¿Por qué la Villa de Los Santos declaró
primero la independencia de España?
Por Olmedo Beluche
El proceso de independencia
hispanoamericano de España constituyó una revolución social y política que
inició como demandas parciales que se fueron radicalizando en la medida en que
el régimen monárquico se negó a aceptar reformas elementales. La independencia
no partió, como ahora erradamente se pinta, por el "anhelo de constituir
una nación" o naciones preconcebidas por los próceres.
La incapacidad de la monarquía española de
aceptar mínimas medidas democráticas y sociales, que eran elementales pues los
criollos no eran una clase muy revolucionaria, sino que temían a la revuelta de
las clases explotadas (los pardos, los esclavos negros y los
"indios"), la que va a terminar produciendo la independencia como
culminación de una larga guerra civil de más de diez años. Al respecto
recomendamos nuestro ensayo: Independencia hispanoamericana y lucha de
clases[i][i].
La independencia NO nace del
"sentimiento nacional" (mexicano, colombiano, argentino, panameño,
etc.), pues las naciones como las conocemos hoy no existían, ni tampoco se
entendía por el concepto nación lo mismo que se entiende hoy. La nación era
sinónimo del estado y todo su aparato institucional, cuya cabeza era la
monarquía en la figura del rey, y del lado de acá del océano el virrey y demás
instituciones.
Como identidades referenciales en el
imaginario de la gente era más poderoso el peso de los gobiernos locales o
municipales, a través del cabildo de las ciudades y la región circundante. Por
eso en la primera fase de la independencia, llamada de la "patria
boba" en Colombia (1810-14), se constituyeron "repúblicas" por
cabildos (como la de Cundinamarca, p.e.) y luego una Federación que era la suma
de las repúblicas o ciudades o cabildos.
Las naciones hispanoamericanas como las
conocemos hoy no empezaron a forjarse sino con posterioridad a 1825, culminada
la independencia, y en muchos casos el proceso no terminó sino hasta la segunda
mitad del siglo XIX.
En el caso de Panamá, en 1821, el peso de
los cabildos era importante, de ahí que no hay una proclama de independencia de
la "nación panameña", inexistente en el imaginario popular en ese
momento. Por eso las proclamas de independencia son fraccionadas por pueblos o
ciudades, muchas veces con intereses contrapuestos entre sí. Hasta bien entrado
el siglo XIX, las identidades en el istmo de Panamá estaban divididas
políticamente en dos grandes regiones: Veraguas (el interior) y Panamá (la zona
de tránsito).
A su vez, el "interior" veía
chocar intereses sociales, económicos (e identidades) diferenciados y
contrapuestos entre Veraguas, representada por las grandes familias
latifundistas y conservadoras (como los Fábrega), y la región de Azuero,
constituida por pequeños y medianos campesinos políticamente afines al
liberalismo.
El Grito de la Villa de Los Santos, de 10
de noviembre de 1821, es ante todo una sublevación campesina contra los
impuestos excesivos por parte de la Corona, y en particular contra el
avituallamiento del ejército realista a costa de la producción campesina, que
era saqueada para ese fin y la leva de jóvenes destinados al reclutamiento
forzoso. De manera que se dejaba al campo sin producción y sin fuerza de
trabajo.
El Grito de 1821 fue la primera de una
serie de múltiples revoluciones campesinas que estremecieron a la región de
Azuero a lo largo del siglo XIX contra los impuestos y las arbitrariedades de
los terratenientes de Veraguas-Coclé.
A su vez, el Grito es la expresión de una
guerra civil campesina que se fue configurando en el Istmo de Panamá, desde
fines del siglo XVIII, con el robo de las tierras de los resguardos indígenas
por parte de los terratenientes ganaderos (al respecto recomiendo el último
libro del Prof. Mario Molina[ii][ii]), que produce múltiples sublevaciones
campesino indígenas (tanto ngäbes-buglés, como dules) y cuya culminación va a
ser la Guerra de los Mil Días dirigida por Victoriano Lorenzo.
