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Por: Dumas Myrie S.
Políticas de seguridad ciudadana en Panamá
En Panamá las políticas de seguridad ciudadana son el reflejo caprichoso de la percepción del Estado en cuestiones de asuntos locales, y más cuando la delincuencia abraza no solo a lo local; sino a las mismas unidades espaciales centrales. A principios de la década de 1990 la falta de una organización legal en cuanto a las políticas ciudadanas de la violencia homicida envolvió al país en serios problemas de carácter normativo y sustento para frenar los casos.
Durante
el gobierno de Mireya Moscoso se organizaron las políticas al respecto con la
elaboración del documento de organización de la política de seguridad panameña.
Sin embargo, la campaña electorera de dicho quinquenio demostró que dicha
organización no logro solucionar el problema de fondo y que la seguridad del
Estado necesitaba tratar temas como ¿Qué hacemos con la criminalidad? y ¿Cómo
el Estado ajustaría sus planes a la ola migratoria en tiempos neoliberales? En
ese estado de incertidumbre de la seguridad ciudadana, el mayor desafío era
integrar las antiguas estructuras dejadas por el régimen castrista con los
tiempos cuasi-democráticos.
La
redacción del documento lineamientos generales para una política criminológica
del Estado panameño y la creación del Servicio Nacional de Fronteras durante la
administración del presidente Martín Torrijos, solo fue una cortina de humo
para el verdadero problema que se encontraba en los propios políticos, y en la
intromisión de los intereses empresariales que reclamaban su espacio reclamando
favores de campañas políticas.
La
ciudadanía reclamaba a voces en aquellos días, y aún hoy; transparencia en los
procesos judiciales seguidos por la intromisión de la mano oscura de la
narcopolítica en el Estado. Durante el gobierno de Ricardo Martinelli el
Programa Conjunto Mejorando la Seguridad Ciudadana en Panamá: Hacia la
construcción de una cultura de Paz (PNUD) y el plan Calles Seguras fueron una
maniobra de los intereses personales de la empresa privada y el Estado para
asegurar el contrato social, sobre los sectores más vulnerables, asegurando
estabilidad momentánea financiera en favor del control policiaco sobre la
escena pública. El Programa de seguridad integral durante dicho gobierno lo viene
a reafirmar.
En tales
circunstancias la narcopolítica encontró en el sistema financiero panameño una
debilidad que se irradio a toda Centroamérica y la percepción de la justicia
panameña. Las altas tasas de violencia homicida en los países de la región
llevaron a suscribir durante el gobierno del presidente Juan Carlos Varela el
plan de seguridad integral y prevención de la violencia que afecta a niños,
niñas, adolescentes y jóvenes en Centroamérica. Sin embargo, la ya golpeada
seguridad en los barrios no encontró sustento al programa ante la falta de
oportunidades de trabajo y el incremento de los circuitos de la droga.
Durante
los primeros días de administración del presidente Laurentino Cortizo, el abuso
de poder de las autoridades a puesto en evidencia la falta de control y
simulación sobre escenarios reales de la policía con un saldo negativo de la
percepción de la policía nacional y un aumento de la violencia contra este
estamento. En un escenario donde la parte emocional de la población se discute
los planes de dicho gobierno para dicho quinquenio valoraban la creación de la
policía comunitaria con el uso de la tecnología en los municipios para frenar
la ola de hurtos y casos de violencia de género en los barrios. En efecto en la
investigación intitulada Determinantes de
la violencia homicida en Centroamérica. Una mirada desde lo local-Panamá.
Presentada en el VI Informe Estado de la Región 2021. al
comparar las cifras absolutas del año judicial 2020 entre los meses de enero y
febrero para el año 2020 la intencionalidad de homicidios se aproximó a los 108
casos con una mediana estadística de 42 casos. Sobresalen la provincia de
Panamá con un total de 42 casos y Panamá Oeste con 18 casos.
