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Richard Adams, como el pelícano
Ricardo Falla
www.plazapublica.com.gt / 031118
Hace poco más de un mes, el 11 de
septiembre de 2018, murió en Panajachel el antropólogo Richard N. Adams. Por
iniciativa del historiador guatemalteco, Arturo Taracena, que me instó a
escribir unas líneas sobre él, he juntado algunos recuerdos para perfilar un
poco su personalidad y su aporte a la antropología, a sabiendas que fue un
cientista muy debatido en Guatemala. Adoptaré una perspectiva personal y, por
supuesto, no cimentada científica y sistemáticamente. Para alguien con más
energía queda esta tarea sobre un estudioso rico y complicado.
Nació en 1924 en Ann Arbor, Michigan,
Estados Unidos. Realizó sus estudios de pregrado en la Universidad de Michigan,
donde se graduó en 1947. Posteriormente, realizó sus estudios de maestría y
doctorado en la Universidad de Yale y se graduó en 1949 y 1951,
respectivamente. Su tesis de doctorado fue acerca del desarrollo autónomo de
Muquiyauyo, Perú.
Sus últimos años los vivió tranquilamente
junto a su esposa, Betty Hannstein, en Panajachel, a la orilla del lago de
Atitlán en Guatemala. 67 años de casados. Tuvieron tres hijos, Tani, la más
conocida en Guatemala por su trabajo de directora del Centro de Investigaciones
Regionales de Mesoamérica (CIRMA), recién fallecida.
Durante 1977 fue presidente de la American
Anthropological Association.
Betty me escribió el 11 de septiembre
desde Panajachel. Me decía que el médico le daba entre 24 y 48 horas de vida y
me pedía que estuviera en el velorio que pensaban tener en su casa y dijera
algunas palabras. Pero yo estaba en San Salvador. “Murió tranquilo”, enfatizó
ella al día siguiente que le hablé, “tranquilo”, es decir, “que no se resistió
a la muerte”. Su respiración se le fue apagando poco a poco hasta que se fue.
Luego, Betty me contó que esa misma tarde unos carpinteros que habían trabajado
con ellos le hicieron una caja sencilla de cedro. “La casa se llenó de olor a
cedro”. Y le hicieron el velorio sencillo, entre una docena de personas,
hablando de él, y al terminar, Funerales Reforma, con su hijo Walter, se llevó
el cuerpo a Guatemala para cremarlo. Las cenizas volvieron a la casa de Panajachel
donde se encuentran guardadas en una urna, esperando la decisión de Betty. Rick
quería que se juntaran las cenizas de ambos y luego se arrojaran al lago. Betty
espera que el tiempo pase para decidirse.
Yo no pude estar en el velorio. Creo que
Betty hubiera querido que además de las palabras le hubiera dicho una oración,
pues por teléfono me encomendó recordarlo en mis misas.
En otra ocasión,
yo había bautizado a la hija adoptada de Tani en la Antigua, estando presentes
Betty y Rick que era y fue agnóstico hasta la muerte, como luego explicaré.
Yo conocí a Rick Adams a través de Jorge
Skinner-Klee, cuando solicité ingreso a la Universidad de Chicago, y Sol Tax
respondió que se habían desligado allí de Guatemala y que fuera a Texas,
Austin, con Adams, quien en esos momentos (1965, más o menos) estaba al tanto
de Guatemala con un grupo de estudiantes, los mismos que le ayudaron a escribir
Crucifixion by Power (1970). Llegué a Austin en
septiembre de 1966 y lo más normal fue acudir a él. Yo traía estudios de
Teología y debía poner las bases de la Antropología. Recuerdo cómo insistió en
que tomara cursos de lingüística general: descriptiva, histórica, generativa
(Chomski), etc., tal vez porque no era su fuerte y sentía la necesidad de esa
especialidad. “Me empilé” con la lingüística y el estructuralismo de
Lévi-Strauss más de la cuenta, para su juicio.
Caí bajo el influjo de un antropólogo más
joven, Ira Buchler, con quien nos hicimos muy amigos. Él buscaba las
estructuras profundas, a lo Chomski, y yo me metí en las estructuras
elementales del parentesco y en el análisis de mitos, etc., hasta que un día
Rick me dijo: “y qué vas a hacer con todo eso”. Entrar en “la orquesta” de los
mitos, darles vuelta, grandes análisis, pero luego, ¿qué? Para interpretar la
dinámica social eso no me ayudaba. Cuando escogí el tema de la tesis,
aconsejado por él, recuerdo que insistió en que pusiera en el centro de la
problemática a la demografía, que tampoco era su fuerte, pero que casaba muy
bien en su esquema de la relación de la población con el medio, a través de la
tecnología.
Así, hacía él el esquema simple en el
pizarrón, la tecnología atrás, empujando todo el proceso, y uniendo al medio y
a la población. La tecnología relacionaba al medio y a la población, siendo así
el núcleo de la cultura. Y luego de allí se estructuran la organización y las ideas.
Más o menos así, siempre empujando todo el esquema la tecnología. Sin negar,
por supuesto, las interacciones de las ideas sobre la tecnología y todos los
elementos del diagrama entre sí.
Yo abandoné luego el consejo de darle a la
población el lugar central, porque no tenía bases de demografía, solo un
barniz, y porque lo que encontré en el campo de San Antonio Ilotenango, Quiché,
era cambio de creencias, no el efecto de la presión demográfica, que era lo que
a él le importaba mucho. Le propuse el cambio de tema y lo aceptó.
Y esto tiene que ver con la selección, de
mi parte, de él como asesor de tesis. Esta selección fue un riesgo, porque era
muy exigente. Todos los estudiantes lo sabían y lo comentaban. Hasta duro.
Imposible argumentar con él. Te deshacía. Entonces, si en el curso de la tesis
no nos entendíamos y me veía obligado a dejarlo y buscar otro asesor, tenía que
cambiar de tema y volver al principio, como le sucedió al caso de genocidio.
Volver al principio. Las ventajas de elegirlo eran aprender de él, sobre la
marcha, la forma práctica de acceder a las problemáticas urgentes de Guatemala
y Centroamérica.
En Texas se le admiraba y sus clases se
llenaban de estudiantes. Las daba en la tarde, pero no se le dormían. No había
allí nada del ambiente que se generaría a fines de los 60 y principios de los
70 en Guatemala contra él, que casi se le pintaba en las discusiones
universitarias con cachos y con cola por ser un funcionalista norteamericano.
Mucho quise ver qué tenía de
funcionalista. Eso sí, no era marxista, ni materialista histórico, ni mucho
menos materialista dialéctico. Esto último, sí que no. Pero provenía de la
corriente de Leslie White, muy influenciada de marxismo por el acento en la
materia y en la evolución, aunque no dialéctica, de la sociedad. Se centró en
el análisis del poder, relación humana, que nacía del control del medio
(naturaleza, recursos) a través de la tecnología (medios de producción, pero no
usaba este vocablo). Si se le hubiera preguntado en ese tiempo, así a boca de
jarro: dígame cuál es el motor de la historia, no hubiera respondido que la
memoria, ni la lucha de clases, sino la tecnología.
