arribar al país, un tal Penco, delegado de Luis Almagro, a negociar con Ortega). Es falso también, y ustedes caen en falsedad, comparando Nicaragua a Cuba y a Venezuela; tan falso como el “socialismo cristiano y solidario” de Ortega.



Lo que estos agentes puedan hacer en nuestro país, incluso instalar un gobierno de derechas bajo influencia yanqui, ustedes tendrán parte de responsabilidad –igual que sus gobiernos—si no cambian sus informaciones y su solidaridad con Ortega, basados en mentiras. Y también, por no hacerles observaciones críticas a sus gobiernos de no apoyar a un violador de derechos humanos de mujeres y hombres, por miopía política, sectarismo ideológico o intereses políticos de Estado. Si ustedes no son capaces de decir la verdad sobre lo que pasa en mi país, al menos no mientan. Solo eso les reclamo, porque de la denuncia y la renuncia de Ortega se está encargando el pueblo nicaragüense.



Fraternos saludos, Onofre Guevara López.


Agroquímicos y Antropoceno. Más allá de la primavera silenciosa, la noche silenciosa








Estamos en el Antropoceno, experimentando la que probablemente está siendo la sexta extinción masiva del planeta y la primera causada por una única especie: el ser humano. En este proceso, los químicos de síntesis y en concreto los pesticidas, están jugando un papel fundamental. En la actualidad, se aplican de forma directa sobre campos y alimentos 2.300 millones de kg de pesticidas al año, cantidad que aumenta anualmente desde hace 75 años.



Ya en 1962, Rachel Carson advirtió en su obra Primavera silenciosa  que el declive de pájaros (y con ellos de su canto), provocado por la bioacumulación de pesticidas a lo largo de la cadena trófica, era una advertencia del colapso ambiental y de que la salud humana estaba intrincadamente ligada a la salud del medio. Fue este libro el primero en describir los impactos ambientales del creciente uso de pesticidas, pero las tasas de extinción han seguido aumentando desde entonces de forma continuada.



Los anfibios, una clase vertebrada que sobrevivió a las últimas cuatro extinciones masivas, hoy tienen un 70 % de sus especies en amenaza de extinción en todo el mundo (de ahí nuestra noche silenciosa). Aunque la pérdida de hábitat es seguramente la causa más directa de la pérdida de anfibios, los contaminantes ambientales, especialmente los pesticidas, son factores claves de esta disminución.



Historia de los pesticidas



La agricultura ha formado parte de la civilización desde hace 10,000 años. Y, aunque se llevan utilizando sustancias pesticidas basadas en compuestos inorgánicos o en extractos de plantas desde hace 4,500 años, no es hasta después de la Segunda Guerra Mundial cuando empiezan a utilizarse los pesticidas sintéticos, algunos tan tristemente conocidos por sus graves impactos ambientales como el DDT o el herbicida 2,4-D.



Tras la guerra, los métodos de producción de nitrógeno para la fabricación de explosivos se adaptaron para la producción de fertilizantes en agricultura. Los insecticidas utilizados para combatir insectos portadores de enfermedades se adaptaron para el control de plagas agrícolas.



Los herbicidas utilizados como defoliantes para destruir los suministros de comida y el refugio de la “resistencia” se modificaron para combatir las malas hierbas. Desde entonces, el uso de estos tóxicos en agricultura ha ido incrementando hasta los actuales 2,300 millones de kg anuales. La presencia de pesticidas es actualmente ubicua. Transportados por el agua, por el aire, en las cadenas tróficas y por los animales migratorios, se puede encontrar pesticidas en las reservas de agua potable, en la atmósfera, en los suelos e incluso en la cima de las montañas o en áreas muy remotas del Ártico. La exposición generalizada a los agroquímicos ha alterado los paisajes y ecosistemas alrededor de todo el mundo.



Impactos de los pesticidas



Se han descrito diversos impactos directos de los pesticidas en organismos no objetivo como, por ejemplo, los efectos tóxicos del maíz BT (modificado genéticamente para producir toxinas) en la población de mariposa monarca o de insecticidas neonicotinoides en las abejas. Pero la situación se agrava ante las evidencias de que, incluso las concentraciones bajas de algunos de estos tóxicos (consideradas anteriormente como «no tóxicas»), pueden tener un impacto sobre la salud, la fisiología, la reproducción y el desarrollo debido a sus efectos como disruptores endocrinos. Esto sucede a través de una serie de mecanismos que incluyen la alteración de la producción hormonal, variaciones en su vida media o en los receptores hormonales.