Profesor
de geografía
SEGUNDO SEMIINARIO DE CONCEPTO Y CONTEXTOS AMBIENTALES 2022 - DIA 1
SEGUNDO SEMIINARIO DE CONCEPTO Y CONTEXTOS AMBIENTALES 2022 - DIA 2
SEGUNDO SEMIINARIO DE CONCEPTO Y CONTEXTOS AMBIENTALES 2022 DIA 3
Organizado por RUPADES JUVENIL DE RUPADES DEL CONSEJO DE RECTORES DE PANAMÁ.
Conversatorio de Investigación - Escritura de Artículos Científicos para...
El pasado 30 de abril, 2022 la Universidad Cristiana de Panamá, inauguró su programa de formación en Investigación que han llamado Conversatorios de Investigación, En este primer conversatorio se invitó a la Dra, Elizabeth De Freitas, Ph.D. en Educación y Editora de múltiples Revistas Científicas a nivel Internacional. El Prof. Rev. Manning Maxie Suárez es el director de esta iniciativa que será un aporte a la formación en Investigación para todos aquellos que deseen conocer y profundizar sobre el tema.
Conversatorio de Investigación "Gestión de la Investigación en la Educac...
Bienvenidos todos a este Segundo Conversatorio sobre “Gestión de la Investigación en la Educación Superior Universitaria” con nuestro invitado especial el Dr. Ender Carrasquero. Los Conversatorios son un espacio de intercambio de información sobre temas de actualidad vinculados a la Investigación e Innovación que nos permiten fortaleceros y consolidarnos en la gestión de Investigación en cada una de sus Instituciones.
En el pasado Conversatorio que tuvimos el pasado 30 de abril sobre “Escritura de Artículos Científicos para Revistas Científicas Indexadas” con la especialista y Dra. Elizabeth De Freitas Ph. D., señalaba la misma, que la única manera de poder escribir un artículo científico era haciendo Investigación. Y para lograr hacer Investigación debemos gestionar esa acción.
Recordemos queridos amigos, que una de las competencias más importantes que puede desarrollar un docente, un maestro, es casualmente el de INVESTIGADOR.
Esto es así porque al ser INVESTIGADOR esto enriquece su forma de mirar todos los aspectos que abarcan los procesos socio formativos, su propia acción en el aula y la de sus estudiantes.
Los docentes debemos desarrollar todas las competencias investigativas, esto implicará en los docentes el fortalecimiento de habilidades de pensamiento básicas, pero también de alto nivel, el mismo incluirá procesos como: la observación, la descripción, la clasificación, el análisis, el establecimiento de relaciones, las inferencias o deducciones, la síntesis, la creación y la valoración.
La misma, exigirá la profundización del conocimiento en el área específica sobre la que indaguemos, en la metodología de la investigación apropiada al problema, en la redacción, en el estilo y el uso de normas establecidas en las instituciones para informes y artículos científicos que produzcamos para revistas científicas indexadas.
De esto y mucho más, es que nos viene a conversar nuestro invitado especial el Dr. Ender Carrasquero, con el tema “Gestión de la Investigación en la Educación Superior Universitaria”-
¡Bienvenidos todos!
Epistemología de la Investigación en la Educación Superior Universitaria
Bienvenidos todos nuevamente a este Tercer Conversatorio de Investigación de la Universidad Cristiana de Panamá, que ya se nos está convirtiendo en una cita entre personas interesadas en el tema de Investigación, y hoy sobre el tema de la “Epistemología de la Investigación en la Educación Superior Universitaria” con nuestra invitada especial la Zoila Yadira G. de Castillo, Ph.D., directora de la Dirección de Investigación de la prestigiosa Universidad Tecnológica de Panamá.
Estos Conversatorios de Investigación son un espacio de intercambio de información sobre temas de actualidad vinculados a la Investigación e Innovación que nos permiten a todos fortalecernos y consolidarnos en la gestión de Investigación en cada una de sus Instituciones.
Participantes:
Mgtra. Leidys Lezama, Vicerrectora de Extensión de la UCP.
Prof. Rev. Pbro. Manning Maxie Suárez, Gestor de Investigación de la UCP.
Dra. Zoila Yadira de Castillo, Directora de Investigación de la Univesidad Tecnológica de Panamá.