Así, como no era marxista, tampoco creía,
a pesar de ser muy amigo de Joaquín Noval, en la revolución. Era frío y
desapasionado en sus análisis, sin levantar la voz, siempre con un tono suave
pero enérgico y sonriente, hasta a veces sonaba escéptico, que no se casaba ni
con el régimen guatemalteco, ni con los movimientos de izquierda. A ambos
criticaba. Su centro era la ciencia que, en algún artículo, irónicamente y con
risa dice “mi torre de marfil”.
Joaquín Noval lo defendió a capa y espada
en su interpretación del cambio cultural mostrando que él no pretendía una
integración social asimilacionista que hiciera desparecer al pueblo indígena en
el mar ladino occidental. Una cosa era el cambio cultural, indetenible, y la
integración cultural, y otra cosa era la integración social.
Mi tesis, que luego se llamó Quiché Rebelde, no le interesó tanto por el cambio de
creencias, para mí sí muy permeada de dialéctica, como por la interacción entre
profundos cambios culturales que no solo no erosionaban la identidad social,
sino que eran necesarios para que la población maya se adaptara a su medio
social y natural y pudiera sobrevivir como pueblo. La Acción Católica del
Occidente no erosionaba la identidad social, sino al contrario. Él tenía una
visión elogiosa de la cultura indígena maya de Guatemala por su enorme
flexibilidad a través de la historia y a través de la modernidad que entraba
arrasando culturalmente con todo. A decir verdad, antes que viera mi tesis
terminada, quedó entusiasmado de un artículo de Carlos Cabarrús sobre Tecpán,
que distinguía lo que era identidad étnica y cultura.
Rick Adams tampoco tomó partido político
ni por Joaquín, aunque este lo defendiera, ni por, digamos, Guzmán Böckler, que
lo difamaba. No se quiso meter en ninguno de los extremos que estaban
representados en la Universidad de San Carlos en una lucha ideológica que,
según Joaquín a principios de los 70, se enfrascaba en “ganar los mismos”. Él
decía que por eso era estéril. Representaba, creo, la tensión entre la vieja
estructura del Partido Guatemalteco del Trabajo (PGT), aunque Joaquín la
criticaba ferozmente, pero siempre desde dentro, y la joven guerra de
guerrillas sembrada en el Occidente (ORPA).
Yo sí creo que Joaquín, en sus críticas al
análisis de clase de Guzmán Böckler, era más claro que él al distinguir lo que
era clase social y lo que era etnia, pero Guzmán Böckler traía a la universidad
una efervescencia de la que carecía Joaquín, a pesar de ser el organizador de
la Guerrilla de la Milpa en la costa sur fronteriza con México. Guzmán Böckler
y toda su corriente tuvo mucha parte en poner sobre el tapete el racismo, del
que ni la antropología norteamericana, ni Rick hablaban. Y el racismo nos ha
ayudado a entender el genocidio.
Así fue como yo conocí en esos días a
Adams y a través de él a Tani, su hija, quien se enamoró de los jesuitas de la
Zona 5 hasta querer, decía, ser jesuita. Rick, siento que tenía un cariño
especial hacia ella. La miraba con sonrisa, al ver su impetuosidad, que
admiraba, pero también al ver que ella no era una intelectual como él. Era otra
cosa y le gustaba a él eso. Nosotros le facilitamos la entrada en San Martín
Jilotepeque para hacer su tesis y la integramos en una investigación de la FTN
en 1979. Pero, en eso vinieron los exilios y nos separamos. Yo fui a Nicaragua
y después a la montaña con las Comunidades de Población en Resistencia y más
tarde a Honduras.
Tampoco volví a ver a su papá, aunque
estando en Honduras, por los años 90, él influyó en Texas para que Quiché Rebelde se tradujera y él le hizo la
introducción. Tuvimos unas discusioncitas por email, yo queriendo que la parte
teórica de Quiché Rebelde —la
teoría de él, o tal vez mejor, sus conceptos— quedara en la traducción, y él
diciéndome que para qué, si nadie se había interesado por su teoría y todos se
iban por Foucault. Yo gané, por fin. Pero me llamó la atención esa especie de
desilusión por tanta reflexión hecha, a pesar de que en México y en Argentina
hubiera, y creo hay, muchos científicos sociales de altura que lo reconocían
como pionero y se interesaban en su teorización más abstracta sobre la energía y
la estructura y otros temas, que yo, para ser sincero, no seguí, aunque más
tarde él me regalara algunos de sus escritos en Panajachel cuando lo visitaba
después de 2001.
Yo me quedé con conceptos elementales de
su teoría de poder y con esos me fui batiendo en la investigación por bastante
tiempo. Ya no supe qué de provecho encontrar en su teorización más abstracta.
Me desconecté. Esos elementos, nos los daba en clase y aparecen resumidos en Crucifixion by Power. Aunque siempre me topaba con sus
límites, como al analizar el cambio religioso. En ese terreno él no vibraba.
Viendo para atrás y siempre desde mi
perspectiva, un periodo fue el de estudios en Guatemala y Centroamérica, y
cuando se le ataca en Guatemala, a principios de los 70, e inicia otro al desligarse
y desarrollar su producción teórica alrededor de la energía. Por fin, otro… Yo
vi que, en Guatemala, entrada la primera década de 2000, comenzó otra etapa de
su vida. Los visitaba a Betty y a él, una o dos veces al año en Panajachel. Me
dijo una vez que había realizado un cambio de lado del cerebro. Toda su vida
había estado trabajando con el lado izquierdo y ahora iba a comenzar con el
derecho. Había dejado de escribir, de hacer trabajar su razón teórica o incluso
su razón sin más, y hacía trabajar ahora su capacidad artística, en concreto,
la escultura en madera. Y me enseñó una preciosa comadreja tallada en cedro
brillante. Fue la primera escultura que hizo, como para ensayarse, utilizando
de modelo una que tenían, viva, en el jardín, que después tuvieron que soltar
en un río de la costa, desde donde huiría a la montaña. Era muy brava.
Otra vez, había hecho una escultura que a
Betty le llamó mucho la atención y dice que es la que más le gusta: un pelícano
muriendo en la playa, con el ala rota, inclinado, como quien se va
definitivamente a acostar. Rick, parecía que no les transmitía simbolismo a sus
esculturas y por eso, las hacía de animales, algo neutro. Pero quien ve el
pelícano entiende que allí se estaba retratando él. Un lado de la cabeza del
pelícano se le ve el ojo y el pico con todo detalle. El otro lado está vacío. Y
el pelícano está frente al mar…
Hay otra escultura
de dos manos. “No, no significa lo que tú estás pensando”, le dijo a Betty, es
decir, oración. No, no es oración, ni menos él en oración.
Por fin, no sé si la última o una de las
últimas, una escultura en ciprés de un helicoide. Hizo dos, una chiquita, como
prueba, porque era muy difícil, y la grande, parada, como de más de un metro.
Me dijo hace más de un año que le gustaba verla. Por supuesto, no dijo que le
gustaba “contemplarla” porque eso llevaría a una interpretación que no era la
suya. “Le gustaba verla” y no un momento, sino quedársela viendo. Ayer fui a
visitar a Betty y el hombre fiel que les cocina, me dijo que el día antes lo
había soñado. Estaba sentado junto al jardín de dentro mirando hacia un lado.