Por ejemplo, el DDT se ha correlacionado en distintos animales con el afeminamiento de machos en el desarrollo o durante la edad adulta y, en seres humanos, con la aparición del cáncer de mama o alteraciones del funcionamiento normal de la tiroides con efectos en el crecimiento, metabolismo y desarrollo y función neuronal.



Históricamente, había una falsa sensación de seguridad por la asunción de que los herbicidas no afectaban a animales. Se ha demostrado que esta asunción es falsa. Por ejemplo, el herbicida atrazina es dañino para peces, anfibios, reptiles, pájaros y mamíferos debido a su potente efecto como disruptor hormonal.



En humanos, la atrazina también está implicada en defectos de nacimiento como hipospadias, criptorquidismo y micropene. El glifosato, actualmente el herbicida más utilizado del mundo, en 2015 se catalogó como probable cancerígeno y se describieron distintos efectos como disruptor hormonal. Está probado que el glifosato altera la estructura de los ovarios, tiene efectos adversos en la producción de esperma, causa un descenso en la fertilidad masculina y un descenso en la testosterona. Además, estimula las células de cáncer de mama a través de alteración de los receptores de estrógenos.



Persistencia, bioacumulación y biomagnificación



El gran volumen de pesticidas producidos y utilizados cada año es aún más preocupante si reflexionamos sobre su persistencia en el medio ambiente. El DDT y sus residuos de transformación persisten en el medio, en animales y en humanos durante décadas. Algo similar ocurre con los tres herbicidas más populares (glifosato, atrazina y 2,4-D). Aunque la vida media de la degradación va de unas semanas a meses, los metabolitos de su degradación, pueden persistir durante décadas con actividad toxicológica similar o diferente. Los pesticidas y sus residuos, se bioacumulan en tejidos animales y se biomagnifican a través de las redes alimentarias.



Debido a este fenómeno en la actualidad hay residuos de pesticidas en todos los organismos de mayor tamaño de la tierra. Además, los pesticidas pueden transmitirse a las crías a través de la placenta y de la leche materna. También puede encontrarse en la clara de huevo de pájaros, reptiles y peces.



Aparición de resistencias



Los pesticidas también pueden alterar la estructura genética de los organismos. Esto hace que una de las consecuencias del uso masivo de pesticidas sea la aparición de resistencias. De hecho, de las 25 plagas de insectos actualmente más dañinas en agricultura, 17 son resistentes a insecticidas. Históricamente, la respuesta a la resistencia de los insecticidas consistía en aplicar más químicos y con más frecuencia, acelerando así la evolución de la resistencia. De la misma manera, el uso intenso de herbicidas en agricultura ha llevado a la evolución de plantas adventicias resistentes.



El registro más antiguo de resistencia a herbicidas data de 1957, cuando se descubrieron zanahorias resistentes al 2,4-D. Para 2013, se habían descrito más de 400 hierbas resistentes, incluyendo muchas con resistencia a múltiples.



El futuro y las soluciones



Muchos de los plaguicidas utilizados son retirados tras comprobarse su elevada toxicidad después de años de utilización. El uso masivo de pesticidas se ha basado en ideas predominantes hasta la década de los 60 que confiaban en la capacidad ilimitada de autodepuración de la Tierra. Estas ideas son, a día de hoy, inaceptables y el desarrollo de nuevos modelos agrarios agroecológicos que minimicen o eliminen el uso de productos químicos de síntesis, es necesario y urgente.



Cada vez se extienden y demandan más, alternativas de producción ecológicamente sostenibles y socialmente justas de manera que la superficie dedicada al cultivo ecológico, libre de pesticidas de síntesis, no ha dejado de crecer en los últimos años.



En 2017, bajo el paraguas de la Iniciativa Ciudadana Europea Stop-Glifosato, se recogieron más de 1,3 millones de firmas en tan solo cinco meses demandando a la Comisión Europea la prohibición del glifosato, la reforma del procedimiento de aprobación de nuevos pesticidas y el establecimiento de objetivos de reducción del empleo de pesticidas de carácter vinculante en toda la UE.



A pesar de la contundente demanda ciudadana, la CE ignoró la petición renovando la licencia de uso de glifosato 5 años más. Esto pone de relieve la dificultad desde la ciudadanía y los movimientos sociales de enfrentar políticamente las presiones ejercidas por las grandes corporaciones implicadas en el mercado de los agroquímicos, pero también pone de manifiesto la necesidad de seguir movilizándonos al respecto tanto desde el apoyo a formas de producción agroecológicas como desde la defensa directa de nuestro derecho a vivir en un medio ambiente saludable.



Mireia Llorente. Área de Agroecología, Soberanía alimentaria y Mundo rural de Ecologistas en Acción.


