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Increible discurso del Papa Francisco en la Plaza de Bolivar en Bogota -...
Increible discurso del Papa Francisco en la Plaza de Bolivar en Bogota - El Papa en Colombia
Classical Music for Brain Power - Mozart Effect
CLASSICAL MUSIC FOR BRAIN POWER
MOZART EFFECT
Wolfgang Amadeus Mozart
02 Lucio Silla, K. 135: Ouverture I. Molto
allegro 03:27 II. Andante 07:17 III. Molto allegro 10:04
03 Eine Kleine Nachtmusik in G Major, K. 525 I. Allegro 11:44 II. Romanza. Andante 17:47 III. Minuetto. Allegretto 24:25 IV. Rondò. Allegro 26:51
allegro 03:27 II. Andante 07:17 III. Molto allegro 10:04
03 Eine Kleine Nachtmusik in G Major, K. 525 I. Allegro 11:44 II. Romanza. Andante 17:47 III. Minuetto. Allegretto 24:25 IV. Rondò. Allegro 26:51
04 Flute Concerto No. 2
in D Major, K. 314 I. Allegro aperto 30:04 II. Adagio non troppo 38:09 III. Rondo. Allegretto 45:52
in D Major, K. 314 I. Allegro aperto 30:04 II. Adagio non troppo 38:09 III. Rondo. Allegretto 45:52
07 Symphony No. 41 in C
Major, K. 551 "Jupiter" II. Andante
cantabile 1:08:21 IV. Molto Allegro 1:16:40
Major, K. 551 "Jupiter" II. Andante
cantabile 1:08:21 IV. Molto Allegro 1:16:40
08 Flute Concerto No. 1 in G Major, K. 313 I.
Allegro maestoso 1:25:35 II. Adagio - Allegro ma non troppo 1:34:39 III. Rondò – Minuetto 1:44:09
Allegro maestoso 1:25:35 II. Adagio - Allegro ma non troppo 1:34:39 III. Rondò – Minuetto 1:44:09
11 Piano Concerto No. 21 in C Major, K. 467 I.
Allegro maestoso 2:02:05 II. Andante 2:16:35 # 1, 3 & 9: Opole Philharmonic Orchestra conducted by Werner Stiefel # 2, 4-7, 10 & 11: rchestra da Camera Fiorentina conducted by Giuseppe Lanzetta Flute on # 4: Andreas Blau | Piano on # 11: Jörg Demus # 8: Ubaldo Rosso, Opole Philarmonic Orchestra conducted by Silvano Frontalini
Allegro maestoso 2:02:05 II. Andante 2:16:35 # 1, 3 & 9: Opole Philharmonic Orchestra conducted by Werner Stiefel # 2, 4-7, 10 & 11: rchestra da Camera Fiorentina conducted by Giuseppe Lanzetta Flute on # 4: Andreas Blau | Piano on # 11: Jörg Demus # 8: Ubaldo Rosso, Opole Philarmonic Orchestra conducted by Silvano Frontalini
The term “Mozart Effect” was first coined in 1991 by Alfred Tomatis, who used Mozart's music as the listening stimulus in his work attempting to cure a variety of disorders. The approach has since then been popularized in Don Campbell's book, “The Mozart Effect”, which is based on an experiment suggesting that listening to Mozart temporarily boosted scores on one portion of the IQ test. Hence the idea that “listening to Mozart makes you smarter” and that if children or even babies listen to Mozart they will become more intelligent.
Wolfgang Amadeus Mozart
(1756–1791) was a prolific and influential composer of the Classical era. Born in Salzburg, he showed prodigious ability from his earliest childhood. Already competent on keyboard and violin, he composed from the age of five and performed before European royalty. At 17, Mozart was engaged as a musician at
the Salzburg court, but grew restless and traveled in search of a better position. While visiting Vienna in 1781, he was dismissed from his Salzburg position. He chose to stay in the capital, where he achieved fame but little financial security. During his final years in Vienna, he composed many of his best-known symphonies, concertos, operas, and portions of the Requiem, which was largely unfinished at the time of his death. He wrote more than 600 works, many acknowledged as pinnacles of symphonic, concertante, chamber, operatic, and choral music. He is among the most enduringly popular of classical composers, and his influence is profound on subsequent Western art music.
Ludwig van Beethoven composed his own early works in the shadow of Mozart, and Joseph Haydn wrote: "Posterity will not see such a talent again in 100 years".
(1756–1791) was a prolific and influential composer of the Classical era. Born in Salzburg, he showed prodigious ability from his earliest childhood. Already competent on keyboard and violin, he composed from the age of five and performed before European royalty. At 17, Mozart was engaged as a musician at
the Salzburg court, but grew restless and traveled in search of a better position. While visiting Vienna in 1781, he was dismissed from his Salzburg position. He chose to stay in the capital, where he achieved fame but little financial security. During his final years in Vienna, he composed many of his best-known symphonies, concertos, operas, and portions of the Requiem, which was largely unfinished at the time of his death. He wrote more than 600 works, many acknowledged as pinnacles of symphonic, concertante, chamber, operatic, and choral music. He is among the most enduringly popular of classical composers, and his influence is profound on subsequent Western art music.
Ludwig van Beethoven composed his own early works in the shadow of Mozart, and Joseph Haydn wrote: "Posterity will not see such a talent again in 100 years".
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No sólo el gobierno persigue al padre Solalinde, también lo hace la jerarquía
Elena Poniatowska
www.jornada.unam.mx
/ 160717
No sólo el gobierno mexicano
persigue a Alejandro Solalinde, sacerdote católico de 72 años, defensor de
derechos humanos, sino que el episcopado mexicano lo persigue con saña. En
junio, el PRD lo acusó de proselitismo en favor de Delfina Gómez, candidata de
Morena en el estado de México, y estaba citado ante el Instituto Electoral
(IEEM) para el jueves 13 de julio, pero de buenas a primeras el PRD retiró la
demanda. Muchos habríamos acompañado a Solalinde a declarar. Fundador del
albergue para migrantes Hermanos en el Camino, en Ixtepec, Oaxaca, lo han
golpeado y asaltado tanto que ahora anda con una escolta de cuatro jóvenes
laicos.
“La única vez que mis escoltas, en
cinco años, han usado la fuerza –hasta eso muy moderada–, ha sido en la
Basílica de Guadalupe, porque acudí con 36 cubanos que habían estado presos durante
dos meses en la estación de Acayucan, Veracruz, porque querían alcanzar a su
familia en Estados Unidos. Uno de ellos de plano intentó suicidarse. Entonces
hice uso de una figura jurídica que tenemos en los albergues y se llama
custodia. Saqué a los 36 cubanos, además de una persona de África y otra de
Haití, y venimos a México a su regularización migratoria. En el camino,
Migración los quiso extorsionar dos veces y, llegando a la Tapo, la policía
privada también actuó en contra de la ley y los corrí. En la Ciudad de México,
los cubanos querían ir a la Villa. Entramos por una puerta lateral, un padre
celebraba misa; en voz baja les dije que no les podía explicar nada de la
Virgen de Guadalupe hasta que terminara, pero los guardias del templo me amenazaron:
‘Usted no puede estar hablando aquí’. ‘Eso mismo les estoy diciendo y vamos a
esperar a que acabe la misa’. ‘¡Sálgase! No importa si es sacerdote, no importa
quién es usted, si está con este grupo, lárguese’. ‘No me voy a salir’.