Mirando, pero no viendo nada en concreto, sino con los ojos perdidos. Estaba,
dispensa Rick, contemplando, ya no viendo el helicoide, sino mirando sin mirar,
pero sintiendo. El momento en que el pensamiento se suspende. No razona, pero
se une al sentimiento. Intuye. ¿Qué es lo que intuía?
Dice Betty que hace poco, después que
murió Tani y tiraron sus cenizas en el lago, entonces, dijo, “Aquí se acabó la
vida de Tani” y las dejó ir, las soltó para que volvieran al lago. A pesar de
haber crecido en una familia anglicana muy creyente –y su hermano lo es–, él se
distanció de la fe cristiana. Betty piensa que lo que le pasó de niño al entrar
a la adolescencia tal vez influyó. Era acólito y se desmayó en el altar. Lo
sacaron cargado. Bueno, había que volver al altar. Algo así como cuando un
caballo lo bota a uno, hay que volver a montarlo, dice Betty. Pero la segunda
vez se desmayó de nuevo. Algo tenía contra el altar y contra todo ese mundo de
simbología. Desde entonces, ya no más.
Yo veo que él murió dándose cuenta de que
la vida allí se le acababa y punto, no inventar más. Consecuente con que todo
es energía, que se complica y estructura, pero se acaba también, como materia
que es. Así era su pensamiento, el producto del cerebro, y por eso al final de
la vida se enojaba con this damned,
tocándose la cabeza —este jodido cerebro— que ya no le trabajaba. Pero cuando
le llega la muerte la recibe en paz, no se resiste a ella. ¡Tremeeendo!
Yo le oí una vez decir que él era agnóstico.
Es decir, no ateo. Una palabra que tal vez a muchos nos choca, pero cuando la
vemos realizada en él, encontramos consonancia con nuestra experiencia de lo
desconocido, de lo que no se entiende, de lo que sobrepasa la razón y entonces
los símbolos nos ayudan a descansar en ese hoyo negro, y al descansar allí hay
algo como que da luz que es lo que cautiva nuestra mirada.
Callar va junto con dejar de razonar. La
última vez que los visité, tal vez hace unos 10 meses me llamó la atención que
mientras antes él era el que llevaba la voz cantante y Betty callaba, ahora era
al revés. Betty hablaba y se revelaba en la riqueza de sus historias. Él la oía
y pretendía intervenir, pero le costaba y acudía a ella.
Gina, su otra hija, me escribió desde
Estados Unidos hace poco: “[Estoy triste…] Sin embargo, sé que su alma y
espíritu eran tan grandes como para ser encerrados en el cuerpo y mente en que
él habitaba al final, y yo estoy alegre de que él está libre ahora”.
Estas palabras de Gina me recuerdan las
que el testigo de la masacre de San Francisco les dijo a sus compañeros muertos
antes de huir él de la casa donde estaban encerrados: “Ustedes ya están libres,
déjenme a mí ir en libertad”
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1955 Notas sobre el uso de la antropología
en el campo de la salud pública. Bol. Oficina Sanit Panam. 1955; 37:473-90.
1957 Cultural Surveys of
Panama-Nicaragua-Guatemala-El Salvador-Honduras. Pan American Sanitary Bureau. Scientific Publications. N.33.
1970 Crucifixion by Power. University of Texas Press, Austin.
1975 Energy and Structure, University of Texas Press, Austin.
1977 «Power in Human Societies: A Synthesis », en Raymond Fogelson
y R.N. Adams (eds.), The Anthropology of Power, The Academic Press, Nueva York.
1978 La red de la expansión humana. CIESAS.
1988 The Eighth Day. Social Evolution as the Self-Organization of
Energy, U of Texas Press, Austin.
1995 Etnias en evolución social: Estudios
de Guatemala y Centroamérica (Biblioteca de alteridades) (Spanish Edition).
"¿Qué futuro le espera a la Iglesia?"
José María Castillo
www.religiondigital.com / 291118
El conocido historiador francés, Fréderic
Lenoir, ha sabido formular una realidad que da motivos para pensar a fondo.
¿Qué futuro le espera a la iglesia católica? Es un hecho que la religión está
en crisis. ¿Significa eso que la iglesia también lo está? ¡Mucho cuidado al
responder a esta cuestión! Que la cosa no está tan clara, si se piensa en serio
y sin miedos.
Y aquí viene lo de Lenoir. Dice este
historiador: "Los hombres de iglesia, deslumbrados por el éxito de su
religión, se aficionaron al poder" ("El Cristo filósofo", 2009,
pg. 20). Pero esto llevó a los hombres de iglesia a ver la realidad como
realmente no ha sido, ni es.
Me explico, citando de nuevo a Lenoir.
"La Inquisición se abolió en el siglo
XVIII, pero ¿por qué? ¿Acaso porque la Institución tomó conciencia de su
abominable comportamiento y decidió enmendarse? No. Simplemente porque ya no
tenía los medios que requería la voluntad de dominación (en España tuvimos
Inquisición hasta el s. XIX, con Fernando VII). Porque la separación de la iglesia
y el Estado... privó (a la iglesia) del "brazo secular" en el que se
apoyaba para quitar la vida los herejes. Porque los humanistas del Renacimiento
y los filósofos ilustrados habían logrado instaurar la libertad de conciencia
como un derecho fundamental de todo ser humano.
Hoy estas ideas se imponen a todos (o a la
inmensa mayoría) en occidente, creyentes y no creyentes. No se han implantado a
través de la iglesia, sino (en muchos casos) en contra de la iglesia... La gran
paradoja, la ironía suprema de la historia es que el surgimiento moderno de la laicidad,
los derechos humanos, la libertad de conciencia, todo lo que surgió en los
siglos XVI, XVII y XVIII contra la voluntad de los clérigos, se produjo a
través del recurso implícito y explícito al mensaje original del Evangelio...
que no llegó a los hombres por la puerta de la iglesia, sino por la ventana del
humanismo del Renacimiento y la Ilustración" (o. c., pg. 21).
Yo sé que a todo esto se le podrán (y
deberán) hacer las matizaciones que sean necesarias. Pero, en todo caso,
andemos con cuidado. Que podemos encontrarnos con sorpresas que no imaginamos.
En pleno s. XX, el papa Pío X dijo, en la encíclica "Vehementer Nos"
(ASS, nº 19, pgs. 8-9):
"En la sola Jerarquía residen el
derecho y la autoridad necesaria para promover y dirigir a todos los miembros
hacia el fin de la sociedad. En cuanto a la multitud, no tiene otro derecho que
el de dejarse conducir y, dócilmente, el de seguir a sus pastores".
¿Que se está hundiendo la religión
sustentadora y promotora de estos disparates? Por lo que respecta a los
disparates, cuanto antes se hunda, tanto mejor. Pero entonces, ¿qué quedará en
pie? O, mejor dicho, ¿qué futuro nos espera a quienes seguimos pensando que, en
la iglesia, nos queda una luz de esperanza?
