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Los Principios y Valores Fundamentales del Liderazgo Cristiano

Por: Rev. Pbro. Manning Maxie Suárez +


Docente Universitario.

Orcid: orcid.org/0000-0003-2740-5748

 

INTRODUCCIÓN:

El modelo de liderazgo cristiano se distingue por un conjunto de principios y valores arraigados en las enseñanzas y el ejemplo del judío Jesus de Nazareth hace ya 2025 años.

Este liderazgo no se centra en la autoridad o el poder para el beneficio propio, sino en temas como el servicio, la humildad y el amor hacia los demás, siguiendo el mandato bíblico de priorizar las necesidades del prójimo por encima de las propias.

Este ensayo explorará los pilares fundamentales de este modelo, respaldando cada punto con citas bíblicas relevantes y sugiriendo referencias bibliográficas para una mayor profundización.

Uno de los principios centrales del liderazgo cristiano es el servicio.

Jesús mismo declaró en el evangelio de Marcos escrito por el mismo Marcos aproximadamente en los años 70 d.C., capítulo 10:45: "Porque ni aun el Hijo del hombre vino para que le sirvan, sino para servir y para dar su vida en rescate por muchos". Esta afirmación establece un paradigma donde el líder es, ante todo, un servidor.

El liderazgo cristiano invierte la concepción tradicional de autoridad, presentando a los líderes como aquellos que están dispuestos a poner las necesidades de los demás en primer lugar, tal como lo hizo Jesús lavando los pies de sus discípulos como vemos en el evangelio de Juan escrito por el mismo Juan de Patmos aproximadamente en los años 90 y 100 d.C., en su capítulo 13:1-17.

Esta disposición al servicio genera un ambiente de confianza y respeto, donde los seguidores se sienten valorados y motivados.

EL VALOR DE LA HUMILDAD.

Ligado intrínsecamente al servicio se encuentra el valor de la humildad.

En la epístola del apóstol san Pablo a los Filipenses escrita en los años 60 y 64 d.C., en su capítulo 2:3-4, exhorta: "Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien, con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a sí mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros". La humildad en el liderazgo cristiano implica reconocer que toda capacidad y autoridad provienen de Dios, y que el líder es simplemente un administrador de estos dones.

Evita la arrogancia y la búsqueda de reconocimiento personal, enfocándose en el bienestar del equipo o la comunidad a la que sirve.

Un líder humilde está abierto al aprendizaje, dispuesto a escuchar diferentes perspectivas y reconoce sus propias limitaciones.

LA INTEGRIDAD ES OTRO VALOR CRUCIAL.

En el Antiguo Testamento encontramos el libro de los Proverbios, escrito aproximadamente desde el siglo X hasta el siglo VIII a.C., en su capítulo 11:3, declara: "La integridad de los rectos los encaminará; pero la perversidad de los pecadores los destruirá". Un líder cristiano debe ser ejemplo de honestidad, coherencia entre sus palabras y acciones, y firmeza en sus principios morales.

Esto genera confianza y credibilidad entre sus seguidores. La integridad se manifiesta en la transparencia en la toma de decisiones, en el cumplimiento de promesas y en la defensa de la justicia y la verdad, incluso en situaciones difíciles.

El amor es, quizás, el valor supremo en el liderazgo cristiano.

El mismo profeta Jesús dijo en el evangelio de Juan (13:34-35): "Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros". Este amor ágape, un amor incondicional y sacrificial, debe ser la fuerza motriz detrás de todas las acciones del líder. Implica empatía, compasión y preocupación genuina por el bienestar espiritual, emocional y físico de las personas a las que lidera.

Un liderazgo basado en el amor fomenta la unidad, la colaboración y un sentido de pertenencia.

En conclusión:

El modelo de liderazgo cristiano se fundamenta en valores y principios que reflejan el carácter y la persona de Cristo.

El servicio, la humildad, la integridad, el amor y la justicia no son meras cualidades deseables, sino imperativos bíblicos que deben guiar la conducta de aquellos que aspiran a liderar siguiendo el ejemplo del Maestro.

Al vivir y practicar estos principios, los líderes cristianos pueden generar un impacto positivo en sus comunidades, reflejando la luz y el amor de Dios en el mundo.

Finalmente, la justicia es un principio fundamental que debe guiar el liderazgo cristiano.

El profeta Miqueas (6:8),  pregunta: "Oh hombre, él te ha declarado lo que es bueno; ¿y qué pide Jehová de ti, sino solamente hacer justicia, y amar misericordia, y caminar humildemente con tu Dios?". Un líder cristiano debe esforzarse por la equidad, la imparcialidad y la defensa de los derechos de todos, especialmente de los más vulnerables.

Esto implica tomar decisiones justas, corregir las injusticias y ser voz para aquellos que no la tienen.

Para profundizar en estos principios y valores, recomiendo la lectura de obras como:

Maxwell, John C. (2005). The 21 Irrefutable Laws of Leadership. Thomas Nelson. (Aunque no exclusivamente cristiano, muchos de sus principios se alinean con la ética bíblica de liderazgo).

Sanders, J. Oswald. (2007). Spiritual Leadership. Moody Publishers. (Una obra clásica que explora las cualidades espirituales esenciales para el liderazgo cristiano).