La Ciudad en la academia global


Por: Guillermo Castro Herrera

El proceso de transición entre la civilización creada por la revolución industrial y la que emerge de la revolución tecnológica de nuestro tiempo se hace sentir ya en todos los campos de la gestión del conocimiento. Para la Ciudad, conocer y entender esto tiene especial importancia. Primero, porque nuestro mercado es justamente el de los servicios que demanda esa gestión del conocimiento. Y enseguida, porque la Ciudad es una de las herramientas con que cuenta Panamá para participar con éxito en esa transición.
Así como la Revolución Industrial de fines del siglo XVIII y comienzos del XIX creó las condiciones para la formación del sistema educativo moderno, la revolución tecnológica demanda ya el paso a una gestión del conocimiento concebida desde una perspectiva global. Y en esta nueva circunstancia convergen tanto la creación de nuevas oportunidades de contacto e intercambio con culturas distintas a la propia, como el desarrollo de nuevas formas de relación entre el quehacer científico y académico, las empresas de la nueva economía, y las sociedades contemporáneas. De eso trata, justamente, la creciente demanda de una academia global.
La transición hacia esa academia innovadora demanda crear ecosistemas que faciliten la construcción de un futuro próspero, equitativo, democrático y sostenible mediante la interacción entre emprendimientos innovadores, centros de investigación y desarrollo, programas de formación de capacidades y espacios de interacción con el entorno social. En esto ha venido trabajando la Ciudad desde hace 18 años, quizás sin saberlo del todo al principio, y con plena voluntad consciente al hoy, desde una sociedad que no contaba entonces con un legado relevante en este campo.
Eso ha cambiado desde entonces, y es justo – y sobre todo, necesario – reconocer ese cambio en su trascendencia como en el esfuerzo que ha requerido y la experiencia que ha generado.
Hemos creado capacidades, que hace veinte años apenas podíamos entrever. Hemos creado, por ejemplo, nuevas oportunidades de colaboración entre corporaciones globales como GlaxoSmithkline, centros de investigación científica como INDICASAT y el Instituto Gorgas, y universidades internacionales de gran prestigio. De igual modo, nuestro ecosistema estimula la interacción entre empresas como COPA, organismos públicos como la Autoridad de Innovación Gubernamental, y organizaciones empresariales como la Cámara Panameña de Tecnología. Y a eso se agregan iniciativas de un tipo enteramente nuevo, como la creación de un clúster de la industria musical, y la colaboración en el desarrollo de Centros de Competitividad en diversas regiones del interior del país.
Cuando decimos que nuestra misión consiste en promover la innovación para el cambio social, nos referimos a lo que ya estamos haciendo. Con eso, contribuimos a hacer de Panamá una sociedad más competitiva y mejor integrada en la comunidad global. Ya somos parte del proceso de creación del sistema de gestión del conocimiento que demanda un mundo que merezca ser llamado nuevo por lo humano que llegue a ser. Ahora se trata de hacerlo cada vez mejor.
Ciudad del Saber, Panamá, junio 15 de 2018

Clasicos de los 80's - Las Mejores Canciones con saxofon - Musica Instru...

Líbano un presentable ‘Estado Fallido’, marioneta de las potencias extranjeras


Nazanín Armanian
www.publico.es / 080518

La única novedad en las elecciones del 8 de mayo del 2018, celebradas después de 9 años de parón, ha sido el impresionante número de mujeres candidatas: 86 aspirantes que lucharon para ocupar uno de los 128 escaños del parlamento masculinizado libanés que contaba sólo con cuatro diputadas, y encima todas parientes de los hombres de los políticos del país. Por lo demás, el triunfo de Hizbolá, sin cambiar el escenario, supone nuevos desafíos para el país mediterráneo.

Líbano («Blanco», quizás por sus montañas cubiertas de nieve), atrapado entre un Israel expansionista, una Siria devastada, y un Mediterráneo lleno de recursos naturales, seguirá siendo dirigido por los mismos políticos incompetentes, corruptos, y leales a los intereses extranjeros, quienes además mantendrán la estructura de poder diseñada por el colonialismo francés: la teocracia compuesta por 18 sectas religiosas que rige la vida de los ciudadanos con normas de los siglos pasados.

El “reparto del poder en proporción a cada grupo” sigue basado en la estadística poblacional del 1943, cuando Francia afirmaba que la mayoría eran cristianos y, por ende, el presidente sería un cristiano maronita, el primer ministro un musulmán-sunnita y el parlamento sería precedido por un musulmán-chiita. Una fórmula que desde hace unas décadas están siendo utilizada por Arabia Saudita, Irán, Siria, Jordania, Egipto, EEUU y Francia para jugar sus cartas en la región, desde un país que ha sido escenario de masacres como la de Sabra y Chatila dirigida por Israel o escándalos como el “Irán-Contra” que sacó los trapos sucios de la Administración Reagan.