Mi respuesta, de momento, es ésta: si los
evangelios no mienten, es un hecho que Jesús, el Señor, se enfrentó al Templo,
a los sacerdotes, a los maestros de la Ley, a las observancias religiosas que
se anteponían a la curación de los enfermos o que despreciaban a los
extranjeros y a los pecadores... Jesús se enfrentó, además, a los observantes
(fariseos) que se veían superiores a la gente vulgar. ¿Qué todo esto supone que
la religión se hunde? Si es por eso, yo no me siento pesimista.
¿Que necesitamos el Evangelio? Mi
convicción es que ahora es cuando más lo necesitamos. Por eso, yo veo ahora el
futuro de la iglesia más esperanzador que nunca. Porque se está hundiendo lo
que Jesús dijo que se tenía que acabar: "Se acerca la hora, ya está aquí,
en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y verdad"
(Jn 4:23). ¿Qué nos queda entonces? Exactamente lo mismo que dijo Jesús en su
mandato final: "Que os queráis unos otros como yo os he querido. En esto
se conocerá que sois discípulos míos" (Jn 13:14-15).
Seguiremos profundizando. Lo que acabo de
decir no es nada más que el punto de partida. Continuará.
La CIA, el MI6 y la qatarización de Arabia Saudí.
www.publico.es / 02 11 18
Era
de esperar que un “acto terrorista” apartara la noticia del crimen de Khashoggi
de los titulares: un simpatizante de Trump enviaba paquetes de bomba a los
líderes del Partido Demócrata, mientras unos “anónimos” están demonizando
al periodista desertor saudí, en las redes sociales. Aun así, un
sector del establishment estadounidense (de ambos partidos), con el fin de
cambiar la política de EEUU en Oriente Próximo, pretende evitar que los
trumpistas consigan organizar el olvido sobre un crimen que ni ha
ocurrido en EEUU, y ni la víctima y sus asesino son estadounidenses. La élite
de la superpotencia ha abandonado al falso
heredero y el golpista Mohammed Bin Salman (MBS) – apodado “Mohammed
Bone Sawman” (en referencia al uso de sierra de hueso utilizada para desmembrar
a Khashoggi), aprovecha la incapacidad del presidente para gestionar la primera
gran crisis en las relaciones entre EEUU y el Reino de Arabia Saudí (RAS), y el
fracaso de Mike Pompeo en convencer a los
turcos en encubrir juntos el atroz asesinato.
“Este
tipo debe marcharse” sentenció el senador republicano Lindsey Graham. Los
adversarios demócratas de Trump, en la víspera de los comicios parlamentarias
de noviembre, pretenden utilizar las relaciones del presidente (ya tachado de
poco menos que “agente de Rusia” y pervertido
sexual) con los “asesinos saudíes” para forzar su dimisión. La
familia de Salman, que se jacta de tener “en el bolsillo” a Jared Kushner, el
yerno de Trump y el hombre de Israel en la Casa Blanca, habían comprado una
planta de la Torre Trump y uno de los yates del magnate para sacarle de un
apuro económico en los años noventa. De allí el “Amo a los saudíes” del
presidente.
El
crimen mal planeado y peor ejecutado de Khashoggi, el hombre de la Hermandad
Musulmana (HM), rival del wahabismo, y quien en una entrevista había afirmado
que “los saudíes merecemos algo mejor” que los actuales gobernantes, ha sido la
copa de nieve necesaria para producir el alud que está arrollando la familia de
Salman. Decía Friedrich Engels, al explicar la “Ley del tránsito de la cantidad
a la cualidad” que, cuando unos cambios cuantitativos adquieren un nivel
crítico, se produce inevitablemente un cambio cualitativo. Y hay un antes y
después de Khashoggi en la historia de RAS.
Afirma
el diario británico Express que, tres semanas antes de la llegada de Khashoggi
de EEUU a Turquía, el MI6 conocía los planes de MBS para su secuestro; también
Washington Post publica que la inteligencia estadounidense conocía este plan.
Es posible que el heredero haya caído en una trampa parecida a la que EEUU
tendió a Sadam Husein en 1990: el 30 de julio Sadam informó a la embajadora de
EEUU en Bagdad, April Glaspie, de su intención de invadir Kuwait. Ella le
respondió que su país no tiene ninguna opinión respecto a los conflictos
inter-árabes (¿una luz verde?). Luego, el secretario de Estado adjunto, John
Nelly, a la pregunta de si EEUU ayudaría a Kuwait en caso de un ataque de Irak,
responde: No tenemos tratados de defensa con ningún país del Golfo”. Bush
padre, iba a sacrificar a Irak en una devastadora agresión para agradecer a los
dioses el
fin de la Unión Soviética y anunciar sobre las cenizas de Irak el
Nuevo Orden Mundial.
La
CIA apoya al que fue el verdadero príncipe heredero Mohammed bin Nayef, en
arresto domiciliario desde el 2015. Es consciente de que MBS no tiene el apoyo
de la Guardia Nacional de Arabia Saudí (SANG), en la que EEUU ha destinado
4.000 millones de dólares para su “capacitación”, ni del clérigo wahabita, ni
de los tres mil príncipes (a unos 200 de ellos les secuestró en la
peculiar Noche de Cristales Rotos Saudíes, en el hotel Ritz de Riad,
y les obligó con palizas y torturas a entregarle cientos de miles de millones),
ni mucho menos de millones de hombres y mujeres jóvenes que sueñan con un país
moderno. El declive de la economía se agrava con la fuga de capitales y de
cerebros y la paralización de la salida a la bolsa de la
petrolera estatal Aramco, debido a la incapacidad del régimen de
presentar unas cuentas transparentes.
Mohammed,
de 33 años, ha desmantelado el gobierno tradicional, concentrando la totalidad
del poder en sus manos. El caso Khashoggi ha revelado la farsa de la
estabilidad del reino bajo el mando del “reformador” MBS: recuerda las palabras
de Jimmy Carter en diciembre de 1977, cuando calificaba al Irán del Sha como
una “isla de estabilidad”. Un año después, el Sha preparaba las maletas.
Choque entre dos
modelos
Si
bien es cierto que EEUU, para preservar su hegemonía sobre el golfo Pérsico,
debe asociarse con Arabia Saudita o con Irán, también lo es que la caída del
régimen del Sha en 1978 ha generado serias discrepancias en establishment de
EEUU acerca de cómo hacerlo, en una región que: 1) es la principal reserva
mundial del petróleo y gas, y 2) está próximo a las dos capitales rivales:
Moscú y Pekín, y muy lejos de Washington.
Una
facción apuesta por reconfigurar el mapa de la zona, destruyendo los países
poderosos y convertirlos en mini estados controlables mediante devastadoras
guerras, la ocupación militar, y un regreso al colonialismo. Línea representada
por los Bush, Clinton y Trump, que hoy pretende:
1.
Contener
a Irán. Trump es el
único presidente de EEUU que ha realizado su primer viaje al
extranjero, visitando a Riad y Tel Aviv, los archienemigos de Irán, y está promoviendo
una “OTAN sunnita” para una guerra “delegada” contra los persas, a los que ha
impuesto un embargo de petróleo con la esperanza de que los saudíes consigan
llenar el vacío que dejaría Irán en el mercado.