Intentaron sacarme a la fuerza y Jorge, uno de los escoltas, me protegió. Es la
única vez en que uno de mis escoltas ha intervenido.
Tengo escoltas porque varias veces
han intentado matarme. Imagínese, una vez me mandaron golpear y van dos veces
que me meten en la cárcel. Han querido quemar el albergue en Ixtepec y quemarme
a mí.
Migrantes, como mercancía
–¿Cuándo empezó esa persecución?
–En enero de 2007 interrumpí el
sexto secuestro masivo de migrantes y a partir de ahí llovieron las amenazas,
porque les quitamos el negocio. Querían secuestrarlos y hacer trata. A Ixtepec
llegaba el tren con miles de migrantes. Para la policía de Ulises Ruiz Ortiz
eran como mercancía que había que separar: las mujeres a la prostitución o a la
trata; los hombres al secuestro o al tráfico de órganos.
Desde entonces tengo escoltas, no
por orden del gobierno de México, sino de la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos, y la Organización de los Estados Americanos recomendó medidas
cautelares. Son cuatro. Tres hombres y una mujer, adventista, Salomé. Los otros
tres son católicos, muy respetuosos.
(¡Qué casualidad! Mientras en
México, el gobierno pretende eliminar a Solalinde como hace con los periodistas
que denuncian la corrupción, los abusos y las malas políticas migratorias, el
Papa Francisco lo apoya.)
“El Papa me recibió muy bien. Un
empleado del L’Osservatore Romano me dijo: ‘El Papa lo conoce y lo va a saludar
en este sitio’, y me situó en primera fila. Dos veces pasó personal del
Vaticano para checar que estuviera en primer lugar. El Papa llegó derechito a
mí: ‘Santo padre, soy el padre Solalinde que trabaja con los migrantes en
México’; se rió conmigo: ‘Sí, lo sé, lo conozco a usted y conozco su trabajo.
Continúe, sé que no es fácil, pero continúe’. Le pedí que orara por la violencia
en México y respondió que estaba orando.”
–¿Y por qué lo conoce el Papa,
padre Solalinde?
–Escribí un libro que editó la
Conferencia Episcopal italiana. También otro sobre el reino de Dios, que editó
Buena Prensa, de los jesuitas. La periodista laica italiana Lucía Capuzzi
publicó: Los narcos me quieren muerto: México, un cura contra los traficantes
de hombres, porque viajó al albergue de Ixtepec en México y platicó conmigo. En
dos ocasiones fui a Italia y Lucía aprovechó para entrevistarme y también mantuvimos
una comunicación telefónica. Luego Luigi Ciotti, todo un personaje de autoridad
moral, fundador de un movimiento ciudadano en Italia que logró liberarse de la
mafia italiana, hizo el prólogo, que me gusta muchísimo.
“Lucía Capuzzi escribió este libro
siguiendo el evangelio de San Mateo porque es su preferido. En realidad, a mí
el evangelio que más me impacta es el de San Marcos, porque presenta a un Jesús
joven siempre en conflicto. Me gusta porque es muy realista, muy cortito y muy
concreto, y expone la vida del chavo Jesús, que sale de un problema y ya se
mete en otro. Su vida es un solo conflicto hasta que muere. Es el único
evangelio que no tiene conclusión, porque Marcos quiere dejársela al lector. La
conclusión sería darse cuenta que el reino de Dios es el que nos salva en medio
de la ceguera humana.
“La experiencia que tuve en Italia
fue fantástica. Allá tuve oportunidad de convivir con muchos sacerdotes,
religiosas, obispos, arzobispos, imagínese. Aquí, yo voy a un lugar y con
trabajos me pueden saludar porque no están acostumbrados a que un sacerdote
haga una autocrítica de la Iglesia y señale cosas que para mí son importantes.
Por ejemplo, ¿qué sacerdote le va a estar recordando a los obispos sus
responsabilidades?
No es que esté por encima de ellos,
soy el último en la escala administrativa, pero tengo conciencia y he estudiado
la historia de la Iglesia, y me ha costado aceptar el Vaticano Segundo para
acá. En este este año cumplimos 10 años de la Quinta Conferencia Episcopal
Latinoamericana, la del Santuario de la Aparecida, Brasil. En Brasil, los
obispos afirmaron que estamos muy mal como Iglesia, tan mal que de plano
tenemos que recomenzar desde Jesucristo. Somos una iglesia clientelar.
–¿Igual que el PRI?
–Sí, igualito. La pastoral que
tenemos es sólo de conservación, de mantenimiento a través del culto, pero no
se está haciendo una verdadera evangelización, una educación en la fe. Tanto
los 160 obispos del tiempo de Benedicto XVI, como los de Bergoglio, el Papa
actual tiene que declarar nuestro continente en estado permanente de misión. ¿A
qué equivale? El continente –eclesiásticamente hablando– es zona de desastre.
Han pasado 10 años y los obispos no han cumplido. Si lo hubieran hecho no
tendríamos el México que tenemos hoy.
No me quieren, aunque varios me
respetan
–¿Lo denuncia usted, padre, a costa
de su vida?
–A costa de lo que sea. ¿Cuántos
desaparecidos ha habido en 10 años, cuántos secuestrados, cuántas mujeres
asesinadas cada día, cuántas fosas clandestinas, cuánta corrupción?
“Mire, le voy a contar una
anécdota. Hace unos siete años, más o menos, en el momento en que salía Fidel
Herrera Beltrán del gobierno de Veracruz, visité a Javier Duarte de Ochoa para
pedirle que ayudara a los migrantes porque estaban secuestrándolos,
extorsionándolos o de plano desapareciéndolos. Esperé a que él llegara en el
palacio de gobierno de Xalapa, y recuerdo muy bien que fueron llegando personas
de su gabinete y se sentaron, yo empecé a hacerles plática: ‘¿Ustedes son
católicos?’ ‘Sí’. Todos católicos, ciento por ciento católicos, no había ni
siquiera un cristiano evangélico. ‘¿Ustedes son amigos del arzobispo de aquí?’
‘Sí, somos muy amigos del arzobispo Hipólito de Xalapa’. ‘¿Leen la Biblia, los
evangelios?’ ‘No’. ‘¿No han leído los cuatro evangelios: Mateo, Marcos, Lucas,
Juan?’ ‘No’. ‘¿Van a misa los domingos?’ ‘Sí, sí vamos a misa los domingos’.
‘¿Saben que hubo una Quinta Conferencia Episcopal Latinoamericana en Brasil?’