Hoy, la vida de esta entrañable tierra además está marcada por la guerra de Siria que ha provocado:

+ Tensión entre los partidos: La milicia del partido chiita de Dios, Hizbolá (fundado por Irán en 1982) está luchando al lado del gobierno de Bashar al Asad, contra los “rebeldes” patrocinados por Arabia y Occidente. A pesar de que mantiene su popularidad por haber puesto fin a la ocupación israelí del sur del Líbano, Hizbolá recibe críticas por los “patriotas” al defender con armas a un estado que mantuvo ocupado el país entre los años 1976 y 2005.

+Millonarias pérdidas económicas en fuga de capitales, la caída del turismo por lo que Líbano dejo de percibir unos 16.000 millones de euros en 2016, y “castigos” asestados por los inversores árabes por la normalización de la presencia de Hizbolá en las instituciones libanesas.

+ Cambios demográficos: Sus 4,5 millones de habitantes, que ya habían acogido a decenas de miles de refugiados palestinos, han recibido a 1,5 millones de sirios. La población les culpa a ellos que no a sus propios gobernantes por los problemas con los suministros de agua, electricidad, alimentos y servicios de salud y educación. La “solución” de los políticos ineptos ante el creciente descontento popular, es exigir a los solicitantes de refugio documentos que justifiquen su entrada al Líbano, a la vez que planea una masiva repatriación forzosa de todos los sirios llegados. El invierno pasado murieron congelados una veintena de sirios que huían de la guerra -entre ellos varios niños-, cuando intentaban alcanzar el país vecino. Que la mayoría de los refugiados sean sunnitas, y muchos también Anti-Asad, tiene un impacto político: no sólo aumenta el peso de los sunnitas en la sociedad libanesa, sino también el de los que se oponen a Hizbolá. En este país, los cambios demográficos han causado conflictos armados.

+ Ataque israelí a las posiciones de Hizbolá. Existe una posibilidad real de que el Líbano se convierta, junto con Siria e Irak, en uno de los escenarios de la guerra directa entre Irán y el triángulo EEUU-Israel- Arabia.

Las potencies y sus intereses

EEUU. Salvo momentos puntuales, Líbano no ha sido una prioridad en la agenda política de Washington. Dwight Eisenhower envió 14.000 soldados al diminuto país cuando un sector de sus “musulmanes” quería que el país se integrara en la República Árabe Unida – formada por Egipto y Siria (1958-1961); suficiente para que Jamal Abdel Nasser desistiera a extender su iniciativa panarabista. Desde la década de 1980, y con la entrada de la República Islámica de Irán en el Líbano, EEUU que la considera una amenaza para la seguridad de Israel, ha reforzado el ejército libanés para convertirlo en un contrapeso de Hizbolá, sin conseguirlo. Ahora bien, Washington tampoco tolera las jugadas desestabilizadoras de Arabia como cuando Riad secuestró al primer ministro libanés Saad Hariri para obligarle a romper la alianza gubernamental con Hizbolá, que había dado algo de estabilidad a aquel país.

Irán. Líbano alberga el mayor número de chiitas árabes, después de Irak. Para el difunto ayatolá Jomeini, el Líbano era la oportunidad para ir y desmantelar a Israel, recuperando Jerusalén, la tierra del ”Islam”, que no de los palestinos; desde allí declaró la guerra de los chiitas contra los sunnitas, laicos y ateos (representados por la OLP de Arafat). Una vez que Irán perdió la guerra con Irak (1980-1988), y EEUU y sus aliados destruyeron a dos de sus vecinos: Irak y Afganistán, y Bush le colocó en la lista del Eje del mal, Teherán renunció a aquella utopía y se centró en proteger el país ampliando su esfera de influencia en la región.

Hoy el objetivo de la presencia de Irán en el Líbano y Siria, ambos vecinos de Israel, -país con tenencia ilegal de armas de destrucción masiva, y que no para de amenazarle a Teherán-, es disuadir a Tel Aviv y Washington.

Arabia Saudi. Desde el asesinato del primer ministro libanés, Rafik Hariri, en 2005, Arabia Saudí está perdiendo terreno en la arena política libanesa. La debilidad de los gobiernos de Saad Hariri ha agravado aún más esta situación. Además, las guerras contra Yemen y Siria han absorbido las finanzas de Riad y su capacidad de “comprar voluntades”. Aun así, ante el triunfo de Hizbolá, Riad puede ahogar el Líbano con una presión financiera y diplomática hasta desmoronarlo. En febrero de 2016, suspendió la prometida donación de 3.000 millones de dólares a las Fuerzas Armadas libanesas con las que iban a comprar armas francesas, ni le entregó la partida de 1000 millones destinada a renovar el sector de la seguridad libanesa.