Dra. Prudencia Raquel de Delgado, Rectora de la Universidad Cristiana de Panamá.
Mitos sobre la historia
Aunque sabemos que hay falencia en cuanto a la historia, los historiadores no llegan a examinar las fuentes documentales y referencias con una historia uniforme o ecléctica que complete los vacíos que en la actualidad hay y solo se recopile aquellos acontecimientos que se cree importantes, descuidando aquellos fragmentos de la historia que ayudaron a entender aquellos acontecimientos que si se encuentran documentados.
En el caso panameño la memoria histórica a disposición del
público a través de los repositorios documentales es escasa. Precisamente en
conversación la historiadora Ana Elena Porras está relata que en las memorias
de su bisabuelo Belisario Porras se señala que durante los primeros años de
vida republicana el mencionado personaje varias veces en visita a Manuel Amador
Guerrero al palacio de las Garzas observaba que varios hombres se dirigían al
mar al área de las bóvedas. Estos esperaban que la marea estuviera baja y
disponían en el lecho marino varios documentos.
Posteriormente tras varios días el doctor Porras observando
la misma situación increpo a los hombres y les pregunto que llevaban esos
baúles a lo que contestaron que eran documentos de 1505 es decir la conquista
hasta el siglo XIX. Esta situación y muchas otras hacen ver el pobre
conocimiento y valor al pasado anteponiendo el valor material a cuestiones tan
identitarias y colectivas.
Carlos Endara señala que en nuestro país se pierden
esculturas, libros, se destruye la memoria y las bibliotecas desaparecen de
varias formas porque la ciudadanía desconoce la noción de derechos culturales y
su categoría de sujetos sobre esos derechos. Igualmente señala que existe una
actitud colonizadora que pretende desvirtuar el valor de las bibliotecas y la
comunidad desconoce su derecho a la información.
Otro tanto acontece en nuestro país al profesionalizar la
labor del historiador y formar una institución de historiadores que tengan una
visión transdisplinaria. Dentro de nuestra historia existen muchos mitos
agregados a nuestro conocimiento histórico que se adquieren desde la base de
nuestra enseñanza durante el periodo de aprendizaje en el colegio.
Castillero Calvo en su ensayo El oficio del historiador señala
que la enseñanza histórica y la formación de los ciudadanos han cambiado lo
semántico del tiempo como la experiencia y la expectativa. El reto que tenemos
como ciudadanos es mantener viva la memoria histórica fortaleciendo los
colectivos, los fondos documentales a través de espacios sinérgicos con la
historia positiva y negativa y brindado una visión sistémica alejada de
cualquiera pretensión narcisista.
El docente Dumas Myrie señala en su nota El mito del método didáctico en la historia panameña que el método es una esponja sistémica de procesos, que planifica el estado de las emociones y por tanto del transcurrir sociológico de la sociedad. Por otro lado, en la práctica pedagógica que realiza el docente a diario, el método de la historia es un arma contra la improvisación en el acontecer documental y social vivido a diario.
El quehacer documental de eventos tan traumáticos como la invasión o la propia década perdida de 1980 en Panamá conlleva afrontar una actitud conciliadora frente a los diferentes protagonistas de ese acontecimiento. Igualmente el escudriñar recursos aleatorios al tema principal de cualquiera investigación puede dar pistas al historiador de nuevos descubrimientos.
Tal es el caso de los conceptos teóricos al elaborar una investigación donde las fuentes no solo deben remitir al abuso de la labor de campo sino de artículos especializados sobre el tema que contrasten con esa labor hermenéutica y la epistemológica.
En conclusión cada historiador desde su cosmovisión debe
exigirse al máximo en aprovechar la temporalidad y espacio de los fenómenos frente
al uso de recursos tan básicos como son el elaborar un adecuado plan de trabajo
que integre los valores reales de cualquiera propuesta.