‘No, pues no’. Les enseñé el folleto: ‘Este librito cuesta 30 pesos, cómprenlo
o díganle al arzobispo Hipólito que se los regale. Yo se los regalaría si
viviera aquí’.”
“He ido a varias diócesis y es la
misma historia, nadie sabe nada, no conocen el Vaticano Segundo, no leen los
evangelios, ni les importa, no leen ni su credencial de elector. En esas
condiciones, ¿cómo no vamos a tener una clase política tan corrupta? Por eso no
me quieren, aunque varios me respetan. Uno de ellos me dijo: ‘Mira, te voy a
hablar con franqueza, no creas que no nos damos cuenta de lo mal que están las
cosas, pero a estas alturas no voy a cambiar’. No deja de ser incómoda mi
palabra y mi presencia. El alcalde de Orizaba me declaró persona non grata. Es
curioso, porque el jefe de la Iglesia católica en Roma, el Papa, me acepta, me
reconoce, pero varios miembros de la jerarquía católica aquí en México me persiguen.
Yo digo que están un poco confundidos, porque no están acostumbrados a que les
digan sus errores.”
–Pero las mujeres lo queremos,
padre, y somos más valientes y menos cizañosas… y no decimos misa.
–Sí, en una misa en la Villa, las
mujeres fueron muy valientes y con sus celulares grabaron a los policías que
querían sacarnos: ¿Por qué no dejan al padre Solalinde? Está haciendo oración
con las víctimas, ¿por qué no respetan? Esto sucedió en la Villa de Guadalupe,
con familiares de víctimas de feminicidios. Pedí permiso al rector de la
basílica Enrique Glennie para hacer una oración con víctimas de desaparición.
Me negaron el permiso. Dije: Si no me lo permiten, voy a hacerlo en el atrio
que es público. Leímos el Nican Mopohua de la Virgen de Guadalupe y después de
decir la palabra de Dios analizamos qué acción política podríamos tomar para
solucionar problemas. Ya para terminar, llegó la guardia del templo, como en
tiempos de Jesús en Jerusalén, a quitarnos el megáfono. Respondí: Tenemos que
terminar y vamos a terminar. Vaya a hablar con el rector de la Basílica. Ya
hablé con él y por eso estamos en el atrio.
Hombres de todo o nada
–Al obispo Méndez Arceo le
indignaría… Qué atraso tan horrible el de la Iglesia en México.
–Pues en Estados Unidos no cantan
mal las rancheras. En Georgia me pidieron que celebrara misa y tenía todo:
cartas del obispo, documentos y se negaron, porque no había ido a saludar al
arzobispo. Desde entonces a donde quiera que voy, primero busco a los obispos.
Algunos me reciben; otros, no. Ya tenía cita con el de Aguascalientes, pero
como declaré que los obispos deberían ser personas sencillas, cercanas a la
gente, caminar con el pueblo y no con el poder, ya no me recibió. En Ciudad
Obregón, Sonora, tampoco lo hizo el obispo Felipe Padilla Cardona, a diferencia
del Papa, que me puso en primera fila.
–Me encantó que el Papa jamás le
sonriera a Trump y le hiciera cara de fuchi…
–Trump pidió llegar en helicóptero
y bajar en la plaza de San Pedro y el Papa no se lo permitió. Pidió cita a las
11 de la mañana y el Papa respondió: El único horario disponible es a las ocho
de la mañana. No hay antecedente en la diplomacia vaticana de haber recibido a
nadie a esa hora, pero el Papa estipuló: A las ocho o nada.
–También usted, padre Solalinde, es
de “todo o nada…”
–Así es.
Níquel, muerte y contaminación en El Estor
www.plazapublica.com.gt / 300617
Los pescadores del lago más grande de Guatemala se ven afectado por una
contaminación preocupante. La mina más grande de extracción y transformación de
níquel de América Latina, la sulfúrica CGN-Pronico, es señalada por los
pobladores. En mayo pasado, en pleno territorio q’eqchi’, el segundo bloqueo de
camiones de la empresa suiza se volvió un drama: la policía mató a un pescador.
“Cuando mi marido se fue a la reunión de los pescadores no sabía que
había tantos policías… De pronto comenzaron a lanzar bombas lacrimógenas y de
una vez a disparar. Cuando salió de la casa no pensó que sería peligroso… Se
fue y no volverá jamás”. Cristina Xol Pop se deshace en lágrimas. El padre de
su hijo de 8 años, un pescador de 27 años originario de El Estor fue asesinado por un policía el pasado 27 de mayo. Una bala al
pecho disparada a menos de 40 metros, delante de decenas de testigos que
estaban ahí para bloquear el paso a los camiones de níquel. La Policía Nacional
Civil reportó que al menos cinco de sus agentes sufrieron heridas durante ese
incidente.
Carlos Maaz Coc formaba parte de la Gremial de Pescadores de El Estor.
Como él hay cientos de pescadores artesanales que todas las noches navegan en
su lancha por las aguas del lago de Izabal para hacerse de unos cuantos
quetzales. La mejor de las pescas les aportará hasta Q34 la libra. Nada con lo
que se pueda hacer fortuna. La casa de Carlos Maaz Coc está hecha de tablas
apiladas. Tiene una mesa adentro, una cama y tres sillas plásticas afuera, una
para cada miembro de la familia. Un poco de pollo y nada más. Nada superfluo.
Aquí, como para la mayoría de habitantes indígenas q’eqchi’ de El Estor, el
dinero siempre falta.
Cuando los pescadores perciben capas espesas y
rojas en las aguas del lago, se preocupan. Y aunque regularmente se pierden
sobre las playas de El Estor y se confunde con la basura que no recogen, ya
nadie pone mucho caso a ese fenómeno. Pero ellos sí se alarman.
“Aprendí a pescar con mi padre cuando era un niño. No he cambiado nada a
mi forma de pescar y todo el mundo sigue haciéndolo igual. ¡Y nunca habíamos
visto algo así!”, explica Luis García de 42 años, cuyo hijo menor de 11 años
sueña con ser pescador. “¡Hasta las fuentes de agua cuenca arriba dejaron de
ser claras! ¿Qué es esta contaminación?”, se pregunta Eduardo Bin, portavoz de
la Gremial de Pescadores, quien pide directamente “que se cierre la mina”.
El lago de Izabal es el más grande de Guatemala y su ribera alberga
áreas protegidas donde la biodiversidad sirve de ejemplo. Sin embargo, frente a
El Estor la empresa de aceite de palma africana Natur/Aceites vierte a diario
aguas servidas al lago. Y a seis kilómetros al norte, sobre la misma ribera, se
encuentra la Compañía Guatemalteca de Níquel (CGN)-Pronico. Visto de fuera, son
dos chimeneas de varias decenas de metros de alto que human las 24 horas del
día los siete de días de la semana, una montaña expuesta para su minera y un
canal privado que va de la empresa al lago. ¿Qué vierte ese canal? ¿Agua
contaminada?