Francia. Paris intenta recuperar la influencia en sus antiguas colonias en Oriente Próximo, y presentarse como una potencia mundial. De allí su mediación en el conflicto nuclear entre Irán y Trump, y también en restablecer a Hariri en el gobierno del Líbano, después del famoso secuestro. A pesar de la enemistad con Hizbolá, Paris valoraba la alianza que había dado estabilidad a este complicado país, en el que tiene grandes inversiones, lo cual no impide que ruegue a Trump que mantenga a sus tropas en Siria con el fin de minimizar la influencia de Irán, Turquía y los grupos islamistas. Para Francia, Líbano es también un “saco de arena” contra la salida de los refugiados hacia Europa. El problema de Francia es que en Oriente Próximo, Rusia y EEUU bastan y sobran y no le necesitan.

Rusia. Hay una singularidad en la política rusa respecto a esta región: su enfoque multipolar, por lo que mantiene relaciones cordiales con Irán, Israel, Arabia Saudí, Egipto, Líbano, Qatar, o Turquía. En febrero pasado, Moscú, negoció con Beirut para impulsar intercambios culturales como abrir escuelas de idioma ruso; una mayor cooperación energética para que sus compañías puedan trabajar en las reservas libanesas de gas natural, prestarle protección ante el inicio de la “guerra de gas” en el  Mediterráneo Oriental; Moscú también desea una cooperación militar como el posible uso de la base de Riyak (en el valle de Bekka), y la venta de armas al ejército, a pesar de que pueda cambiar el equilibrio actual entre las fuerzas armadas libanesas y Hizbolá, grupo con el que no tiene una relación estrecha, a pesar de ser compañeros de trinchera en Siria. A Kremlin no le gusta un “Eje de resistencia” contra Israel, país con el que tiene muy buenas relaciones. En el Líbano, Rusia será bienvenida no sólo por los cristianos ortodoxos griegos, los nacionalistas árabes, los seculares y la izquierda, sino también por los partidos prooccidentales: supone un contrapeso a Irán y Hizbolá. Aun así, es poco probable que Rusia empiece a invertir en la Tierra de los Cedros antes de que la guerra de Siria termine.

“¡Creerás en el evangelio!” es lo único que no le ha pedido EEUU a Irán en sus “12 mandamientos”


Nazanin Armanian
www.publico.es / 280518

“Les aplastaremos”, “no permitiremos que…”, o “El régimen iraní debe saber que esto es sólo el comienzo“, han sido los términos y el tono usado por Mark Pompeo, el ex jefe de la CIA, experto en torturas y operaciones encubiertas, y quien hoy dirije la política exterior de EEUU, explicando el 21 de mayo la nueva política de EEUU hacia Irán, en 12 puntos.

Al igual que los jefes de la Mafia, Pompeo no negocia, sólo envía recados al adversario: si lo acepta, le deja vivir, si no lo eliminará. A sabiendas de que la República Islámica (RI) los iba a rechazar, su discurso era declaración pública de guerra. Dos meses antes, EEUU había realizado con Israel la mega maniobra “Juniper Cobra 2018” con 4500 soldados en el suelo europeo con el objetivo de “mejorar la coordinación entre los ejércitos de EEUU e Israel”. Un año antes, el gobierno judío organizó el mayor ejercicio de guerra de su historia, “la Bandera Azul”, junto con EEUU, Francia, Italia, Grecia y Polonia. Y, acaba de probar el caza más moderno del mundo, el F-35, utilizando el cielo de Beirut como el escenario de la guerra real.

Si Irán no cumple con estos mandamientos, afirmó Pompeo, se enfrentaría a “las sanciones más duras de la historia” y “presiones financieras sin precedentes”. Es lo que hicieron en Irak matando a cerca de 2.000.000 de civiles de hambre, y de bombas, incluido el uranio. Sus amenazas deben alertar al mundo si recordamos además que el Neocon John Bolton, asesor de seguridad de Trump, dijo que “EEUU debe acabar con la RI antes de su 40 aniversario” en 2019, o de que Rudy Giuliani, jefe de “Giuliani Partners LLC”, una compañía de seguridad, prometía al grupo opositor de derecha islamista “Moyahedin-e Khalq” que en 2019 celebraría sus eventos en Teherán.
¡Obedeces o te convertiré en un pilar de sal!