2.
Dividir
a los propios países “sunnitas”: el caso Khashoggi ha aumentado la tensión
entre Ankara y Riad. Ahora, Erdogan – quien sabe dónde está el cuerpo de
Khashoggi-, busca un acercamiento a Washington y hace que el péndulo de poder
regional se incline hacia Turquía. No hace mucho, Trump
también provocó un conflicto entre Arabia y Qatar, y sólo invocó la
paz cuando recibió del pequeño país un cheque por el valor de 12.000 millones
de dólares para la compra de 36 aviones F-15. La política de Trump ha sido fortalecer
el eje Riad-El Cairo-Dubái, y enfrentarlo a Ankara-Doha, gobernados por la HM.
3.
Sacar
miles de millones de dólares de los saudíes, con amenazas: sólo un día antes
del asesinato de Khashoggi, Trump advirtió al rey Salman: “Sin nosotros no
duraríais ni dos semanas”, ya que Riad se había negado bajar los precios del
petróleo. Tras el crimen de Estambul, el destino del régimen de Arabia Saudita
está completamente en manos del presidente de EEUU. Además, Washington no
estaba nada contento con la visita de Salman a Moscú el octubre del 2017:
¿había tratado con Vladimir Putin desvincular el petróleo del dólar? ¡Ni se le
ocurra! Trump miente al decir que las posibles sanciones a Arabia pondrían en
peligro su contrato de 110.000 millones de dólares en ventas de armas, y
empujarán a Riad a comprarlas de Rusia o China: este “contrato” fue negociado
con Obama y aún está por concretar. Además, RAS -sí o sí- tendrá que comprar
armas a EEUU dentro de al menos diez años, rehén de los recambios, municiones,
entrenamiento, etc. que necesitará para sus aviones y misiles y que ningún otro
país se los podrá suministrar. Lo que le preocupa al presidente es la ingente
comisión que cobran los intermediarios de estos contratos.
Frente
a esta política, la facción liderada por Barak Obama –quien calificaba a los
saudíes de “llamados aliados”-, considera a la Casa Saud socios venenosos que
perjudican los intereses de EEUU, y aboga por un equilibrio entre Irán,
Turquía, Israel y RAS, para así volcarse con la contención del principal
enemigo: China. La advertencia de Obama de que los saudíes tenían que
“compartir” el Medio Oriente con Irán, provocó el desaire de la monarquía que
en la visita del presidente al reino el 21 de abril del 2016 no llegó
a recibirle en el aeropuerto. La política de EEUU para esta región
falló cuando, en 2003, Bush reemplazó el régimen semisecular y árabe-sunnita de
Sadam Husein por una teocracia-chiita, provocando la ira de Israel, Turquía y
Arabia. Por lo que, propone:
1.
Recuperar
el acuerdo nuclear con Irán, o al menos permitir que Europa
haga del “Occidente bueno”, y suavice las relaciones con Teherán. No
todas las compañías estadounidenses son vendedoras de armas. Trump ha
suspendido, por ejemplo, la venta de 73 aviones Boeing a Irán, y ha hecho que
sean Rusia y China quienes dominen el mercado petrolífero iraní.
2.
Potenciar
al otro islamismo
reaccionario: la HM, debilitando el wahabismo. Obama abortó la
Primavera árabe de Egipto al patrocinar
a Mohammed Mursi, quien fue derrocado con el dinero saudí pagado al
general Al Sisi.
3.
Ahora
que los países árabes se acercan a Israel (Netanyahu acaba de visitar Omán), EEUU
no necesita de Riad para sacar a Tel Aviv del aislamiento.
4.
Rescatar
los llamados “valores occidentales” -que Trump ni siquiera los usa como
pretexto-, para condenar a Riad, si no ¿cómo podrían condenar a Rusia o China
por el pisoteo de los derechos humanos?
5.
Apartar
al Jack el destripador saudí, por confundir el estatus de su país ante EEUU con
el de Israel: en enero del 2010, seis agentes del Mosad, disfrazados con
pelucas y gorros, asesinaron al líder de Hamas, Mahmud al Mabhuh en un hotel de
Dubai. ¡No fue portada de ningún periódico! Hay que buscarle un sustituto, ya
que MBS, no ha hecho más que acumular fiascos en:
5.1.
Impedir
que Irán aumentase su influencia en la zona. Todo lo contrario: Qatar, Omán y
Kuwait ven en Teherán la garantía de un equilibrio regional y mantener su
soberanía, amenazada por las tentaciones saudíes.
5.2.
La
guerra contra Yemen.
5.3.
Aislar
a Qatar.
5.4.
No
conseguir la expulsión de Hizbolá del gobierno de coalición libanés, a pesar de
secuestrar al primer ministro Saad Hariri y obligarle a renunciar de su cargo.
Francia reprobó a Arabia y restituyó a Hariri en su puesto.
5.5.
La
inaudita reacción a las críticas: cuando el gobierno canadiense le criticó el
agosto pasado por el encarcelamiento
de las activistas en Arabia Saudí expulsó al embajador, congeló todo
el comercio bilateral, canceló los vuelos entre ambos países, y ordenó que los
16.000 estudiantes becarios saudíes regresasen al país. Semanas después,
“crucificó” a un hombre y luego exhibió su cuerpo decapitado en una plaza de
Riad.
5.6.
Salvar
a Arabia de los Salman
Los
occidentales ya no podrán apretar la mano de MBS, e impera la necesidad de
reformar la teocracia medieval saudí, que ha pasado de ser un socio incómodo a
insoportable.
Ya
en 1964, cuando las fuerzas progresistas habían derrocado sus monarquías en la
mayoría de los países árabes, Gran Bretaña organizó a través de la SANG un
golpe de estado contra el rey inmovilista Saud Bin Abdulaziz en favor de su
hermano pequeño Faisal, evitando una revolución, que en el sur de Yemen, país
vecino, terminó llevando a los marxistas al poder, y aun hoy sigue siendo la
única república de la península arábiga. El golpe reforzó el papel del
wahabismo panislamista. En 1969, los militares, respaldados por un sector del
Pentágono, intentaron otro golpe, planeando bombardear el palacio real, matar
al rey y los príncipes, e instalar la República de la Península Arábiga.
Dicha
reforma en Arabia le urge para el Occidente, tanto para maquillar su tenebroso
rostro, como para impedir revueltas sociales: “la evolución para evitar la
revolución”. Rusia (que ha aceptado la versión saudí del crimen) amplía su
influencia en la región, y sobre dos países que tradicionalmente estaban en la
órbita de EEUU: Turquía e Irán. Y la presencia de MBS en la primera
fila impide realizar ambos objetivos. Y si no va por las buenas, EEUU podrá:
1.
Congelar
la venta de armas a Riad, en virtud de la Ley de Control de Exportación de
Armas de 1976, y así de paso poner fin de la guerra contra Yemen ahora que el
MBS, no ha podido ganarla, en parte por la ayuda
inestimable de algunos príncipes saudíes a los hutíes. De hecho, ya
hay movimientos: el propio Pompeo acaba de “pedir” a Riad
un alto el fuego, y empiezan las negociaciones (secretas) entre Riad
y Teherán.