El hablar del abuso o no de la historia involucra primero hacer una mirada retrospectiva a cada una de las piezas olvidadas en ese carrito llamado investigación y que por falta de disciplina y visión sistémica no contrastamos con la realidad sencilla. Esto es más que el modelo científico de la duda y la búsqueda epistemológica porque involucra realizar análisis comparativos, hermenéuticos y del saber discernir entre lo subjetivo y objetivo.
Ahora bien, algunos investigadores,
como Philippe Ariès (1993), plantean que la historia se compone de dos esferas,
la esfera de lo visible y la esfera de lo invisible. En la primera, se tiene en
cuenta la historia del Estado, de la política, del derecho, del mercado
económico, de las relaciones sociales, de los discursos lógicos, de la
escritura, de la ideología, de la cultura erudita, del dominio de la conciencia
clara, mientras la segunda, ignorada hasta hace poco por los historiadores, se
había constituido en un espacio de médicos y psicólogos.
En tal caso es preciso conocer la
realidad antes de emitir un juicio. Y por eso no escapa de cualquiera propuesta
investigativa rebuscar bases documentales y teóricas sobre lo que se ha escrito
sobre el tópico a tratar. En cierta ocasión como bachiller mis primeros pasos
en esta ardua labor que no reconoce premios ni estatuillas me complació
colaborar como asistente de investigación. Es un camino difícil en la cual solo
se mantiene la constancia con la perseverancia.
Es preciso recordar el papel de las
bibliotecas, archivos y salas especializadas en la conservación y propagación
del quehacer de las colectividades científicas. Aún más importante es la labor
de difusión a través de comunidades académicas de uso público en la red tanto
de episodios poco conocidos y escabrosos, pero con aspectos coyunturales y
otros con poca suerte por ser escenificados por actores a los que el control
social del Estado no favorece.
En este sentido Carlos Eduardo
Rodríguez señala que el archivo
y la historia ocupan hoy espacios diferentes pues han surgido nuevos
participantes que alguna vez estuvieron al margen y que han consolidado la
formación de nuevos acervos así como nuevas consideraciones técnicas con el
cambio tecnológico.
También
el exponencial incremento de los archivos y documentos producidos por el Estado
ha obligado a una nueva perspectiva acerca de la administración de estos
registros. Esta serie de tensiones da oportunidad para reflexionar sobre la
ausencia o pérdida de los archivos, la importancia de la documentación y la
naturaleza del acceso a los mismos ante el resguardo de la construcción de la
memoria histórica del país.
Más allá de la ebullición de
sentimientos nacionalistas nuevos derroteros encaminan la visión de una
historia global y conciliadora. Esta debe olvidar los temas de la colonialidad
y la cosmovisión eurocéntrica para centrarse en una que busque alternativas a
los problemas de la historia de los pueblos americanos. Alejarse de los
patrones de dominio y valor material sobre cualquier proyecto debe ser la
constante anteponiendo la parte axiológica.
Max Ferro señala que otra gran crisis
de la historia es la relación que se ha creado entre la historia erudita,
considerada científica (si bien, en realidad la mayor parte de las veces
simplemente era erudita, no demostrativa), y las otras formas de la historia
-ayer la novela y hoy las diferentes maneras que adoptan el cine o la
televisión para hacer historia. Es un tanto loco decir que la historia solo
mira el lado ideal de las cosas. Incluso para escribir una novela histórica hay
que revisar las fuentes documentales.
El manejo del pensamiento crítico
frente a cualquier problema investigativo nos lleva a preguntar: ¿Qué
conocimientos previos tengo del tema? ¿Qué reconozco en el tema de manera
literal? Y ¿qué puedo aportar? En cierta medida la balanza entre lo absurdo y
lo trivial se nota en la visión de un todo y no algo fragmentario.
Según, Alfredo Castillero Calvo en su ensayo titulado mitos, realidades y conciencia histórica:
nuevos retos del historiador panameño, aunque hay falencias en cuanto a la
historia, los historiadores no llegan a concluir las recopilaciones para llegar
a una historia uniforme que complete los vacíos que en la actualidad hay y solo
se recopile aquellos acontecimientos que se cree importantes, descuidando
aquellos fragmentos de la historia panameña que ayudaron a entender aquellos
acontecimientos que se encuentran documentados…
El saber si enaltecemos un personaje o evento
por ser su aniversario solo es una aproximación al debate de la clase o circulo
de poder que representa. La historia debe mirar al hombre con sus virtudes y
defectos igual que los acontecimientos.