Las exigencias de Pompeo a Irán son tan imposibles de cumplir como pedir a la esposa de Lot no mirar cómo su hogar se convertía en cenizas por la furia de Dios:

1+ ¡Me entregarás el informe se tus actividades nuclear anteriores al 2015, ya que los pecados de mis enemigos nunca se prescriben! Que la OIEA afirme que, al contrario de Israel y Pakistán, Irán no sólo ha sido firmante del TNP, sino que nunca ha fabricado una bomba nuclear, no le sirve al régimen de Trump: Irán debe mostrar su inocencia, aunque, como dijo Colin Powell en 2015 sea Israel quien tenga 200 bombas nucleares y todas apuntándose a Irán.

2+ ¡Detendrás el enriquecimiento de uranio! Si la ONU reconoce el derecho a enriquecer el uranio para fines pacíficos, y el OIEA confirma que la RI no tiene programa de armas nucleares, ¿a qué viene esta exigencia?

3+ ¡Permitirás visitas guiadas a tus instalaciones nucleares y militares! Los expertos del OIEA han podido realizar once visitas sorpresas a los centros nucleares de Irán. En cuanto a un paseo turístico por las bases militares, Irán lo aceptará cuando el trío Trump-Netanyahu-Salman (TNS) hagan lo mismo.

4+ ¡No fabricarás misiles balísticos! Irán, un país que fue ocupado durante las dos guerras mundiales, luego invadido por Irak (aliado de EEUU), y que recibe amenazas de Israel, de Arabia y del propio EEUU, tiene el derecho y el deber a defenderse. Estos tres países poseen juntos un gigantesco almacén de armas de destrucción masiva más avanzadas del planeta, y ¿les preocupa los misiles más “convencionales” de Irán?

5+ ¡Liberarás a todos los presos estadounidenses y los de nuestros aliados (o sea, casi de todo el mundo)! Ningún problema. ¿Qué tal si los canjeas con los iraníes encarcelados en los mismos países?  

6+ ¡Detendrás tu apoyo a los grupos terroristas, como Hizbolá o Hamas! ¿Y lo pide un país que actúa como un estado terrorista? Más allá de la ideología de un partido chiita de derecha como el Partido de Dios (cuyas copias sunnitas, judías, cristianas o budistas, abundan en el mundo, incluido en EEUU), hay que reconocer que, si no fuera por su defensa a la integridad territorial del Líbano, este país hoy sería una provincia asediada de Israel. Además, fue Francia quien creó su sistema político, fallido en su génesis, y marioneta de las potencias extranjeras. En cuanto a Hamas, grupo fundamentalista sunnita, Pompeo sabe que sus principales apoyos son Arabia, Turquía (socio de la OTAN) y Qatar.

7+ ¡Respetarás la soberanía de Irak!  ¿Lo pide el mismo país que se burló de la soberanía de Irak con falsos argumentos y hoy lo ha colonizado con las 12 bases militares? EEUU gastó miles de millones de dólares, mató a dos millones de iraquíes, y sacrificó a 73.000 soldados propios con el fin de dominar el país que es el corazón de Oriente Próximo y la segunda reserva mundial del petróleo, y no para que ahora venga Irán y quiera parte del pastel. Teherán ha recibido dos fuertes golpes a su influencia en este país: en 2014 cuando Obama apartó al primer ministro Nuri al Maliki, y en mayo del 2018, con el triunfo de los chiitas árabes anti-iraníes en las elecciones parlamentarias.

8+ ¡Renunciarás a apoyar a los hutíes de Yemen y presentarás un plan de paz! Irán no puede ayudar a los chiíes yemeníes, porque no existe ningún acceso al país que no esté controlado por EEUU y Arabia. Y no es Irán quien está bombardeando a los civiles, sus hospitales, almacenes de alimentos y depósitos de agua, sino EEUU y las petromonarquías árabes que han provocado en Yemen la mayor crisis humanitaria del mundo, y enviaron a la papelera el plan de paz de 4 puntos de Irán.

9+ ¡Retirarás tus fuerzas armadas de Siria! ¿Y dejar que sólo EEUU, Francia, Israel, Arabia, Turquía y otros aliados intervengan en este país? Siria es la última barrera a la agresión de Israel-EEUU a Irán. Pero, Siria no necesitan tutores. Pedirá a Irán que se retirase cuando considere conveniente.