“El agua que se usa en el procesamiento es para enfriar el sistema, no
existe ningún proceso químico en la separación del ferroníquel y el agua se
descarga en el lago de Izabal sin ninguna alteración”, afirmaba el 2 de junio
de 2014 Erick Archila, entonces ministro de Energía y Minas del partido
Patriota y hoy prófugo de la justicia. En mayo pasado un responsable técnico de
la mina dijo a un periodista local que únicamente utilizan agua de lluvia y que
ésta se reciclaba al infinito. De este modo, el agua se reutilizaba en permanencia
y se evitaba cualquier expulsión al lago. En ese caso, ¿cuál sería la utilidad
del canal? ¿Qué pasa con los sulfatos, el aluminio, el nitrato, el amonio y el
cloro utilizados en la mina?
CGN-Pronico necesita mucha agua. La empresa no sólo extrae (deforesta y
excava) del suelo el metal del diablo, como se conocía al níquel en la
antigüedad. Su punto fuerte es la transformación del metal en ferroníquel: una
mezcla de 65% de hierro y 35% de níquel. Por eso, el consorcio Solway Group,
con sede en Suiza, compró en 2011 la empresa a los canadienses de HMI Nickel
Inc (fusión de Skye Resources y Hubday Minerals) por US$250 millones menos del
precio por el que fue adquirida. Con ambición clara, Solway Group pretende ser
el primer productor de ferroníquel de toda América Latina.
Entre mayo 2007 y diciembre 2008, el precio del níquel se desplomó con
la crisis mundial de materias primas: -81%. El curso del metal no se repondrá
enteramente y la competencia china impone a los metalúrgicos girar hacia el ferroníquel.
Lograr esto supone imponer inversiones importantes que los canadienses no están
dispuestos a hacer, entre otras causas, por estar atados de manos por la
controversia en relación a las comunidades indígenas locales y los procesos
jurídicos internacionales.
El metal del diablo despoja a los q’eqchi’ de su
tierra
En 2004 el gobierno otorgó una nueva licencia de explotación a la
CGN-Pronico por 40 años y se retiró progresivamente del capital financiero (hoy
el Estado mantiene únicamente 1.8%). Esto sin consultarlo a la población como
ordena el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Los
canadienses destacan la falta de títulos de propiedad de un territorio cuyos
habitantes no los tienen y nunca los han tenido, por ser de propiedad
ancestral. Un musculoso equipo de seguridad privada la hace de policía para
proteger los intereses de la mina, a veces, según los pobladores, en detrimento
de sus derechos. En una zona donde 67% de los habitantes viven fuera del pueblo
y se concentran en comunidades (rurales), en condiciones de pobreza extrema y
donde no todos hablan español: el choque es fuerte.
Los habitantes del Lote 9 recuerdan muy bien a “la empresa”. “En 2006,
vinieron armados y nos peleamos contra ellos tres veces”, cuenta Mariano Caal
Chub’, catequista de 60 años. La comunidad decidió entonces separarse en dos;
la mitad se fue a vivir en la parte codiciada por la empresa”, y la otra mitad
se quedó. Sigue: “Si los dejamos, nos quedamos sin nada. Sembramos milpa,
naranjas, bananos, cardamomo”. A sus 36 años Arturo Maz Pop también se siente
orgulloso de la decisión que tomó su comunidad. “Venimos aquí para proteger
nuestro territorio, nuestras riquezas naturales. Es la tierra de mis abuelos.
Yo nací aquí, crecí aquí y quiero que mis hijos sigan aquí”, dice.
Su líder, Rodrigo Tot, le pagó su tierra al Estado. Pero, hecho
inesperado, la página en la que estaba inscrito su pago fue arrancada,
desaparecida. Y después de 43 años de lucha jurídica que llegó hasta la Corte
Interamericana de Derechos Humanos, y el asesinato de su hijo, en abril pasado
recibió el Premio de Medioambiente Goldman, aunque el Lote 9 siga sin su título
de propiedad.
El 8 de enero de 2007 el barrio La Unión vio llegar a 450 policías y 250
soldados para desalojar a sus centenares de habitantes, considerados ocupantes
ilegales. Uno de ellos gritaba “¿a dónde vamos a ir? Nosotros somos de aquí.
Somos los dueños de la tierra, no la compañía. La compañía es extranjera.
Tenemos derecho de vivir aquí. Somos indígenas, somos q'eqchi’, somos dueños de
nuestra tierra. Ellos hacen nuestro desalojo. Vamos a desalojar la compañía”. Al
día siguiente quemaron decenas de casas de otra comunidad. La población está
traumatizada y la lucha por el cierre de la mina comienza en medio de una
cólera que no calla.
El 17 de enero de ese año, un grupo de hombres que vestía los uniformes
de seguridad de la CGN, violaron a 11 mujeres de la comunidad del Lote 8. A
ellas les tomará años antes de poder hablar y denunciar.
La CGN demandada aquí y en Canadá
“En abril de 2009 se firmó un acuerdo para facilitar el regreso
voluntario de los ocupantes ilegales a sus hogares en el pueblo cercano de Las
Nubes”, afirma CGN. El 27 de septiembre de 2009 una nueva reunión a propósito
del mismo tema marcó un poco más la fractura que existe entre los dos mundos.
Los enfrentamientos estallan. Adolfo Ich, líder del barrio La Unión, fue
asesinado frente a la mirada de su hijo. German Chub’, un agricultor de 22
años, fue herido de bala. Él se dirigía a ver un partido de fútbol. Hoy es
parapléjico. El jefe de seguridad de CGN, el exmilitar Mynor Ronaldo Padilla
González, fue acusado de esos hechos. Lo capturaron en 2012, después de tres
años de escapar de la justicia.
“El proceso duró dos años en Puerto Barrios. Y las víctimas fueron
criminalizadas. La jueza se disculpó incluso con Padilla. Lo dejaron libre en
abril pasado”, explica Grahame Russel, responsable de la ONG Rights Action.
Se trata de la jueza Ana Leticia Peña Ayala, presidenta de Tribunal de
Sentencia Penal de Izabal, quien en abril pasado lo desligó del proceso.
Sin embargo, la Corte Superior de Justicia de Ontario, en Canadá, ordenó
en 2013 iniciar proceso penal en contra de Hudbay Minerals, subsidiaria de CGN
cuando ocurrieron los hechos, como responsable de la conducta de sus agentes en
Guatemala. “Es una primera acción en la historia del país. Las empresas no
podrán actuar bajo impunidad en países corruptos”, señaló Russel.
En El Estor la mayoría de víctimas asegura haber sido abordadas por
miembros de CGN para que retiraran sus testimonios. Uno de los campesinos
recibió cinco visitas. “Las últimas fueron muy directas: ¿por qué no parás ya?
Ellos son poderosos, ellos son muchos y tú no tienes nada”, le insistieron.
Frente a la presión, el campesino mantiene su postura: “ellos tienen que pagar
por el mal que me hicieron. No quiero decir nada más”. Y la presión persiste.