Seria mejor olvidar las diferencias y centrar su legado en su historia
chica o microhistoria.
En conclusión el ser o no historiador solo es
una cuestión académica. Todos como colectividad pertenecemos a una especie
social que representa las mejores cosas y son esas las que deben ser recordadas
y preservadas para provecho del Estado y la memoria histórica.
Docente
Twitter: @dumas997
Conclusión
Finalmente este trabajo nos lleva a preguntarnos ¿Esta la ciencia histórica velando por el rescate de la memoria de episodios que otros sectores o el contrato social que regenta el poder no quiere que rescatemos? Entonces es ahí donde la labor de las historias de individuos particulares o acontecimientos se miran del lado humano.
La Cumbre de nuestra América, y la otra
Por: Guillermo Castro H.
“No hay proa que taje una nube de ideas.
Una idea enérgica, flameada
a tiempo ante el mundo,
para, como la bandera
mística del juicio final,
a un escuadrón de
acorazados”
José Martí, 1891[1]
La historia dirá algún día que a comienzos de junio del 2022 hubo tres reuniones de las que entonces llamaban “Cumbres” en la ciudad de Los Ángeles, allá en California. Una fue la cumbre (así, en minúscula) organizada por el gobierno anfitrión, que puso a la puerta el bien conocido cartel de “nos reservamos el derecho de admisión”, ante el cual varios presidentes latinoamericanos se reservaron el derecho a no asistir y otros ejercieron el de disentir.
Esa cumbre iba a tratar una agenda centrada en problemas de interés
prioritario para el anfitrión, en particular la creciente migración de hispanos
pobres a su territorio. No estaba previsto que allí se trataran los intereses
de nuestra América en sus relaciones con la otra América, ni el papel de la OEA
en el manejo de esas relaciones. Y sin embargo ese vino a ser el tema principal,
que terminó en el hecho insólito (hasta ahora) en nuestra historia, de que
quien hablara por nuestra América terminara invitando al anfitrión a una
próxima reunión de la Comunidad Económica de Latinoamérica y el Caribe, y a
terminar de deshacerse (palabras más, palabras menos) de su ministerio de
colonias, empezando por el ujier.
Así las cosas, se siente uno tentado a pensar que lo realmente
decisivo en Los Ángeles fueron la Cumbre de nuestra América que tuvo lugar en
su seno y fuera, en las calles, la de los pueblos de Latinoamérica, que la
respaldó y avaló. Sobre esto habrá aún necesidad de razonar con prudencia y
luces largas en los próximos años, que serán decisivos tanto en las relaciones
interamericanas como en el desarrollo de la gigantesca transición en curso en
la organización del sistema mundial.
Así, por ejemplo, un punto de partida para esa reflexión puede ser lo
que la cumbre nos diga de la capacidad del convocante para llevar a la práctica
la aspiración de su país a ser la cabeza de un mundo unipolar, que él mismo
proclamó poco antes del evento. No sólo se trata de que no esté en capacidad de
convocar a todos los gobiernos de la región, y opte en cambio por ampararse
tras una lamentable muralla de prejuicios y opiniones no solicitadas. Además,
se trata de que esa incapacidad esté tan íntimamente asociada a la creciente
gravedad de sus problemas internos, que confirman el progreso del mal que
advertía José Martí en 1889 al señalar cómo en aquella sociedad lo que iba
“cambiando en lo real” era “la esencia del gobierno
norteamericano”, con lo cual
bajo los nombres viejos de republicanos y demócratas, sin más novedad
que la de los accidentes de lugar y carácter, la república se hace cesárea e
invasora, y sus métodos de gobierno vuelven, con el espíritu de clases de las
monarquías, a las formas monárquicas.[2]
Y en efecto, a lo interno del país anfitrión la cumbre fue valorada
sobre todo como un problema de política interior. Así, en ese campo tuvo
especial atención el hecho de que si bien el antecesor del convocante ya no
está en la presidencia- aunque quizás retorne en 2024, o quizás no -, la actual
administración ha mantenido a lo más reaccionarios de Miami y Texas a cargo de
las relaciones con nuestra América, los cuales hacen y harán todo lo posible
por enrarecerlas en función de sus propios intereses de política interior.