10+ ¡Cortarás la relación con los talibanes y Al Qaeda! Cierto que EEUU quiere tener una relación de exclusividad con sus criaturas, pero aquí lo que pretende es relacionar a Irán con el terrorismo “sunnita”. También acusó a Saddam Husein por el 11S, cuando ¡ya conocía los verdaderos organizadores del atentado! Lo cierto es que las fantasías expansionistas de la RI, para ir a liberar a Jerusalén, se desvanecieron cuando perdió la guerra con un país casi cuatro veces más pequeño como Irak. Luego llegaron los ataques en cadena de EEUU y sus aliados a los países soberanos y la RI cambió su política exterior a la defensiva, creando un cinturón de seguridad alrededor del país.

11+ ¡Disolverás la Fuerza Qods de los Guardianes Islámicos que opera en la zona!  Washington no quiere que nadie moleste a sus cientos de miles de hombres armados que han ocupado esta codiciada región.

12+ ¡Dejarás de amenazar a nuestros aliados en la zona! Si tu aliado israelí bombardea Gaza, Siria, y el Líbano, y amenaza Irán un día sí y otro también, es absurdo pedirle tener el aguante de Job, y que no se queje.

Las respuestas de la RI

En Irán operan dos gobiernos paralelos: el “de facto”, de los ultras, del ayatolá Jameneí-Guardianes Islámicos, y el legal del presidente Rohaní. Al primero, que concentra la totalidad del poder, no le importaría una guerra de baja intensidad para exportar la profunda crisis interna, mientras el segundo intenta rebajar la tensión y salvar el acuerdo con el apoyo de China, Rusia y la UE: quizás Trump cambie de idea o quizás el próximo presidente lo recupere.

Pompeo intenta invalidar cualquier acuerdo entre la UE e Irán. Mientras el presidente Macron sigue defendiendo el pacto nuclear criticando duramente a EEUU, la canciller Merkel empieza acercarse a la postura de Trump, quizás por las presiones de Israel y Arabia. Éste ha cancelado nuevos contratos con las compañías de Siemens y Bayer, por seguir trabajando con Irán. Y puede vengarse aun de maneras más contundentes.  

El Congreso de EEUU, atemorizado por los pasos que está dando Trump, acaba de retirar al presidente el permiso de lanzar un ataque militar contra Irán. El mundo necesita más diplomacia. La crisis nuclear de Irán ha sido la única en la región que se resolvió sin uso de fuerza militar. Por la paz mundial, hay que salvar este histórico logro.

El Espíritu y el ocaso de las religiones


Jose Arregi

Dentro de una semana es Pentecostés, que en griego significa cincuenta. En la liturgia cristiana, es la fiesta del Espíritu o del aliento universal, alma de cuanto es, energía originaria que crea y une, mueve y transmuta sin cesar todas las formas. Todo, sin cesar. También las religiones, y a esto me referiré en particular.

Cuenta el libro de los Hechos de los Apóstoles, escrito por el año 80, que cincuenta días después de la Pascua, estando las discípulas y discípulos de Jesús encerrados en su cenáculo, de pronto irrumpió el Espíritu, ardió como llama de fuego en sus corazones, disipó sus miedos, los lanzó afuera, “hasta el fin del mundo”. Hablaron nuevas lenguas, rompieron los límites de su religión judía, inventaron nuevas formas sin sujetarse a ellas, trascendieron fronteras, se hicieron hermanas y hermanos de todos, con un mensaje simple y hondo: el Evangelio de Jesús, liberador de opresiones, sanador de heridas.

Sin embargo, no mucho tiempo después, los seguidores de Jesús se hicieron “cristianos”, construyeron templos, erigieron sacerdocios y jerarquías, definieron dogmas. El nuevo movimiento se volvió religión. Y así dos mil años hasta hoy. 

Pero hoy vivimos, de nuevo, un tiempo singular y crítico. Un tiempo espiritual postsecular y postreligioso a la vez. Un nuevo tiempo en el que el Espíritu irrumpe y se postula más allá de las religiones, y éstas vuelven a revelarse como meras formas contingentes y pasajeras del Espíritu. Lo viejo se desvanece y lo nuevo no ha hallado aún su forma dinámica, mutante y transformadora, su forma fecunda. Todo indica que, para una mayoría creciente, ya no será una forma religiosa en el sentido tradicional: un sistema de creencias, ritos y normas inmutables, fundadas en seres “sobrenaturales” y sometidas a una autoridad sagrada, jerárquica, infundida de lo alto. Como nunca hasta hoy desde el origen de las grandes culturas religiosas, se dibuja en el horizonte el ocaso de este marco religioso tradicional que tomó cuerpo hace unos 8,000 años en el valle del Nilo, en los oasis de Palestina y Siria, en las fértiles llanuras del Tigris y del Éufrates en Irak, en los valles del Indo y del Ganges en la India, y a orillas del Chang Jiang (“el río largo”) y del Hohangho (“el río amarillo”) en China…

Es propio de las religiones, como de todas las formas, aparecer, evolucionar y pasar, dar paso –pascua– a otra forma que sostenga la vida, una forma que puede ser o no ser religiosa. Las religiones desaparecen cuando, por múltiples razones, fallan sus creencias, es decir, cuando sus credos y códigos pierden credibilidad cultural.