2.
Utilizar
la Ley de Justicia contra Patrocinadores del Terrorismo (JASTA) que permite a
los ciudadanos de EEUU demandar a gobiernos extranjeros por cooperar en ataques
terroristas en éste país, persiguiendo a Arabia por su
papel en los atentados del 11S.
Lo
que desconocen es la imposibilidad de modernizar una teocracia.
Concierto Navideño de la Orquesta Sinfónica de Minería
Desde el palacio de Minería, un programa especial integrado con villancicos y selecciones de la música de Händel, Chaikovski, Grabielli y Anderson, entre otros compositores, con la participación de los coros Convivium Musicum, Pro Música, Facultad de Ingeniería de la UNAM y el Grupo Coral Ensamble Cáritas, todos bajo la dirección de José Areán.
Jesús no fundó ninguna religión
José María Castillo
www.religiondigital.com / 071118
Religión Digital ha publicado recientemente una
declaración en la que defiende que "informar de los abusos del
clero no es traicionar a la iglesia católica". Cuando he leído esta
declaración, lo primero que se me ocurre decir es que estoy completamente de
acuerdo con lo que afirma la dirección de RD en esta declaración. El
"clero" tiene siempre el peligro de incurrir en el
"clericalismo", que, como indica el Diccionario de la RAE, es la
"intervención excesiva del clero en la vida de la iglesia, que impide el
ejercicio de los derechos a los demás miembros del pueblo de Dios".
Esto justamente es lo que estamos viendo,
viviendo y soportando en la iglesia. En cada parroquia, en cada diócesis y en
la iglesia universal, son los obispos y los sacerdotes los que deciden e
imponen a los fieles lo que hay que pensar y lo que hay que hacer (en cuanto se
refiere al bien y al mal). Y bien sabemos que los "hombres de la
religión" se ven a sí mismos dotados del poder y del derecho de decidir
hasta lo más íntimo de cada ser humano, en su conciencia, en esa profundidad
que cada cual vive en lo más hondo de sí mismo. Allí donde cada ser humano se
ve como una buena persona o, por el contrario, como un perdido o incluso como
un canalla.
Es verdad que mucha gente no le hace caso
a nada de esto. Y bien sabemos que, de día en día, aumenta el número de
ciudadanos que mandan a los curas a tomar viento. Pero también es cierto que
los obispos y clérigos en general siguen teniendo el poder de orientar casi
todo lo que se refiere a la religión como a ellos les conviene. Y esto, amigos
lectores, sigue siendo un poder muy fuerte. Porque es un poder determinante en
el tejido social de un pueblo, de un país, de una nación. Bien sea por lo que
la iglesia dice, o quizás -peor aún- por lo que la iglesia se calla. En España,
se habla ahora mucho de política y de corrupción, de la economía y del paro, de
la justicia y de los bancos, de la sexualidad y de los mil problemas que eso
acarrea, de la violencia, de la crispación política y del odio, del separatismo
y de tantas otras cosas que a todos nos interesan y nos preocupan.
Yo me pregunto muchas veces: ¿por qué los
obispos y los curas se callan en casi todos estos asuntos, que son los que de
verdad preocupan a la gente?
El silencio del clero, en los problemas
que de verdad preocupan a la gente, está en un asunto mucho más serio y más
profundo. La iglesia tiene su origen en Jesús de Nazaret. Pero Jesús no fundó
una religión. ¿Cómo iba a fundar una religión un hombre que fue perseguido,
condenado y asesinado por la religión? No. Jesús
vivió y nos dejó el Evangelio, que es el "proyecto de vida" de los
que "siguen" a Jesús. Y si es que asumimos el Evangelio como
nuestro "proyecto de vida", no podemos callarnos ante lo que estamos
viendo y viviendo.
Si los cristianos tomamos en serio el
Evangelio, hasta jugarnos nuestra propia "seguridad" -como hizo el
propio Jesús, ni más ni menos- entonces veremos y palparemos que el
"criterio de la autenticidad cristiana es la peligrosidad liberadora"
(J. B. Metz).
¿Irán o Gaza? La disputa por las prioridades rompe al gobierno de Israel
www.publico.es / 201118
El 11 de noviembre, mientras el primer
ministro israelí, Benjamín Netanyahu se encontraba en Paris en la ceremonia por
el centenario del Armisticio de la Primera Guerra Mundial, su ministro de
defensa, Avigdor Liberman lanzaba una operación para infiltrar una unidad
especial en Gaza, camuflada con un vehículo civil, con el finde secuestrar a
algún comandante de Hamas. El objetivo esta vez no era canjearlo con los
prisioneros israelíes o los cadáveres de sus soldados en manos de la
organización palestina, ni contar con una carta para las futuras negociaciones,
sino sabotear el pacto de seguridad firmado entre el líder de Hamas Yahya
Sinwar (que ha estado 22 años en las cárceles israelíes) y Netanyahu.
Dicho acuerdo, realizado con la mediación
de Egipto, Qatar, la ONU y la aprobación de EEUU, consistía en que Tel Aviv
paliara el bloqueo a Gaza a cambio de que Sinwar contuviera la Gran Marcha del
Retorno de los Viernes que empezó en mes de marzo en la frontera con Israel,
desde donde los manifestantes tiraban petardos
de destrucción masiva que mataron a 2 militares israelíes e hirieron a 3
heridos, y recogían los cuerpos sin vida de 227 palestinos y a cerca de 20.000
heridos y mutilados por la lluvia de disparos israelíes: ¡ y a eso la
prensa llama “enfrentamiento”!
El resultado de este acuerdo ha sido que
Gaza (que vive
una situación de genocidio a toda regla), puede contar con más horas
de luz y agua y ha recibido los 15 millones de dólares donado por Qatar a Hamas
destinados al pago del salario de los funcionarios de la Franja, a la vez que
se negocia un alto el fuego permanente en fases. Liberman considera el pacto
una “capitulación ante el terror”. Está por ver si el motín de los gazatíes
hambrientos y con un 70% de los jóvenes desempleados puede ser contenido por un
Hamas, patrocinado por Arabia Saudí, Emiratos Árabes, Qatar, Irán y Turquía,
con intereses contrapuestos en la cuestión palestina.
La operación terminó en un fiasco: aunque
mataron al comandante Nur Baraka y seis milicianos más, la unidad israelí fue
descubierta y un teniente coronel fue asesinado. Con el fin de proteger a sus
agentes y destruir los equipamientos abandonados durante su fuga, la aviación
israelí bombardeó Gaza, lanzando150 ataques a los que los palestinos responden
con unos 400 proyectiles de mortero, alcanzando un autobús militar israelí, y
obligando a los vecinos de Ashdod y Beersheba a permanecer en refugios
antiaéreos.
Netanyahu regresa inmediatamente y declara
el alto el fuego. Liberman presenta su dimisión, y en vez de asumir la
responsabilidad de la operativa chapuza, culpa al primer ministro por oponerse
al desalojo de los palestinos de Khan Al-Ahmar y entregar la donación de Qatar
a Hamas, aunque en realidad pretendía presentarse en la víspera de las
elecciones parlamentarias del 2019 como “la mano de hierro” contra Palestina.