“Dos personas en moto vinieron y me dijeron que los mandaba Padilla y sus
abogados (pagados por CGN). Te pedimos que retires tu denuncia, me dijeron,
aquí y en Canadá y te damos Q13 millones”. Eso sería una fortuna para él que ya
no puede trabajar ni le alcanza para sus necesidades de familia, tampoco recibe
ni un quetzal de ningún organismo y sus hermanos ganan Q50 por día en el campo.
“Yo me negué. Lo que está hecho, hecho está. Ellos
deben también sufrir. Ellos me cortaron mi vida. Estoy postrado en una silla.
Ellos tienen que sentir este sufrimiento. Yo tengo que luchar. Me he negado
repetidas veces. Yo sabía que tratarían de callarme. Mucha gente me advirtió
que la CGN me ofrecería dinero. Pero yo no me callaré. Y si quieren terminar de
matarme, otros hablarán por mí”, dice.
Durante el proceso este campesino se sintió “insultado”. “Sentí que se
burlaban de mí. En la justicia de Guatemala no hay esperanza para nosotros los
indígenas. La justicia no nos ayuda.”
Misma cólera es la que siente Rosa, víctima de la violación colectiva
que ella describe como orden de Mynor Padilla. “La jueza (Peña Ayala) fue muy
racista con el pueblo indígena. Fuimos discriminados. Él (Padilla) salió libre
y es como si nosotros no fuéramos seres humanos”. La fachada de la casa de
Angélica Choc, viuda de Adolfo Ich, fue baleada la noche del 27 de septiembre
del año pasado. “Para mí es un abuso y más aún en tanto mujer indígena. La
justicia en Guatemala es una justicia sucia donde no hay orden. Nosotros sólo
defendemos nuestros derechos”.
“Aquí es la peor mina del mundo”
Solway Group (US$1.3 billones en mayo de 2016) prometió mucho a El Estor
con el apoyo del expresidente Otto Pérez Molina, hoy detenido y procesado por
corrupción. Primero, alrededor de 400 personas rusas y ucranianas (grupo que ya
produce ferroníquel) se instalaron en “la colonia”, aislados del pueblo,
separadas por altos muros, alambre espigado y guardianes armados las 24 horas.
Dentro de esta zona prohibida al público, una clínica de alta calidad. Y la
mano de obra local cuenta únicamente con un centro de salud decrépito y mal
equipado. Diferencias de trato que saben mal, aunque el grupo se jacta de ser
“el empleador más grande dentro la región económica más empobrecida de
Guatemala.”
Frente a sus mecánicos, Milton Gutiérrez selló la puerta, empalagado de
la productividad sin fe ni ley de la dirección ejercida por los rusos, que
además es peligrosa según él. Trabajó 35 años en una decena de minas en África
y América Latina. Según él, esta “es la peor mina del mundo: falta de
seguridad, contaminación, falta de competencia, represión y corrupción son sus
métodos. Es una mafia política y financiera. Hay mucha discriminación. A los
extranjeros se les paga entre US$3 mil y US$5 mil por mes y los guatemaltecos
mejor calificados no ganarán más de Q5 mil. Nuestros equipamientos de seguridad
son mínimos y limitados”. Desde que abrieron la mina, asegura, nunca hubo
controles. “En cambio vi gente borracha trabajar de noche”. En agosto del año
pasado, la explosión de una caldera en la planta dejó seis muertos y un herido.
La planta nunca fue evaluada ni controlada por el ministerio de Trabajo. “Se
contrató a gente sobre demanda, pero sin la formación necesaria para hacer uso
de material nuevo y de baja calidad”, afirma Gutiérrez. “Es pura negligencia”.
No existe ningún sindicato en la empresa y muchos testimonios cuentan
sobre el chantaje de perder su empleo en caso de reivindicaciones. “Nosotros
defendemos los derechos individuales y colectivos de nuestro pueblo, de los
q’eqchi’. Los hombres que trabajaron para la CGN-Pronico describen el uso de la
gente como una estrategia militar”, explica Robin Macloni, director de la
Asociación Defensoría Q’eqchi’.
No fue posible obtener la versión de los ejecutivos de CGN-Pronico sobre
los hechos que se consignan en este reportaje.
La inversión más grande nunca antes hecha en el
país
Cuando Solway Group llegó a Guatemala, la comisión de Energía y Minas
del Congreso estaba en manos de los diputados del partido Patriota. Las
reservas de níquel se estiman a 30 años de explotación. Y “la exportación de
níquel dejará cada año a Guatemala unos US$470 millones en divisas”, anunciaba
CGN-Pronico. “Además, el fisco percibirá US$50 millones (unos Q400 millones) en
concepto de impuestos y pagos al Estado”.
Luis David, entonces director de Invest in Guatemala aseguraba que “al
final, por cada dólar que sale, Guatemala se queda con la mitad”. La producción
minera es una veta jugosa: 365 licencias fueron otorgadas en 2014, y 600 en
están en curso. Las empresas extranjeras invierten con el acuerdo de los
dirigentes que no les queda más que cultivar su dinero.
Solway Group fue recibido por el gobierno de Otto Pérez Molina con los
brazos abiertos por el proyecto “Fénix”. Invirtieron US$551 millones en una
nueva planta y se aseguró que su costo se elevaría a US$1,500 millones (unos
Q12,250 millones). Cifras asombrosas que encantaron al presidente de entonces.
“Esta es la inversión más grande que llega a Guatemala, lo que demuestra que en
el país se puede invertir”, dijo Pérez Molina durante la inauguración, el 30 de
mayo de 2014. Con una producción de 25 mil toneladas de ferroníquel previstas
al año, la mina exige la autorización de la construcción de un puerto privado en
Puerto Barrios, el puerto San Martín, evaluado aproximadamente en US$27
millones. Esto fue autorizado sin problema.
Un pueblo dividido y un miedo difuso
A cambio de ese trato, Solway Group anunció un aumento de la retribución
al gobierno. “Un nuevo convenio de acuerdo voluntario donde aumentaron el pago
de regalías de 3%”, dijo Fernando Castellano, director general de la Minería.
“25% para el Estado, 17,5% para la municipalidad de El Estor, por medio de
aportación directa; 17,5% será distribuido entre las comunas de Puerto Barrios,
Los Amates, Morales, Linvingston y Panzos. Con este pago, el monto anual
alcanzará aproximadamente Q50 millones al año entre regalías y aportes al
Estado”. Hasta el momento se desconoce si el convenio fue cumplido por la minera.
En el mercado capitalista este es un buen negocio, como dicen los
especialistas. Pero en el plano local, el costo social y cultural es enorme. Y
luego está la gente a favor, es decir los que benefician de un empleo, y la que
está en contra, básicamente el resto de pobladores. La empresa asegura que da
empleo a 1.779 personas, además de cientos de contratistas locales. El tema
divide y la desconfianza se siente de manera permanente, amenazas a penas
encubiertas se difunden también. El otro tabú que ronda las cabezas es el
narcotráfico, el lago de Izabal sería una de las rutas las más utilizadas en el
país.