A lo largo de los últimos milenios, incontables religiones, grandes y pequeñas, han desaparecido, a veces por evolución interna, a veces por asimilación, y no pocas veces por represión violenta. Miremos, por ejemplo, la extinción masiva de las religiones indígenas del continente americano en los últimos 500 años. Y miremos el imparable proceso de desaparición que hoy mismo, desde hace 100 o solo 50 años, ante nuestra mirada apenada y resignada, están padeciendo tantas religiones tradicionales de América, África y Oceanía: ¿qué será muy pronto de la religión de los aborígenes australianos, de los maoríes de Nueva Zelanda, de los mapuches de la Araucanía chileno-argentina o de los rapanuis de la Isla de Pascua con sus imponentes Moáis que miran al mar, al Infinito en su horizonte? Y, más pronto que tarde, ¿qué será de la religión de los Akán de Ghana, Costa de Marfil y Togo, los zulús de Sudáfrica, Mozambique, Zambia y Zimbabue, o los masáis de Kenia y Tanzania?
Pero miremos más cerca, a nuestro propio continente europeo. El cristianismo, por su pujanza espiritual, por su creatividad cultural y por sus alianzas con el poder político, absorbió y reemplazó las viejas religiones griegas, romanas, eslavas, bálticas, escandinavas, germánicas, celtas y otras. Solo quedó el cristianismo.

Pero hoy, a su vez, ¿no está quedándose el propio cristianismo solo y aislado, disociado del marco de lo “creíble” y practicable, perdida su credibilidad cultural? Stephen Bullivant, profesor de teología y sociología de la religión de la Universidad de Saint Mary (Londres), ha publicado recientemente un libro que describe la situación de la juventud europea en relación con la religión: “Adultos jóvenes de Europa y Religión”. Los datos concretos se han difundido y están a disposición de cualquiera en internet. Por ejemplo: solo el 2% de los jóvenes adultos van semanalmente a misa en Bélgica, el 3% en Hungría y Austria, el 6% en Alemania, si bien es verdad que en Polonia lo hace todavía el 47%, (pero no nos engañemos: hace solo unas décadas eran mucho más). Lo vemos cada domingo con nuestros propios ojos. Y no es solamente que no asista ningún joven adulto, sino tampoco casi nadie por debajo de los 60-65 años. Una religión que no se practica está moribunda. El declive se extiende rápidamente.

Pero, dicen muchos sociólogos, eso sucede solo en Europa. Europa no es la regla, añaden, sino la excepción de la secularización y del ocaso de las religiones. Y aducen como prueba la situación de los Estados Unidos de América, una sociedad puntera en el conocimiento y muy religiosa a la vez. Pero mírese bien: no solo cada uno sigue allí libremente su propia religión, sino que cada uno la entiende y la vive a su propia manera (hasta la grotesca caricatura de Donald Trump, sedicente cristiano presbiteriano de no sé qué iglesia). Claro que la “herejía”, es decir, la elección individual, es inevitable, y en buena medida deseable, pero una vez que se llega a ese punto, cuando se pone en tela de juicio el principio de la autoridad religiosa constituida, empieza justamente la disolución de una religión sustentada en creencias y normas de conducta controladas por una autoridad exterior. La libre decisión personal y la individualización llevan derecho a la fragmentación y/o la disolución de la religión como sistema.

Así sucedió en Europa, y así sucederá, tarde o temprano, en América del Norte y del Sur y en todos los continentes. La razón crítica, la difusión de las ciencias y el principio de la libre decisión personal acarrean inevitablemente la superación de todas las religiones tradicionales, incluido el cristianismo. En esta situación nos hallamos. Ése es el horizonte que se abre ante nosotros. Pero no es un desierto sin vida. Nuevos horizontes nos abren al Infinito.

En esta situación planetaria, con tales horizontes abiertos, si no queremos resignarnos a la alternativa destructiva de Donald Trump ni a ningún tipo de fundamentalismo religioso igualmente destructivo, si aún queremos ser una humanidad hermanada y feliz en la comunión de todos los seres, tendremos que beber de la fuente interior universal, del Espíritu que nos une y nos hace respirar, libres de todas las formas, dogmas y autoridades, pero hermanos de todos los seres. El Espíritu es el ocaso de las religiones, pero nada habremos ganado si no respiramos a fondo Espíritu y Vida.