El líder de la extrema derecha israelí pide un “golpe severo” en Gaza: no se conforma
con menos que el exterminio de los dos millones de prisioneros palestinos
encerrados en la Franja.
El régimen israelí se divide ante el
dilema de: ¿Es Gaza una amenaza “estratégica” o “existencial? Y ¿cuál es
la “amenaza iraní”?
Netanyahu
se centra en Irán
El primer ministro declaró un alto el
fuego sin pedir la aprobación de su gobierno de coalición. Para él es Irán el
principal desafío, y no sólo Israel sino del planeta entero e incluso el
cosmos. Descarta una “solución” militar contra Gaza por su inutilidad, probada
en tres guerras. Prefiere una atrocidad controlada contra la Franja, mientras
sigue con su estrategia de aislar a Teherán, presionando a Europa y los países
árabes.
Tras lograr que EEUU de Trump (que tiene
sus razones para apoyar a Israel) traslade su embajada a Jerusalén, recorte la
ayuda a los refugiados palestinos, rompa el acuerdo nuclear con Teherán y
reimponga las sanciones
mortales contra la nación iraní, Netanyahu intenta normalizar las
relaciones de Israel con los países árabes. Visitaba Omán la semana pasada,
cuando en Qatar se exhibía la bandera israelí en el 48º Campeonato Mundial de
Gimnasia Artística y su ministra de cultura y deportes asistía en Abu Dabi a un
torneo de judo. Aunque, el
asesinato de Khashoggi por Arabia Saudí dificulta el “Acuerdo del siglo”
que iba a zanjar la “cuestión Palestina.
Las concesiones unilaterales de los países
árabes (ahora, en jaque por el asunto del periodista asesinado) radicalizarán
aún más a la extrema derecha israelí, y eso cuando el movimiento Boicot,
Desinversión, Sanciones (BDS) va ganando en la opinión pública europea.
Es difícil que las calles árabes apoyen
esta “normalización”. Los regímenes árabes conocieron durante las “primaveras
árabes” el poderío de sus gentes. Eran otros tiempos cuando en 2002, la Liga
Árabe condicionó el reconocimiento de Israel a cambio de una retirada completa
de las tierras ocupadas.
Liberman es la primera víctima de este
pulso y el propio Netanyahu el segundo: su gobierno de coalición se desmorona y
no se descarta un adelanto de las elecciones.
Las
lecciones de un golpe fallido
+ Israel ha menospreciado la capacidad
defensiva de los palestinos, y sus consecuencias políticas en Tel Aviv.
+ Los palestinos tienen una oportunidad
para aprovechar esta brecha en el seno del poder israelí.
+ Israel no pretende derrotar a Hamás y
asumir el control sobre 2 millones de palestinos que odian a la República
Judía de Israel, por condenarles a una muerte lenta. Hay una facción
que pretende salvar a esta organización ante la profunda decepción de los
gazatíes de su gestión y el empeoramiento de la situación de la franja.
+ Netanyahu ha negociado el acuerdo no con
la Autoridad Palestina (AP), sino con Hamas, para dividir aún más a los
palestinos. Puede incluso otorgar un estatus especial a Gaza. Pretende levantar
de forma gradual el bloqueo, ampliar su zona de pesca de seis millas náuticas a
catorce, dar permiso de trabajo a miles de gazatíes, etc.
+ La AP ha rechazado estas negociaciones:
la crisis humanitaria se empeorará en el enclave y hará estallar la “bomba
Gaza” en la cara de sus creadores sin que sus armas nucleares ilegales pudiesen
evitarlo.
+ De momento, gana la línea de “política
dura” de Netanyahu sobre la “brutalidad al desnudo” de Liberman: una
“victoria” para los palestinos.
Curas pederastas: ¿Una solución radical?
José M. Castillo S.
www.religiondigital.com / 11.11.18
Este problema de la pederastia, que tanto
daño hace a las víctimas para toda su vida y tanto está destrozando la
credibilidad de la Iglesia, no se resuelve suprimiendo la ley del celibato. Los
hombres casados abusan sexualmente de menores probablemente lo mismo que los
solteros.
Una medida positiva podría ser suprimir la
prescripción, en el derecho penal, para este delito. Me consta que los menores,
que se sienten humillados por este tipo de abusos, tardan muchos años en
decirlo. Y, en la mayoría de los casos, cuando un adulto dice que, de niño,
abusaron de él en esta materia, el delito ya ha prescrito. Si llega el día en
que penalmente esto nunca prescribe, posiblemente habrá quienes se contengan
ante la probabilidad de terminar, alguna vez, en la cárcel.
Pero lo más importante, que quiero decir
en esta reflexión, es que la Iglesia tendría que recuperar y poner al día lo
que fue la ley eclesiástica que duró en torno a mil doscientos años. La ley que
consistía en expulsar del clero (incluso si eran obispos) a los eclesiásticos
que cometían abusos que escandalizaban gravemente a los ciudadanos. Los papas,
los concilios, los sínodos, tanto en la Iglesia occidental como en la oriental,
no sólo insistieron en esta ley, sino que la aplicaron a tres clases de
delitos: faltas contra el ordenamiento eclesiástico establecido, contra la
sexualidad y abusos que ofendían al prójimo.
Tantas veces y en tantos casos, se repitió
esta práctica, que la ley cuajó en una fórmula bien conocida: "sea
degradado o expulsado" (y otras expresiones equivalentes) y que viva, de
ahora en adelante, "laica communione contentus". Dicho más
claramente: "que salga del clero, que comulgue como laico, y que se busque
la vida como como todo hijo de vecino".
En 1983, publiqué un extenso artículo
sobre este asunto, en la "Revista Catalana de Teología" (VIII/1, pgs.
81-111). Y allí cito, en 277 notas, la abundante y documentada bibliografía que
existe sobre este penoso asunto. Son notorios los excelentes trabajos que han
escrito sobre este tema: C. Vogel, P. M. Suriski, E. Herman, P. Hinschius, F.
Kober, K. Hofmann.
El punto capital, que quiero destacar, es
que no debe ser dificultad "para quitarle el sacerdocio", a un
clérigo ordenado, el argumento según el cual, si está "ordenado de
sacerdote", tiene el "carácter" sacramental, que es imborrable,
eterno y nadie lo puede suprimir o prescindir de él.
El argumento teológico del "carácter
sacramental" fue un invento de los teólogos escolásticos del s. XI-XII,
que destaca Pedro Lombardo, y en el s. XIII desarrolla Tomás de Aquino (Sum.
Theol. III, q. 34, a. 2). Pero ni entre los teólogos escolásticos hubo
unanimidad, como demostró ampliamente el excelente estudio de J. Galot.
Y termino recordando que la enseñanza de
la Ses. 7ª del concilio de Trento no se puede aducir como "dogma de
fe" de la Iglesia, ya que lo que afirma el concilio es que hay tres
sacramentos (bautismo, confirmación, orden sacerdotal) que no se pueden repetir
("Unde ea iterari non possunt") (CT, vol. 5, 857, 9-10; 859, 16).
O sea, lo que afirma Trento es que los
tres sacramentos mencionados solo se pueden administrar una sola vez en la vida.