En ese contexto, la Gremial de Pescadores pidió a la municipalidad de El
Estor a finales de abril un análisis del agua del lago. Sin respuesta
satisfactoria, decidieron el 3 de mayo hacer un primer bloqueo en la carretera
de exportación del níquel por 10 días hasta que se llevó a cabo una mesa de
diálogo. El 27 de mayo, esta debía retomar el diálogo con los resultados
esperados. Sin embargo, la asamblea general de la Gremial de Pescadores, en la
que participó Carlos Maaz Coc, decidió renunciar. “Hay siete denuncias al
alcalde Rony Méndez y su consejo municipal dentro de las cuales una contra mí”,
explica Eduardin Bin, su portavoz. “Me enteré anoche. No sé si hay orden de
captura, pero no puedo tomar el riesgo de ir a la mesa de diálogo y terminar el
día en prisión”.
Los pescadores decidieron entonces retomar el bloqueo de la carretera.
Pero decenas de policías (dentro de los cuales estaba el comandante –hasta
ahora el conciliador– que cambió la noche anterior) estaban ya posicionados y
equipados para el enfrentamiento. La tensión subió rápidamente, las primeras
bombas lacrimógenas dispersaron a la multitud y las fuerzas del orden forzaron
el bloqueo. Pero rápidamente tuvieron que retraerse. Fue en ese momento que se
escucharon los tiros seguidos de un gran silencio de miedo. El padre Ernesto
Rueda Moreno, cura del pueblo, estaba a menos de diez metros de la víctima. “La
policía comenzó. Yo sólo vi gente con piedras, no con armas. Se veía bien y se
veía bien que había gente. No se puede tirar pensando que no hay gente. Tampoco
había humo de las bombas lacrimógenas en ese momento”, dice. Una ola de
indignación invade el pueblo inmediatamente. La multitud agresiva, quema la
estación de policía y saquea la casa del alcalde.
Evacuaron a un herido. Carlos Maaz Coc queda
tendido sobre el suelo. Nadie buscó hacerle autopsia al cuerpo. Su misma
familia recogió el cuerpo, y lo enterró al día siguiente frente a 500 personas.
El Estado guatemalteco negó primero la muerte por bala del manifestante. El
mismo día, Solway Group declaró que “la contaminación del agua es mínima (…)
que esta viene del río Polochic (…) Si no se hace nada, el lago se verá
fuertemente afectado. (…) Después de análisis, la prueba presentada a la
investigación del comité ministerial concluyó que la CNG-Pronico no puede ser
responsabilizada por el cambio en la calidad de agua”. La muerte de Maaz Coc se
mantiene impune.
En El Estor desplegaron un cuerpo armado de 500 policías. El alcalde,
Rony Méndez, rechazó cualquier tipo de conciliación y abandonó el pueblo tras anunciar la decisión de no
suspender las operaciones de la mina, por temor a los pobladores. La Gremial de
Pescadores espera retomar una mesa de diálogo y considera que hay “un mártir de
la lucha” por el que se debe hacer justicia. “Queremos pruebas del análisis del
agua y pruebas de la legalidad de la mina. Como pueblo indígena, exigimos una
consulta”. CALAS pidió una copia de la licencia otorgada a CGN-Pronico. Otras
luchas a favor de la consulta se perfilan.
Subasta de áreas protegidas y territorios indígenas
www.alainet.org
/ 150817
Sambo Creek, agosto 15 de 2017.-
Como era de esperar, en un país donde impera la democracia zombi, el Congreso
Nacional con su abrumadora mayoría “nacionalista”, aprobó la Ley de Fomento al
Turismo (LFT), elaborada por la Consultora
Mckinsey. Sin mayores cambios el anteproyecto presentado en el
hemiciclo por el actual mandatario Juan Orlando Hernández, será publicado el
día de hoy en la Gaceta Nacional. El actual gobierno demuestra una vez más su
tendencia a subastar el país, como ya intentaron con las fracasadas ciudades
modelo, las que tratan de resucitar a través del Programa Honduras 2020.
La LFT incluye además de los
incentivos fiscales, y la subasta de los territorios indígenas, la entrega
entre otros de las áreas protegidas, parques nacionales, refugios de vida
silvestre, parques arqueológicos, en las cuales empresarios del rubro podrán
efectuar “inversiones puntuales”.
Según lo manifestado por los
diputados, las leyes nacionales contemplan la expropiación forzosa, lo cual
indica que las obras de “utilidad y necesidad pública” puedan dar lugar a
expropiaciones, tal como lo señala el artículo 2 de la Ley Expropiación
Forzosa (1913).
La comunidad garífuna de Río Negro,
Trujillo, fue demolida entre el 2009 al 2010, amenazando a la población de
utilizar la vetusta ley, para que el rey del porno canadiense, construyera un
centro de recepción de un muelle de Cruceros, bautizado como el Banana Coast.
Con la aprobación del LFT pretenden
solidificar la nueva estrategia de la actual administración Honduras 2020, la
que aparentemente cuenta con el apoyo del Banco Interamericano de Desarrollo
(BID), y promueve entre otras la supuesta creación de más de medio millón de
puestos de trabajo, en un país con una tasa de desempleo
según del FOSDEH del 49% y una decrépita inversión extranjera directa
que ha decaído estrepitosamente después del golpe de estado.
Organismos
financieros y la disolución de la propiedad comunitaria
Desde el año 2004, cuando fue
emitida la ley de propiedad auspiciada por el Banco Mundial, las lumbreras
encargadas de elaborar la ley, convenientemente redactaron el artículo 100 del capítulo
III, con el cual se da inicio al proceso de diluir la propiedad comunitaria, la
que ha permitido resguardar los exiguos territorios de las comunidades garífunas.
El Banco Mundial (BM), de la misma
manera que el BID, ha promovido la disolución de la propiedad comunitaria en
todo el orbe, a través de los programas de administración de tierras, que han
tenido un severo impacto sobre todo en África, situación que ha dado lugar a
millones de indígenas
desplazados como resultados de las políticas del BM.
Con el advenimiento de la dictadura
en el 2009, las agresiones contra los territorios de las comunidades garífunas
se intensificaron, hasta el punto que entre el 2009 al 2010, la comunidad de
Río Negro fue demolida. Los habitantes de Río Negro -uno de los primeros
asentamientos garífunas en Honduras- fueron amenazados de expropiación forzosa,
y ante el enrarecido ambiente que prevaleció en Honduras como resultado del
golpe, además de la ausencia de un estado de ley en el país, muchos de los
presionados procedieron a vender sus casas a precio de “gallo muerto”. El
efecto dominó de la demolición de Río Negro, se expandió por toda la Bahía de
Trujillo, a pesar que se habían presentado las denuncias pertinentes al
Ministerio Público, los proyectos inmobiliarios propiedad de extranjeros se
apoderaron de buena parte de la bahía, hasta el punto que hoy se le conoce como
“Little Canada”.