Y quien no puede imponer orden en casa, difícilmente podría hacerlo fuera de
ella.
La cumbre nos ha revelado también el tamaño de los dirigentes que han
venido madurando entre nosotros, como los presidentes de México, Argentina y
Honduras. Desde los tiempos de Raúl Roa en las Naciones Unidas en 1961 y de la
derrota del Área de Libre Comercio de las Américas en Mar del Plata, en 2005,
bajo el liderazgo de Néstor Kirchner y Hugo Chávez, no se había visto un revés
tan notable del anfitrión, que vio reducirse al nivel que merecían la
relevancia y los propósitos de su cumbre.
De todo esto se desprende un importante tema de reflexión ante los
azares de nuestro tiempo. La victoria obtenida por nuestra América en su
Cumbre, ¿tuvo un valor táctico o uno estratégico? Para quienes conocen la
historia de la derrota del fascismo por la Unión Soviética entre 1941 y 1945,
la Cumbre de nuestra América obtuvo una importante victoria táctica de gran
potencial estratégico, pues cabe compararla con la derrota de la primera ofensiva
alemana en la batalla de Moscú, que a su vez abrió paso a las victorias de
Stalingrado y del Arco de Kursk, como parte del proceso que finalmente
conduciría a la Operación Bagratión y la caída de Berlín.
Está en nosotros la capacidad de ese razonar, ejercido por Bolívar en
su tiempo, como por Martí en el nacimiento del nuestro, cuando nos decía ya en
1894 que.
En el fiel de América están las Antillas, que serían, si esclavas, mero pontón de la guerra de una república imperial contra el mundo celoso y superior que se prepara ya a negarle el poder, - mero fortín de la Roma americana; - y si libres – y dignas de serlo por el orden de la libertad equitativa y trabajadora – serían en el continente la garantía del equilibrio, la de la independencia para la América española aún amenazada y la del honor para la gran república del Norte, que en el desarrollo de su territorio – por desdicha feudal ya, y repartido en secciones hostiles – hallará más segura grandeza que en la innoble conquista de sus vecinos menores, y en la pelea inhumana que con la posesión de ellas abriría contra las potencias del orbe por el predominio del mundo.
Y a eso añadía una reflexión de vasto alcance. “Es un mundo lo que estamos equilibrando: no son sólo dos islas las que vamos a libertar”, nos dijo, para añadir enseguida:
¡Cuan pequeño todo, cuán pequeños los comadrazgos de aldea, y los
alfilerazos de la vanidad femenil, y la nula intriga de acusar de demagogia, y
de lisonja a la muchedumbre, esta obra de previsión continental, ante la
verdadera grandeza de asegurar, con la dicha de los hombres laboriosos en la
independencia de su pueblo, la amistad entre las secciones adversas de un
continente, y evitar, con la vida libre de las Antillas prósperas, el conflicto
innecesario entre un pueblo tiranizador de América y el mundo coaligado contra
su ambición.[3]
A tal grandeza aspiramos en nuestra América, del mismo modo que desdeñamos la nula intriga de acusar de demagogia populista a la empresa de servicio humano a la que nos debemos. Y la Cumbre de nuestra América nos pone otra vez en movimiento.
Alto Boquete, Panamá, 15 de junio de 2022
1] “Nuestra América”. El Partido Liberal,
México, 30 de enero de 1891. Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales,
La Habana, 1975. VI: 15.
[2] José Martí: “La campaña electoral en los Estados Unidos”, La Nación, Buenos Aires, 28 de febrero de 1889. Obras Completas. Editorial de Ciencias Sociales, La Habana, 1975. XII: 135.