Sacarle a Trento que los curas pederastas tienen que seguir siendo curas toda
su vida, eso no está definido por la Iglesia en ninguna parte.
Y termino: decir, como ha dicho el Sr.
Giménez Barriocanal (El País, 10. XI. 18), que es "irrelevante el
porcentaje de pederastia, insignificante", eso o es una falsedad o una
ignorancia impropia de un alto cargo en la Conferencia Episcopal.
Puedo asegurar que sólo el amor y la
fidelidad a la Iglesia me mueven a decir estas cosas. El ocultamiento y la
hipocresía sólo sirven para hacer más daño a la institución y a seres humanos
inocentes.
Christmas Music 2018 - 3 HOURS BEST Relaxing Christmas JAZZ - Smooth Chr...
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The audio in this video is licensed to Cat Trumpet.
Duplication is not permitted.
00:02:29 O Christmas Tree (by The Evergreen Trio)
00:03:13 Silent Night (by One Man Quartet)
00:06:05 O Little Town Of Bethlehem (by Starry Bay Trio)
00:08:47 The First Noel (by The Evergreen Trio)
00:12:10 Angels We Have Heard On High (by The Evergreen Trio)
00:14:56 Hark! The Herald Angels Sing (by One Man Quartet)
00:18:16 In The Bleak Midwinter (by Starry Bay Trio)
00:22:30 Jingle Bells (by The Wamsutters)
00:25:01 What Child Is This (by The Evergreen Trio)
00:27:37 Auld Lang Syne (by One Man Quartet)
00:30:32 Silent Night (by The Evergreen Trio)
00:34:53 Under The Same Stars (by Flickering)
00:38:10 Promised Land (by Slowfly)
00:41:54 Silver White (by Slowfly)
00:45:16 Snowed In (by Returning Visitors)
00:48:31 Christmas Moment (by Bluma Petersen)
00:52:03 Under The Tree (by Kalle Engström)
00:54:55 The Magic Of Christmas (by Martin Carlberg)
00:58:35 Christmas Time (by Kalle Engström)
Categoría
Música
Yemen, el infierno creado por Arabia Saudí
www.rebelion.org / 131118
Yemen
es un infierno. Y a nadie parece importarle. El país de Medio Oriente, uno de
los más pobres del mundo, atraviesa una tormenta de bombardeos y matanzas
impulsadas por Arabia Saudí desde hace casi cuatro años. La frontera entre las
dos naciones del golfo Pérsico se convirtió en una zona de nadie por donde el
reino de la familia Saud descarga miles de toneladas de misiles que
transformaron a Yemen en una tierra arrasada al borde del colapso.
Por estos días, las miradas están puestas
en el príncipe heredero, Mohammed Bin Salman (MBS), debido al asesinato del
periodista Jamal Khashoggi en el consulado saudí en Estambul. El escándalo
internacional resuena en todos los medios, Estados Unidos –principal aliado de
Arabia Saudí- se quiere mostrar decidido en condenar el hecho y el presidente
turco, Recep Tayyip Erdogan, se posiciona como un defensor absoluto de la
libertad y filtra la información escalofriante sobre lo que le sucedió a
Khashoggi en sus medios de comunicación afines. Pero a nadie parece importarle
la crisis humanitaria en Yemen.
Cuando MSB, que también se desempeña como
Ministro de Defensa, ordenó los bombardeos sobre Yemen, sus cálculos eran
simples: la tribu houti y su brazo político-militar Ansarolá, aliados de Irán,
eran una excusa perfecta para desatar una guerra justa contra la expansión
persa; por otro lado, un país azotado por una pobreza estructural y conflictos
internos no iba a resistir el poderío militar saudí. Luego de más de tres años
de bombardeos sobre Yemen, el horizonte planeado por MSB es cada vez más oscuro.
Los houtis controlan buena parte del territorio yemení, sus fuerzas militares
no sólo resisten la invasión, sino que dieron varios golpes de fuego en suelo
saudí, y el malestar contra la principal monarquía de Medio Oriente no para de
crecer.
La invasión a Yemen no se puede entender
como un “capricho” de MSB o con el argumento de la disputa inter-estatal entre
Arabia Saudí e Irán. La nación de las tribus tiene, entre sus riquezas, el
Estrecho de Bab Al Mandeb, por el cual fluían casi cuatro millones de barriles
de petróleo y productos refinados diarios.
Además, Yemen -con 527.000 kilómetros
cuadrados- es productor de petróleo y posee grandes reservas de gas natural. Se
calcula que, en el país, habitan un poco más de 28 millones de personas, de las
cuales 22 millones necesitan ayuda para sobrevivir, según la Cruz Roja
Internacional (CICR), que describe la situación como “la mayor crisis
humanitaria del mundo”.
El poder saudí, para cubrir con un manto
de silencio la crisis humanitaria en Yemen, también llega a América Latina. En
septiembre pasado, el Consejo de Derechos Humanos de la Organización de las
Naciones Unidas (ONU) aprobó una resolución para prorrogar, por un año, el
mandato de su grupo de expertos internacionales y regionales que investiga las violaciones
de los derechos humanos en el país. La resolución fue aprobada con 21 votos a
favor, ocho en contra y 18 abstenciones. Entre los países que votaron en
contra, estaban Cuba y Venezuela.
A finales de agosto, los expertos
internacionales y regionales de la ONU presentaron un informe en el que
evaluaron la situación en Yemen entre septiembre de 2014 y junio de 2018, y
responsabilizaron por los crímenes de guerra a Arabia Saudí y a los Emiratos
Árabes Unidos.
Por su parte, el Fondo de Naciones Unidas
para la Infancia (Unicef) reveló, el miércoles, que los niños y las niñas
yemeníes atrapadas en la ciudad portuaria de Al Hudayda se encuentran en
“riesgo inminente de muerte”. Henrietta Fore, directora ejecutiva de Unicef,
puntualizó que los ataques contra la localidad costera al oeste del país “se
están aproximando peligrosamente al hospital de Al Thawra, poniendo en riesgo
inminente de muerte a 59 niños, incluyendo 25 que están en cuidados
intensivos”. Fore agregó que, solo en Al Hudayda y en las provincias
colindantes, vive el 40 por ciento de los 400.000 niños y niñas de Yemen que
sufren desnutrición aguda grave. Los bombardeos de Arabia Saudí contra la
ciudad se multiplicaron, ya que, por sus puertos, ingresa el 80 por ciento de
la ayuda humanitaria y las importaciones comerciales a Yemen.
Unos días antes de las declaraciones de
Fore, el director regional del Unicef en Oriente Medio y el Norte de África,
Geert Cappelaere, resumió que los ataques saudíes convirtieron a Yemen en un
“infierno terrenal”.
Aunque es difícil conocer datos concretos
sobre Yemen, se calcula que, desde que comenzó la invasión, fueron asesinados
entre 10 mil y 15 mil civiles, a los que se suman miles de heridos. Además, la
infraestructura del país fue destruida completamente y existen brotes de
difteria y cólera que se expanden debido a la falta de servicios sanitarios. Pese a este panorama, a nadie parece
importarle Yemen.
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