El Grito de La Villa, la historia oficial
lo vincula a "sentimientos patrióticos", pero su móvil real e
inmediato fue el descontento del campesinado pobre contra el avituallamiento y
reclutamiento forzoso del ejército español cada vez que marchaba a combatir a
los independentistas en Sudamérica. El historiador Alfredo Castillero C. aporta
nueva información que permite establecer que, en octubre de 1821, el capitán
general Mourgeon impuso las últimas contribuciones forzosas de ganado y otros
bienes a las cofradías, antes de partir con su ejército hacia Ecuador.
El descontento campesino da lugar a una
proclama del natariego Francisco Gómez Miró seguida del pronunciamiento del
Cabildo de Los Santos dirigido por Segundo Villarreal, y es lo que explica que
aquella región fuera la vanguardia en la independencia panameña[iii][iii].
Araúz y Pizzurno[iv][iv] reproducen la carta que los santeños
dirigieron a Simón Bolívar en las que explican las razones de su movimiento en
los siguientes términos: "una continua extracción de crecidas sacas
desoladoras de sus vecinos para el servicio de las armas, y una ruinosa
contribución forzada del numerario; de modo que se aniquilaban nuestras fuerzas
y nos dejaban exhaustos de metálico de que seguía la destrucción general de las
labores del campo: falta de brazos para el trabajo de nuestra corta agricultura
y una carestía y escasez de todo lo necesario para la subsistencia".
La carta a Bolívar de los santeños de 1821
desmiente la pretensión de algunos de que, a ese momento, los habitantes del
Istmo tendrían una concepción de la "nacionalidad panameña" y una
posibilidad de constituir un estado nacional independiente.
Leemos en el libro de Araúz y Pizzurno
(Pág. 266), otro fragmento de la carta a Bolívar: "Sostenían que todos
seguían 'las huellas del Estado Colombiano decididos a seguir el mismo orden
que nos fuere conveniente o adaptable a nuestro país...", para lo
cual, "se pusieron 'bajo los auspicios de Bolívar'".
Como evidencia de las diferencias
políticas y sociales que vivían los istmeños de 1821, y no la falsa
"unidad nacional" que pinta la historia oficial, los historiadores
Araúz y Pizzurno, previamente han citado las prevenciones que los santeños
lanzaron contra el general José de Fábrega, en ese momento máxima autoridad de
la monarquía y del ejército realista, conspicuo miembro de la familia
latifundista más prominente de Veraguas, aliado de los comerciantes capitalinos.
Como moraleja metodológica es importante
recordar que las clases sociales, con sus intereses contrapuestos existen antes
que las naciones, entendidas como estados nacionales; y que, con posterioridad
al nacimiento de las naciones modernos (en el siglo XIX), las clases sociales
siguen existiendo. Por ello, suele incurrir en error quien crea que en algún
momento los habitantes de un país actúen movidos por la "unidad nacional".
Siempre hay intereses de clases y proyectos políticos contrapuestos.
Panamá, 10 de noviembre de 2015.
[v][i] Beluche, Olmedo. Independencia y hispanoamericana
y lucha de clases. Segunda Edición corregida y aumentada. Editorial
Cultural Portobelo. Biblioteca de Autores Panameños No. 164. Panamá, 2012.
[vi][ii] Molina Castillo, Mario José. Chiriquí en sus
fronteras de producción. Migraciones, poblamiento y evolución urbana e
industrial, 1750-1950. Impresos Modernos. Panamá, 2014.
[vii][iii] Castillero Calvo, Alfredo. La independencia de
1821. Una nueva interpretación. En: Historia General de Panamá. Volumen
II. El Siglo XIX. Comité Nacional del Centenario. Panamá, 2004.
[viii][iv] Araúz, Celestino Andrés y Pizzurno, Patricia. El
Panamá hispano (1501 - 1821). Tercera Edición Diario La Prensa. Panamá,
1997.