Existen casos probados de
desmembramientos de las comunidades a través de patronatos falsos o impuestos
por las municipalidades, tal como el caso de Laguna Negra en Triunfo de la Cruz
y las usurpaciones ilegales de tierras en la bahía de Trujillo.
Estado y
Crimen Organizado
La costa norte de Honduras es parte
esencial del Honduras 2020, especialmente las comunidades garífunas, que desde
hace más de dos décadas, son objetivo de especulación inmobiliaria por parte de
empresarios nacionales y extranjeros, además del crimen organizado el que viene
controlando vastos sectores del país y maneja hasta la fecha municipalidades y
juzgados.
La Consultora Mckinsey parece ser
que en sus análisis ha descartado el trasfondo del fracaso del turismo en
Honduras, rubro que crece en un porcentaje mucho menor al de los países
vecinos, los que a pesar de presentar características similares en cuanto a
pobreza y violencia, han tenido un crecimiento sostenido del rubro. La clave
radica en que la putrefacción estatal no llega al nivel de Honduras. donde
parte de la élite política del país es reclamada por la Fiscalía de Nueva York
como cómplice en el narcotráfico.
El informe de la Carnegie Endowment
for International Peace intitulado “Cuando la
corrupción es el sistema operativo: el caso de Honduras”, saca a
flote una de las razones primordiales del escaso crecimiento económico del
país. Las medidas recomendadas por la cuestionada Consultora Mckiney, afectarán
enormemente a los pueblos indígenas que habitamos en Honduras, los que nos
veremos expuestos a una intensificación de los despojos, persecución y
encarcelamiento de líderes opositores a los planes de “desarrollo”.
La bahía de Trujillo y los despojos
cometidos en contra de la población garífuna han sido apadrinados por un serie
de personajes macabros asociados a los partidos políticos en el país. Si bien
han sido mencionados en las audiencias efectuadas en los juzgados de Nueva
York, el Ministerio Público en Honduras aparentemente descarta emprender acción
alguna en contra de los caciques que han dominado la bahía de Trujillo.
Áreas
protegidas en subasta
El artículo 3 de la LFT es muy
preciso en indicar que las 91 áreas protegidas que existen en Honduras, pueden
ser objeto de intervenciones promovidas por la industria turística. Por
supuesto que los proyectos serán disfrazados como turismo sostenible.
Buena parte de las áreas protegidas
existentes se encuentran dentro de los territorios de los pueblos indígenas, a
los que no se nos ha reconocido la tenencia de dichos territorios justificándose
el estado la inacción en nombre de la conservación.
De las 47 comunidades garífunas que
existen en Honduras, 28 de ellas encuentran dentro de las zonas núcleo o de
amortiguamiento de las áreas protegidas. Tenemos presente cómo se han dado
desplazamientos silentes de comunidades ante la implementación de planes de
manejo inconsultos. Basta recordar el caso de las comunidades garífunas de
Cuero y Salado, expulsadas de su hábitat a inicios de la década de los años 90.
Situación que trataron de replicar en el año 1994, cuando el Instituto Smithsoniano
firmó un contrato para el manejo del Parque Nacional Cayos Cochinos, donde el
magnate de los asbestos y director de la supuesta fundación ecológica AVINA, el
Sr. Stephan Schmidheiny había adquirido una serie de islotes.
En el caso de
cayos Cochinos – el que se encuentra a punto de llegar a la Corte
Interamericana de Derechos Humanos- se puede vislumbrar lo que sucederá con las
poblaciones indígenas que se encuentran dentro de las áreas protegidas a
subastar. Desde hace más de una década se viene dando una oleada de turismo en
el archipiélago donde encuentran ubicadas tres comunidades garífunas, Los
constantes tours, además de los realities shows televisivos, poco o nada aportan económicamente a las
comunidades garífunas.
El Honduras 2020 además de no haber
sido consultado con los pueblos indígenas y exponer nuestros territorios a ser
expropiados, nos están convirtiendo en mercancía bajo el rótulo de culturas
vivas. La capacidad de distorsión de la actual administración ha llegado al
extremo que el Sr Emilio Silvestri, director del Instituto Hondureño de Turismo
aseveró en
una entrevista que “la ley no solo es de incentivos fiscales, sino
que viene a configurar varios elementos necesarios para impulsar la industria,
como la protección de los diferentes grupos étnicos del país”. Silvestri
asegura que las culturas de los pueblos indígenas, a las que denomina cultura
vivas – probablemente en contraposición con la cultura dominante, la que se
encuentra muerta- forma parte de las mercancías que ofrecerá el país en su
acelerada subasta a los empresarios el turismo.
Con la aprobación de la LFT, el
Estado violó no solamente el Convenio 169 de la OIT, en relación a no haber
efectuado consulta previa alguna; además de transgredir el Convenio de
Diversidad Biológica, al colocar las áreas protegidas como lugares disponibles
a la inversión turística.
Carta del Presidente de la conferencia de obispos del Canadá al Primer ministro Trudeau
9
de agosto del 2017
Muy
Honorable Justin Trudeau,
P.C., M.P. Primer Ministro de Canadá
Cámara de los Comunes
Ottawa, ON
Justin.trudeau@parl.gc.ca
P.C., M.P. Primer Ministro de Canadá
Cámara de los Comunes
Ottawa, ON
Justin.trudeau@parl.gc.ca
Estimado
Primer Ministro,
Leí con interés la noticia de su
audiencia con el Papa Francisco en Roma en mayo pasado, durante la cual usted
discutió muchos asuntos, incluyendo el impacto de la industria sobre la
creación y la humanidad misma. Estos efectos están entre las preocupaciones más
cercanas al corazón de la Iglesia Católica en el Canadá, particularmente cuando
involucran a los pueblos Indígenas.
Recientemente, los Obispos
Católicos de América Latina han traído a nuestra atención y nos han señalado su
profunda preocupación con respecto a la presencia de compañías de extracción canadienses con operaciones en América
Latina. Muchas de estas empresas son directamente
responsables de grave degradación ambiental y serias violaciones de los
derechos humanos. Es particularmente lamentable que los intereses
comerciales de dichas empresas tengan adversas consecuencias directas sobre las
poblaciones indígenas cuyas tierras ancestrales están siendo devastadas y
agotadas por las formas de explotación no éticas, injustas e irresponsables.
Este flagrante desprecio por la
tierra y la gente que la habita no sería tolerado si las voces de los afectados
no fueran silenciadas por aquellos con influencia política cuyos intereses
financieros están vinculados a estas operaciones. En Honduras, en Brasil y en
otras partes de América Latina, se les ha impedido a individuos y comunidades
defender sus tierras, sus aguas y sus medios de subsistencia. Es bien sabido
que el control, la extracción, el procesamiento y el comercio de estos recursos
financian a los grupos armados, cuya explotación del poder le pone trabas u
obstaculiza a las poblaciones vulnerables y, por ende además, las pone en
peligro. Hemos escuchado historias de cómo las amenazas, la violencia, la
extorsión e incluso el asesinato se han utilizado para hacer avanzar el
progreso de los grandes negocios y de los grandes industriales en detrimento,
tanto humano como económico, de los pobres.
Nosotros los canadienses somos (y
estamos entre los) privilegiados. No podemos permanecer indiferentes al grito
de los pobres ni a las repercusiones de la degradación ambiental en nuestro
hogar común. No podemos aceptar la forma poco ética o no ética en que las
compañías mineras canadienses han estado operando en América Latina o en otras
regiones del mundo, aprovechándose de la ausencia de normativas y regímenes
regulatorios eficaces como una razón más para eludir sus responsabilidades
éticas.
Depende de todos nosotros --el
gobierno, las corporaciones, los inversionistas, las autoridades locales, los
trabajadores y los consumidores-- cambiar nuestras actitudes y prácticas si
queremos vivir en un mundo en el que la creación de riqueza a partir de los
frutos de la tierra no nos ciegue al origen y propósito de estos bienes, que es
avanzar las condiciones de vida para todos. Como ha señalado muy claramente el
Papa Francisco, la ecología natural está estrechamente ligada a la ecología
humana, de modo que nuestro tratamiento del mundo natural está
inextricablemente ligado a cómo veamos a otros seres humanos, cómo concibamos
la conformación moral de la sociedad y cómo nos relacionemos con Dios (cf.
Carta encíclica “Laudato sí”, [El cuidado de nuestro hogar común], Ciudad del
Vaticano, 2015, no 5 ss.).
El reciente interés de su gobierno
por revitalizar la política exterior del Canadá fue el objeto principal de una
carta que le envié a la Ministra de Relaciones Exteriores el 29 de junio del
2017, en la que le expresé mi consternación por el discurso de ella ante la
Cámara de los Comunes el día 9 de junio del 2017. Las respuestas a mi carta en
los medios de comunicación tanto de la ministra como de la honorable Marie-Claude
Bibeau, que recientemente se reunió con el arzobispo de Sherbrooke, el muy
reverendo Luc Cyr, han sugerido una voluntad de parte de su gabinete por
profundizar en esta importante conversación con los líderes de la fe.
Lo invitamos a que considere la
Carta Abierta adjunta (anexo 1), firmada por cerca de 200 organizaciones
latinoamericanas e internacionales, en la que se plantean importantes preocupaciones
sobre el sector minero global del Canadá. Esta carta, fechada el 25 de abril de
2016, fue enviada hace más de un año y todavía está a la espera de una
respuesta. Aquellos que la firmaron, incluyendo a los miembros de la Red
Ecuménica de Iglesias y Minería (Red Iglesias y Minería), esperan un cambio
basado en el compromiso que usted, como Primer Ministro, y su gobierno han
hecho con miras a la adopción de un marco legislativo que responsabilice y
obligue a las agencias y a las empresas estatales a responder por (y dar cuenta
de) los abusos relacionados con las operaciones mineras de las empresas mineras
canadienses. Las sugerencias de dichas organizaciones incluyen:
*La creación de medios objetivos e
imparciales (como un ‘ombudsman’ o defensor del pueblo) para monitorear e
investigar las denuncias de abusos en relación con las compañías mineras
canadienses en el extranjero;
*El acceso a los tribunales
canadienses que les permitan demandar y enjuiciar bajo la ley canadiense a las
compañías mineras canadienses que operando en el extranjero violen las leyes
ambientales y aquellas que garantizan los derechos humanos;
*El fin de la acción del gobierno
canadiense, ya sea a través de la ayuda económica, el comercio, la asistencia
técnica o la diplomacia, que busque influir en la adopción o modificación de
normativas o marcos regulatorios para los proyectos extractivos en los países
receptores; y
*Un cese absoluto de la búsqueda de
acuerdos de libre comercio e inversión que favorezcan a las empresas mineras
canadienses por sobre y a costa de las personas y el medio ambiente, en
particular el fin de los mecanismos de arbitraje internacional (entre los
inversionista y el estado) que los inversionistas extranjeros usan para
proteger sus inversiones y evadir la regulación o normatividad al respecto y la
rendición de cuentas por los abusos perpetrados.
Hace más de dos años, mi predecesor
como presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Canadá, el Muy
Reverendo Paul-André Durocher, arzobispo de Gatineau, le envió la adjunta carta
de apoyo (anexo 2) al entonces presidente del Consejo Episcopal de la Iglesia
(CELAM), como expresión de nuestra solidaridad con su decisión de comparecer
ante un tribunal de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) el 19
de marzo del 2015, en Washington, DC, sobre las implicaciones éticas y morales
de los proyectos extractivos en América Latina. Como una expresión adicional de
nuestra solidaridad, estuvo presente en la audiencia del tribunal el Muy
Reverendo Donald Bolen, entonces obispo de Saskatoon y quien aún hoy sigue
siendo presidente de la Comisión CCCB para la Justicia y la Paz. Una copia de
la carta fue enviada al Ministro de Relaciones Exteriores de la época, el
Honorable Rob Nicholson, en la cual el arzobispo Durocher señaló cómo nuestra
Conferencia se ha sentido preocupada durante algunos años por las conexiones
canadienses con las industrias extractivas activas en América Latina.
La Organización Católica Canadiense
para el Desarrollo y la Paz, Cáritas Canadá, también ha solicitado
repetidamente el acceso a la justicia para las comunidades afectadas por las
actividades de las compañías mineras canadienses en ultramar, una llamada que
ha sido apoyada por los obispos del Canadá y de la cual ellos han hecho eco.
Más de 80,000 canadienses se unieron a ‘Development and Peace’ (“Desarrollo y
Paz”) en su campaña del 2013 llamada “Voz por Justicia”, solicitando un
defensor del pueblo (u ‘ombudsman’) independiente para el sector extractivo en
el extranjero.
¿Cuándo responderá el Gobierno del
Canadá a estos repetidos llamamientos para mejorar la supervisión de las
compañías extractivas canadienses que operan en el extranjero? Espero con
interés oír de usted, y le agradezco su atención a nuestras preocupaciones
constantes y aún en curso.
Sinceramente,
(Firmado)
Douglas
Crosby, OMI
Obispo de Hamilton
Presidente de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos
Obispo de Hamilton
Presidente de la Conferencia Canadiense de Obispos Católicos
Cc
- La Honorable Chrystia Freeland, Ministra de Relaciones Exteriores
- El Honorable James Gordon Carr, Ministro de Recursos Naturales
- La Honorable Carolyn Bennett, Ministra de Asuntos Indígenas y del Norte
- La Honorable Chrystia Freeland, Ministra de Relaciones Exteriores
- El Honorable James Gordon Carr, Ministro de Recursos Naturales
- La Honorable Carolyn Bennett, Ministra de Asuntos Indígenas y del Norte
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